Descubre millones de libros electrónicos, audiolibros y mucho más con una prueba gratuita

Solo $11.99/mes después de la prueba. Puedes cancelar en cualquier momento.

Sermones sobre Hebreos (II) - ¿Conocen la intención del autor del Libro de Hebreos?
Sermones sobre Hebreos (II) - ¿Conocen la intención del autor del Libro de Hebreos?
Sermones sobre Hebreos (II) - ¿Conocen la intención del autor del Libro de Hebreos?
Libro electrónico354 páginas5 horas

Sermones sobre Hebreos (II) - ¿Conocen la intención del autor del Libro de Hebreos?

Calificación: 0 de 5 estrellas

()

Leer la vista previa

Información de este libro electrónico

Los que creen en el Evangelio del agua y el Espíritu tienen la misma fe que los antecesores de la fe de los que se habla en el Antiguo y Nuevo Testamento. Como los antecesores de la fe en la Biblia obtuvieron su fe por la Palabra de Dios, los que vivimos en estos tiempos de incertidumbre tienen la misma fe en el Evangelio y el Espíritu, que es la justicia de Dios. Por tanto, debemos vivir con fe en la justicia de Dios. Debemos saber también que creer en la verdadera remisión de los pecados es tener fe en el Evangelio del agua y el Espíritu, explícitamente explicado en la Biblia. Solo entonces podremos experimentar el gozo de ser verdaderos cristianos.

IdiomaEspañol
EditorialPaul C. Jong
Fecha de lanzamiento3 oct 2018
ISBN9788928223244
Sermones sobre Hebreos (II) - ¿Conocen la intención del autor del Libro de Hebreos?

Relacionado con Sermones sobre Hebreos (II) - ¿Conocen la intención del autor del Libro de Hebreos?

Libros electrónicos relacionados

Sermones para usted

Ver más

Artículos relacionados

Comentarios para Sermones sobre Hebreos (II) - ¿Conocen la intención del autor del Libro de Hebreos?

Calificación: 0 de 5 estrellas
0 calificaciones

0 clasificaciones0 comentarios

¿Qué te pareció?

Toca para calificar

Los comentarios deben tener al menos 10 palabras

    Vista previa del libro

    Sermones sobre Hebreos (II) - ¿Conocen la intención del autor del Libro de Hebreos? - Paul C. Jong

    Prólogo

    ¿Tienen la misma fe que los antecesores de la fe en el Libreo de Hebreos o están viviendo con un tipo de fe diferente? Los que creen en el Evangelio del agua y el Espíritu tienen la misma fe que los antecesores de la fe de los que hablan el Nuevo y Antiguo Testamento. Como los antecesores de la fe en la Biblia obtuvieron la fe en la Palabra de Dios, los que creemos en estos tiempos de incertidumbre tenemos la misma fe en el Evangelio del agua y el Espíritu, que es la justicia de Dios. Por tanto, debemos vivir con fe en la justicia de Dios. Todavía debemos saber que creer en la verdadera remisión de los pecados es tener fe en el Evangelio del agua y el Espíritu, explicado explícitamente en la Biblia. Solo entonces podemos experimentar el verdadero gozo como un verdadero cristiano.

    Cuando predico sobre el Libro de Hebreos, le doy gracias a Dios porque hay muchos que creen en el Evangelio del agua y el Espíritu y son las personas que siguen a Jesús con la misma fe de los antecesores de la fe. Por tanto, estoy muy agradecido a Dios. El Señor nos dice que demos gracias siempre. Debemos ser el tipo de gente que cree en el Evangelio del agua y el Espíritu que nos dio el Señor y darle gracias siempre. ¿Creen en el Evangelio del agua y el Espíritu que el Señor nos ha dado? Me gustaría pensar en si han recibido o no la remisión de los pecados y que están preparados para recibir al Señor.

