Teoría De Los Sistemas Sociales: Un Modelo Basado En Los Sistemas Mentales

Por Juan Martín Figini

La teora de los sistemas sociales est basada en el conocimiento de los sistemas mentales. Esta particularidad se debe a la necesidad imperiosa de explicar los fenmenos sociales de la forma ms rigurosa y completa posible.
Todas las manifestaciones humanas colectivas a nivel de los pensamientos, emociones, comportamientos y resultados son la propiedad emergente del sistema mental colectivo, responsable de decodificar los estmulos internos y/o externos de la comunidad bajo estudio.
En este sentido, todos los pensamientos colectivos y las emociones colectivas, que generan y guan a todos los comportamientos y las relaciones sociales, son una secuencia causal que se inicia en el sistema mental social, especficamente en el subsistema de creencias colectivo de la comunidad protagonista.
A lo largo de este modelo podrn leer, estudiar e investigar diversos tipos de fenmenos sociales y notarn que una de las variables explicativas ms relevantes son las asociaciones de creencias colectivas que definen la particular personalidad del sistema social y, en consecuencia, el orden social emergente.

• Idioma: Español
• Editorial: AuthorHouse
• Fecha de lanzamiento: 24 mar 2017
• ISBN: 9781524675417

Juan Martín Figini

Juan Martín Figini ha dedicado su carrera a la comprensión y el desarrollo del ser humano en el medio social. Publicó la primera versión de la Teoría de los Sistemas Mentales en el año 2009 y su versión en inglés, Mental Systems Theory, en 2012. Esta obra ofrece un modelo sobre el funcionamiento de la mente y su relación con el alma y con el cuerpo, desarrollando un conjunto de conceptos y leyes que explican los fenómenos mentales y su responsabilidad en la gestación de las emociones y los comportamientos, con el objetivo de mejorar la calidad de vida de los seres humanos. Asimismo, ha desarrollado la Ingeniería de los Sistemas Mentales, una disciplina que tiene la finalidad de comprender y operar en el sistema mental para reestructurar el sistema de creencias de acuerdo al estado deseado que el sistema humano anhela alcanzar. Ha diseñado e implementado diversos sistemas de entrenamiento basados en la Ingeniería de los Sistemas Mentales, incluyendo el Programa de Desarrollo Vocacional, el Entrenamiento Mental para Deportistas, el Programa de Evolución Personal, entre otros. Se ha desempeñado como consultor de Manchester Business School, The University of Manchester, Inglaterra. Ha desarrollado diversos programas educativos para el British Council entre ellos: Successful Teamwork y Words create Worlds. Es licenciado en Ciencia Política de la Universidad de San Andrés, Argentina. Realizó una tesis de licenciatura titulada Alienación en Rousseau: Crítica Social y Proyecto Pedagógico, que recibió por parte del jurado académico de la Universidad de San Andrés la máxima calificación de diez puntos. Cursó, además, la licenciatura en Relaciones Internacionales en dicha universidad. Recibió una beca completa otorgada por la Weatherhead School of Business, Case Western Reserve University, USA, donde realizó el posgrado: Appreciative Inquiry Certificate in Positive Business and Society Change. Posee los títulos de posgrado en Modelos y Herramientas del Coaching Ontológico y posgrado en Técnicas y Dinámicas de Intervención del Coaching, de la Universidad de Buenos Aires (UBA). Es master en Programación Neurolingüística, aprobado por el Southern Institute of NLP, The Society of NLP, International NLP, USA. Recibió la Certificación Internacional en Coaching de la International Coaching Community (ICC), habiendo sido evaluado y aprobado por Joseph O'Connor. Además, recibió la certificación en el Fundamental Course y en el Nivel Advance de EFT −The Emotional Freedom Techniques− por The EFT Certificate of Completion Program, USA. Además, realizó los cursos: “Fenomenología de la intersubjetividad y su importancia para la comprensión de las enfermedades mentales”, Facultad de Filosofía, Universidad Católica Argentina (UCA); “Yo, sujeto e identidad. El nacimiento de estos conceptos en la Edad Moderna (Siglos XVII y XVIII)”, Facultad de Filosofía, Universidad Católica Argentina (UCA) y “El modo de ser del sujeto humano en la filosofía de Kant y Hegel”, Facultad de Filosofía, Universidad Católica Argentina (UCA).

