El Gato Negro

Por Iturralde y Vargas

El Gato Negro

Es una recopilacin de historias tejidas entre s, grandes secretos se cobijan entre sus pginas, es una mezcla de sueos con un toque de humor negro y erotismo. La gente comn no existe se dice sencillamente y, sin embargo, la diversidad de sus personajes, lo viajarn a travs de sensaciones que anteponen lo csmico a la ilusin de un amor que jams llegar, a la marginacin, al rapto y a los tantos misterios que estn por surgir de entre las aguas de una inundacin que nadie esperaba. Siga los pasos de El Gato Negro y sedzcase en su mirada!

• Idioma: Español
• Editorial: Palibrio
• Fecha de lanzamiento: 31 oct 2012
• ISBN: 9781463338930

Iturralde

Iturralde & Vargas Nació el 21 de Marzo en la ciudad de Chihuahua, México. Es Licenciada en Contaduría Pública. Ha tomando Talleres de Narrativa impartidos por el Gobierno del Estado y Talleres de Relato Breve en España. Además, de clases máster con escritores de talla nacional como internacional. Ramòn Olvera y Reneè Acosta (México) Ronaldo Melendez (Cuba-España) Alejandro Margulis (Argentina) y José Luis Ordónez (España) Su primera obra “La Soldadera” (2004) nos revela lo absurdo de una guerra, una batalla incomprendida por las generaciones nacidas dentro de ella. La trama nos lleva a la consagración de un capricho amoroso, la brutalidad de las cruzadas y a la fugacidad con que los grandes héroes de la Revolución Mexicana, fueron desapareciendo. “Hanna y Sinsué” (2008) es su primera novela de Literatura Juvenil, en donde la fantasía y las aventuras no tienen fin. Sinsué un niño inventor y Hanna la hija del arquero del rey, se conocerán y a través de aventuras y peligros, dejarán huella en los corazones de los lectores, una obra que va creciendo página tras página. “El Circo de la Vida” (2009) una obra dirigida a niños y, que ningún adulto debe dejar de leer. Es un relato lleno de colorido y de personajes, una mezcla de tres historias que nos hablan sobre el ciclo de vida, la relación familiar y la muerte. “El Gato Negro” (2012) Novela corta. Apuesta por temas actuales, una maraña de personajes, de situaciones que datan desde el humor negro y el erotismo. Revela la cruda realidad de las sociedades y los temas expuestos viajan desde el lesbianismo, la violencia intrafamiliar y los juegos sexuales. Obtuvo el Segundo Lugar en el Concurso Internacional de Nanocuento Fantástico y Ciencia Ficción "Androides y Mutantes" 2012 Algunas de las obras de Iturralde & Vargas, han sido publicadas en: Argentina, Venezuela, España y Cuba. En el 2012 se unió a la Asociación de Poetas del Mundo, quienes han dejado una huella imborrable en su vida… La pasión por la poesía. Ha participado en antologías "Memoria de una Isla" Cuba y en Sevilla, España. Actualmente preside la Fundación “ConSuela” quien tiene como objetivo calzar a los niños marginados en su actual ciudad, Chihuahua. El nuevo libro de relatos cortos de Iturralde & Vargas titulado “Contorno Convexo" saldrá a la luz el verano del 2013.

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El gato negro

Iturralde & Vargas

Copyright © 2012 por Iturralde & Vargas.

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428836

Contents

Primera parte

–I– La gente común no existe

–II– Con veneno en la boca

–III– Serpientes y escaleras

–IV– Anuncios clasificados

Segunda parte

–V– El gato negro

–VI– Inventando Historias

–VII– Juan Diego

–VIII– El premio mayor

Tercera parte

–IX– La señora Norries

–X– Rubén se enamoró

–XI– Troquita modelo 76

–XII– Entre el agua y el miedo

Para Pily,

ejemplo de

fortaleza.

Para Mariel

y Eliab,

cómplices y

confidentes.

Para Oliverio

por su apoyo

incondicional.

Este último era un animal de notable tamaño y hermosura,

completamente negro y de una sagacidad asombrosa.

