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La Voz
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Libro electrónico179 páginas2 horas

La Voz

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La novela relata con humor y un dejo de nostalgia la historia de David Hernández, un joven predecible, empleado de un banco y estudiante de contabilidad, quien una tarde después de visitar a su abuelo en el hospital, comienza a experimentar aptitudes sobrenaturales para el canto, que habrán de llevarlo a participar en un curioso reality show. 
Paralelamente, dos agencias de cazatalentos se disputarán su representación, mientras se debaten si el joven efectivamente tiene brillo propio o, si por el contrario, se trata de un buen imitador. 
Frente a este alocado panorama y con su nuevo don, David intentará reconquistar el corazón de su querida Daniela, mientras compite para convertirse en la nueva "Voz de América."

IdiomaEspañol
EditorialMarcelo Gerpe
Fecha de lanzamiento20 jun 2018
ISBN9781386274834
La Voz
Autor

Marcelo Gerpe

Mi nombre es Marcelo, soy porteño y desde hace más de veinte años me gano la vida a través de las palabras. Aunque debo confesar que cada vez encuentro menos entusiasmo en las cosas que debo escribir. Sabrán entender mejor si les cuento que soy abogado. Trabajo y vivo en Buenos Aires, soy padre de dos soles, y desde mi adolescencia me interesé por la fotografía y los libros de terror. Si, me confieso lector constante del Sr. King.  En algún lado escuché que tener un hijo, plantar un árbol y escribir un libro es algo relativamente fácil, que lo difícil es criar ese hijo, cuidar del árbol y que alguien te lea.  Precisamente sobre ese último punto es que decidí aprovechar la facilidad de la tecnología para publicar algunas de las historias que escribí, las cuales espero los acompañen en algún momento de sus vidas. Para finalizar les dejo unas o las palabras de Carl Sagan como verdadera fuente de inspiración: "Qué cosa más sorprendente es un libro. Es un objeto plano, hecho de un árbol, con partes flexibles en las que están impresos montones de curiosos garabatos. Pero, cuando se empieza a leer, se entra en la mente de otra persona; tal vez de alguien que ha muerto hace miles de años. A través del tiempo, un autor habla clara y silenciosamente dirigiéndose a nosotros y entrando en nuestra mente. La escritura es, tal vez, el más grande de los inventos humanos. Une a personas que no se conocen entre sí. Personajes de libros de épocas lejanas rompen la cadena del tiempo. Un libro es la prueba de que los hombres son capaces de hacer que la magia funcione.”

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    La Voz - Marcelo Gerpe

    LA VOZ

    Marcelo Gerpe.

    La voz.

    Buenos Aires, agosto 2017.

    Imagen de portada Matt Botsford - Unsplash

    https://unsplash.com/@mattbotsford

    Retoques desde creativastock

    www.creativastock.com

    Índice.

    1. Cazatalentos. 3

    2. El escudo familiar. 13

    3. The cave. 28

    4. Arriba. 39

    5. Fiesta, fiesta. 52

    6. Camino a la fama. 80

    7. Despertar. 100

    8. Moonwalk. 124

    9. My Way. 143

    10. Show Must go on.  177

    11. Mano a mano.  208

    12. Epilogo 218

    13. Notas  222

    14. Playlist. 223

    1. Cazatalentos.

    "Existe algo mucho más escaso, fino y raro que el talento.

    Es el talento de reconocer a los talentosos."

    Elbert Hubbard

    Dos al cubo es una empresa internacional de entretenimiento audiovisual con filiales en varias partes del mundo. Si bien en Latinoamérica financiaban novelas de clase B y películas de bajo presupuesto, alcanzaron cierto renombre con el furor de los reality shows.

    Creadores de Cocina Swinger un programa en tiempo real donde las parejas intercambian esposas por una semana para enfrentar diversos desafíos culinarios había sido un éxito inimaginable.

    Claro está que a la selecta audiencia poco le interesaba conocer quiénes serían consagrados como Los reyes de los fogones, sino más bien el flirteo que se producía entre los participantes y por supuesto los desenlaces, mayoritariamente injuriantes.

    El programa en el cual una joven de unos veinticinco años pretendió justificar que habían perdido porque su compañero no paraba de mirarle el trasero cada vez que abría el horno, había alcanzado un pico de 18 puntos de rating, el cual rápidamente trepó a los 21 cuando el marido de la muchacha se enfrentó a golpes de puño para delicias de los televidentes.

    Sin embargo, la joya de la productora había sido Driver XP que consiguió su quinta temporada este año. En ese show sobre chóferes de limusinas, los conductores no solo debían trasladar a los eventuales clientes de un lado al otro de la ciudad, sino satisfacer los caprichos de las pseudos celebridades que rentaban sus servicios.

    En este caso, el capítulo en el cual el Sr. Ling, -un conductor de origen asiático con un rudimentario conocimiento del idioma español- debía alcanzar a una mujer embarazada al hospital, debería estar nominado para algún tipo de premio internacional.

    El hombre, de dudosa aptitud para la conducción, se limitaba a repetir con una sonrisa las palabras que la pobre mujer aullaba desde el fondo del automóvil. El hashtag #LingApulate y #MasLapidoLing fue trending topic en Twitter por tres días consecutivos.