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© 2017 Juan Martín Figini. Todos los derechos reservados.

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Publicada por AuthorHouse 03/23/2017

ISBN: 978-1-5246-7543-1 (tapa blanda)

ISBN: 978-1-5246-7542-4 (tapa dura)

ISBN: 978-1-5246-7541-7 (libro electrónico)

Numero de la Libreria del Congreso: 2017903648

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ÍNDICE DE CONTENIDOS

AGRADECIMIENTOS

INTRODUCCIÓN

EL SISTEMA SOCIAL: ESTRUCTURA Y COMPONENTES

El sistema humano

El sistema humano individual

Relaciones humanas

Tipos de relaciones humanas

Compatibilidad y relación simpática entre las personalidades

El sistema social

Realidades y estímulos sociales

Tipos de sistemas sociales

El sistema mental social

Imágenes sociales

Sistema de creencias sociales

Tipos de creencias sociales

Pensamientos sociales

Leyes del sistema mental social

El sistema corporal social

Emociones sociales

Comportamientos sociales

Resultados sociales

Estructura, instituciones y orden social

Tipos de capitales y clases sociales

Voluntad social

DINÁMICAS DE CONSERVACIÓN Y CAMBIO

El proceso de socialización

Poder de socialización

El poder de socialización y sus correlaciones

Integración y fragmentación social

El sistema de conservación social

Mecanismo de neutralización

Castigo

Cambio social

Aprendizaje social

Masa crítica

Tipos de cambios sociales

Estabilidad, inestabilidad y quiebre

Evolución social

Involución social

OPINIÓN PÚBLICA, DIÁLOGO E INFLUENCIA

Opinión pública

Tipos de opiniones públicas

Rumores

Sistema de valoración social

Fama e identidad pública

Discriminación

Diálogo colectivo

Influencia

Poder

Tipos de influencia

Diferencias entre influencia, persuasión y manipulación

Liderazgo

CONCLUSIÓN

GLOSARIO

ÍNDICE DE FIGURAS

AUTOR

OBRAS RELACIONADAS

AGRADECIMIENTOS

Hubo una persona que me acompañó durante todo el proceso de gestación de esta obra, y su nombre es Cecilia Hirschler Fernández, quien resulta ser mi esposa. Gracias a Dios nos encontramos y no tuvo dudas en seguirme en este proyecto muy novedoso con implicancias positivas. Ella tuvo que renunciar momentáneamente a dedicarse a su vocación, que es el arte y la literatura, para que yo pueda desarrollar este proyecto. Todos los gráficos, algunos ejemplos y parte del orden fueron aportes de ella invaluables, que significaron para mí un ahorro enorme de tiempo. Siempre que finalizaba de desarrollar una parte de la teoría pedía su análisis y reflexión. Estoy profundamente agradecido de haber compartido esta obra con ella y que sus labores relacionadas contribuyeran a la concreción de este gran objetivo.

Muchas gracias mi Amor por ayudarme a desarrollar esta obra. Gracias por este enorme acto de amor y generosidad.

Y siempre le agradezco a Dios y a todos sus servidores por acompañarme en cada paso que doy. A veces me equivoco, pero evalúo mis errores y rectifico mi conducta. Gracias por todas las enseñanzas y desafíos que viví y que viviré. Gracias. Me ayudan a crecer. Me ayudan a madurar.

INTRODUCCIÓN

La teoría de los sistemas sociales está basada en el conocimiento de los sistemas mentales.¹ Esta particularidad se debe a la necesidad imperiosa de explicar los fenómenos sociales de la forma más rigurosa y completa posible.

Todas las manifestaciones humanas colectivas a nivel de los pensamientos, emociones, comportamientos y resultados son la propiedad emergente del sistema mental colectivo, responsable de decodificar los estímulos internos y/o externos de la comunidad bajo estudio.

En este sentido, todos los pensamientos colectivos y las emociones colectivas, que generan y guían a todos los comportamientos y las relaciones sociales, son una secuencia causal que se inicia en el sistema mental social, específicamente en el subsistema de creencias colectivo de la comunidad protagonista.

Todos los comportamientos y relaciones comunitarias, y sus respectivos resultados, generan un particular orden colectivo que manifiesta el sistema social. El mismo es una entidad cuya existencia y funcionamiento se justifica como un todo mediante la interacción de la voluntad social con el sistema mental social y el sistema corporal social entre sí.

