Para servir, servir.
1)Tu trabajo: Recordá que tu santificación personal pasa en lo cotidiano, en tu laburo.  Vos y yo tenemos que presentar a Dios en lo de cada día, tratando de hacer lo mejor posible en lo que nos toque hacer. Si sos panadero, haciendo el pan como se manda, si sos médico o abogado atendiendo bien a quien hoy venga a verte, etc. Es como el caso del dueño de una librería. Me fui a sacar unas copias y el tipo me dice: "Sabe padre, esta es mi misa".  Yo lo miro asombrado como cuando sube el dólar, y me dice: "Sí, porque a cada cliente que viene a pedirme una copia digo dentro mío: ¡Para tu mayor Gloria Señor!”.  Creo que esa fue la enseñanza síntesis de santificar el trabajo, que es igual a decir "tener a Dios conmigo presente en el trabajo".

2) El servicio: Nosotros, como cristianos, tenemos un primer servicio fundamental que es " las rodillas".  Sí, tener nuestro tiempo de oración, levantarte temprano y poder hablar con Dios o buscar ese huequito del día y tratar con Dios (a tu manera) y decirle todo lo que tenés pensado. Como diría la frase:  "a Dios hablarle de los hombres y a los hombres hablarles de Dios".

3)La humildad: Tenemos que recordar que nosotros somos limitados y debemos asumir nuestra realidad. En esto también saber que nosotros no podemos con todo. Como el cuentito del mono y el cocodrilo: donde cuenta la historia que se estaba incendiando la selva y el mono sale a buscar auxilio para él y su familia. El cocodrilo estaba allí, en el agua; entonces el mono le pide el favor si lo podía hacer cruzar por el agua hacía la otra parte de la selva para salvarse del incendio. El cocodrilo se compromete y le dice que sí.  El mono le advierte que era para él y para su familia, aproximadamente 8. En fin... el mono con los monitos se sube al cocodrilo y, en lo que iban cruzando, el peso era tan grande, que el cocodrilo empezó a hundirse. El cocodrilo quería salvarse y los monos también, pero entre agarre y pelea se terminaron hundiendo todos. Esto también te puede pasar a vos, creerte experto y solucionador de problemas (como el cocodrilo) pero puede que los problemas del otro y tu falta de humildad, de saberte limitado, te lleven a hundirte y a hundir. ¡Ánimo! Vos sos capaz de mucho... de paso rézale a Diosito por mí, ya que hoy Dios me regala un año más de vida... ya me voy haciendo más viejo.

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