    Esta era actual es la era en la que la gente busca desesperadamente el Evangelio del agua y el Espíritu. La gente sufre y sus mentes y emociones sufren por los desastres naturales y sus muchos pecados. Pero nada en este mundo puede resolver sus pecados o curar sus corazones rotos. Por tanto, la humanidad se pregunta qué hacer. Al saber esto, les pido que crean en el Evangelio del agua y el Espíritu hoy para que puedan recibir la remisión de los pecados aceptando el Evangelio del agua y el Espíritu en sus corazones.

    ¿Está agonizando su alma por sus muchos pecados y temen el futuro? Si es así, deseo sinceramente que acepten la palabra bendita de la promesa que les ha dado el Señor. Si hacen esto por fe honestamente, entenderán la fe de los antecesores de la fe en el Libro de Hebreos y la intención del autor del Libro de Hebreos, que fue escrito para su generación.

    Quiero exhortarles. Deseo que acepten en sus corazones el Evangelio del agua y el Espíritu. Así que oro para que reciban todas las bendiciones del cielo. También oro para que vayan al mismo lugar donde estarán los que tienen la misma fe que nuestros antecesores.

    Paul C. Jong

    Mayo de 2011

    SERMÓN 1

    La Palabra de salvación

    testificada en varios tiempos

    y en varias maneras

    < Hebreos 1:1-3 >

    Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas, en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo; el cual, siendo el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su sustancia, y quien sustenta todas las cosas con la palabra de su poder, habiendo efectuado la purificación de nuestros pecados por medio de sí mismo, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas.

    El Libro de Hebreos nos muestra de diferentes maneras cómo los profetas pudieron soportar y vencer la persecución. Así que, cuando estudiamos el Libro de Hebreos, podemos aprender acerca de los detalles de la Biblia, tanto del Antiguo como el Nuevo Testamento. Por tanto, el Libro de Hebreos es muy importante, pero lo que la mayoría recuerda de Hebreos es solamente el capítulo 11, que describe a la gente de fe. Sin embargo, la razón por la que el Libro de Hebreos es tan indispensable para nosotros es que fue escrito para los judíos que se habían convertido al cristianismo.

    En otras palabras, la mayoría de ellos eran fuertes seguidores del judaísmo que se dieron cuenta de que Jesucristo era su Salvador; lo aceptaron por fe y así fueron salvados. Como todavía estaban confundidos por su antigua fe, el mensaje de Hebreos debería considerarse muy importante para nosotros también. Con respecto a lo que hemos aceptado, aunque demos testimonio de lo que creemos en Jesús, la cuestión es si Jesús es nuestro Señor y Dios personal o no. En otras palabras, el Libro de Hebreos es la preciosa Palabra de Dios que nos permite darnos cuenta de que el Señor es nuestro Salvador y que ha resuelto el problema de nuestros pecados, en vez de creer en Jesús porque otras personas creen en Él y además demuestra la preeminencia de Jesucristo.

    De la misma manera en que hubo personas que se convirtieron del judaísmo al cristianismo, hoy en día hay muchas personas que se han convertido en el cristianismo de otra religión. En vez de ir a la iglesia por cuestión de hábito o deber y decir sin creerlo que Jesús es nuestro Salvador, deberíamos darnos cuenta de que nuestras almas deben encontrar a Dios sinceramente de manera concreta a través de la Palabra del Evangelio del agua y el Espíritu y de que debemos esforzarnos por hacer una confesión de fe sincera para decir que Jesucristo es nuestro Salvador.

    Así, creo en el Evangelio del agua y el Espíritu como algo que debe encontrarse individualmente, que debemos escuchar con nuestros oídos y aceptar en el corazón. Por eso el Libro de Hebreos es una epístola tan importante hoy en día. Es la Epístola de la confirmación que nos permite encontrarnos con la justicia del Señor de manera personal. Pero los judíos también se encontraron con barreras cuando intentaban creer en Jesús. En primer lugar, tuvieron que reconocer que Jesús era el Mesías prometido a ellos como se profetizó en el Antiguo Testamento.

