Descubre millones de libros electrónicos, audiolibros y mucho más con una prueba gratuita

Solo $11.99/mes después de la prueba. Puedes cancelar en cualquier momento.

Adiós... analógicos, adiós
Adiós... analógicos, adiós
Adiós... analógicos, adiós
Libro electrónico117 páginas1 hora

Adiós... analógicos, adiós

Calificación: 0 de 5 estrellas

()

Leer la vista previa

Información de este libro electrónico

Los que han nacido en un mundo analógico tienen cada vez más dificultad para subirse al único tren que circula. Sus cualidades, adquiridas con un esfuerzo de años, parecen perder valor, mientras los nuevos tiempos se tiñen para ellos de una insustancialidad casi insoportable: son tiempos de reality shows, videojuegos y redes sociales, que parecen dictar un nuevo sentido común. Quien no participa, queda excluido.

El autor analiza con realismo y sentido del humor los ingredientes de la revolución digital, y ofrece soluciones para vivir y sobrevivir en un mundo superpuesto al mundo en el que muchos nacimos.
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento24 may 2012
ISBN9788432142017
Adiós... analógicos, adiós

Relacionado con Adiós... analógicos, adiós

Títulos en esta serie (70)

Ver más

Libros electrónicos relacionados

Artículos relacionados

Comentarios para Adiós... analógicos, adiós

Calificación: 0 de 5 estrellas
0 calificaciones

0 clasificaciones0 comentarios

¿Qué te pareció?

Toca para calificar

Los comentarios deben tener al menos 10 palabras

    Vista previa del libro

    Adiós... analógicos, adiós - Julio Montero Díaz

    Julio Montero

    ADIÓS…

    ANALÓGICOS, ADIÓS

    EDICIONES RIALP, S.A.

    MADRID

    © 2012 by JULIO MONTERO

    © 2012 by EDICIONES RIALP, S.A.

    Alcalá, 290. 28027 Madrid (www.rialp.com)

    Fotografía de cubierta © Javier Brosch-fotolia.com

    Realización ePub: produccioneditorial.com

    ISBN: 978-84-321-4201-7

    No está permitida la reproducción total o parcial de este libro, ni su tratamiento informático, ni la transmisión de ninguna forma o por cualquier medio, ya sea electrónico, mecánico, por fotocopia, por registro u otros métodos, sin el permiso previo y por escrito de los titulares del Copyright. Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos, www.cedro.org) si necesita reproducir, fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra.

    A María Antonia y Guillermo:

    analogía y digitalidad en nuestra familia

    A mi generación de analógicos.

    Para que dejemos la huella razonable que debiéramos

    ÍNDICE

    PORTADA

    PORTADA INTERIOR

    CRÉDITOS

    DEDICATORIA

    PARA EMPEZAR. ESTO ES SERIO

    I. TEMORES INFUNDADOS, PERO ARRAIGADOS

    II. UNAS REDES DIFERENTES; PERO NO TAN DISTINTAS

    Empresarios, comerciantes y hombres de negocios en el mundo digital

    Las redes de hoy

    III. EL MUNDO DIGITAL: NATIVOS Y EMIGRANTES

    IV. LOS NATIVOS ANALÓGICOS

    La solución apocalíptica: la resistencia

    La rendición: los integrados

    V. LA REVOLUCIÓN DIGITAL

    VI. ALGUNAS CONSECUENCIAS… POSIBLES

    Los políticos y el abismo mental

    La brecha de verdad

    VII. PLANES DE CONVIVENCIA… MIENTRAS LOS ANALÓGICOS MORIMOS

    PARA EMPEZAR. ESTO ES SERIO

    Me quedé de piedra al escuchar que ese color de piel, que yo había imaginado como de aceituna pintona obscura, brillante a la luz de una luna derramada por un olivar perdido de Granada, se llamaba simplemente Pantone 5815 c1. La tez de Antoñito Camborio2 quedaba encerrada en una fórmula ¿exacta? De «ceros» y «unos». El verso alterno siguiente ¿rimaría con «c» o con Camborio?, mantendría el ritmo y la sugerencia de imágenes ¿con «Pantone» o con «5815»? Lorca y los suyos ¿serán una especie extinguida, o a punto, en 2050? Da la impresión de que los hijos de Saturno han decidido, al menos por esta vez, comerse ellos a su padre. Eso temen muchos nativos analógicos ahora mismo: que se los coman sus hijos, o sus estudiantes. Algunos incluso sienten que el festín y el drama ya han comenzado.

    Se está produciendo un cambio radical. Quizá pensemos que se trata de una moda más. Como cuando nos dejábamos el pelo largo en los sesenta o nos embutíamos en unos pantalones campana de caja estrecha. No es sólo eso. Los cambios de aspecto y de música no son lo más importante. Constituyen la máscara que oculta un rostro radicalmente diferente al nuestro. En realidad, en lo único que nos parecemos a nuestros hijos es en que todos —ellos y nosotros— usamos careta.

    He contado durante años la historia del borrachín analista y arrepentido. Arrepentido, porque quería dejar de emborracharse. Analista, porque pensó que si estudiaba bien los hechos y era capaz de establecer una buena relación entre ellos, podría atacar y superar su tendencia a la intoxicación etílica. Y efectivamente se aplicó a su análisis científico. Tras recuperarse del primer fin de semana con resultado de intoxicación por ingesta abrumadora de alcohol, recordó y anotó: 5 botellas de vodka + 1 botella de soda = borrachera. Algún tiempo después incurrió en la misma pérdida de conciencia. De nuevo, rememorar y notas: 4 botellas de whisky + dos botellas de soda = borrachera… y siguió con dos o tres observaciones más de tono similar. Naturalmente, decidió dejar de tomar soda y probablemente no pudo continuar ya con sus análisis.

