Mi Dulce Ilusión

Por Julio Rivera

Jesse Robinson es un joven de 25 aos de edad, pobre y deprimido por la muerte de su mejor amiga Mariann cuando apenas tena 10 aos, que vive en el pequeo pueblo de Greenville y que suea con algn da poder ser escritor y llegar a Hollywood.
Un da Jesse encuentra a una hermosa joven, Karem, con quien hace una linda amistad y comienza a enamorarse de ella. Luego Karem lo ayuda a hacer su gran sueo realidad, pero descubre que ella es un angel enviada para ayudarlo y al tener que irse nuevamente, Jesse regresa a su mundo de soledad y tristeza, pero al final todos los sueos y las cosas ms imposibles se hacen realidad y ella regresa para quedarse juntos y felices.
Una hermosa historia de amor que mezcla la realidad con la ficcin para crear un final feliz.

• Idioma: Español
• Editorial: Palibrio
• Fecha de lanzamiento: 15 jun 2012
• ISBN: 9781463330484

Julio Rivera

Nació en Camuy, Puerto Rico el 1 de octubre de 1981 y desde pequeño siempre se interesó por el dibujo y luego por la escritura. Estudió en la escuela Santiago R. Palmer del mismo pueblo, de la cual se graduó en el año 2000 para luego entrar a la Universidad de Puerto Rico en el pueblo de Arecibo, donde comenzó sus estudios como programador de computadoras, pero un año después decidió cambiarse al National College del mismo pueblo donde se graduó como auxiliar de farmacia tres años después y vivió en el pueblo de Camuy junto a sus padres y un hermano menor hasta la fecha de junio 2005, para luego venir a los Estados Unidos y vivir en Reading, Pennsylvania donde reside junto a su compañera Liliana hasta el presente.

Vista previa del libro

TABLA DE CONTENIDOS

El Sueño

La Realidad

El Encuentro

Un Mal Dia

El Reencuentro

La Trajedia

Un Triste Recuerdo

Recuerdos Del Pasado

De Vuelta A La Realidad

Dos Semanas Después

Dos Amigos Regresan

Un Hermoso Pero Trájico Lugar

La Inspiración

Un Feliz Sueño

La Sorpresa

De Paseo

Una Pequeña Despedida

De Viaje

Bienvenidos A California

Negocios

Una Buena Obra

De Angel A Mujer

Tres Meses Después

La Última Escena

La Entrevista

El Gran Estreno

La Gran Noche De Los Oscares

Una Triste Despedida

De Regreso

Bienvenido A Casa

Bienvenida A Casa Hija

El Regreso

El Sueño

DEDICATORIA

Este libro está dedicado a mi esposa Liliana Muñoz Montero por apoyarme y ayudarme durante la realización del mismo, así como también a su familia y mi familia.

También está dedicado a mis padres, Hilda y Julio, a mi hermano Roberto y su esposa Alice, a Martina Montero y a todos amigos de la calle 9 en Reading Pennsylvania.

Y especialmente a Dios por darme la inspiración para escribirlo y la oportunidad de hacer este sueño realidad.

SOBRE EL AUTOR

Nació en Camuy, Puerto Rico el 1 de octubre de 1981 y desde pequeño siempre se interesó por el dibujo y luego por la escritura. Estudió en la escuela Santiago R. Palmer del mismo pueblo, de la cual se graduó en el año 2000 para luego entrar a la Universidad de Puerto Rico en el pueblo de Arecibo, donde comenzó sus estudios como programador de computadoras, pero un año después decidió cambiarse al National College del mismo pueblo donde se graduó como auxiliar de farmacia tres años después y vivió en el pueblo de Camuy junto a sus padres y un hermano menor hasta la fecha de junio 2005, para luego venir a los Estados Unidos y vivir en Reading, Pennsylvania donde reside junto a su compañera Liliana hasta el presente.