    Estoy seguro de que esta Epístola de Hebreos será muy beneficiosa para nosotros, porque nos explica cómo Jesús es nuestro Salvador, cómo nos ha salvado, cómo nos ha librado de todos nuestros pecados completamente, cómo nos ha dado el Espíritu Santo para que viva en nuestros corazones, cómo enviará a los creyentes del Evangelio del agua y el Espíritu al Cielo y cómo nos ha hecho Sus hijos e hijas.

    He realizado unos estudios en profundidad sobre el Libro de Hebreos mientras estaba en Sokcho, y estoy agradecido porque ahora tengo otra oportunidad de estudiar de nuevo. Esta Epístola de Hebreos estaba dirigida a los cristianos judíos que creen en Jesucristo como su Salvador. Debemos examinar cómo el siervo de Dios exhortó a los cristianos judíos que creyeron en Jesús como su Salvador y que estaban dispersos por el extranjero.

    Leamos las Escrituras juntos

    Se calcula que el pasaje de las Escrituras de hoy fue escrito alrededor del 63 d.C. Sin embargo, lo importante aquí no es solo saber cuándo fue escrito el Libro de Hebreos, sino que aún más importante es saber por qué fue escrito y saber si creemos o no en la Palabra escrita de Dios. Para empezar a contestar estas preguntas, es muy importante que Jesucristo viva en su corazón como su Salvador primero junto con el Evangelio del agua y el Espíritu. Pasemos a los versículos Hebreos 1:1: Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas. Esta es la primera frase del Libro de Hebreos que se escribió como introducción al texto principal que aparece a continuación.

    Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas, en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo (Hebreos 1:1-2). Este pasaje significa que la Palabra de Dios la recibieron nuestros antepasados en diferentes tiempos y de varias formas a través de los profetas. Se dice que Dios nos habló en varios tiempos y de varias formas en el pasado a través de los profetas. Por tanto, se dice que en el Antiguo Testamento Dios nos ha salvado de los pecados del mundo al enviarnos a Su Hijo Jesucristo. Por tanto, para conocer nuestro futuro, debemos conocer nuestro pasado correctamente.

    ¿Nos damos cuenta de que El Señor ha eliminado todos nuestros pecados para siempre al creer en el Evangelio del agua y el Espíritu, incluyendo los pecados del pasado, presente y futuro? Debemos aferrarnos a esta verdad de que la verdadera salvación solo se alcanza cuando nos damos cuenta de que el amor del Señor ha borrado los pecados de todo el mundo para siempre, del poder del Evangelio del agua y el Espíritu y la Verdad de la salvación que se nos dio a través del Evangelio del agua y el Espíritu.

    La Palabra de Dios, como está escrita en Hebreos, habla de la limpieza de los pecados en varios tiempos y de varias maneras. Dicho de otra manera, también escribe acerca de lo que el Antiguo Testamento dice acerca de la remisión de nuestros pecados. El autor del Libro de Hebreos quiere que examinemos cómo de exaltado está Jesucristo, nuestro Sumo Sacerdote celestial. Solemos pensar que lo sabemos todo acerca de Jesucristo, quien se ha convertido en nuestro Sumo Sacerdote. Pero, ¿cómo se nos asegura nuestra salvación que fue lograda a través de Jesucristo? Jesús ha eliminado todos nuestros pecados para siempre con el Evangelio del agua y el Espíritu al venir a este mundo, pero ¿de verdad creemos en la justicia de nuestro Salvador? ¿Es Jesucristo el Mesías para ustedes como se prometió en el Antiguo Testamento o es un mero ser humano con talentos particulares? ¿De verdad es el Hijo de Dios? Debemos examinar estas cuestiones críticas. El autor del Libro de Hebreos explica claramente que Jesucristo es nuestro Salvador como profetizaron los profetas del pasado, el Cordero del sacrificio que fue profetizado en el Antiguo Testamento, nuestro Sumo Sacerdote, nuestro Profeta, nuestro Rey y el Rey de reyes.

