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Retroceder Nunca Rendirse Jamás: Somos Constructores De Nuestra Propia Vida. Hacemos O Deshacemos Nuestro Futuro.
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Libro electrónico300 páginas3 horas

Retroceder Nunca Rendirse Jamás: Somos Constructores De Nuestra Propia Vida. Hacemos O Deshacemos Nuestro Futuro.

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Alexander P. Pucho.

Nacido en Bolivia, Departamento de La Paz -Copacabana. Estudiante de teologa y autor de los libros, Dejemos Huellas en la Vida, La Llave y la Fuente de la felicidad, y el tercer libro Los Hbitos te hace o te deshace, est en redaccin. Actualmente radica en California EE. UU. Apoyando a campaas evangelisticas.
IdiomaEspañol
EditorialPalibrio
Fecha de lanzamiento21 jul 2011
ISBN9781463303426
Retroceder Nunca Rendirse Jamás: Somos Constructores De Nuestra Propia Vida. Hacemos O Deshacemos Nuestro Futuro.
Autor

Alexander P. Pucho

P. Alexander Pucho. Nacido en Bolivia, Departamento de La Paz. Estudiante y autor de los libros, “Dejemos Huellas en la Vida”, “Retroceder Nunca Rentirse Jamas”, y el tercer libro “El Habito te Hace o te Deshace”, está en redacción. Actualmente radica en los angeles California, EE.UU.

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    Retroceder Nunca Rendirse Jamás - Alexander P. Pucho

    Índice

    Dedicatoria

    Prefacio

    I

    II

    III

    IV

    V

    VI

    VII

    VIII

    IX

    X

    XI

    XII

    XIII

    XIV

    XV

    XVI

    XVII

    XVIII

    XIX

    XX

    XXI

    Fuentes consultadas

    Dedicatoria

    Primeramente doy gracias a mis padres que me enseñaron a tener la mente fija en la meta como brújula en el polo y un corazón latiendo por un sueño que debe ser alcanzado.

    Dedico este libro, además, a mis compañeros de trabajo con los cuales he convivido mucho tiempo en los estados de Tejas y California, EE. UU. por más de dos años. Podría decir que hemos luchado juntos como equipo entre los vientos y las mareas de la vida, compartiendo los momentos de alegría y de tristeza, de escasez y de abundancia. De modo que unimos nuestras fuerzas, aunque somos de diferentes países y culturas, para lograr nuestras metas y nuestros sueños porque, al fin y al cabo, perseguimos una sola cosa: servir a la gente. Especialmente a Luis García, Wilfredo Girena, Bairo Ramírez, Gilberto Méndez y otros compañeros que también se han unido al equipo de trabajo. Ha sido un placer haber trabajado unidos como si fuésemos hermanos carnales. ¡Qué Dios les bendiga y les cuide donde quiera que vayan, y que recuerden siempre que tenemos una meta: encontrarnos en aquél anhelado hogar!

    Agradezco a la Dra. Haydée Ayala-Richards por su cooperación en la redacción del libro. ¡Qué Dios la bendiga!

    Prefacio

    Somos viajeros que viajamos en esta vida desde la cuna hasta la tumba y cada persona teje su propio destino. Un destino lleno de progreso sólo se hace al servir y no hay progreso para el ser avaro. Dice el poeta español Antonio Machado: Caminante no hay camino, haz camino al andar. Algunos caminan rápido y otros despacio, unos solos y otros acompañados, pero todos nos acercamos cada día más a la tumba.

    En nuestra todos albergamos en nuestras mentes, sueños de llegar a ser algo, sea consciente o inconsciente, de manera voluntaria o involuntaria. Esas intenciones que nos impulsa pueden llegar a ser constructivas o destructivas, de acuerdo a nuestra actitud. Pero nuestros actos grandes o pequeños determinarán nuestro destino. Se dice que la medida de la vida no se encuentra en su duración, sino en su donación, y Peter Marshau dijo que Todos pueden ser grandes porque todos pueden servir. Como lo expresa el poeta…

    Si un pajarillo caído

    con amor coloqué en el nido.

