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La Invasión De La Serie Los Zirkonianos
La Invasión De La Serie Los Zirkonianos
La Invasión De La Serie Los Zirkonianos
Libro electrónico289 páginas5 horas

La Invasión De La Serie Los Zirkonianos

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El mundo visible es solo una de las innumerables posibilidades que existen para contemplar la realidad. Cada hombre a la vez es un punto desde el cual se interpreta la vida a travs de una ventana que l llama su yo. En esta novela el autor nos introduce a personajes que continuamente son invadidos por anhelos y llamados que surgen desde las profundidades del mundo invisible.
Existen varias realidades paralelas al mundo que llamamos visible. Este es solo una forma de mirar que tiene la mente humana y es solo una de las innumerables posibilidades que existen para contemplar la realidad. En esta novela el autor nos introduce a personajes que continuamente son asaltados por anhelos y llamados que surgen desde las profundidades del mundo invisible.
Cualquier instante de vida de cualquier persona est ligado al resto del universo y se nutre de las profundidades ms remotas del tiempo, el hombre camina sobre un filo incierto y a veces incomprensible del ro de energas que arrastra a la vida.
Siendo el amor el principio que une y teje la vida y transporta conocimiento y supervivencia de un ser al otro, es tambin quizs la fuente de energa que est al origen de todo hombre y mujer. En esta desgarradora novela el autor nos muestra cmo los seres que se mantienen en una lucha continua contra el amor, dependen a la vez, en cada instante de vida de su capacidad para reconocerlo.
IdiomaEspañol
EditorialPalibrio
Fecha de lanzamiento16 dic 2011
ISBN9781463313890
La Invasión De La Serie Los Zirkonianos
Autor

Luis Casanare

Doctor en ciencias de la computación, filósofo, estudioso de varias religiones; ha vivido en Latinoamerica y Europa. La forma como nos ingresa a la mente de sus extraños personajes nos crea sensaciones y nos plantea importantes interrogantes. Tiene un estilo duro, directo y de fácil lectura. La amenaza de destrucción del planeta, la injusticia social, la desprotección de los niños, los extraterrestres y la búsqueda de la verdad religiosa son sus temas recurrentes. Sus novelas están cargadas de drama, sexo, crimen, pasiones y desesperanza

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    La Invasión De La Serie Los Zirkonianos - Luis Casanare

    Contents

    PROLOGO

    PROLOGO DEL AUTOR

    SOBRE LOS ANTECEDENTES

    I - LA DANZA DE UN GUERRERO

    II - EL COLOR DEL DINERO

    III - DEL ORIGEN DEL DOLOR

    IV - LA LIBERTAD ES LA MUJER

    V - DE LA ILUSIÓN DE LAS VOCES

    VI - EL AMOR NUNCA MUERE

    VII - OBRAS DEL AUTOR

    A las mujeres que me amaron, … si no hubiera sido por su tenacidad, capacidad de lucha y espíritu combatiente, este y otros libros hubieran terminado mucho antes.

