Sublime ayuda
Por Corín Tellado
()
Información de este libro electrónico
"—¿Qué dice la carta? Porque no me digas que es respuesta a alguna tuya reclamando a la niña.
—Ni más ni menos que eso.
—¿Quieres decirme que Mildred no te entrega a la niña?
—No. Se niega.
—Vaya, hombre. ¿Y tú qué?
Juan extrajo el periódico del bolsillo, muy doblado, dejando bien de manifiesto el anuncio del despacho de aquel grupo de abogados.
—Haré una consulta legal.
—¿Y le has dicho eso a Mildred?
—¿Para qué si ella ya expone aquí su punto de vista?
—¿Dónde?
—En la carta, hombre, en la carta. Se casa y pretende que Dunia se quede con ella."
Corín Tellado
Corín Tellado es la autora más vendida en lengua española con 4.000 títulos publicados a lo largo de una carrera literaria de más de 56 años. Ha sido traducida a 27 idiomas y se considera la madre de la novela de amor. Además, bajo el seudónimo de Ada Miller, cuenta con varias novelas eróticas. Es la dama de la novela romántica por excelencia, hace de lo cotidiano una gran aventura en busca del amor, envuelve a sus protagonistas en situaciones de celos, temor y amistad, y consigue que vivan los mismos conflictos que sus lectores.
Lee más de Corín Tellado
Tu hijo es mío Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Olvídate de aquel día Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Una mujer fea Calificación: 3 de 5 estrellas3/5Me casan con él Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Mi felicidad eres tú Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Negocio matrimonial Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Yo me caso contigo Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Me callo por tu bien Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Tú eres para mí Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesAléjate de mí Calificación: 5 de 5 estrellas5/5¿Qué tienes contra mí? Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Lección de amor Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Cásate conmigo y verás Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesDime la verdad Calificación: 5 de 5 estrellas5/5La encontré por ser celoso Calificación: 5 de 5 estrellas5/5No me interesa esto Calificación: 2 de 5 estrellas2/5No quise tu orgullo Calificación: 5 de 5 estrellas5/5No te separes de mí Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Ella será mi mujer Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Te quiero de esta manera Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Él cambió mi vida Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesYo soy aquella chica Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl odio vuelve contigo Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesOrgullo y ternura Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesHe vuelto para ti Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLa novia de mi hermano Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesRecuerdo perdurable Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Empezó sin querer Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesNo sirvo para la aventura Calificación: 3 de 5 estrellas3/5Nos conocimos así Calificación: 5 de 5 estrellas5/5
Autores relacionados
Relacionado con Sublime ayuda
Libros electrónicos relacionados
La noche de los dos Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesMe siento decepcionada Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesSiempre fue así Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEmpecé sin querer Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesNo quería casarme Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesNo me gusta ser oportunista Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesVengo a buscarle a él Calificación: 2 de 5 estrellas2/5Te espero los domingos Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesSusana piensa Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesTus pecados me apasionan Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl destino esperaba allí Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl novio de mi vecina Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesTe he sido infiel Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesNo nos entendemos Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesNo tengo polilla Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesHistoria de dos mujeres Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesNo me caso por poderes Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesMag se casó Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesO vives como yo... Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesTe casaste por ambición Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLa tía de Kitty Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesAsí no le retengo Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLas inquietudes de Cristina Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesTe defiendo sin amor Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesNo sé qué me pasa Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLa maestra Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesTe está mintiendo Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesYo no soy como ella Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesOrgullo sin venganza Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEso no es suficiente Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificaciones
Romance contemporáneo para usted
Salvada Por El Alfa Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Vendida al mejor postor Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Resiste al motero Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Dos Mucho para Tí Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Macho Alfa Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Una virgen para el billonario Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Las tres reglas de mi jefe Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Esclava de tus deseos Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Fiesta de empresa Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Vaya vaya, cómo has crecido Calificación: 5 de 5 estrellas5/5El trío de Marley Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Una noche con ella Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Esposa por contrato Calificación: 3 de 5 estrellas3/5Al Borde Del Deseo: Romance De Un Millonario: Los Secretos Del Multimillonario, #1 Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Si te atrevieras a quererme... Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Tres años después Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Después de Ti Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Besos a medianoche Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Matrimonio por contrato: Lorenzo Bruni, #2 Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Contrato por amor Calificación: 5 de 5 estrellas5/5La cabaña Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEsposa olvidada Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Prometida falsa Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Novio multimillonario: La Isla del Placer Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Una y mil veces que me tropiece contigo Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Novio por treinta días Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Te odio, pero bésame Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Alégrame la vista Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Un café con sal Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Un hombre de familia Calificación: 4 de 5 estrellas4/5
Comentarios para Sublime ayuda
0 clasificaciones0 comentarios
Vista previa del libro
Sublime ayuda - Corín Tellado
CAPITULO PRIMERO
Juan Mitre ojeó de nuevo el anuncio.
Realmente venía viéndolo todos los días en letras muy grandes cuando abría la prensa.
El creía en el trabajo de equipo, puesto que dependía de uno como jefe del mismo.
—Roberto, ven un segundo.
El aludido acudió a su despacho y vio a Juan con el dedo puesto en una página del periódico y en un lugar concreto de aquélla.
—¿Has oído hablar alguna vez de estos abogados?
Roberto se acercó y lanzó una mirada.
Leyó en voz alta:
«Despacho jurídico. Grupo de abogados especializados en divorcios y nulidades…»
Roberto se echó a reír.
—¿Y por qué te va a ti eso ni te viene? Estás divorciado, ¿no?
—Sí, claro. Pero mira…
Y le mostró una carta.
—Puedes leerla —añadió—. No es larga.
—Prefiero que me digas de qué se trata.