EL SUEÑO

Un jardín muy grande y hermoso. Son aproximadamente las 12 del medio dia, el cielo azul claro con nubes blancas como el algodón y un sol resplandeciente, una brisa fresca que acaricia los árboles grandes y verdes, flores de diferentes estilos y colores, pájaros cuyo sonido hacen sentirse como en un paraiso, algunos animales jugando y mariposas de colores brillantes que vuelan de un lado para otro.

Dos niños, Jesse, un niño delgado de aproximadamente 10 años de edad, cabello negro y vestido con un pantalón largo de color azul y una camisa blanca de mangas cortas que hace combinación con sus zapatos negros y una niña, Mariann, de aproximadamente la misma edad, cabello negro y largo y vestida con un hermoso traje y zapatos de color blanco, juegan y corren felices por entre todas las flores al mismo tiempo que se escuchan sus sonrisas.

MARIANN – ¡Ven Jesse a que no me atrapas!

Jesse, el niño, la persigue por entre las flores.

JESSE – ¡No vas a poder escaparte!

Finalmente Jesse logra atraparla por la mano.

JESSE – ¡Te atrapé!

Las sonrisas continúan y ambos se detienen y se miran a los ojos. Luego Jesse se dirige hacia donde hay un grupo de rosas rojas, a solo pulgadas de distancia de donde ellos están parados y corta una de las más grandes y bonitas, se dirige a Mariann nuevamente y se la entrega mientras sonrie.

MARIANN – ¿Es para mi?

JESSE – Si, es para ti.

Mariann, un poco tímida, toma la rosa con mucha alegría y en ese mismo momento, una mariposa, con hermosas alas de colores, viene volando y se para encima de la flor.

MARIANN – Es Hermosa.

JESSE – Pero no más que tu.

Cuando Mariann trata de tocar la mariposa esta sale volando y ella, muy feliz, le da un abrazo a Jesse.

MARIANN – Eres mi mejor amigo Jesse. ¿Nunca me dejarás, verdad?

Jesse continúa abrazandola como si sintiese la mayor felicidad del mundo.

JESSE – Nunca te dejaré.

Mariann lo mira fijamente a los ojos.

MARIANN – ¿Lo prometes?

JESSE – Lo prometo.

MARIANN – ¿Y nunca te olvidarás de mi?

JESSE – Nunca.

Mariann se separa de el y en forma de juego, le da un suave empujón haciendo que Jesse retroceda varios pasos.

JESSE – ¡¡¡Oye!!!

MARIANN – Esta vez no me atraparás.

Mariann se rie y sale corriendo hacia donde están los árboles y Jesse, emocionado y con mucha alegría comienza a perseguirla.

JESSE – Ya verás como te atrapo.

Pero al llegar a los árboles la niña desaparece y Jesse mira para todos lados, pero no logra encontrarla.

JESSE – ¡¡¡Mariann!!!

Jesse la llama varias veces y con un tono de voz más alto, pero esta no contesta y en sus ojos comienza a reflejarse la preocupación.

JESSE – Mariann, ¿dónde estás? Oye me estás preocupando.

De pronto se escucha la voz de la niña.

MARIANN – ¡Oye!

Jesse da la vuelta hacia el árbol que está detrás de el, pero aun no logra verla.

JESSE – No puedo verte.

MARIANN – Aquí arriba.

Jesse mira hacia arriba y observa a Mariann parada sobre una de las ramas del árbol y en su rostro se refleja la preocupación mientras ella continúa riendose.

JESSE – ¿Qué haces ahí? ¿Cómo te subiste a ese árbol?

MARIANN – Te dije que no me encontrarías.

JESSE – Baja de ahí.

MARIANN – Ven por mi.

JESSE – Vamos Mariann no estoy jugando, es muy peligroso. Por favor baja de ahí.

Mariann observa la preocupación de Jesse y toma una actitud más seria.

MARIANN – Está bien, voy a bajar.

JESSE – Es lo mejor.

