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Interés Productivo, la mejor manera de aprovechar el conocimiento
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Interés Productivo, la mejor manera de aprovechar el conocimiento
Libro electrónico205 páginas5 horas

Interés Productivo, la mejor manera de aprovechar el conocimiento

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Las personas estamos sometidas a una acumulación de conocimientos y experiencias de la que no somos conscientes. El beneficio está en traducir ese caudal informativo en productividad, en pasar de la fase de acumulación a la acción, con ideas e inquietudes propias. Para lograrlo se debe, como mínimo, sortear el miedo, medir la euforia, comprender el alcance de la suerte para no arrepentirse por los fracasos. Interés productivo intenta transformar las dudas en alternativas y oportunidades, llevando luz a la oscuridad, aportando sensatez en el desconcierto donde nos instalamos en los momentos de incertidumbre. Tener Interés productivo es aprender del fracaso, porque solo fracasa quien actúa.

Este libro analiza el alcance de los triunfos y de los fracasos, habla de la suerte, del miedo, el talento y los egos.

IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento17 sept 2017
ISBN9781370900930
Interés Productivo, la mejor manera de aprovechar el conocimiento
Autor

Robertti Gamarra, Sr

Robertti Gamarra nació en Paraguay (1967). Entre sus trabajos publicados destacan las novelas El abrevadero de las bestias (Libros.com, 2014) basada en el atentado del 11M; Las botas del Rey (Novelnobel Ediciones. Salamanca, 2015), un libro ambientado en la guerrilla colombiana; y Cruzar la montaña partida, (Ed. Seleer 2015). Periodista de profesión, trabajó varios años como corresponsal de una emisora de radio paraguaya en Europa, prestando cobertura a la inmigración latinoamericana. Es especialista en el ámbito del emprendimiento y la innovación. Ha dedicado gran parte de su trayectoria profesional al entorno del libro, participando en la creación de más de 250 bibliotecas públicas en todo el mundo. También es reconocida su labor en la creación de cursos online sobre la escritura. En el año 2016 recibió la distinción de la Embajada de Paraguay en España por su dedicación al mundo de los libros.

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    Interés Productivo, la mejor manera de aprovechar el conocimiento - Robertti Gamarra, Sr

    El que teme sufrir ya sufre el temor.

    Proverbio chino

    ROBERTTI GAMARRA

    Reservados todos los derechos por la legislación en materia de Propiedad Intelectual. Ni la totalidad ni parte de este libro, incluido el diseño de la cubierta, puede reproducirse, almacenarse o transmitirse en manera alguna por medio ya sea electrónico, químico, óptico, informático, de grabación o de fotocopia, sin permiso previo por escrito de la editorial.

    Primera edición: Octubre 2017

    © 2017 Robertti Gamarra

    © 2017 Letras de plata ediciones

    www.roberttigamarra.com

    www.letrasdeplata.com

    contacto@letrasdeplata.com

    ISBN: 978-84-697-5466-5

    Depósito Legal: M-25732-2017 

    Dibujo de la portada: Gael Gamarra

    Maquetación, impresión y encuadernación: DiScript Preimpresión, S. L. Impreso en España. Printed in Spain