    Por supuesto que ninguno de estos programas podría funcionar si no fuera por el ojo casi mágico de los encargados de encontrar a los participantes. De nada serviría si entre las parejas cocineras no hubiera cierta tensión o atracción, o si el chofer fuera idóneo para conducir, con lo cual la materia prima -como en todo- es primordial.

    Eso y un buen estudio de abogados que redactara los contratos, ya que en Dos al cubo no se guionaban los episodios como en otros programas de similares características y algunas veces había consecuencias del tipo legal.

    La cuestión entonces se resume en encontrar a esas personas, ponerlas en una situación atípica, y dejar que todo fluya. Eso sí, registrando todo el proceso con una cámara que la gente parecía consumir de buen grado.

    En la oficina, el aire acondicionado estaba en 20 grados, y aun así Mike tenía la camisa pegada a la espalda. Encontrar participantes para el nuevo proyecto Voces de América no era algo tan fácil como había esperado.

    —Necesito novedades, vamos gente, díganme algo, hablen por favor...—Dijo llevando las manos a la nuca y apoyando los pies sobre el escritorio.

    —Las audiciones terminan hoy, al parecer solo el diez por ciento, quedó preseleccionado para la segunda vuelta. —Respondió Belén

    — ¿Y eso en números cuántos participantes serían?

    —Veinte.

    —Eso no está bien. No, no. No es nada bueno. Históricamente, la mitad de los candidatos no pasa de la segunda vuelta. Honestamente, no sé porque la gente que tienen buena voz el cuerpo no los acompaña y viceversa.

    —Bueno podemos ser menos exigentes. No todos tienen que ser modelitos con voces angelicales. Acordate como la rompió Susan Boyle.

    —Así terminó. —Dijo haciendo girar un dedo alrededor de la sien.

    — ¡Mike! ¡No seas así!

    —Necesitamos personas lindas y talentosas que hagan vibrar con sus voces, —Advirtió— Pero por sobre todo que estén en condicione de llegar al final del certamen, y no que les chifle el moño.

    — ¿Me estas jodiendo? ¿La escuchaste cantar?

    —No me gusta, parece la enfermera de Misery, en fin. De los que están marcados como potenciales ¿Viste a alguno?

    —Pero...

    — ¿Hay alguno que valga la pena? — Insistió Mike.

    —Bueno, los muchachos de vídeo dicen que hay dos o tres chicas con buen potencial comercial. —Intercedió Alberto en la conversación, mientras daba un bocado a una manzana.

    —Los chicos de video no piensan con la cabeza están todo el día mirando culos con el zoom, por eso están ahí, y no acá.

    Belén suspiro dejando el tema de Boyle de lado, y siguió pasando las carpetas con la foto y antecedentes de los candidatos. —Los de sonido, apostaron por esta mujer y estos dos pibes, dicen que suenan muy bien. Después el resto es más de lo mismo.

    —Por favor te pido que no me vengas con otra Briteney Spears de la Saladita con ese rubio pollo en la cabeza, o un Cristian Castro de Glew, no creo poder resistir otra temporada así.— Dijo Mike agarrándose la frente con ambas manos.

    —Mis viejos son de Glew ¿Que tenés en contra? — Preguntó Belén.

    —No me sorprende. Nada, no lo dije literal por el lugar, sino por la actitud.

    — Pero...

    — ¿Sabemos cuántos días nos quedan? —Interrumpió Tomás sin apartar la vista de la notebook.

    —Bueno, el próximo viernes es nuestra línea roja. Una docena de candidatos y otro tanto de suplentes. Estos últimos son los que menos me importa, pero si no encontramos a los titulares, los de producción me van a colgar y yo a ustedes tres. Belén incluida. —Dijo Mike.  

    —Pero jefe —Protestó la mujer.

    —Esta bien, vos no. Sos la única que le pone empeño, pero a estos dos los mando a barrer el canal.

    — ¿Y cuántos tenemos? —Preguntó Tomás levantando la mano.

    —Considerando al mecánico y al odontólogo, unos ocho. —Respondió Mike.

    — ¿Contaste a la morochita de buenas....? —Preguntó  Alberto llevando ambas manos a la altura de los pechos sin soltar la fruta.

    — ¿Te referís a la morenita, bajita y de labios anchos? ¿Esa que vino con la minifalda amarilla?

    —Si. Esa misma

    —No, Gladys no cuenta. —Sentenció Mike.

    — ¿Gladys se llamaba? No me acordaba.

    —Te está jorobando Albert, lo dice por la bomba tucumana. —Agregó Belén mientras revisaba los mensajes del celular. —Siendo objetivos Mike, creo que tenemos candidatos suficientes para llegar a los diez u once tranquilamente, no creo que debamos preocuparnos.

    Desde la computadora de Tomás, empezó a sonar una canción... "Un pasito por aquí un pasito para allá, Moviendo la cintura, Moviendo sin parar...."