    Si un acto o palabra mía

    llevó a un triste la alegría;

    si una lágrima he enjugado;

    si una pena he consolado;

    si al pobre que auxilio implora

    tendí alguna vez la mano;

    si al morir, alguien me llora,

    ¡Yo no habré vivido en vano!

    Esa es la misión y la visión de todos aquellos que tiene un ideal noble y elevado. Ante la razón y la pasión, prefiere la razón antes que la pasión prófuga y pasajera, que es consecuente y no delincuente. Sé consecuente en los cometidos y no delincuente de las ideales y los sueños. Pertenece la palma colosal de la victoria, que ha sido regada con lágrimas, sudor y muchas veces con sangre por eso su destino es llegar a ser lo que debió haber sido. Tener grandes sueños y mentas no es malo. Estas impresionantes palabras escritas por Gandhi expresan un principio fundamental para el éxito y la felicidad.

    Riqueza sin trabajo

    Placer sin conciencia

    Conocimiento sin carácter

    Comercio sin moralidad

    Ciencia sin humanidad

    Adoración sin sacrificio

    Política sin principio

    Derecho sin responsabilidad.

    I

    El placer de trabajar

    ¿Cansado de trabajar?

    Image30818.JPG

    Si usted es una de las personas que, se siente cansado y con flojera, es bueno y recomendable que recuerde los apuntes del británico Bernard Shaw que dice: el año tiene 365 días de 24 horas, de los cuales 12 están destinados a la noche y hace un total de 182 días. O sea quedan 183 días útiles; menos 52 domingos, quedan 131 días; menos 52 sábados, quedan un total de 79 días de trabajo pero hay 4 horas diarias dedicado a las comidas, sumando 60 días, lo que quiere decir quedan 19 días dedicados al trabajo. Pero usted goza de 15 días de vacaciones, solo le quedan cuatro días para trabajar; menos aproximadamente 3 días de permiso que usted utiliza por estar enfermo o hacer diligencia, sólo le queda un día para trabajar; pero ese día es, precisamente, el día del trabajo (primero de mayo) que es feriado, y por lo tanto no se trabaja. Entonces diga: ¿de qué se siente usted cansado? El mayor cansancio proviene de trabajo no realizado.

    T.pdf

    Nadie debe lamentarse por la vida de pobreza que lleva. En el trabajo está la solución para cambiar su vida. Para la protagonista de la obra casa redonda—de Adriana Henriquet Stalli—, la pobreza y la miseria eran como hermana bondadosa y alegre. Pero, ¿sucede así en la realidad? Que tiene de bueno y de alegre la pobreza. Para Jacinto Benavete solo en las novelas y en los cuentos se puede poetizar con la pobreza; en la realidad, no.

    La pobreza no es una maldición, ni tampoco es una bendición, como afirman algunos. La pobreza existe, pero en cuanto dependa de nosotros se puede erradicar por medio del esfuerzo de nuestras mentes y nuestras manos. Bien dijo el filosofo griego, Platón: El trabajo es ley divina; es la ley de la naturaleza; es ley del alma humana. Porque el alma necesita actividad, como el cuerpo nutrición.

    La persona que lucha y se esfuerza puede llegar a conseguir lo que la suerte no le logra proporcionar. Durante los últimos dos veranos,—cuenta un padre de familia,—mi hijito ha estado ocupado en la construcción de una choza en un bosquecillo vecino a nuestra casa. No ha progresado gran cosa, y dudo mucho de que la choza llegue alguna vez a estar en condición de ser habitada. Pero esto no interesa. De todos modos, el muchacho no necesita la choza. Es decir que la construye por el solo placer de hacer algo. Sigue la fórmula: Hacer lo que se quiere, y tener agrado en lo que uno hace, que es, el ideal de la felicidad".

