El País De Las Calles Sin Nombre

Por María Augusta Montealegre

El pas de las calles sin nombre, es un poemario que habla de la manera en que los nicaragenses manejan las direcciones: del arbolito una abajo, del arbolito una al lago; es el ladrillo de la casa que lleva consigo, como amuleto, una inmigrante. Representa un espacio cultural hispano dentro de los Estados Unidos. Podramos leer el libro como si se tratara de un cdice indgena, ahora globalizado. Porque en l se superponen diferentes hilos temticos, entre ellos el de gnero, que logra su cspide con el poema ms canbal: Boa Constrictor. En estas calles sin nombre, Mara Augusta pinta su imaginario como si se tratara de un graffiti en las paredes del mundo.

• Idioma: Español
• Editorial: Trafford Publishing
• Fecha de lanzamiento: 30 ene 2014
• ISBN: 9781490726434

María Augusta Montealegre

María Augusta Montealegre ha publicado cuento y poesía en diversas revistas y participado en más de 50 recitales. Actualmente radica en Estados Unidos, es editora en jefe de THE LATIN REVIEW EDITORS y trabaja en su disertación doctoral en el departamento de literatura hispanoamericana de la Universidad de Salamanca, España.

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Índice

Prefacio

la manzana y el hambre

boa constrictor

el arca

epigrama

nenúfares del tiempo

guitarreada

tres muertes en una biblioteca

sermón mítico

sin nombre

un maldito sueño moderno fuimos

de cómo asesinar a la Mar Dulce

yo vivo en el atlántico pensando en el pacífico

las raíces que cuelgan

while the red light last

álgebra del abuelo

homenaje fallido

exorcismo

los Andes

no esperes peras del olmo dicen las sámaras del peral

souvenir 4243 Evtushenko

la vida en una minificción

vulgata latina

Epílogo:

enivrez-vous

emborráchate

Prefacio

Incienso a MAM, mujer del Pacífico

Jorge Eduardo Arellano

MAM (María Augusta Montealegre) se construye frente al obelisco del mundo, a partir de la manzana de Adán, o de AdanEva; fiel a sus ancestros, a los pretextos de su corazón, indaga en el hambre infinita y en la periferia desolada.

Ella asedia al Tigre de Bengala y lo somete. Evoca al Arca de Noé y recuenta sus voces. Cultiva los nenúfares del tiempo. Canta el fervor paterno y dibuja sus raíces míticas y milenarias.

María Augusta se transforma en lluvia, en magia. Tributa su panegírico al maestro de ensalmos y conjuros. No se olvida de la sempiterna marca de Vallejo ni de la artesanía en miniatura de Monterroso. Y erige su Árbol de la