A medida que vayan leyendo la obra se percatarán de la enorme importancia que tiene el sistema mental social en cuanto a que aporta las asociaciones de creencias colectivas responsables de todas las manifestaciones comunitarias que desarrolla un particular sistema humano colectivo.

Existen factores externos al sistema social y factores internos que constituyen imágenes sensoriales para los miembros que los perciben y, por ende, son distintas fuentes de fenómenos. Pero independientemente de que el estímulo sea externo o interno, el responsable de adjudicar sentido lingüístico, y generar los diversos pensamientos sociales generadores de una particular realidad social, es el sistema mental social.

A lo largo de este modelo podrán leer, estudiar e investigar diversos tipos de fenómenos sociales y notarán que una de las variables explicativas más relevantes son las asociaciones de creencias colectivas que definen la particular personalidad del sistema social.

Sin más preámbulo, los invito a recorrer y explorar con una mente abierta, escéptica, y un espíritu crítico esta obra que me di el permiso de desarrollar y compartir.

EL SISTEMA SOCIAL: ESTRUCTURA Y COMPONENTES

El sistema humano

Un sistema humano es una entidad cuya existencia y funcionamiento se justifica como un todo mediante la interacción del alma con el sistema mental y el sistema corporal entre sí.

Existen dos tipos de sistemas humanos: los sistemas humanos individuales y los sistemas humanos colectivos.

Los sistemas humanos individuales son los seres humanos.

Los sistemas humanos colectivos son los sistemas sociales. Los mismos están constituidos por dos o más sistemas humanos individuales que interactúan entre sí, y también puede recibir el nombre de comunidades.²

En la Teoría de los sistemas mentales³ se ha explicado el funcionamiento de los sistemas humanos individuales, haciendo especial hincapié en el sistema mental, y más específicamente, en el sistema de creencias, dado que los mismos son la clave para comprender los pensamientos, emociones y consecuentes comportamientos de los seres humanos.

En el presente libro se explicará el funcionamiento de los sistemas humanos colectivos, para ello debemos recapitular los conceptos básicos que definen a los sistemas humanos individuales.

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Figura 1: Sistema humano. Estructura básica.

Antes de continuar, vale hacer algunas aclaraciones metodológicas.

Se denomina entorno a la realidad externa con la que interactúa el sistema humano.

A fines analíticos, haremos una distinción entre los conceptos de protagonista y público.⁴

Llamaremos protagonista a aquel sistema humano que estemos analizando.

El público está constituido por todos los sistemas humanos que integran el entorno con el cual el protagonista interactúa.

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Figura 2: Protagonista y público.

Además, se emplearán los conceptos de persona individual y persona social.

La persona individual hace referencia a la identidad que define a un determinado sistema humano individual. La persona social se refiere a la identidad que define a un determinado sistema humano colectivo.

La identidad es el conjunto de asociaciones de creencias que definen a la forma de ser del sistema humano.

El sistema humano individual⁵

El sistema humano individual es un ser humano. El mismo es definido como una entidad cuya existencia y funcionamiento se justifica como un todo mediante la interacción del alma con el sistema mental y el sistema corporal entre sí.

El alma es energía consciente que goza de libre albedrío y opera en el sistema mental y en el sistema corporal. En adelante, los términos alma y voluntad se emplearán como sinónimos. La misma tiene dos facultades fundamentales: consciencia y libre albedrío. La consciencia es la capacidad de reconocer lo que sucede en el sistema mental y corporal. El libre albedrío es la capacidad de elegir entre distintas opciones de manifestación.

El sistema mental es una entidad cuya existencia y funcionamiento se justifica como un todo mediante la interacción del sistema sensorial mental y el sistema de creencias. El input del sistema mental es la información sensorial y el output son los pensamientos.

El sistema sensorial mental es una entidad cuya existencia y funcionamiento se justifica como un todo mediante la interacción de los subsistemas auditivo, visual, táctil, olfativo, gustativo y sensitivo interno. El mismo es responsable de generar las imágenes sensoriales (o impresiones sensoriales), que pueden ser de origen externo o interno. En el primer caso, las imágenes son producto de la información sensorial captada desde el entorno por los sentidos del aparato biológico de percepción. En el segundo caso, las imágenes pueden ser de origen corporal (información recibida sobre el funcionamiento interno del sistema corporal) o de origen mental.