    íNDICE

    INTRODUCCIÓN

    INTERÉS PRODUCTIVO

    La nueva marca

    LA ACCIÓN

    EL TRIUNFO

    EL MIEDO

    EL FRACASO

    LA RISA

    La mejor terapia

    YO SOY YO

    La identidad

    INVERTIR

    En lo personal y lo profesional

    EL REMORDIMIENTO

    EL TALENTO

    EL EGO

    VISUALIZAR

    LA ILUSIÓN

    POSITIVAR LOS ELEMENTOS

    SUPONER Y ACERTAR

    LOS RESULTADOS

    CONFORMARSE

    LA SUERTE

    SINCERIDAD EXCESIVA

    MIEDO O VERGÜENZA

    LAS PERSONAS

    Empezar por uno mismo

    QUIÉNES

    LA DECEPCIÓN

    LA ACTITUD

    EL CARÁCTER

    LA APARIENCIA

    PEQUEÑOS DETALLES

    REALIDAD BAJO LUPA

    LAS FUENTES

    EL PRODUCTO

    Tener algo que ofrecer

    INNOVACIÓN

    FIJAR OBJETIVOS

    EJEMPLOS PRÁCTICOS

    INVERSIÓN CERO

    CONCLUSIÓN

    EL AUTOR

    INTRODUCCIÓN

    Hoy por hoy, la imagen global del mundo ya no sorprende a nadie. Es casi una obligación convivir con las desgracias, las injusticias, los enfrentamientos o la inseguridad. La sociedad que recordamos de hace 20 años ha desaparecido, no queda ni rastro de los valores ideados entonces, de los derechos que defendíamos, de las obligaciones respetadas por todos. Incluso las promesas de entonces son las fuentes de aflicción de ahora. Los incentivos sociales que hipotecaron el futuro de muchos jóvenes, especialmente estudiantes comprometidos con las carreras más prometedoras, se encuentran ahora masticando las consecuencias de la burbuja en la cola del paro o en la estación del tren para emigrar. Todo ese esfuerzo por convertirse en profesionales excelentes, lo deben entregar hoy en día por un pedazo de pan en cualquier ocupación, casi siempre ajena a su área de adiestramiento. Así muchos médicos se convierten en taxistas, los ingenieros se vuelven profesores a tiempo parcial, los cientificos huyen en busca de una esclavitud laboral más llevadera en lugares tan lejanos de sus entornos habituales que adoptan la pérdida del desarraigo personal como un valor añadido a su proclama de presentación.

    ¿Es esto el fin de una era, o el principio de otra? La respuesta está en uno mismo, aunque imperceptible para quien no lucha. ¡Pueblo! Si formas rebaño, soporta a los pastores y a los perros (Pitágoras). El panorama desolador para algunos, naturalmente, siempre se torna prometedor para otros. Una persona activa nunca es ajena a los cambios, pues encuentra en ese momento su gran posibilidad de crecer. ¿Ha llegado el momento de rendirse y de conformarse con lo que hay? No. Rotundamente no. Es verdad que la crisis económica masca los mejores trajes, araña las mejores viviendas, escupe veneno en las carreras más prometedoras. Pero de rendirse nada. Es en estas circunstancias cuando hay que agarrarse al proverbio chino: en toda crisis hay oportunidades. Ésta es una verdad inquebrantable. Muchos se encuentran atrapados en la desgracia y vislumbran un porvenir completamente nefasto. Pero, sentirse miserable genera en la persona un enorme desgaste emocional, y permanecer mucho tiempo en esa situación, donde no se vislumbra una salida favorable para recuperar lo perdido, ya sea de ámbito material o espiritual, suscita el perverso deseo de venganza. Es en ese estado cuando se pierde el rumbo, se ve a los demás como auténticos enemigos, como fuerzas oscuras que intentan impedirnos salir a flote, lo cual empuja al aislamiento y a la pérdida de dignidad personal. ¿Dónde conduce esto? En lo laboral a aceptar cualquier cosa, renunciando a la búsqueda de mejores condiciones; y en lo personal, a desvincularse de cualquier compromiso social, como si la burbuja coyuntural no tuviese ninguna influencia en nosotros. La recomendación para estos momentos es no olvidar que los caminos pedregosos también conducen a través de campos fértiles para el cultivo.

    Conocimiento Productivo. El contenido de este libro no tiene pretensión de convertirse en la panacea del éxito ni en una plataforma de recuperación personal. Está pensado para alimentar el interés en la puesta en marcha de iniciativas propias o en la reinserción en el mercado laboral cualificado, partiendo de un elemento fundamental: la innovación.

    Tampoco está estructurado para ofrecer éxito de la nada, ni expone teorías alimentadas en destellos oportunistas, aquellas que desaparecen sin haber aportado nada, únicamente abre una puerta para ponerse manos a la obra desde el primer momento, sin perder el tiempo en adquirir más conocimientos innecesarios o manejar conceptos que a la hora de la verdad no sirven de nada. Es decir, no voy a explicar cómo funciona el mercado, ni a desplegar análisis de estrategias económicas o procedimientos administrativos. Simplemente propongo utilizar el tiempo para manejar técnicas reales, conocimientos enfocados a posicionamientos personales, introducción al mundo de la innovación y, sobre todo, bajar al refugio emocional donde están depositados los valores más edificantes de los individuos. Esto quiere decir que el recorrido por estas páginas se convertirá en un auténtico taller sobre los elementos más imprescindibles a la hora de aplicarse al cambio, un repaso en detalle de los procedimientos, de los códigos de notoriedad en cada área de trabajo y un paseo reflexivo por las emociones; la pretensión es que al beber de estas aguas nadie olvide la fuente. Juntos, querida lectora, querido lector, recorreremos los caminos más sugestivos para llegar al éxito. Haré acopio de los mejores y más sencillos recursos para ayudar a sortear el interés pasivo en las cosas, en beneficio del interés productivo, conocimiento productivo, pues ofuscarse en el momento crucial de la pérdida personal solo sirve para perder la oportunidad de aprender.