Al referirse a su inteligencia, mi mujer, que en el

fondo era no poco supersticiosa, aludía con frecuencia

a la antigua creencia popular de que todos los gatos

negros son brujas metamorfoseadas. No quiero decir que

lo creyera seriamente, y sólo menciono la cosa porque

acabo de recordarla…

EDGAR ALLAN POE

Primera parte

I: La gente común no existe

II: Con veneno en la boca

III: Serpientes y escaleras

IV: Anuncios clasificados

–I–

La gente común no existe

Rubén está seguro que sus masturbaciones frecuentes han cesado: ¡Dios lo ha sanado! Ha hablado con Él por meses enteros; durante las mañanas frías de noviembre, durante las noches cálidas de junio… incluso ayer. Sollozando, entre una lucha constante con su mano derecha, sus ojos exigiendo pornografía y sus labios rotos musitando plegarias. «La gente común no existe», se dice mientras toma una bolsa de plástico en donde deposita sus pantimedias favoritas, sus faldas exóticas y la ropa interior femenina, el perfume de orquídeas negras y la farsa de haberse librado de ese vicio adquirido desde la niñez. Sonríe. No es la primera vez que pone en el cesto de la basura sus preciados tesoros, pero en esta ocasión siente desde el interior de su alma reconfortada, que es la definitiva.

Es una mañana radiante como cualquier otra en Ojinaga, con su clima tan cargado de grados centígrados como de optimismo. La luz pesa en los párpados inflamados de Rubén, la palidez de su rostro refleja los días de encierro absoluto y la barba abarrotada cubre por completo su boca de labios carnosos. Sus pasos son delicados, pausados, como su manera de hablar y expresarse; es como si seleccionara desde el interior de su cabeza las frases precisas que deberá decir.

Laura pasa a escasa distancia de él, dándole los buenos días. Él la observa con ira, mira su cabello ondulado, dorado, su figura esbelta, su caminar firme y coqueto; lleva sandalias plateadas, coordinadas con las pulseras que tintinean aderezando sus pasos.

Varias lenguas de fuego parecen arder en el interior de Rubén; han sido vecinos durante los últimos años, pero debido a su hermetismo no conoce mucho de su vida. Respira profundo.

De pronto le azotan los recuerdos y piensa en Lucy; se asusta, se confunde, e inconscientemente sigue observando a Laura hasta que se pierde al doblar la esquina. No es la primera vez durante esa mañana que Laura transita por allí, lo ha hecho en un par de ocasiones y se dirige a la librería que en pocos días inaugurará su madre. Rubén la conoce suficientemente bien, muy a su manera; ha tenido sueños con ella, sueños tanto dormido como despierto. Laura ha estado presente en sus mejores fantasías; se ha hastiado del olor de su cabello, de sus manos temblorosas recorriéndolo, le ha arrancado los pezones con los dientes… y ahora, sólo tiene para ella una palabra: ¡Puta! Porque él ya es salvo, Dios lo liberó del pecado.

De pronto, una sombra lo cubre, las nubes se amotinan y chocan, ha comenzado a llover, lo cual es grato. Ojinaga se caracteriza además por su corta temporada de lluvias, y ahora con ella, sin duda está garantizada una agradable tarde. Rubén entra a casa, impregnado de la primera llovizna; se sacude los brazos, se prepara café cargado, toma el periódico local, sonríe con los encabezados, lee algunas noticias, se salta los deportes, va a los clasificados y con su dedo índice señala un anuncio, el de la venta de una troquita modelo 76. Un anuncio más parece llamar su atención, por los colores neón y un cohete espacial que hace alusión a la nueva tienda de juguetes eróticos. No puede evitar mirar hacia la calle con nostalgia, en donde, sin duda, la bolsa con sus preciadas pertenencias está hecha una sopa. Vuelve al diario. Se sacude la cabeza, arruga la nariz, se jala el lóbulo de la oreja izquierda. Se sirve café. Toma entre sus manos su sección favorita, «Sociales», se fija en un grupo de muchachitas de vestidos cortos, de flecos lacios y de zapatillas de plataforma. Hay una entre todas que llama su atención; está al centro, se distingue por las mechas ondeadas y por los hoyuelos en sus mejillas. No lee la nota, toma un bolígrafo y comienza a presionar el papel hasta que logra perforarlo justamente en el vientre de la chica, que posa para el evento de sus 18 años.

El pene de Rubén está firme, pero su salvación aún está fresca, motivo por el cual arroja el periódico y va en busca de su caballete y sus acuarelas. Varias ideas afloran en su mente; por una parte, la imagen de la chica del periódico; y por otra, la imagen de Laura. Se excita, se rasca la cabeza y se vuelve a jalar el lóbulo izquierdo. «Un gato –piensa–, un gato con ojos muy expresivos color negro, de boca rosada, de bigotes extensos; un gato femenino, con senos abultados y pezones rojizos; un felino con el vientre cubierto de pelaje en color caoba, de uñas largas, afiladas, marrones y una extensa cola…»

Sí, le agrada la