    En la Biblia, la palabra Cristo significa el Ungido. ¿Quién fue ungido en Israel? En Israel, los profetas, reyes y sacerdotes eran ungidos cuando ocuparon sus cargos. Aquí podemos ver a un verdadero testigo de Jesús, el Hijo de Dios, que tenía el cargo de Cristo. Debemos entender la verdad de la preeminencia de Jesucristo de la que habla el autor del Libro de Hebreos y debemos creer en ella.

    En tiempos pasados se refiere al Antiguo Testamento. Solo cuando conocemos el Antiguo Testamento, podemos conocer con todo detalle si el Salvador había sido profetizado en el Antiguo Testamento y que era Jesucristo y que debemos creer en Él correctamente. Hebreos 1 dice que Jesucristo está por encima de los ángeles y que es el Creador de ellos y que creará el siguiente mundo cuando el presente desaparezca. Está escrito que nuestra salvación se cumple mediante la justicia de Jesús.

    Para asegurarnos de que tenemos una comprensión correcta de estos temas, debemos pasar a Hechos 3:24-26: Y todos los profetas, desde Samuel a los que le siguieron, tantos como han hablado, predijeron estos días. Sois los hijos de los profetas y de la alianza que Dios hizo con nuestros padres, diciendo a Abraham que en su semilla todas las familias de la tierra serán bendecidas. Dios, al levantar a Su siervo Jesús, se lo envió a ustedes primero para bendecirles y les quitó todas las iniquidades.

    Está escrito: Y todos los profetas, desde Samuel a los que le siguieron, tantos como han hablado, predijeron estos días. la era de los Jueces empezó con el fin de la Ley de Moisés. Los Jueces empezaron a gobernar en Israel como sus líderes después de los días de Josué y el Profeta Samuel nació durante este tiempo. La Biblia dice que Dios estaba con Samuel y que ninguna de sus palabras debían caer al suelo. Ahora recuerden lo que hemos leído en Hechos 3:24: Y todos los profetas, desde Samuel a los que le siguieron, tantos como han hablado, predijeron estos días. Esto significa que a lo que todos los profetas desde Samuel en adelante apuntaron era Jesucristo. Por eso, cuando leemos Hechos 3:25-26, vemos que los siervos de Dios le dicen al pueblo de Israel: Sois los hijos de los profetas y de la alianza que Dios hizo con nuestros padres, diciendo a Abraham que en su semilla todas las familias de la tierra serán bendecidas. Dios, al levantar a Su siervo Jesús, se lo envió a ustedes primero para bendecirles y les quitó todas las iniquidades.

    Está escrito aquí: En tu semilla, todas las naciones de la tierra serán bendecidas. ¿A quién se refiere esta semilla? Esto se encuentra en Génesis 12:3: Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré; y serán benditas en ti todas las familias de la tierra. Dios le había dicho a Abraham una y otra vez que bendeciría a todas las familias de la tierra a través de la semilla de Abraham.

    Cuando Dios dijo en Hechos 3:25: En tu simiente serán benditas todas las familias de la tierra, estaba refiriéndose a Jesucristo. Dios le dijo a Abraham: Bendeciré a quien os bendiga y maldeciré a los que os maldigan. Entonces Abraham le dijo a Dios: Señor, ¿qué me vas a dar? Mi heredero es Eliazar. Entonces Dios le prometió a Abraham: No, te daré un hijo. Y bendeciré a todo el mundo a través de tu simiente. Jesucristo es el que cumplió esta promesa. Jesucristo, en otras palabras es la fuente de todas nuestras bendiciones. Sin Él no podemos recibir ninguna bendición de Dios.

