Katy Perry está sentada en el jardín de su casa en Santa Bárbara. Miro sus ojos azules pixelados por acción de la pantalla y el efecto es dicotómico. Porque a través de los años he visto dos versiones muy claramente diferenciadas. Katy Perry, educada en un hogar religioso, convertida en una estrella pop imponente, casi de caricatura, que superó todos los récords (incluyendo cinco simples de un álbum en el puesto número uno, hazaña igualada solo por Michael Jackson), presentó el show de entretiempo del Super Bowl más visto de todos los tiempos, y llegó a ser la mujer más seguida en Twitter. Pero también está Katheryn Hudson, revelando su ser más íntimo en el documental de 2012 , que siguió los 124 shows de su agotadora gira . Vimos a Hudson –casi voyeurísticamente– mientras su matrimonio se derrumbaba y las lágrimas le entrecortaban la respiración, vistiendo el característico bustier de motivos de remolino verde con cubrepezones que simulan pastillas de menta, transformarse en Perry. Un destello de sonrisa falsa y se convierte en una.
el AROMA de las margaritas
Jun 10, 2021
6 minutos
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