    Luis Casanare

    PROLOGO

    Apreciado lector, le habla el editor de este libro. Hace unos años, cuando monté mi editorial Lobo Azul, nunca esperé que, lo que en este momento estoy dispuesto a contarle, me fuera a suceder algún día. La primera vez que vi a Casanare, el autor de este libro, este tenía dos casi novelas inéditas; un ensayo y seis poemas. Ésa era toda su producción. Era un hombre alrededor de los sesenta. Vestía elegante, corbatas finas. Pero las camisas y los trajes tenían ya demasiado uso; tenía un brillo especial en sus ojos y hablaba poco. A petición de él, leí algunos fragmentos de sus casi novelas e, inmediatamente, detecté varias fallas; párrafos donde se notaba el inmenso esfuerzo del escritor por producirlos y ordenarlos. Algunos de ellos habían sido reescritos, quizá una decena de veces. Faltaba continuidad en el hilo de la trama, había excesos en el carácter de algunos personajes, se translucían los intentos de llamar la atención sobre ciertas experiencias personales atribuyéndoselas a ellos, hacía uso de frases de cajón demasiado re-utilizadas por el común de la gente… y, en fin, para mis adentros me dije, he aquí otro imbécil que piensa que a través de la escritura va a encontrarse o a encontrar verdades eternas, o que cree que, por lo menos, va a llamar la atención antes de morirse. La gente no entiende que debe primero realizarse como persona, iluminarse, entenderse, formarse y luego sí tener la osadía de escribir un libro para otros. Obviamente no se lo iba a decir; mi negocio se basa en personas que escriben cosas. Lobo Azul se había hecho famosa primero con libros para niños, y después había evolucionado hacia la novela. Pero en los últimos años la novela prácticamente había desaparecido y también sus lectores; la gente renunciaba cada vez más a tener espacios de reflexión, rápidamente se daban cuenta de que no obtenían nada con este ejercicio. Los lectores preferían entretenimientos más ligeros, y éstos los obtenían con la televisión e Internet. Lobo Azul subsistía, en gran parte, por personas que tenían un afán por ver su foto en la carátula de un libro, por pseudo periodistas que producían una escritura escandalosa y barata, y por algunos pocos políticos, muertos y no muertos, que aportaban un escaso uno por ciento de escritura dedicada a pensamientos disecados que los hacían estar en lo correcto –por lo menos con respecto a ellos mismos–. En efecto, treinta por ciento de los libros que se imprimen en Lobo Azul se deben a autores de todo tipo, de todo estrato social, que escriben con la esperanza de lograr algo; fama, fortuna, realización, admiración… La mayoría escribe uno o dos libros y abandonan cuando se dan cuenta de que, en realidad, no tienen nada que decirle a nadie. El setenta por ciento de los libros restantes que se imprimen en mi editorial, son basura; historias baratas de sexo, putas, mafiosos, criminales y cosas que atraen al vulgo… Es interesante y tiene fuerza, le dije a Casanare, lastimosamente, por este año ya editamos toda la programación. Esta última frase no quería decir nada; si hay algo que no hacemos en la vida los editores, es programar que un libro vaya a aparecer… Tendría que ser a su costo, le dije. No importa, respondió inmediatamente. Así que escogimos una de sus novelas inéditas, la publicamos, y obviamente fue un completo fracaso. Sin embargo, a él no pareció importarle; uno tiene que hacer lo que tiene que hacer, me dijo un día. Casanare desapareció por un par de años y volvió a aparecer en mi vida con el manuscrito que usted, amigo lector, está leyendo. Estaba un poco pálido, más delgado y caminaba con cierta altura. Parecía como si una fuerza extraña halara su cuerpo hacia arriba. Sus ojos despedían un cierto brillo y continuaba hablando poco… ¿usted cree que si escribo de temas religiosos, de políticos, curas y periodistas me ponga en peligro? Me pareció graciosa la inocencia de su pregunta, el mundo ya no es como antes, le dije, a nadie le importa; yo publico basura relacionada con esos temas todos los días y, bien al contrario, me dedican artículos en varias revistas. Tengo que publicar este manuscrito, me dijo, será a mi costo…. Parecía muy alerta pero, a la vez, cuando le hablaba tenía la sensación de que el tipo se encontraba en otra parte, era como si, manteniendo cierta intensidad en la atención, estuviera participando en varias charlas a la vez. Quiero decir que parecía como si, además de la conversación que estaba teniendo conmigo, sin perderse ni del más leve movimiento de mi rostro, estuviera también hablando mentalmente con varios personajes invisibles; entre frases y en pequeñísimos espacios de silencio su mirada se iba muy lejos… Recuerdo que algunas veces, sin detenerse en lo que estaba diciendo, se ponía de pie y se acercaba a mirar por la ventana de mi oficina. Realmente no le interesaba lo que había allá, al otro lado del vidrio, no lo observaba, su mirada se veía perdida y distante. Era un hombre que mantenía una continua ebullición interior. Quizá en su mente se mantenía escribiendo libros. Ésta es la maldición de los escritores, por así decirlo… Era un viernes. Me llevé el material y lo procesé –así lo llamamos– en ese fin de semana. Cuando nos vimos, el miércoles siguiente, le dije, el material tiene fuerza, y los personajes también, pero no veo la relación de los caracteres y de la historia con los apartes de ciencia ficción que puso en la mitad de la narración. Él sabía a qué me refería. Tranquilo, me dijo, algún día la verá; algunos lectores la entenderán instantáneamente y a otros les tomará un poco más de tiempo, pero le aseguro que sí hay una relación y que no todo lo que digo es ficción, mis personajes tampoco… de hecho, yo creo, continuó él, que los humanos, inmediatamente vemos o escuchamos algo, tenemos la cualidad de saber lo que es cierto y lo que no. Lo que pasa es que después lo ignoramos o lo invalidamos… Cuando tocamos el tema de la carátula, me dijo, me gustaría que usted escribiera algo para ella. Al escuchar esto, me di cuenta de que yo no quería mezclar mi nombre con sus textos; al menos no más de lo que me corresponde como editor… No tengo nada que escribir, le dije… Excepto lo que le acabo de decir, que me parece que esa parte no debe ir en ese libro… Casanare sonrió, póngalo así si quiere, es más, póngalo antes del texto mismo, me dijo. Al principio me pareció una tontería, pero necesitaba el dinero y había algo en ese personaje y en ese documento que me impulsaban a imprimirlo. Poco después escribí este texto que usted acaba de leer, y él aceptó inmediatamente que se incluyera en esta parte del libro. Lo que sigue, apreciado lector, es el libro de Casanare, incluyendo el texto que yo cuestioné para que formara parte del libro. Él me pagó la impresión y me dejó instrucciones claras para su publicación y distribución. Me dijo que se iba a radicar en India, la tierra del saber, y hasta hoy, no he vuelto a saber nada más de él.