    Pero, cuando conocemos a Jesucristo correctamente, podemos recibir todas las bendiciones. Por tanto, si no tenemos el entendimiento correcto de Jesucristo, nuestra fe es falsa. Para creer en algo de verdad debemos conocer el objeto de la fe claramente. El conocimiento precede a la fe y esta es una consecuencia del conocimiento. Los que creen en Jesucristo sin entender correctamente que es el verdadero Salvador que ha venido por el Evangelio del agua y el Espíritu, no creen en Jesucristo como su Salvador.

    Si todavía tienen dudas y creen en Jesús como su salvador según sus propias nociones, su fe es una fe religiosa

    La fe religiosa no es la fe verdadera. La Biblia dice que no debemos creer en Jesucristo según nuestra propia interpretación o voluntad. Esto significa que nuestra fe en Jesús y nuestra obediencia deben ir precedidas del conocimiento de la justicia de Dios. La verdadera salvación viene de Dios y solo a través del Evangelio del agua y el Espíritu. El Señor nos está diciendo: Si creéis en Mí según vuestra voluntad, no os llaméis creyentes. ¿Cómo vais a creen en Mi justicia cuando ni siquiera la conocéis? ¿Cómo pueden decir que creen en Mí cuando ni siquiera conocen Mi justicia? No digáis que creéis en Mí.

    Hoy en día hay muchas personas que testifican que creen en Jesucristo como su Salvador. Pero Dios está diciendo que los que tienen esta fe no pueden conocer Su justicia. Este tipo de fe no puede satisfacer los deseos de Dios. Dios Padre dijo que bendeciría a toda la raza humana a través de Jesucristo. Esta Palabra la dio después de haber preparado todo para que recibiésemos la bendición de la salvación y la cumplió; Dios no es alguien que no haga lo que dice. Nuestro Señor es el origen de todas las bendiciones, es nuestro Salvador y es el Rey de reyes.

    A través de la justicia de este Jesucristo, somos salvados por fe y lo disfrutamos todo. Para que esto ocurra primero debemos conocer la justicia de Jesucristo, de quien salen todas las bendiciones. Y para conocer esta justicia debemos examinar las profecías hechas por los profetas del pasado. Mis queridos hermanos, si la Verdad del Evangelio del agua y el Espíritu está escrita en la Palabra de Dios, debemos creer en ella. No debemos tener más fe en lo que la gente dice sin entender la Verdad del Evangelio del agua y el Espíritu como se manifiesta en la Palabra de Dios. Esto también es aplicable a lo que dicen muchos pastores.

    Si creen a ciegas en lo que la gente dice, entonces más adelante no podrán creer en el Evangelio del agua y el Espíritu aunque se les acerque. En varios tiempos y de varias maneras han visto por ustedes mismos el amor de Dios y la Verdad de la salvación como está manifestada en el Evangelio del agua y el Espíritu, y se han dado cuenta claramente de que Jesucristo les ama, y que de este amor les ha dado el Evangelio del agua y el Espíritu. Solo entonces podrán creer en Jesús después de entender esta Verdad.

    La salvación no puede ser alcanzada creyendo en Jesús de manera unilateral y solos. No deberíamos decir que le amamos a ciegas. Esto no es de lo que se trata el amor. El amor debe ser correspondido. Lo mismo debemos decir acerca del amor de Jesús. En vez de ser unilateral, el amor verdadero necesita una situación recíproca en la que ambas personas se aman. La fe también requiere que conozcan la Verdad como fue manifestada en el Evangelio del agua y el Espíritu antes de creer; solo porque conozcan al Jesús crucificado, no pueden decir que creen en Él pensando de manera no concreta: Bueno, supongo que la salvación funciona así.

    Muchos cristianos suelen creer en Jesús a ciegas, como un buen Dios. Esta tendencia se puede encontrar entre los cristianos coreanos principalmente, muchos de los cuáĺes creen en Jesús a ciegas. Pero, cuando uno cree en Jesús a ciegas, ¿significa que esta fe es la fe correcta? No, en realidad esta fe queda expuesta como una fe falsa.

