Lorenzo Caprile
ALorenzo Caprile, el Covid-19 le cogió en plena temporada, como a tantos otros diseñadores, dando los últimos toques a trajes de novia y de fiesta, que siguen ahí, en su taller, a la espera de que sus destinatarias decidan cuándo podrán pasar por el altar o por el juzgado. Una espera que para algunos puede ser la ruina y para otros volver a empezar de nuevo, aun a sabiendas de que ya nada será igual.
Lorenzo, que ha pasado en soledad el confinamiento en el Hotel NH de la calle Santa Engracia de Madrid –uno de los edificios más emblemáticos de la capital–, donde vive desde hace años, me cuenta su experiencia personal y cómo cree que puede sortear la crisis una industria como la de la moda.
-¿Cómo se encuentra?
-No me atrevo a decirlo porque puede parecer políticamente incorrecto pero yo el confinamiento lo he disfrutado, ya que estoy acostumbrado a estar solo, me entretengo leyendo, escribiendo, estudiando y preparando la cuarta temporada de “Maestros de la Costura”. Te diría que me ha faltado tiempo para hacer todo lo que quiero. Lo que me preocupa es el ahora, la vuelta al cole.
-¿Qué ha
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