    PROLOGO DEL AUTOR

    Amigo lector, soy yo, Luis Casanare. Quizá usted, por ahora, no lo entienda, pero yo espero que sí. La realidad es que, a partir del momento en que se publique lo que le voy a narrar, mi vida estará corriendo un grave peligro. No me importa. Si logro transmitir lo que hay de verdadero en mi historia a unas cuantas personas, me daré por satisfecho. Quizá no alcance a informarle de todo lo que he descubierto, pero al menos intentaré que usted sepa lo más importante. Mi objetivo es que, en el futuro, tal vez alguien pueda ir más allá y descubrir lo que me ha faltado, y con dignidad y orgullo asuma su destino y se libere de las cadenas que lo tienen al borde de la destrucción… ¿Cómo lo descubrí? No importa. Fue un verdadero y extraño milagro. Se lo contaré si me da el tiempo para hacerlo. Pero, por ahora, lo único importante es que usted conozca lo que tengo que contarle y descubra por usted mismo si es o no verdadero. Espero que el solo conocimiento de la verdad que encierra esta historia, así como la fuente de amor que se anida en su pecho, basten para lograr un cambio en la dirección que se necesita y ayude a iniciar a los más cercanos.

    SOBRE LOS ANTECEDENTES

    Existen dos tipos de seres que animan toda materia en el universo: los hijos del amor, quienes, a través de la fusión, la cohesión, la unión y, en últimas, el amor, intentan organizar a otros seres y a la materia. Y existen los hijos de la luz, seres electrónicos cuyo impulso a ser se ejerce a través del poder y la dominación. Estos últimos, mediante el uso del conocimiento y numerosas reglas racionales y lógicas que van descubriendo o estableciendo, intentan organizar a otros seres y a la materia. Parte del drama de todo ser humano radica en el hecho de que en su corazón, se anidan derivados y sub productos de estos dos tipos de seres.