Marian se dispone a bajar del árbol, con mucho cuidado y suavemente, pero al caminar pone uno de sus pies sobre una rama seca y al partirse esta resbala y cae del árbol, de espaldas, como a unos 15 pies de altura, solo se escucha un pequeño quejido por parte de ella y al tocar el suelo su cabeza da contra una roca y Mariann permanece totalmente inmovil.

JESSE – ¡¡¡Mariann!!!

Jesse grita desesperado al observar a su amiga tirada en el suelo inconciente y sale corriendo.

Jesse se acerca a ella, la toma en sus brazos y la observa con sus ojos llenos de lágrimas, pero esta no responde, ni siquiera puede sentirse su respiración y sus ojos permanecen cerrados.

JESSE – ¡¡¡Mariann, no!!!

LA REALIDAD

De repente, Jesse, el mismo Jesse, pero convertido en un joven de aproximádamente 25 años de edad, igualmente delgado y de cabello corto, vestido con un pantalón corto y una camisa blanca sin mangas, despierta asustado de ese hermoso, pero trájico sueño.

Su cuarto, uno no muy grande y sin muchos lujos, como el de una persona pobre, con cosas básicas, como una cama de tamaño full size, un viuro y una mesa de noche con una lámpara, un armario de madera, una televisión moderna, pero no muy grande y a través de la ventana se refleja la luz del sol de la mañana.

Luego Jesse se sienta y se coloca las manos sobre la cara, se quita la sabana que está cubriendo su cintura, se acerca a la ventana que está al lado de su cama, la abre dejando que la luz del sol entre en todo el cuarto y se acerca para tomar un poco de aire.

Así permanece varios segundos dejando que la luz del sol acaricie su rostro mientras observa hacia afuera los pequeños edificios que lo rodean y luego se levanta de la cama, observa el reloj que se encuentra encima de la pequeña mesa de noche y al lado de la lámpara que está encendida.

El reloj marca las 12 del medio dia y luego apaga la lámpara, camina hacia el baño, abre la puerta y entra a este.

Una vez dentro del baño Jesse se para frente al lavamanos, abre el botiquín con espejo que se encuentra frente a el, toma un cepillo de dientes, le coloca un poco de pasta dental y se lava la boca.

Al terminar se lava la cara y finalmente se seca con la toalla que está colgada en una pared y sale del baño.

Nuevamente en el cuarto Jesse se dirige hacia el armario de madera, abre las puertas, toma un pantalón maón de color azul y una t-shirt color negra, se viste y después toma los zapatos que se encuentran en una esquina, se sienta sobre la cama, se coloca las medias y luego los zapatos y finalmente se pone de pie, toma su cartera que está encima del biuro, la coloca en su bolsillo, camina hacia la puerta, la abre y sale.

En el exterior, un edificio de 10 pisos, con una pequeña área de recreación, árboles, bancos de metal y madera sobre los cuales están sentadas algunas personas y la puerta de entrada del edificio se abre y Jesse sale.

Este camina hasta llegar a una pequeña cancha de baloncesto que está a solo pies de distancia y que es parte del edificio y se acerca a un niño de color, de aproximádamente 12 años de edad y vestido con un pantalón corto y una camisa sin mangas de color rojo en la cual dice Jordan con letras negras en la espalda, que está solo, tirando su balón hacia el canasto.

JESSE – ¡Oye Tim!

Al escuchar su nombre el niño da la vuelta hacia Jesse y le sonríe.

TIM – Hey, Jesse.

JESSE – Faltan solo cinco segundos para que termine el partido y Michael Jordan está libre en la zona de tres puntos.

El niño, emocionado, como si estuviese en un juego de baloncesto real, le lanza el balón a Jesse.

TIM – Y el pequeño Tim le lanza el balón y Jordan se prepara para hacer su último tiro.

Jesse toma el balón y se prepara para tirarlo hacia el canasto desde la línea de tres puntos mientras comienza