Entonces, el emergente del sistema sensorial mental son las imágenes sensoriales, que inmediatamente son captadas por el sistema de creencias. El mismo es una entidad cuya existencia y funcionamiento se justifica como un todo mediante la interacción de las creencias.

Las creencias son ideas que poseen una determinada carga e intensidad energética y tienen un cierto grado de veracidad. Las ideas son imágenes sensoriales dotadas de sentido lingüístico.

Las imágenes sensoriales que ingresan al sistema de creencias son decodificadas por las creencias y como propiedad emergente surgen los pensamientos.

Los pensamientos son ideas que tienen una cierta carga e intensidad energética y afectan al sistema corporal.

El sistema corporal es el sistema biológico humano.

Uno de los efectos que producen los pensamientos son las emociones. Las emociones son sensaciones corporales causadas por los pensamientos. Específicamente, la emoción o sentimiento es la acción y efecto de sentir. Sentir es la acción de reconocer bio-sensorialmente la estructura del pensamiento.

Los pensamientos generan emociones. Los pensamientos y las emociones generan comportamientos.

Los comportamientos son acciones corporales (físicas y/o lingüísticas) que afectan la realidad. Toda alteración de la realidad generada por el comportamiento se define como resultado.

Para ilustrar estos conceptos y procesos, tomemos el ejemplo de una mujer que tiene en sus brazos a su hijo recién nacido.⁶ Su aparato biológico de percepción está captando con sus sentidos biológicos una serie de estímulos externos: la imagen visual del bebé, su aroma, el peso de su cuerpo, la suavidad de su piel, los sonidos que emite.

Dichos estímulos son transmitidos a través de su sistema cerebral al sistema sensorial mental, el cual decodifica la información que recibe a través de los tipos sensoriales y la convierte en una imagen sensorial mental, transmitiéndola a su sistema de creencias.

La imagen sensorial genera resonancia con la creencia este es mi bebé, asignándole ese sentido lingüístico a la imagen. Como el sistema de creencias está constituido por una estructura de creencias interdependientes, la imagen sensorial ingresante, además, genera resonancia con un conjunto de creencias asociadas, como mi hijo es un bebé, mi bebé es hermoso, etc. En consecuencia, de la interacción de este grupo de creencias emerge el siguiente pensamiento de su sistema mental: qué hermoso es mi hijo.

Ese pensamiento ingresa a su sistema corporal, donde su sistema emocional emite la emoción de dicha, lo que impulsa a la mujer a llevar a cabo el comportamiento de abrazar más fuerte a su hijo y darle un beso.

Como resultado, el niño toca su frente, lo cual constituye un nuevo estímulo externo que la madre va a decodificar.

Vemos en este caso que el comportamiento llevado a cabo por la mujer, los resultados que dicho comportamiento generó y las emociones que sintió, fueron el efecto de la forma en que su sistema de creencias decodificó el estímulo y del pensamiento que emitió en consecuencia.

En síntesis, tal como establece la ley de manifestación humana, existe una determinada secuencia de manifestación que comienza con las creencias y finaliza con los comportamientos. Las creencias son las causas de los pensamientos. Los pensamientos son las causas de las emociones. Los pensamientos y las emociones son las causas de los comportamientos.

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Figura 3: Niveles de manifestación humana.

Finalmente, los comportamientos producen una alteración específica de la realidad, definida como resultado. A su vez, los resultados pueden generar nuevos estímulos para dicha secuencia.

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Figura 4: Secuencia de manifestación-resultados-estímulos.

*El sistema humano solo es parcialmente responsable de los resultados, ya que los mismos surgen de la interacción del sistema humano con la realidad.

Todo pensamiento, emoción y comportamiento es una consecuencia de una particular asociación de creencias activas.

En el sistema mental existen creencias activas y pasivas. Las creencias activas son todas las creencias que afectan el proceso de pensar y constituyen la estructura de creencias. Las creencias pasivas se encuentran en estado potencial y no constituyen la estructura de creencias, por ende, no afectan el proceso de pensar.

En la figura 5 podemos observar los componentes de un sistema humano individual que interactúa con el entorno a partir de un estímulo externo.

Dado que todos los estímulos, sean de origen interno o externo, son moldeados por las creencias activas de cada sistema humano a través del proceso de decodificación, es fundamental comprender el funcionamiento del sistema de creencias activo.