    Hace doce mil millones de años, una guerra entre lo que hoy son las almas humanas, que en esa época eran seres mucho más poderosos nacidos del amor, y los zirkonianos, seres electrónicos creados por los hijos de la Luz, había acabado con casi toda la vida de esta parte del universo. La Tierra se había salvado por un ínfimo accidente totalmente incomprensible, y había seguido su evolución genética. Las especies que habitaban esta parte del universo habían sido masacradas, y las almas habían contemplado con total desolación cómo los mundos que venían construyendo desde tiempos milenarios habían sido quemados. Todas las especies que existían en esos mundos fueron destruidas y la posibilidad de volver a crear vida es bastante remota. Excepto por este pequeño y ahora miserable planeta; la vida ha quedado reducida a escombros, rocas incandescentes, polvo y metal. Esto es lo único que se divisa a lo largo de millones y millones de kilómetros. El alma que ahora se esconde encarnada en humanos se había sentido tan culpable por haber permitido esta destrucción, que su degradación había sido inmediata y fulminante; al no creerse merecedora de nada, había dejado de luchar, había perdido toda dignidad y era usada por ejércitos de seres electrónicos para todo tipo de trabajo despreciable.

    Este planeta se ha mantenido en una grieta del espacio escondido de los detectores de señales que hay a millones de kilómetros. Además, su atmosfera electromagnética opera como una cortina que evita que los sensores detecten la vida que alberga… Como si fuera poco, las almas, una vez que por la muerte abandonan un cuerpo, se estrellan contra esta atmósfera o evitan su contacto, y rápidamente se devuelven hacia una nueva encarnación… Pero, adicionalmente, si por un accidente o a causa de un hueco en la cortina, una de estas almas saliera al espacio y contemplara la desolación de las rocas frías o incandescentes que pueblan esta parte del universo, sentiría al fondo de su memoria amnésica una angustia terrible. Y muy rápidamente se devolvería a este planeta para buscar a quién amar, por quién hacer cosas, con quién discutir y a quién odiar. Las almas son hijas del amor y, como tal, no pueden vivir en soledad y aborrecen los espacios sin vida, sin criaturas, sin tener a quién proteger y con quién pelear.

    En su afán por reclutar en cadenas de producción y ensamble a las almas que solo se ocupaban de intercambiar flujos de amor y de gloria, seres electrónicos muy poderosos diseñaron técnicas para disminuir y esclavizar a estas almas; por ejemplo, las anestesiaban e introducían en seres biológicos gigantes con la esperanza de que, al recibir sensaciones provenientes de los sistemas nerviosos de dichos seres, anestesiadas y olvidadas de ellas mismas, se quedaran en su interior irradiando energía y vida sin hacerse muchas preguntas. De esta época surgieron varios tipos de monstruos que pululan galaxias distantes y que contienen almas atrapadas y olvidadas de sí mismas en su interior. Otra terrible técnica usada sobre las almas que, después de haber recibido múltiples descargas electrónicas y radioactivas, se encontraban en choque, consistía en proyectar ilusiones desoladoras para que se confundieran con la realidad e inhibieran su poder y sus impulsos de amar. Por ejemplo, se les sometía a la continua proyección del supuesto fin de la vida en varios planetas y se les hacía sentir responsables por ello. Esto las ponía en un estado tan triste y frenético que, enloquecidas de dolor, se dedicaban a proyectar mundos ficticios, mundos que nunca existirían pero que, al no ser reales, nadie iba a intentar destruir. Lo anterior dio origen a varias civilizaciones de drogadictos que viven en planetas remotos en un continuo pandemónium de sexo, ilusión, religión y drogadicción.