    La historieta sólo me ha servido para tratar de captar la atención de mis estudiantes antes de hablarles de los métodos de investigación en las ciencias sociales. A la pregunta que cuál fue el error del analista puede contestarse que se equivocó al establecer el nivel de análisis. No acertó en centrarse en el que correspondía a las causas. No eran las etiquetas de las botellas las que producían las melopeas. Era preciso situar el nivel de análisis en otro factor no tan patente, pero realmente eficiente, el alcohol.

    El nativo analógico (las gentes de mi edad) parece estar siempre en otro nivel de análisis cuando habla con un nativo digital (nuestros hijos, nuestros alumnos). Está, el analógico, situado en otro nivel de causas cuando se adentra en el mundo digital. Su gran dificultad es que normalmente no sabe qué tiene que preguntar para que los expertos digitales le resuelvan sus dudas. Sus dificultades se sitúan en el nivel de las etiquetas y no en el de las causas en la cadenade efectos de lo digital. No es un problema pequeño, no es el gap generacional que todos hemos vivido.

    Este ensayo es la desembocadura de muchas, muchísimas, horas de conversación con gentes, especialmente amigos y amigas, a lo largo de años. Si he de ser sincero tendré que reconocer, para empezar, que cuando charlábamos no tenía ni idea de que acabaría en libro. Por lo tanto, propiamente, no se puede hablar de resultado, al menos de esperado.

    Soy un impenitente de la conversación: oír, escuchar y, si se tercia, hablar. He recorrido Madrid y otras ciudades europeas a pie en paseos interminables con amigos y con mi familia. Si sumara horas, y sin contar a mi familia, Ángel Bahamonde se llevaría probablemente la palma. Me parece que hemos hablado de todos los temas posibles a lo largo de los últimos veinte años. Algo parecido me pasa con José Luis Roig y Manuel Herrera… y con José Luis Piñuel, Paco García, José Cabeza, Salvador Gómez, Álvaro Matud, Marga Anson, Pablo Pérez, José Vidal Pelaz, Antonio Sánchez-Escalonilla, Araceli Rodríguez, Ana Rueda, Javier Cervera, Valentina Martínez, Javier Ortiz-Echagüe, Pierre Sorlin, Fernanda Santana, Paco Segado, Fátima Gil y Lucía Herranz, junto con Manuel Gómez. Y una larga lista por la que desfilan antiguos alumnos de variadas edades y situación, colegas de bastantes universidades y compañeros de siempre de mus y dominó. Muchos de ellos se reconocerán en anécdotas de este libro, en las que me he limitado, sólo algunas veces, a disfrazarles apresuradamente.

    El primer texto, escrito de un tirón, se lo envié a un puñado de amigos. Quería que lo leyeran y me dieran su opinión: si les gustaba o no y qué quitarían o añadirían. En menos de veinte días tenía oncede las catorce solicitudes en mi correo. Una prueba debuena amistad, porque les escribí en pleno mesde agosto e interrumpí sin piedad sus días de descanso anual bien ganados. Me contestaron algunos bastante por extenso y todos con aportaciones de interés, coincidentes unas y divergentes otras.

    María Antonia y Guillermo, y mi propia madre, han tenido que aguantar mis consideraciones en voz alta al hilo de lo que iba escribiendo mientras ellos intentaban hacer su trabajo o descansar este verano en Laredo. El texto ha incluido sugerencias y discusiones que he mantenido con todas estas apreciaciones. Las agradezco todas y mucho, aunque la redacción no siempre permite la alusión directa, ni siquiera en nota. Ni que decir tiene que su colaboración ha enriquecido notablemente este libro y que los errores han de apuntarse al autor. A cada uno, lo suyo.

    1 PANTONE Inc. es una empresa creadora del Pantone Matching System, un sistema de identificación, comparación y comunicación del color. Su sistema de definición cromática es el más reconocido y utilizado por lo que normalmente se llama Pantone al sistema de control de colores. El sistema se basa en una paleta o gama de colores. La ventaja de este sistema es que cada una de las muestras está numerada y una vez seleccionada es posible recrear el color de manera exacta. Las ediciones de las Guías Pantone se distribuyen anualmente debido a la degradación progresiva de la tinta. Cada color se describe por una numeración y unas siglas en función de la superficie o material en el que se va a aplicar el color. Los colores Pantone, descritos numéricamente, han encontrado un hueco dentro de la legislación, especialmente en las descripciones de los colores de banderas. (Entresacado de Wikipedia, Pantone, consulta del 22 de noviembre de 2011).

    2 LORCA la describe de dos maneras. Una como «Moreno de verde luna» y pocos versos más abajo: «y ese cutis amasado /con aceituna y jazmín» (FEDERICO GARCÍA LORCA, Muerte de Antoñito el Camborio).

    I. TEMORES INFUNDADOS,

    PERO ARRAIGADOS

    La directora de marketing rondaba los cincuenta años. Se acercó al departamento de audiovisual de la universidad on line en la que trabajaba. Necesitaba que se grabaran algunos planos de un encuentro que iba a tener lugar con estudiantes, para colgarlos luego en el canal de IPTV de la web. El jefe del departamento le comentó que era imposible atender aquella tarea por desbordamiento de trabajo. Le sugirió que como se trataba de una tarea fácil, la hiciera ella misma. Ellos le dejarían una cámara, le darían unas instrucciones básicas y los planos estarían dispuestos para emitirse.

    ¿Disfrutas la vista previa?
    Página 1 de 1