El mismo está compuesto por una red de creencias activas que poseen una determinada distribución de energía mental y desarrollan múltiples relaciones de acuerdo a distintos principios lógicos operativos. Dicha red es también llamada estructura de creencias. La misma determina la forma en que el sistema humano interpreta la realidad interna y externa que lo afecta, las emociones que experimenta y su forma de actuar en consecuencia.

Comprender esto es necesario para entender las interacciones entre los sistemas humanos −es decir, las relaciones humanas− que constituyen a los distintos tipos de sistemas sociales.

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Figura 5: Sistema humano individual.

Relaciones humanas

Las relaciones humanas son intercambios de estímulos entre dos o más sistemas humanos que generan una situación de afectación mutua entre las partes.

Estos estímulos son información sensorial de origen externo generada por los comportamientos que cada individuo lleva a cabo en la interacción y que produce una situación de afectación mutua.

Los comportamientos son acciones corporales (físicas y/o lingüísticas) que alteran la realidad.

El comportamiento físico abarca todas las acciones corporales no lingüísticas que afectan la realidad. El comportamiento lingüístico abarca todas las acciones lingüísticas que afectan la realidad. La acción lingüística puede ser oral, escrita, gestual o una combinación de las anteriores.⁷ El comportamiento mixto abarca todas las acciones físicas y lingüísticas ejercidas simultáneamente.

Una conversación filosófica entre dos personas, por ejemplo, es un fenómeno de relaciones humanas, sustentada en acciones lingüísticas. Un grupo de personas jugando al fútbol es otro caso de relaciones humanas, sustentado mayormente en acciones físicas (correr, patear la pelota, interceptarla, atajar, etc.) y posiblemente algunas acciones lingüísticas (los jugadores del mismo equipo intercambiando estrategias de juego, jugadores de equipos contrarios insultándose, etc.).

En este caso, se entiende por afectación una alteración que se genera en el razonamiento de un sistema humano producto del estímulo externo que fue captado. Esto puede desencadenar una serie de pensamientos, emociones y comportamientos distintos de los que se habían desarrollado con anterioridad a recibir el estímulo.

La afectación mutua es la alteración del estado de razonamiento colectivo de las partes que interactúan.

Los sistemas humanos al interactuar, además de intercambiar comportamientos, están intercambiando pensamientos y emociones. Esto significa que una relación no solamente se trata de un intercambio de acciones corporales sino además de un intercambio de acciones mentales. La acción mental es el proceso de pensar y su propiedad emergente es el pensamiento, cuya consecuencia es una emoción.

Por ende, podemos decir que las relaciones humanas consisten en un intercambio de pensamientos, emociones y comportamientos.

Dado que todo comportamiento está sustentado en pensamientos y emociones, los pensamientos ocupan un lugar decisivo en las lógicas de interacción.

Se podría decir que la interacción a nivel del comportamiento es una sucesión lógica o predecible de la interacción a nivel del pensamiento.

Todos los sistemas sociales están constituidos por sistemas humanos individuales y los mismos desarrollan distintos tipos de relaciones entre sí de acuerdo a las funciones y necesidades que deben atender.

La figura 6 nos muestra qué sucede a nivel mental y corporal cuando dos sistemas humanos se relacionan.

Siguiendo al gráfico, veamos un ejemplo donde el sistema humano A es una mujer que está caminando por la calle, pasa por un bar y recibe el estímulo externo del aroma a comida. Su sistema sensorial biológico capta el aroma a través del subsistema olfativo y lo transmite al sistema sensorial mental. Como emergente se genera una imagen sensorial del aroma que es transmitida al sistema de creencias. La imagen sensorial, cuando ingresa al sistema de creencias genera resonancia con un conjunto de creencias (1): tengo hambre, me gusta cenar en casa viendo televisión, no tengo comida para hoy en la heladera, recuerdo que en esta cuadra hay un mercado que abre hasta tarde, etc. Como resultado emerge el siguiente pensamiento (2) de su sistema mental: voy a comprar comida en el mercado para cenar esta noche. Dicho pensamiento le genera la emoción positiva (3) de entusiasmo, sustentada en la imagen de futuro ella misma esa noche relajada frente al televisor, cenando una comida que le gusta. La mujer abre la puerta del negocio y entra (4 – 5).