    Sobre la faz de la Tierra se encuentran, entonces, millones de almas humanas que compiten con otros seres por encontrar cuerpos dónde encarnarse, y así tener la experiencia de la vida del hombre. Las almas humanas, aunque ahora se encuentran amnésicas de ellas mismas, de lo que realmente son, no hay que olvidar que provienen del amor y, como tal, anhelan a los cuerpos humanos, desean ese estado que les permite experimentar una versión del amor, aunque primitiva y mezclada con sexo. Ellas llegan a creer que esto es lo único importante que se puede experimentar en el planeta Tierra. Pero la verdad es que sobre la Tierra también hay numerosos seres de origen electrónico que, en su mayoría, provienen de los hijos de la Luz. Éstos son eminentemente racionales, lógicos y por tanto desconocen los sentimientos de amor, de compasión y de necesitar compañía. Han sido creados para conquistar vastas extensiones de las galaxias, poblarlas y habilitarlas para que otras especies y razas las habiten. Éste ha sido su principal trabajo, y funcionó mientras estuvieron dominados; lograron que se poblaran en el espacio vastos planetas de extrañas creaturas… Sin embargo, a los seres electrónicos poco o nada les importan las especies provenientes del amor.

    Así, mientras las almas se encarnan y se constituyen en el centro de un ser encarnado, mientras se dedican a protegerlo y a cuidarlo casi siempre con amor, los seres electrónicos casi nunca se encarnan; a algunos de ellos solo les gusta habitar en un ser humano, sin colisionar con el alma que lo posea y sin tratar de competir por el control del cuerpo. Pero, también, han venido desarrollando un apetito gigante por experimentar diferentes flujos de energía, principalmente el cosquilleo que les produce la emanación por los humanos de ira, sexo, odio y miedo… Y así, estos seres se han convertido lentamente en la causa de muchas de las desventuras de los hombres.

    Repito, sobre la Tierra existen, además de las almas, numerosos seres electrónicos que experimentan a otros seres del planeta, sin necesidad de encarnarse en ellos. Algunos, huyendo de guerras remotas, han encontrado accidentalmente este refugio y se han quedado en él. Otros más poderosos, se encuentran solo de paso y son indiferentes a lo que suceda con estas especies; las encuentran de un orden tan bajo y limitado que no les interesan… Pero algunos más, se quedaron en la Tierra; los más notables e importantes de ellos fueron los zirkonianos. Estos mencionados zirkonianos, entonces, decidieron afectar e influenciar notablemente al espacio humano.

    Las guerras electrónicas hacen daño a los seres de cuerpos electrónicos; no los elimina pero los vuelve locos, robóticos y les arrebata los poderes. Los zirkonianos, a quienes no les interesaba la lucha por los territorios, prefirieron huir hacia zonas más bien desérticas o habitadas por especies que no interfirieran con el espacio electrónico. No necesitan hacer nada para sobrevivir en este mundo; sus cuerpos ligeros y de energía pura les permiten atravesar el espacio y la inmensa pared negra bajo la cual se oculta esta galaxia. Pueden caer en una atmósfera candente y gaseosa sin sentir absolutamente ninguna molestia. Dicha pared negra que nos aísla fue colocada hace treinta y dos mil millones de años por una civilización muy desarrollada que habitaba en esta parte del universo, y fue erigida para despistar a cualquier nave y hacerle creer a la tripulación que se encontraban ante un inmenso espacio vacío, densamente cargado y sin planetas. Así, entonces, las naves daban la vuelta y se iban a otra parte.