    Es una fórmula cuyo acierto han podido experimentar muchos hombres y mujeres. El padre del muchacho aludido dice que a él se le abrieron los ojos acerca de lo que significa el trabajo cuando construyó un pared de piedra, que desde hacía mucho quería mandar hacer para eliminar un declive de su terreno donde las fuertes lluvias abrían constantemente surcos que lo estropeaban. El trabajo se había postergado porque el pared debía tener como treinta metros de largo, y la construcción con piedra es costosa.

    Pero un verano, aunque con ciertos recelos, decidió el narrador del caso hacer él mismo el trabajo. Ocupó en él todos sus momentos libres durante varios meses, con la ayuda de un inquieto muchachito de ocho años que—dice él,—me acercaba solemnemente las piedras pequeñas y contribuyó con miles de palabras a la erudita conversación. La mayor parte del trabajo era realmente duro, y lo dejaba a uno rendido. Las piedras eran pesadas. Después de cada sesión, miraba lo edificado, y decía con un suspiro: Bueno, hemos hecho un poco más. Hasta que, por fin, un día estuvo terminado. Entonces descubrí algo. Aunque sentía orgullo de mis treinta metros de muralla de piedra, lamentaba que el trabajo se terminase. Mi hijo y yo nos habíamos estado divirtiendo en grande. Después de terminar, sin saber qué hacer más, escuche decir: ¿Y qué otra cosa vamos a hacer ahora, papito?".

    Hacer lo que a uno le agrada, no es tal vez muy difícil, pero no es siempre posible. Hay que hacer a veces tareas que a uno no le agradan. Hasta es posible que el único trabajo que uno ha conseguido para ganarse la vida es desagradable. Y día tras día nos encontramos atados a él, sin encontrar el mínimo placer en su ejecución. ¿Cómo podemos ser felices en tales condiciones? Como sucedió con un amigo, "este trabajo no me gusta, pero tengo que hacer para ganarme un poco de dinero,—decía a menudo.

    El trabajo puede marcar la diferencia entre la pobreza y la riqueza. El trabajo, sin embargo, no debe realizarse por el dinero que se obtiene, sino por la satisfacción que se obtiene de él. En toda empresa hay dos clases de trabajadores: los asalariados, que trabajan sólo por el dinero, y los que se desempeñan con amor y voluntad.

    Antes de morir, un hombre muy trabajador les dijo a sus hijos que había dejado enterrado un tesoro en el campo. Para encontrarlos tenía que remover la tierra cuidadosamente. Cuando el hombre murió, los hijos, que eran holgazanes, no tenían el hábito de trabajar, empezaron a remover la tierra para encontrar el tesoro prometido. Trabajaron arduamente, pero no encontraron nada. Como la tierra ya estaba renovada, decidieron sembrar en el campo. Cosecharon lindos frutos y recaudaron mucho dinero.

    El dinero les hizo recordar el tesoro de su padre, y volvieron a remover toda la tierra para encontrarlo, ellos estaban convencidos del tesoro prometido. Como no hallaron nada, decidieron que sembrarían por segunda vez. Nuevamente cosecharon y obtuvieron grandes ganancias.

    Siguieron haciendo esto varios años, lo que les permitió obtener riqueza y acostumbrarse al trabajo. Finalmente entendieron que el verdadero tesoro que su padre les había dejado era la sabiduría para romper sus hábitos de flojera, pereza y reemplazarlo por nuevos hábitos de trabajo. Recuerde, que si usted no crea el cambio, los malos hábitos terminarán creándolo a usted, es una ley de la vida. El secreto de la alegría en el trabajo está contenida en una palabra: excelencia.—dijo Pearl Buck—Saber cómo hacer algo así es disfrutarlo.

    Las manos divorciadas de la mente

    Conozco una joven dueña de casa—dice el mismo autor,—que idea artículos como éste mientras realiza las tareas de la casa. Sus manos pueden estar atareadas en alguna operación ingrata que, por mucha imaginación que le aplique, no puede transformarse en gloriosa, pero ella se ha hecho maestra en el arte de ocupar las manos y la mente en cosas separadas. Su casa brilla por su aseo, y la dueña vende los artículos que escribe…

    Conozco a un joven recién egresado del colegio secundario que pensaba en algunas poesías mientras enrolla papel azul de planos en la pieza trasera de la fábrica donde trabaja. Es un trabajo cansador—dice él,—y tengo que hacerlo a menudo, a veces durante horas seguidas. Supongo que empecé a idear poesías en defensa propia. Sea así o no, el hecho es que sus poesías han sido publicadas en revistas importantes, e indudablemente aparecerán un día en un libro.

