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El baile de secundaria
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El baile de secundaria
Libro electrónico148 páginas2 horas

El baile de secundaria

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Descripción del libro:

La secuela de las galardonadas memorias de Starbuck O’Dwyer sobre sus años en la escuela primaria, High School Dance, es un conjunto de divertidos, inolvidables e interesantes relatos sobre el sufrimiento y el éxtasis de las experiencias vividas durante los años en secundaria que te harán reír y recordar lo que significa ser joven, salvaje y libre. 

Mensaje del autor: " Bienvenido a El baile de secundaria. Me alegra que estés leyendo este libro. Esta obra es la culminación de un proyecto que comenzó en 2008, poco después de que mi esposa y yo diéramos la bienvenida a nuestro hijo. Como la mayor parte de los padres primerizos, sentí un nuevo y profundo sentido de la responsabilidad e inmediatamente decidí transmitir todo lo que yo consideraba importante. Aunque en aquel momento el objeto de mi orgullo y alegría tan solo babeaba, hacía caca y dormía y estaba lejos de absorber la sabiduría que su papá había logrado, me negué a permitir que estos molestos detalles se interpusieran en mi camino.

Para comenzar, preparé un listado de acontecimientos que se habían producido durante mi niñez y de los que me había aprendido mucho, eran hechos que habían tenido un impacto en mí, tanto favorable como desfavorable. Este ejercicio me obligó a revisar muchas experiencias desgarradoras, como el no haber sido capaz de batear una sola vez en la liga menor de béisbol, mi dependencia crónica por una manta, mi desastrosa e infructuosa audición para conseguir el papel de Winthrop en The Music Man y el tiempo que pasé mirando a las moscas durante todo el último año de primaria. Quería que mi hijo conociera todas las dificultades con las que se podía enfrentar; su padre ya las había experimentado, había aprendido algo valioso y había sobrevivido. También quería que conociera todos los momentos divertidos y alegres que viví cuando era niño y el amor que mis padres me demostraron.

Sin embargo, después de elaborar mi listado me di cuenta de que aquello no iba a ser suficiente. ¿Y si, Dios no lo quisiera, yo ya no estaba aquí para contarle la historia que había detrás de cada cuestión que aparecía en el listado? No podía soportar esta idea asique decidí convertir el listado en un libro de relatos sobre mi niñez. Con el tiempo, el proyecto evolucionó y se convirtió en dos libros: uno sobre los años que pasé en primaria, How to Raise a Good Kid y otro sobre mis años en el instituto, El baile de secundaria.

Espero sinceramente que disfrutes de estos recuerdos. Pocos momentos en la vida son más inolvidables que los años que pasamos en la escuela. Existen numerosos momentos de humillación, desengaño y sensación de fracaso, y eso si tienes un buen día. No importa quién seas, llegar a la mayoría de edad es excitante, complicado y algunas veces verdaderamente peligroso, y en estos relatos he intentado reflejar tanto el sufrimiento como la euforia. Mi esposa y yo tuvimos mucha suerte al aumentar nuestra familia con una hija en esos años y mi mayor esperanza es que ella y su hermano lean algún día estos relatos, aprendan algunas lecciones, lleguen a conocer mejor a su padre y recuerden, sobre todo, lo mucho que los quiero”.

IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento8 jun 2018
ISBN9781507148808
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    El baile de secundaria - Starbuck O'Dwyer