    Además de esta pared negra, el mismo planeta Tierra se encuentra protegido por un fuerte campo electromagnético que fuerza a las almas que se desprenden de los cuerpos al morir, a regresar y tomar otro cuerpo. Este campo les impide salir del planeta. Después de cada muerte, aterradas entonces por no tener la experiencia de vida, buscan y compiten por fetos y bebés aún no ocupados por otra alma. El campo magnético también impide que muchos otros seres puedan entrar en él… Sin embargo, para los zirkonianos, obstáculos como éste no tienen la menor importancia, pues prácticamente ni los sienten. Lo que sí sienten, cuando se encuentran suficientemente cerca de un humano, son las radiaciones y emanaciones que emplea el alma para controlar un cuerpo. Esto no solo los divierte sino que, además, como logran percibir y entender las imágenes que acompañan al flujo de pensamientos y emociones, disfrutan mucho del habitar en un humano… Adoptar o habitar a algún hombre, al principio consistía simplemente en escogerlo y flotar encima de él durante toda su vida. Esto con el fin de experimentar el flujo que emiten los hombres cuando están teniendo diferentes sensaciones. Dicho flujo es irreproducible para los zirkonianos; pues, aunque es casi electrónico, se produce cuando el amor choca con el intento de lograr algo; pero como estos seres electrónicos no tienen cuerpo de materia, ni emociones, ni mucho menos una fuente de amor, se han vuelto adictos a experimentar las emanaciones humanas. Ésta es su perversión y el comienzo de su decadencia. Las emociones que más les fascinan son las de ira, miedo y sexo… En resumidas cuentas, el humano que es adoptado, produce en el zirkoniano el efecto de un televisor portátil que suministra continuamente experiencias e imágenes en una longitud de onda hasta ahora no conocida ni duplicada.

    Miles de años más tarde, los zirkonianos probablemente se van a encontrar bastante degradados, ya que volverse adictos al sexo y a la ira no es precisamente el camino más directo que existe hacia una mayor liberación. Pero aún falta mucho tiempo para que pierdan poder a causa de estas adicciones… Sus cuerpos no tienen realmente ninguna forma; cada uno es un conjunto de flujos de energía con una cierta personalidad que los aglutina… Al cabo de los años, y a fuerza de emular a los humanos, algunos adoptaron una forma corporal parecida a la de ellos, en el sentido en que tienen dos especies de patas y dos especies de manos. Tienen también una especie de cabeza pero, igualmente, ésta es solo para emular la de los humanos. Los zirkonianos perciben en todas las direcciones, y gracias a su carácter electrónico pueden adoptar la forma que quieran en el momento deseado. Y si fuéramos a asignarles algún color, diríamos que son luminosos, entre amarillosos y verdosos. Sin embargo, es imposible que sean percibidos por los sentidos humanos o por sus aparatos. Para todos los efectos, los zirkonianos forman parte de los ruidos que detectan algunos aparatos dentro de las señales del espectro electromagnético; ellos se comunican muy poco entre sí, y como no tienen sexo, no han sido divididos en dos tipos de especies que se busquen o se complementen. Tampoco tienen el conflicto hombre - mujer que existe al interior de cada ser humano. Los zirkonianos no necesitan nada; perciben la materia como lo que es, como energía en movimiento y, para ellos, es igual un planeta que otro, o que el espacio vacío de materia, ya que al ser electrónicos, penetran casi todo, y el universo se presenta frente a ellos como un inmenso vacío con flujos de energía en movimiento.

    No había nada realmente interesante en su universo hasta que algunos de ellos descubrieron lo que se siente al estar cerca de seres hijos del amor que operan cuerpos de materia y energía, sobre todo cuando estos cuerpos tienen descargas de energía por situaciones de sexo, de conquista o de ira. Desde entonces, no ha existido nada que los divierta más que adoptar una de esas criaturas y conectarse a ella, mantenerse encima flotando un poco, como a tres metros de altura, enlazar las patas al cuello o alrededor del cuerpo humano, o conectarlas muy cerca a sus extremidades y absorber… absorber las deliciosas y continuas descargas, experimentar las sensaciones derivadas de ese contacto… Al principio, los zirkonianos realmente casi no intervinieron en la vida de los humanos. No les importa en absoluto. Tanto que al momento de la muerte abandonan fácilmente a cualquiera sin mayor problema. De hecho, la descarga de energía en el instante el fallecimiento es una excelente experiencia, y cuando sucede, pasan inmediatamente a adoptar otro cuerpo cualquiera, tomando como único criterio de selección, cuando existe alguno, la magnitud de descargas de energía que éste produzca… Vale la pena señalar que, dado el vacío de sensaciones que existe en el mundo electrónico, en no más de una tarde cualquier humano puede producirle a un zirkoniano cualquiera más experiencias emocionales que las que éste ha recibido durante siglos de existencia puramente electrónica.