    Pero supongamos que el trabajo que se tiene que hacer no permite pensar en artículos ni en poesías, ni siquiera permite que uno deje a la mente volar en alas de la fantasía ni hacer planes para el futuro. Si es que requiere nuestra atención, procuremos entonces dedicársela voluntariamente. Como aconseja un experto a quien no puede concentrarse porque su trabajo le desagrada: Procure encontrar en lo que está haciendo en el momento un detalle interesante, y considere su trabajo desde este ángulo. Todo trabajo tiene algo de bueno. Reprenda su mente y hágala volver a la fase del trabajo que eligió cada vez que la encuentre ocupada en los aspectos desagradables. Puede ser que las circunstancias resulten totalmente adversas a la vocación hacia la cual nuestros gustos y aptitudes nos lleven.

    Debemos entonces desarrollar inclinación por otra cosa y aprender a querer esa otra cosa. Cierta joven violinista, que en su ciudad y en las zonas vecinas, tenía bastante éxito con una orquesta de cámara que había formado, decidió ir a Nueva York con la intención de actuar para la radiodifusión. Encontró que en esta actividad había mucha competencia y que los pocos recursos que le había heredado su padre, se le iban agotando. Al ver que difícilmente podría sostenerse con la música, invirtió los últimos doscientos dólares que poseía en un curso de secretaria. Cuando estuvo lista, se ofreció para trabajar gratuitamente en alguna oficina seria, a fin de adquirir experiencia. Encontró quien la aceptó a prueba, y tan bien hizo el trabajo que al fin de la semana recibió pago como secretaria eficiente. Pasó sucesivamente a trabajar en diversas firmas para variar y ampliar su experiencia, hasta poder entrar en la oficina de un abogado de renombre donde su eficiencia atrajo la atención de uno de los ayudantes del presidente Roosevelt, quien se la llevó de secretaria a la Casa Blanca.

    El trabajo ofrece seguridad

    Muy lejos de ser el trabajo una maldición y un suplicio, puede proporcionarnos verdadero placer y contribuir a nuestra felicidad. ¿Por qué? Por la sencilla razón de que nos proporciona seguridad. Y ya hemos visto que la seguridad es esencial para ser feliz. Cualquier ocupación útil tiende a aumentar nuestra comodidad, a asegurar nuestro alimento y el de aquellos que dependen de nosotros. Es decir que aumenta nuestra seguridad para el día de mañana. Es lo que llamamos la seguridad económica, que al fin y al cabo quiere decir, seguridad de nuestra casa.

    La vida se resume en trabajo. Desde la salida hasta la entrada de sol, es un constante trabajo. Incluso en la noche también. "Cada movimiento es producido por la aplicación de una fuerza. Siempre que un cuerpo se desplaza se realiza un trabajo.—dice Félix Cortez,—Todo lo que vive se mueve y trabaja. Vivir es trabajar".

    -   Cuando sopla el viento produce un trabajo.

    -   Las nubes, recogiendo los vapores de las aguas y devolviéndolos en forma de lluvia bienhechora, y regando los campos y alimentando los ríos y las corrientes subterráneas que nos proporcionan el vital líquido elemento, realizan un trabajo.

    -   Las platas, que se nutren con el agua renuevan, sus hojas y producen flores y frutos para nuestro beneficio y purifican el aire que respiramos, están realizando un trabajo.

    -   El sol envía sus rayos y nos proporciona vida, calor y alegría.

    -   La Luz, el calor, la electricidad, el sonido, todo es fruto de la continuo vibración y del movimiento.

    -   Las ideas, las sensaciones, las palabras, son trabajo del cerebro.