    A quién. Este libro despliega sus páginas para personas con iniciativa propia, con interés productivo. Si por el camino encontramos alguna predisposición pasiva, con pocas ganas de innovar o de someterse al escrutinio personal, le daremos el mensaje y seguiremos de largo. No voy a engañar a nadie, si el objetivo del lector es buscar una salida rápida del atolladero personal o profesional, recomiendo honestamente no seguir leyendo, porque soy incapaz de garantizarle nada. Sin embargo, sí puedo acreditar un adiestramiento basado en la creatividad y la acción. Las dos cosas juntas, partiendo de los conocimientos adquiridos a través de la experiencia, tienen el propósito de incentivar la acción. Es probable que muchos ya posean suficiente conocimiento aplicable a la acción inmediata, pero no han encontrado las herramientas para actuar con ello y salir adelante. Albergo la firme intención de ayudar a trazar el camino más idóneo para conseguir resultados. No pretendo sentar cátedra de psicología, parapsicología ni formación profesional, sino un traspaso de experiencias, competencias adquiridas en mis empresas entrevistando candidatos que querían trabajar, gentes que acudían a las ofertas de empleo y que seguramente podrían haberlo hecho mejor si realmente hubiesen sabido cómo enfocar sus presentaciones, sus curriculums, sus conocimientos, pero no lo sabían y fracasaron. En eso voy a centrar todo mi esfuerzo, en poner en las manos del lector y lectora las herramientas para enfocar eficazmente las entrevistas, voy a analizar lo que, según creo por haberlo visto cientos de veces, se debe o no hacer, dónde y cómo hacer, cuándo y por qué renunciar a algo para embarcarse a otro frente que se ajusta mejor al perfil profesional o las nuevas propuestas. Ayudaré a reflexionar sobre los acontecimientos de la vida, de modo que ese razonamiento pueda suscitar una riqueza edificante para los planes de futuro. Emprendo esta tarea con la finalidad de conseguir que las personas valoren sus fortalezas, descubran sus talentos y lo pongan al servicio de sus propósitos. No existe mayor desgracia para un individuo que renunciar a seguir simplemente por verse incapaz de avanzar lo suficiente.

    Las personas. La integridad de cada individuo está implícita en su forma de ser, en su forma de relacionarse, en su forma de demostrar aprecio o gratitud, por lo tanto no se puede explicar con palabras. Los valores personales se fundamentan en la acometida juiciosa de una acción, son el reflejo de la experiencia adquirida a través del tiempo, la ejercitación adecuada de las probabilidades, la asimilación de conceptos heredados del entorno, de ocupaciones anteriores, del contexto familiar. El valor personal se ve a simple vista y no necesita de comportamientos fingidos para conseguir una recompensa social tan necesaria como efímera si es mal administrada.

    Los conocimientos y la experiencia también forman parte de la personalidad de cada individuo. Y bien gestionados pueden resultar una eficaz herramienta para conseguir los propósitos personales o para fortalecer las posibles debilidades. En lo profesional, el conocimiento es la marca de cada individuo, un emblema que viaja en la propia persona, que trasluce de forma natural las virtudes, haciendo inútil incidir en ellas: todos las perciben y las aprecian. Resulta patético cuando un inepto finge saberlo todo y busca de esa forma conseguir una migaja de reconocimiento artificial. No vale de nada empeñarse en explicar los conocimientos de uno mismo, ni en alardear sobre la experiencia, porque quien sabe, sabe, y quien no, el tiempo lo delata.

    El mejor termómetro para medir el conocimiento de una persona es su comportamiento. y la forma de evitar la envidia por los logros ajenos es vivirlos con humildad, sin alardes ni euforia, con la mente llena de ideas realistas y la mochila del conocimiento repleta de experiencias aplicables en nuevos propósitos. Muchos caen en el error de extenderse sobre sus conocimientos o el manejo de este o aquel tema, intentando suscitar confianza a través de las palabras. Sin embargo, olvidan que esa integridad engañosa se trasluce en los movimientos, las expresiones y en el silencio.