    Los humanos se equivocan al creer que en el futuro se van a enfrentar los hombres y las máquinas. Es tonto creer eso. O, como les sucede a los americanos, creen que, sin importar en qué mundo extraño aparezcan, únicamente van a encontrar versiones de los indígenas; casi humanos, para su criterio, que ellos mismos destruyeron. Es arrogante y estúpido suponer esto. La realidad es que en el futuro se va a producir una lucha a muerte entre los seres electrónicos y los humanos que sepan dominar la electrónica… Hay que tener en cuenta también que, a pesar de que el espíritu humano es un ser esencialmente amoroso, se comporta como uno electrónico; me refiero a que ese estar continuamente enviando y recibiendo rayos cargados con las diferentes emociones es, en esencia, un fenómeno electrónico que sucede a velocidades electrónicas. Pero en este caso es solo producido por un intento fallido, o no, de comunicar algo de amor… Podrán ustedes entonces imaginar el tipo de armas y de tecnología que van a estar enfrentadas, así como la inmensa dinámica que se va a dar en este tipo de guerras… Y si bien pareciera que para eso faltara mucho, también es posible que pudiera darse en cuestión de unas pocas decenas de años… Los humanos están a punto de descubrir cómo liberar y manejar cantidades enormes de energía, modificar genéticamente sus cuerpos para fabricar otros que sí puedan ir a la conquista del espacio, y terminar de aprender a controlar dosis minúsculas de energía electrónica para producir programas inteligentes de control de la energía en las formas más amplias y variadas. Cuando esto suceda, muchas cosas van a cambiar en el destino de las personas. Espero poderlo explicar más adelante… Por ahora, debemos continuar con la historia donde nos encontramos. Hasta hace unos cuatrocientos años, los zirkonianos todavía no peleaban entre sí por dominar a los humanos, no se los robaban unos a otros, ni se les había ocurrido ponerlos a hacer alguna actividad específica con el único objetivo de lograr más descargas de tipo sexual o de ira. En resumen, todavía no había comenzado la verdadera invasión.

    Sucedió algunas veces que por el simple hecho de tener un campo electrónico más limpio por encima de la cabeza, algunos de los humanos adoptados desarrollaron en exceso algunas de las cualidades que ya tenían. Éstos crearon grandes obras como artistas o conquistaron más territorios como guerreros o como directores de empresas, que cualquier otro que no hubiera sido adoptado. Actuaban con menos miedo y, por lo general, subían más alto y rápido en su carrera hacia el éxito. Esto, al comienzo, se debió únicamente al hecho de que el campo electrónico del zirkoniano encima de su cabeza, lo protegía un poco, por así decirlo, de las emisiones que le lanzaban en su contra otros seres. Los humanos, como ustedes saben, compiten por el amor y, como tal, son emocionales, celosos, envidiosos e influenciables. Se viven lanzando rayos de energía negativa y positiva unos a otros. Pero después, cuando los zirkonianos comenzaron a influenciar abiertamente a los que habitaban, y a usarlos para competir entre ellos, a crear grupos de personas que abrazaban causas que nada tenían que ver con el amor, pero que les hacía competir entre sí, a estimular el sexo y la guerra, a crear personalidades bipolares, triple polares y hasta quíntuple polares, a interferir en los asuntos humanos produciendo comportamientos extraños aun al costo de sacrificar vidas… fue cuando, entonces, ya no se podía hablar de un habitar sino de un invadir el espacio humano.

    Los humanos invadidos comenzaron a entender cada vez menos su comportamiento irracional y destructivo; no entendían cómo podían actuar generalmente en contra del amor. Luego decidieron renunciar a la búsqueda de explicaciones y se sumergieron más y más en un caos de violencia, injusticia y estupidez… Un tipo dejaba a su esposa y a su familia por irse detrás de una puta cualquiera o,

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