El vendedor (sistema humano B) recibe el estímulo auditivo de la puerta abriéndose y el estímulo visual de la mujer entrando (6). Su sistema biológico de percepción transmite esa información (7) a su sistema sensorial mental (8), el cual genera las correspondientes imágenes auditivas y visuales que ingresan a su sistema de creencias (9), donde generan resonancia con las siguientes creencias: estoy cansado, me quiero ir, no corresponde entrar a comprar dos minutos antes de que cierre el negocio y surge el siguiente pensamiento (10) estoy cansado, no le voy a vender nada. Con la emoción (11) negativa de fastidio, antes de que ella pueda avanzar hacia una góndola, el hombre le dice, estoy cerrando, no puedo vender más nada y le abre la puerta para que se vaya (12-13). La mujer recibe ese estímulo externo visual y auditivo (14), que luego es transmitido (15) a sus sistema sensorial mental (16), y el ciclo de interacción vuelve a comenzar.

Podemos suponer que en la mente de la mujer, dichas imágenes resuenan con ciertas creencias predominantes en su estructura de creencias (1): todas las personas deben ser respetuosas con sus semejantes, un comerciante tiene la obligación de vender a sus clientes, con lo cual emite el pensamiento (2), usted me debe respetar, le voy a exigir que me venda, lo cual le genera la emoción (3) negativa de enfado, y actúa en consecuencia quedándose de brazos cruzados en el negocio con actitud desafiante y le dice el cartel indica que el negocio está abierto (4). De esta manera, el ciclo continúa hasta que ambas personas dejan de interactuar.

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Figura 6: Relación entre dos sistemas humanos.

Tipos de relaciones humanas

Las relaciones humanas pueden entenderse como la dinámica de interacción que une a todas las partes constitutivas de una comunidad. Entre las partes se puede dar una retroalimentación positiva o negativa.⁸

El primer caso se corresponde con las relaciones humanas positivas, comprendidas como un intercambio de estímulos entre dos o más sistemas humanos que genera una situación de afectación positiva entre las partes.

El segundo caso se corresponde con las relaciones humanas negativas, que constituyen un intercambio de estímulos entre dos o más sistemas humanos que genera una situación de afectación negativa entre las partes.

En el capítulo anterior, vimos un intercambio de estímulos negativos entre las partes, donde el comportamiento del vendedor, sustentado en pensamientos y emociones negativas, afectó negativamente a la clienta, la cual respondió generando el mismo tipo de estímulos. Allí estamos en un ejemplo de relaciones humanas negativas.

Si el vendedor, en cambio, hubiese decodificado los estímulos recibidos (la imagen de la mujer entrando al negocio) con el siguiente conjunto de creencias: tener más clientes es bueno para mi negocio, si trato bien a mis clientes, van a volver, podría haber emitido el siguiente pensamiento positivo: qué bueno, entró un nuevo cliente, generando la emoción positiva de satisfacción. El vendedor hubiese llevado a cabo un comportamiento positivo, diciendo buenas noches con una sonrisa. Ese estímulo positivo hubiese generado una afectación positiva en la clienta y posiblemente una acción positiva en respuesta. Este sería un ejemplo de relaciones humanas positivas.

Existe otra serie de categorizaciones que nos permiten diferenciar a los distintos tipos de relaciones humanas.⁹

Las relaciones funcionales representan un intercambio de estímulos entre dos o más sistemas humanos que es funcional para el logro de los objetivos.

En las relaciones disfuncionales el intercambio de estímulos entre dos o más sistemas humanos no es funcional para el logro de los objetivos.

Veamos el ejemplo de un equipo de fútbol (sistema humano colectivo) que tiene el objetivo de ganar un partido para clasificarse en un campeonato. Si los jugadores tuvieran un conjunto de creencias predominantes en su sistema mental que los llevaran a emitir el siguiente pensamiento: tenemos que cooperar para ganar los partidos, dicho pensamiento los llevaría a desarrollar un nivel muy alto de cooperación y confianza entre ellos, lo cual sería funcional para ganar el partido. Si en cambio, en el mismo equipo predominara el pensamiento el egoísmo individual es la clave del éxito, los jugadores evitarían escuchar a sus compañeros o hacerles caso en sus pedidos de pase, lo que sería disfuncional para el logro del objetivo común. En el primer ejemplo, estamos viendo un caso de relaciones funcionales, mientras el segundo ejemplo es un caso