    -   El Corazón y los pulmones y todos nuestros organismos trabajan sin cesar.

    -   Cada uno de nosotros realiza un trabajo cuando camina y cuando dormimos, se voltea en la cama.

    Trabajamos cuando comemos y cuando hablamos, cuando leemos un libro, cuando lanzamos una piedra… Un ser humano nunca está en reposo, pues cada una de nuestras células se halla siempre en funcionamiento.

    -   Alejandro Grahan Bell, medico y físico escoses prefería trabajar en la comunicación y lo llamo teléfono, y las primeras palabras fueron: ven señor Watson, le necesito.

    -   Francisco Pizarro, el hombre que ha independizado la republica de Perú, pensó y trabajó en la decisión trazando una línea: "amigos, esta es el camino de las penalidades, pero por él se va a Perú a ser ricos, y por allí vais al descanso, a panamá a ser pobres. ¡Escoged!

    -   Michael Faraday, el ingles autodidacta ha hecho que, un objeto se moviera sin el uso de la fuerza de hombre o de los animales. Invento la primita motor eléctrico y más tarde les servio de modelo a los que actualmente conocemos, significo un enorme progreso tecnológico.

    -   Nicolas Copórnico, el polaco que desafió a todo los hombres científicos, pensó que la tierra y los otros planetas giran alrededor de sol y que la luna gira alrededor de la tierra.

    -   Galilio Galilei el hombre que percibió de que la tierra era redonda y no plana. Invento el telescopio y las numerosas observaciones astronómicas.

    Trabajo es el libro, el edificio, la lámpara, el automóvil, el teléfono celular, la computadora, y sus programas, el trigal y la plantación de las bananas…. Todo lo que vemos es trabajo convertido en progreso y vida.

    El trabajo es la fortuna del hombre,—dijo Doménico Cieri Estrada. Con la subdivisión del trabajo, hubo que idear medios para facilitar su intercambio entre los diferentes miembros de la colmena humana. De ahí deriva el dinero. Bien examinado el asunto, el dinero representa trabajo, y el ahorro y el capital no son sino una acumulación de trabajo sobrante en el momento. Por esto se pudo desarrollar el capitalismo en los tiempos modernos, después que la introducción de máquinas en las industrias permitió a cada obrero producir enormemente más de lo que necesitaba personalmente. Aun hoy el dinero sigue siendo el medio más cómodo de cambiar nuestro trabajo por el de nuestros semejantes. Pero hoy muchos llegan a ser esclavos del trabajo, mejor dicho del empleo. Trabajan más y ganan menos, trabajan fuerte y no los alcanza casi para nada. La vida es demasiado preciosa para desperdíciala en el sinsentido. Nadie ha logrado algo importante sin una menta claro para su vida. Arthur Rimbaud dijo: La vida florece por el trabajo, vieja verdad.

    No se vive sin dinero

    Este papel del dinero explica por qué, al trazar sus reglas para desterrar los sentimientos de depresión, ciertos psicólogos colocan entre ellas la siguiente: Tener siempre un poco de dinero ahorrado. El Sr. Roth explica: "Hay algo raro acerca del dinero, pero nada parece reemplazarlo en su efecto sobre la mente humana. Aunque es verdad que las personas más desdichadas son las que tienen mucho dinero, las que les siguen en la intensidad de su desgracia son las que nada tienen. La razón es obvia: el dinero significa más que la seguridad y la capacidad de satisfacer necesidades y deseos; ocupa en muchas vidas el lugar emocional de las realizaciones.

    Por muy desprendido que sea uno, y asegure que no le interesa el dinero, no puede vivir sin él. El dinero representa una vida mejor y cómoda. Es un deber velar por la familia de la cual uno es responsable. ¿Qué diríamos de un hombre sano que se pasase día tras día haciendo juguetes para entretenerse mientras cuatro o cinco hijos y una esposa dependiesen de su trabajo para vivir? Igualmente reprensible sería si trabajara gratuitamente. Es, sin embargo, lo que hacen algunos cuando asumen la actitud de que no les interesa el dinero. Malgastan su tiempo o hacen alarde de generosidad con los de afuera y privan a su familia de las comodidades a las cuales tienen derecho. A veces, es necesario que alguien los despierte y los haga volver a la realidad, mediante un severo examen de conciencia.