    No hablamos de callarse las virtudes, sino en no excederse en su verbalización con el propósito de engrandecer los méritos que los demás ya han advertido a la primera. Una estrategia desmedida siempre está abocada al fracaso, a que los demás pierdan interés en el fondo del valor global y trasladen su atención a apreciaciones más superficiales. Si alguien ensalza demasiado sus virtudes, no tardará en cosechar una animadversión exclusiva y perderá la oportunidad de alcanzar el objetivo deseado.

    No hay peor entrevista que aquella donde el entrevistado se empeña en aportar apreciaciones complementarias a todos los temas que se le plantean, como si los conociera al dedillo, olvidándose de escuchar el ámbito de interés, los resultados esperados o las condiciones de ejecución. Pretender evitar ser visto como un ignorante en ciertas áreas del conocimiento es muestra de gran ignorancia. No existe mejor escenario de aprendizaje que el propio error. Nadie tiene la culpa de que alguien no sepa de algo, y pensar que la exclusión se origina en el desconocimiento de ciertos temas, es un gran despropósito. Tampoco en nadie recae la culpa de las acciones de otros, sino en uno mismo. Epicteto ya lo dijo: …abstenerse de atribuir la culpa a otros o a nosotros mismos es muestra de perfecta sabiduría.

    Toda persona debe ser consciente de su propia fortaleza, sólo así puede expresarse con propiedad sobre sí mismo. El capital humano se conforma de tres factores que deben convivir armónicamente, como son: la experiencia obtenida durante la ejecución de las tareas profesionales, los conocimientos adquiridos para garantizar el dominio del elemento y el entorno personal donde se manifiestan las dos piezas anteriores.

    La unidad de esos tres factores constituye una poderosa herramienta para avanzar hacia cualquier objetivo en la vida. Conocerlos contribuye a localizar los puntos fuertes de la persona y a dibujar un mapa de actuación basado en elementos propios, no en virtudes ajenas ni en suposiciones, que nunca lograrán aportar nada a la persona, porque no lo lleva dentro.

    Saber gestionar la fortaleza personal es un valor seguro para el éxito, porque proporciona la herramienta básica para abandonar la pasividad y entregar el tiempo a la acción. Manejar con tino las virtudes ayuda a comprenderlas mejor y a luchar con mayor eficacia contra las debilidades. Muchas veces nos hemos encontrado con infinidad de dificultades para afrontar los problemas personales o para acometer nuevos retos, porque partimos de la engañosa idea de que no podremos llevarlos a buen puerto. Es decir, partimos del convencimiento erróneo de que vamos a fracasar, utilizando suposiciones basadas en hechos que ni siquiera han ocurrido. Toda esa barrera se derrumba cuando las personas conocen con exactitud sus valores y saben manejarlos en beneficio de su objetivo, única y exclusivamente. Pero, como bien es sabido, siempre es necesaria una pequeña ayuda para darnos cuenta de todo lo que somos capaces de hacer.

    Iniciativas reales. En el ámbito de la innovación, el valor añadido de este libro lo constituyen desgloses de iniciativas testadas en el mercado, negocios creados con capital CERO y que funcionaron. Pretendo compartir y comentar los procedimientos, el proceso de creación, los análisis que motivaron el inicio del trabajo, etcétera. Daré cumplidas explicaciones de cómo surgieron, cómo fueron enfocados, cómo se convirtieron en un producto y, así, conociendo paso a paso el desarrollo se podrá entender mejor el funcionamiento de las nuevas ideas en el mercado económico o laboral.

    Propongo dejar fuera la extensa literatura sobre el éxito, los conceptos globales, las horas y horas de teorías tradicionales que han conformado la herramienta pedagógica de los emprendedores, y empezar a practicar sobre el terreno el aprovechamiento de los valores personales, eso que llevamos dentro. El objetivo es que, después de todo, haya suficiente materia prima para ponerse en marcha. También habrá espacio para entender que no todo está perdido, que reciclarse es posible, que hay suficientes vías de escape para eludir la inactividad, y que deprimirse ante las dificultades no es más que convertir un problema en dos.

    INTERÉS PRODUCTIVO

    La nueva marca

    El interés productivo no es un concepto más para verbalizar una nueva teoría sobre el éxito, sino una forma eficaz de entrar en acción. ¿Qué significa tener interés productivo? Imaginemos a un oyente que asiste a un taller de formación; escucha muchos conceptos atractivos, incluso definiciones que ya conocía, pero que de boca del instructor, quien se emplea con explicaciones cálidas y claras, le han vuelto a encender el entusiasmo. Abandona el taller con energías renovadas, vuelve a casa atropellado de

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