    Como la gente cree en Jesús sin darse cuenta de que el Evangelio del agua y el Espíritu es el verdadero Evangelio, y cuando les dicen que esta fe es incorrecta, se arrepienten preguntándose en qué han estado creyendo todo este tiempo. Cuando les preguntamos en qué han creído hasta ahora, simplemente dicen: Bueno, no estoy seguro. Quiero explicarles esto con una simple ilustración. Imaginemos que uno de nosotros está llorando desconsoladamente. ¿No creen que la persona sentada a su lado empezará a llorar también?

    Después de llorar durante un rato, la persona que empezó a llorar primero le pregunta a la otra persona por qué llora, pero le contestará que no sabe por qué. ¿No es esto extraño? Pero estas cosas extrañas son normales en este mundo. El primer hombre dice: He llorado porque tú llorabas. ¿Y tú? ¿Por qué llorabas?. Lloraba porque mi madre ha muerto. ¿Por qué llorabas?. Aunque esto parezca no tener mucho sentido, lo importante es que no debemos creer así cuando se trata de la remisión de nuestros pecados.

    Como hay muchas personas que dicen creer en Jesús como su Salvador, hay una tendencia a decir que se cree en Jesús. Este tipo de mentalidad de rebaño tiene lugar en muchas iglesias. Hay muchos cristianos que creen en Jesús a ciegas. Como se dice que el Espíritu Santo se recibe solo si se cree en Jesús y se le ora, muchas personas intentan recibir al Espíritu Santo orando de esta manera. También se dice que una persona puede ir al Cielo si cree en Jesús arbitrariamente y por eso mucha gente piensa así.

    Para los coreanos, los pastores como Gwonneung Choi, Sunju Gil, Yangho Sohn y otros se consideran los predecesores de la fe. Así que, los cristianos modernos de Corea suelen creer en sus palabras a ciegas. ¿Creen que deberíamos creer en lo que dicen? No tienen nada que decir cuando se les pregunta qué han ganado al creer de esa manera. Hay una tendencia bastante pronunciada entre los cristianos de hoy en día a creer incorrectamente en la justicia de Dios.

    Mis queridos hermanos cuando abrimos la Biblia, tanto el Nuevo como el Antiguo Testamento, debemos hablar de la Palabra de Dios. Cuando leemos las Escrituras de ambos Testamentos, debemos hablar de la Palabra que se encuentra en la Biblia. Es absolutamente importante entender esto. Debemos pensar en ello una vez más, antes de continuar. Dios habló en varios tiempos y de varias maneras a través de los profetas del pasado. Esto puede dividirse en dos grupos. Primero, Hebreos 1, 1 dice: Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas. Debemos saber cómo Jesucristo nos había prometido salvarnos en el pasado, y en segundo lugar, debemos saber claramente qué hizo Jesucristo en este mundo cuando vino en estos últimos tiempos. Esto es lo que quiere explicar el autor de Hebreos.

    Mis queridos hermanos, ¿quién es este Dios que habló a través de los profetas en varios tiempos y de varias maneras en tiempos pasados? ¿Y cómo nos habló a nosotros en diferentes tiempos y de varias maneras? Para responder estas preguntas, debemos volver al Antiguo Testamento. Dicho de otra manera, debemos volver hacia atrás un poco en la Biblia y confirmar y creer en lo que hemos leído, en vez de seguir.

    Examinemos cómo Dios nos habló en el pasado

    En primer lugar, leamos Génesis 3: Entonces fueron abiertos los ojos de ambos, y conocieron que estaban desnudos; entonces cosieron hojas de higuera, y se hicieron delantales. Y oyeron la voz de Jehová Dios que se paseaba en el huerto, al aire del día; y el hombre y su mujer se escondieron de la presencia de Jehová Dios entre los árboles del huerto. Mas Jehová Dios llamó al hombre, y le dijo: ‘¿Dónde estás tú?’ (Génesis 3:7-9).