—Mildred se casa.
—Bueno… ¿y te duele eso?
—No, pero… Dunia, ¿qué?
—Ah, tu hija… —Roberto se sentó—. No me digas que a estas alturas piensas quitarle a Mildred su hija. ¿No es bastante leal y amiga tuya que te anuncia su próxima enlace?
—Todo eso es muy real y humano hasta considerado por parte de mi ex mujer, pero… tengo una hija y me revienta que le llame padre a un hombre que no lo es.
Roberto se sentó mejor.
—Oye, no me digas que tienes celos.
Juan se echó a reír.
Era un tipo moreno, cetrino, de oscuros ojos.
¿Edad? Podía tener treinta años como alguno más.
No se daba a la edad real porque su aspecto era de esos en que tanto puedes tener más como menos.
Indefinible.
Con su bata blanca, su aire grave, su carisma serio, parecía volver los ojos hacia el anuncio.
—Mildred no me dará la niña por las buenas —susurró.
—Nunca la has reclamado. Has ido tú a Nueva York a verla.
—Es cierto. Pero Mildred no había pensado en casarse de nuevo.
—Juan, no te metas en líos.
Alguien tocaba en la puerta y entraron dos médicos.
—Chicos, tenemos la consulta llena. ¿Es que vais a quedaros aquí?
Juan y Roberto se levantaron.
—Ya pensaré en ello —dijo Juan—. De momento al trabajo. Nos queda una jornada dura.
* * *
—Cállate ya, Mila.
—Callarse es lo más cómodo —dijo Mila enojada—. ¿Es que callando se arreglan las cosas?
Luis estaba de pie ante el ancho archivo.
—A este paso —dijo por toda respuesta— no damos a basto. ¿Sabes cuántos clientes tenemos para hoy?
Mila lo sabía de sobra.
Entró Beatriz.
—Chicos, estoy rendida. ¿Por qué me mandas a mí siempre al juzgado, Luis?
—Cada uno —replicó Luis abriendo el archivo— tiene asignada su labor. O se trabaja en equipo o nos vamos todos al carajo.
—Pues es que si hay algo pesado y detestable es el juzgado.
—Y la toga y todo. Pero estamos a ganar dinero ¿no? ¿No nos hemos montado en grupo para conseguir más? Pues hay que conseguirlo.
—Ha venido Marta.
Mila se acercó a su compañera.
—Oye, de eso quería hablarle a Luis, pero él, como siempre, cómodo.
—Es una lata, ¿no?—farfulló Beatriz.
—O sea, que tú también…
Ella no, pero… ¿tenía aquello remedio?
Paco entró bufando.
—Si no os organizáis más —farfulló dejando el portafolios sobre la mesa— nos armamos un lío gordísimo —los miró uno por uno—. ¿Quién está encargada de dar los números a los clientes?
—Marta —replicó Mila.
—La que nos faltaba.
—¡Paco!
El aludido agitó la mano en el aire.
—Ya sé, ya sé. Bueno, pues tenemos la antesala con seis clientes y os tengo muy bien advertido que no podemos tener aglomeraciones. Uno por uno. Cada uno su hora. Lo más que se puede reunir en la antesala son dos. ¿Está bien claro?
—Marta no ha venido aún.
—¡Claro!
—¡Luis!
—Beatriz, te digo yo, aquí somos compañeros, ¿no? Si tú quieres ser hermana de la caridad…
—Nos hemos puesto de acuerdo —saltó Mila— para admitir a Marta. Ayudarle…
—¿Y no lo hemos intentado? ¿Sabes tú dónde vive?
—Desde ayer conmigo.
Todos miraron a Mila.
—¿Te responsabilizas de eso?
—Sí.
—Mira, chica…
—Luis, hazme el favor. Las cosas o se hacen de verdad o no se hacen.
Beatriz suspiró. Luis encendió nervioso un cigarrillo.
Paco se limitó a extraer del portafolios un montón de documentos.
—Luis, tenemos que estudiar estos asuntos. Que Beatriz y Mila reciban a los clientes…
—¿Y el asunto de Marta, qué? —gritó Mila enfadadísima.
Beatriz le tocó en el codo.
—Deja. Los hombres son unos egoístas. Además tú has impuesto a Marta.
—Es tan abogado como nosotros, Bea.
—No lo dudo. Pero… En fin, pienso que has tomado para ti una gran responsabilidad llevándola a tu apartamento.
—¿Querías que la dejara en esa fonda de mala muerte cayendo más y más?
—Esa chica tiene un gran problema. ¿Lo conoces tú?
—Nunca se lo he prequntado.
—Y ella no lo dijo.
Desde la puerta Luis apuntó enérgico:
—Al trabajo, chicas.
II
Había sido un día muy duro.
Empezaron de broma como el que dice, y el despacho se llenó.
Con la democracia los problemas se multiplicaban y en equipo se trabajaba mejor, pero más duro si cabe.
Eran todos de la misma promoción.
Y al trabajar en equipo lo urdieron en un pub mientras merendaban.
Los cuatro eran compañeros fraternales.
Nada de amores ni ligues.
Ni intereses sexuales.
Compañeros a secas y era mucho ser compañeros, de modo que al no encontrar trabajo decidieron montar su asesoría jurídica particular.
El primer año fue duro y los clientes no abundaban.
Después, poco a poco y con las relaciones públicas de Paco, se logró superar el bache.
A la sazón tenían más trabajo del que podían solucionar, por eso Mila propuso el ingreso de Marta Fano en el