    —Escuchame cómico, estás todo el día ahí paveando con las redes sociales y no encontraste nada —Increpó Mike— como no me consigas alguien que valga la pena para el viernes, te aseguro que vas a venir a trabajar vos con una pollera amarilla ¿Está claro?

    —Yo creo que le va a quedar divina Jefe —Dijo Belén con una sonrisa pícara.

    —Mike por favor. No te pongas así. Sabes que consumo esto entre doce y catorce horas por día, ¿Tenés idea la cantidad de gente que me manda enlaces a videos que hacen en su casa? Eso sin mencionar los que arman coreografías con sus mascotas. Estoy podrido de ver gatos y perros que bailan Happy al compás de Pharrel Williams o...

    —No me interesa, por mi como si tuvieras que ver ochenta horas seguidas, encontrá a alguien primero, después descansas, pero hacelo o te juro que te pongo a cantar en el show.

    —Va ser un programa de terror —Dijo Alberto por lo bajo mientras daba otro bocado a la manzana.

    —Sir yes, sir.  —respondió Tomás apoyando la mano abierta sobre la ceja derecha.

    —Claro. Ustedes se lo toman todo en joda ¿no? Pero de la productora me están apretando como si fuera una naranja seca. El público quiere ver al ganador del próximo American Idol,  The Voice, o Factor X y Dos al cubo quiere ser el primero en replicar el modelo para un público latino, por eso insiste con hacer este reality pedorro en forma local, para después juntar a los ganadores de Sudamérica en un especial. Pero para eso tenemos que encontrar a un par de especimenes que....

    —Emmmm... Jefe.... Tengo malas noticias. —Interrumpió ahora Belén. — Mis informantes de la otra agencia, me acaban de mandar un mensaje, parece que ya tienen todo el cupo de participantes completo.

    —Pero me caigo y me levanto, otra vez...como puede ser... ¿Es buena la info?,  ¿Son de fiar?

    —Mike, creo que tenés que ver esto —Susurró Tomás.

    —Ahora no. Te pregunto ¿Son de fiar? ¿Los conoces? Mira que no me gusta comprar pescado podrido.

    —En serio Mike me parece que....

    — ¿Qué pasa Tomas?

    —Una amiga, me acaba de mandar un enlace a YouTube. Al principio pensé que era una joda, pero no lo creo. —Agregó levantándose de la mesa y llevando el portátil hasta el escritorio donde estaba su jefe.

    Por los siguientes tres minutos y cuarenta segundos, los cuatro permanecieron en silencio mirando la pantalla. Belén asentía cada tanto con la cabeza, y Alberto no se dio cuenta que estaba moviendo el pie hasta que terminó la canción. Todos coincidieron en cerrar los ojos con el último acorde.

    — ¿Es un fake? —Preguntó Mike sacando de un cajón unos auriculares de estudio redondeados que parecían un coco.

    —No creo, parece que el tipo es un compañero de trabajo de ella.

    Mike los abrió y apoyó una de las bocinas en su oído derecho. Cerró los ojos por unos breves minutos y volvió a reproducir el video.

    —Es de anoche. Ya tiene más de doscientas reproducciones y cien Likes —Dijo Tomás— No sé... ¿Qué les parece?

    —Hay que admitir que el chico es bueno. Si no lo veo pensaría que está cantando Sinatra. Me gusta. —Respondió Belén— Quizás con otra escenografía...

    —Sí, sí coincido. Y también habría que pulir un poco el "grand finale" que fue....como decirlo.... —agregó Alberto con una sonrisa.

    Tras unos breves instantes, Mike sentencio: —Lo quiero en el programa. No me importa cómo, pero este tipo tiene que estar.

    2. El escudo familiar.

    "No pude encontrar a nadie para cantar mis canciones,

    así que tuve que cantar mis propias canciones."

    Paul Anka.

    El sanatorio ocupa un edificio racionalista a pocas cuadras del Palacio de Justicia y la habitación que le había tocado en suerte, era una de esas compartidas, con vistas a una pared gris y oscura recorrida por decenas de cables negros. Sin embargo, desde que se marchó la Señora López, no la habían vuelto a ocupar, al menos no por ahora.  

    La persiana de la única ventana estaba a medio levantar, y a juzgar por el estado de las maderas resultaba dudoso imaginar que pudiera deslizarse en algún sentido. Afortunadamente, tratándose de uno de los últimos pisos la iluminación era bastante decente y el sonido del tráfico se escuchaba distante y apagado.

    Diez minutos antes de las cuatro de la tarde, Osvaldo abrió los ojos. Su reloj biológico anunciaba que la hora del té se acercaba y aunque no tuviera hambre algo debía ingerir.

    Estaba recostado sobre un hombro y lo primero que advirtió, tan pronto se aclaró la vista, fue su dentadura flotando como un barquito de papel dentro de un vaso con agua. Inmediatamente recordó las palabras de la enfermera que le sugirió que no tuviera nada de valor en el cuarto, ya que los amigos de lo ajeno aprovechaban cualquier descuido. 

    — ¿Pero quién le va a querer robar los dientes a un viejo? — Había preguntado con sorpresa la primera tarde en que llegó.

    Liz, una cubana de generosas caderas, mientras le tomaba

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