    Al principio de la humanidad, Adán y Eva fueron tentados por Satanás, y al caer en su decepción, acabaron pecando. La Biblia dice aquí que después de pecar, Adán y Eva cubrieron sus cuerpos con hojas de higuera. ¿Qué dijo Dios acerca de estas coberturas? Dios nos explica lo que es correcto a través de las ofrendas de Caín y Abel en el capítulo 4 de Génesis.

    Y aconteció andando el tiempo, que Caín trajo del fruto de la tierra una ofrenda a Jehová. Y Abel trajo también de los primogénitos de sus ovejas, de lo más gordo de ellas. Y miró Jehová con agrado a Abel y a su ofrenda; pero no miró con agrado a Caín y a la ofrenda suya. Y se ensañó Caín en gran manera, y decayó su semblante (Génesis 4:3-5). ¿Cómo se acercaron a Dios los seres humanos que habían pecado? Adán y Eva se acercaron a Dios a través de sus ofrendas; y Caín y Abel, la segunda generación en la genealogía del hombre, también se acercaron a Dios a través de sus ofrendas. La Biblia explica de varias maneras qué era lo correcto. Aquí, en la historia de Caín y Abel, la Biblia dice que Caín llevó una ofrenda del fruto de la tierra al Señor.

    Y también dice que Caín ofreció el fruto de la tierra al Señor, pero Dios no lo aceptó. Dios, quien habló a los profetas en diferentes tiempos y de varias maneras, aceptó ciertas ofrendas y rechazó otras. Cuando Caín le llevó la ofrenda del fruto de la tierra al Señor, Dios no la aceptó, pero cuando Abel le llevó al primogénito de su rebaño y su gordura, Dios aceptó su ofrenda.

    Algunas personas dicen que Caín no tenía devoción, mientras que otros predicadores dicen que Dios se ofendió porque Caín le ofreció las sobras. Mis queridos hermanos, ¿por qué aceptó Dios la ofrenda de Abel, pero rechazó la ofrenda del fruto de la tierra de Caín, y qué nos está intentando enseñar a través de este incidente? Dios está diciendo que quiere exponer los pecados del corazón humano y eliminarlos. Sin embargo, si alguien cree en Dios como Su Salvador basándose en sus emociones humanas, Dios no lo aceptará por mucho que crea en Él. En otras palabras, Dios está diciendo aquí que nunca acepta nada que no sea la ofrenda de remisión hecha con un animal sacrificado.

    Los que se creen buenos cristianos por creer en Jesús como su Salvador dicen: Señor, gracias por derramar Tu sangre en la Cruz. Creo en Ti. Creo de verdad. Pero Dios les dice: ¿En qué crees si ni siquiera sabes qué es Mi justicia?. Así que dice: No te engañes. No quiero tu compasión. Vine a salvarte de todos los pecados del mundo y a borrar tus pecados con Mi justicia. ¿Cómo puedo darte pena? No tengas pena de Mi crucifixión.

    Hay muchos cristianos que creen en el Jesucristo crucificado por pena con sus pensamientos e ideas. Hay muchas personas así en el cristianismo. Aunque estos cristianos dicen que Jesús fue crucificado hasta morir por los pecadores, creen solo en Su sangre derramada para calmar su conciencia, como si estuvieran haciéndole un favor. Si nosotros, que somos meras criaturas, creyésemos en la sangre de la Cruz solamente, sin conocer toda la obra justa de Dios que hizo Jesús, estaríamos calmando nuestras propias conciencias.

    Lo que debemos saber claramente es cómo Dios nos ha salvado de nuestros pecados a través del Evangelio del agua y el Espíritu; qué promesas hizo Dios a nuestros antepasados y cómo las cumplió, y qué ofrendas desea Dios. Y con esta fe debemos darle gracias a Dios por Su justicia. Gracias a la justicia de Dios que se nos ha predicado creemos en Dios con gratitud, sabiendo que nuestros pecados han desaparecido; nadie puede decir por su cuenta que cree en la justicia de Dios sin conocerla. Si decimos que creemos en la justicia de Dios sin conocerla, estaremos mintiendo. Este es un amor no correspondido; no es diferente al de un acosador.