    Es lo que le sucedió una vez a un hombre llamado Broughton. Era un hombre muy capaz, casi un genio de la mecánica, que había instalado muchas fábricas como ingeniero, pero nunca había conservado un puesto durante mucho tiempo. Se estaba quejando a un amigo suyo, acerca del último chasco que sufrió.—Les resolví el problema de la fabricación, diseñé la maquinaria—le decía, según lo narra el Sr. Marston,—y ahora me comunican: ‘La compañía lamenta, Sr. Broughton, que, habiendo terminado su magnífica labor… Y quedo sin trabajo. A los 58 años, poseo menos de 500 dólares.

    -   Pero—le dije suavemente,—Ud. no quiere dinero.

    -   ¿Está loco?—exclamó Broughton.—Claro que quiero tener dinero. ¿De qué vamos a vivir mi esposa y yo? ¿De los buenos deseos de la compañía X?

    -   Lástima que Ud. no aceptó el puesto de administrador que le ofrecieron hace un año.

    -   ¡Yo trabajar con papeles, sentado todo el día ante un escritorio!

    Así que encaré rotundamente el asunto, y le dije:

    -   Broughton, tiene delante de sí la tarea más difícil de su vida, que consiste en reformar sus deseos. Ud. no tiene dinero, y ¿por qué? Nunca lo quiso. No tiene puesto. Tampoco lo quiso. No me refute. Ud. quería en realidad una sola cosa, a saber, diseñar nuevas máquinas. Lo ha hecho admirablemente. Obtuvo lo que quería.

    Ahora la necesidad le impulsa a desear otras cosas: un puesto y una entrada regular. Debe aprender a desear el dinero más que el jugar con dispositivos mecánicos. Su capacidad es grande, pero sus deseos la han dedicado a actividades que no le reportaron dinero. Un deseo intenso de dinero se lo traerá en abundancia. Esto es lo que sucede cuando un trabajo no está orientado por una meta o un plan. Traza un plan para tu vida, pues, desarrolla un plan de vida.

    -   Si tu vida no es planeada, el azar será tu guía.

    -   Si no tú tienes metas por las cuales construir tu día, las circunstancias moldeara tus momentos.

    -   Si no sabes hasta donde quieres llegar, nunca sabrás si habrás llegado.

    -   Si no tienes un mapa para guiar tu vida, entonces, probablemente andarás en circunstancias.

    Tu éxito puede comenzar con pluma y papel, es decir, con la acción de fijar claramente tus metas, definir de modo preciso tus ideales, y trazar un plan para alcanzar—dijo Félix Cortez. Ayn Rand agrega: No existe ningún trabajo despreciable, sino tan solo personas despreciables a quien no les interesa hacerlo.

    Poca felicidad hay en la estrechez

    Broughton se burló de la idea. Necesitó cinco años y seis puestos diferentes para adquirir un verdadero deseo de tener dinero. Finalmente buscó otra clase de oportunidad. Por sugestión mía, hizo un contrato para quedar con una firma y hacer funcionar una de las máquinas que había inventado y perfeccionado. Sus deberes le resultaban aburridores al principio. Pero ganó 23.400 dólares en un año, lo cual no es un mal comienzo para un joven. Y empieza a gustarle este trabajo de administrador con su remuneración más amplia.

    "Multitudes de personas dicen, como Broughton, que desean dinero y sufren mucho porque no pueden obtenerlo. He analizado centenares de tales casos y he mostrado a las tales personas que no desean realmente tener dinero. Quieren obtener fama, amor, alabanza, comodidades, viajes, poder, lujos, satisfacciones sensuales; todo lo imaginable, excepto lo que les hace falta, el dinero. Por esto no lo tienen. No digo que cada uno debe

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