    El capítulo 3 de Génesis describe cómo Adán y Eva cosieron hojas de higuera y se hicieron coberturas después de pecar contra Dios. Desde el momento en que Adán pecó contra Dios, la raza humana empezó a tener pecados en sus corazones y como resultado, los seres humanos empezaron a intentar cubrirse para embellecer su apariencia externa. Las religiones del mundo actuales son el resultado de esta costumbre. Algunas personas creen que Dios tendrá misericordia de ellas si hacen buenas obras. Pero debemos darnos cuenta de que Dios no solo nos aprueba como seres humanos sin pecados por nuestras buenas obras. Lo que Dios quiere de nosotros es eliminar los pecados de nuestros corazones. Dios hizo que Su Hijo fuese bautizado y crucificado para derramar Su sangre para que los pecadores pudiésemos nacer de nuevo a través de Su justicia. En otras palabras, a través de Su justicia Dios quiso convertir a los creyentes en Sus hijos perfectos y sin fallos.

    Dios no quiere que reciclemos nuestra carcasa para Su uso propio, sino que quiere convertirnos en criaturas completamente nuevas. Si hacemos una analogía con un coche, Dios quiere sustituir todo, desde el motor a los neumáticos y el chasis. No quiere un coche que tenga solo neumáticos nuevos y tiradores nuevos, mientras que el motor es el mismo; lo que quiere es un coche completamente nuevo. Dios quiere eliminar nuestros pecados para siempre con Su justicia y por tanto quiere hacernos Sus hijos. En otras palabras, quiere cambiar incluso nuestras almas con el Evangelio del agua y el Espíritu. Con el Evangelio del agua y el Espíritu que elimina nuestros pecados completa y perfectamente, Dios quiere convertirnos en personas justas. Sin embargo, el problema es que estamos intentando creer en Jesucristo según nuestras emociones.

    Mis queridos hermanos, el error de Caín es que le llevó el fruto de la tierra como ofrenda a Dios. Esto implica que Dios no se complace con el tipo de fe con la que la gente cree en Jesús como su Salvador y le sigue según sus emociones. La ofrenda hecha del fruto de la tierra implica no conocer la justicia de Dios. Algunas personas entregan sus vidas por el Señor aunque no crean en el Evangelio del agua y el Espíritu.

    Hay un hombre al que llaman el Santo de África. En sus publicaciones teológicas afirma: Jesús no es Dios. Es una criatura. Este hombre fue a África y sirvió a los pobres con su programa de atención médica. Pero, en sus publicaciones, niega la divinidad de Jesús.

    Dios juzgará si está bien o mal trabajar por Jesús sin ni siquiera creer en Su divinidad. Cuando estas personas creen en Jesús, creen con su gratitud carnal. Así que su fe consiste en estar agradecidos al Señor solo por ser crucificado por ellos. Pero este tipo de fe consiste en creer en Jesús de manera carnal. Aunque estos cristianos sirven diligentemente a los pobres con el fruto de la tierra ante Dios, hacen obras misioneras y adoran a Dios, su fe es como el fruto de la tierra. En otras palabras, Dios no acepta la fe de los que dicen hacer la obra de Dios sin reconocer Su justicia.

    Mis queridos hermanos, antes de encontrar la justicia del Señor estaba muy dedicado a Su obra. Tenía tanta pasión como el Apóstol Pablo. Sin embargo, el Señor no aceptaba mi fe. Mis queridos hermanos, cuando alguien no tiene la justicia de Jesucristo en su corazones, se encuentra solo y su corazón está vacío. No se siente tan vacío cuando está rodeado de

    ¿Disfrutas la vista previa?
    Página 1 de 1