    Otras obras publicadas por Starbuck O’Dwyer

    Red Meat Cures Cancer

    Goliath Gets Up

    How to Raise a Good Kid

    Starbuck O'Dwyer nació en Rochester, Nueva York y se graduó en Princeton, Oxford y Cornell. Escribe novelas, ensayos, relatos cortos, guiones y canciones y utiliza su segundo nombre de pila. Su muy aclamada novela, Red Meat Cures Cancer (Random House/Vintage Books), que obtuvo dos galardones literarios nacionales por su humor, ha aparecido en varias listas de libros más vendidos y fue seleccionada por el programa de lectura One Book One Vancouver en 2007. Su obra, que ha sido descrita como un genio de la comicidad por Kirkus Reviews, ha sido publicada en foros tan diversos como Entertainment Weekly, Flaunt, Toro, Japanophile, Journal News, PW Daily y el Boston Globe y O'Dwyer ha aparecido en más de 350 programas de radio y televisión incluidas participaciones en calidad de invitado en ESPN, WGN, Fox, NBC y Voice of America. Sus memorias, How to Raise a Good Kid, fue finalista tanto en los Indie Reader Discovery Awards de 2012 (parentalidad) como en los ForeWord Reviews Book of the Year Awards de 2011 (en las categorías de humor y ensayo) y han sido traducidas al chino. De la misma manera, su novela, Goliath Gets Up, fue finalista de los Indie Reader Discovery Awards en 2012 (humor) y también ha sido traducida al chino. Asimismo, las canciones que O'Dwyer ha compuesto cuentan con la licencia de los canales de televisión Telemundo y Country Music Television y han aparecido en varios de sus programas.

    Para mi familia y amigos, especialmente mi esposa, Kris, y mi hermana, Pam

    Prólogo

    Bienvenido a El baile de secundaria. Me alegra que estés leyendo este libro. Esta obra es la culminación de un proyecto que comenzó en 2008, poco después de que mi esposa y yo diéramos la bienvenida a nuestro hijo. Como la mayor parte de los padres primerizos, sentí un nuevo y profundo sentido de la responsabilidad e inmediatamente decidí transmitir todo lo que yo consideraba importante. Aunque en aquel momento el objeto de mi orgullo y alegría tan solo babeaba, hacía caca y dormía y estaba lejos de absorber la sabiduría que su papá había logrado, me negué a permitir que estos molestos detalles se interpusieran en mi camino. 

    Para comenzar, preparé un listado de acontecimientos que se habían producido durante mi niñez y de los que me había aprendido mucho, eran hechos que habían tenido un impacto en mí, tanto favorable como desfavorable. Este ejercicio me obligó a revisar muchas experiencias desgarradoras, como el no haber sido capaz de batear una sola vez en la liga menor de béisbol, mi dependencia crónica por una manta, mi desastrosa e infructuosa audición para conseguir el papel de Winthrop en The Music Man y el tiempo que pasé mirando a las moscas durante todo el último año de primaria. Quería que mi hijo conociera todas las dificultades con las que se podía enfrentar; su padre ya las había experimentado, había aprendido algo valioso y había sobrevivido. También quería que conociera todos los momentos divertidos y alegres que viví cuando era niño y el amor que mis padres me demostraron.  

    Sin embargo, después de elaborar mi listado me di cuenta de que aquello no iba a ser suficiente. ¿Y si, Dios no lo quisiera, yo ya no estaba aquí para contarle la historia que había detrás de cada cuestión que aparecía en el listado? No podía soportar esta idea asique decidí convertir el listado en un libro de relatos sobre mi niñez. Con el tiempo, el proyecto evolucionó y se convirtió en dos libros: uno sobre los años que pasé en primaria, How to Raise a Good Kid y otro sobre mis años en el instituto, El baile de secundaria.

    Espero sinceramente que disfrutes de estos recuerdos. Pocos momentos en la vida son más inolvidables que los años que pasamos en la escuela. Existen numerosos momentos de humillación, desengaño y sensación de fracaso, y eso si tienes un buen día. No importa quién seas, llegar a la mayoría de edad es excitante, complicado y algunas veces verdaderamente peligroso, y en estos relatos he intentado reflejar tanto el sufrimiento como la euforia. Mi esposa y yo tuvimos mucha suerte al aumentar nuestra familia con una hija en esos años y mi mayor esperanza es que ella y su hermano lean algún día estos relatos, aprendan algunas lecciones, lleguen a conocer mejor a su padre y recuerden, sobre todo, lo mucho que los quiero.

    1

    The Wall

    Cuando terminé el sexto curso de primaria, lo tenía todo: un estuche de plástico lleno de lapiceros Faber, una mesa donde ponerlo y un objetivo a nivel escolar. Los martes comía tacos de carne, los viernes pizza y los batidos de chocolate costaban menos de un euro. Tenía amigos, disfrutaba de un día dedicado a los deportes y tenía vía libre para sacar de la biblioteca cualquier libro que quisiera. Incluso podía ir al baño sin supervisión. Sí, volaba más alto que las patatas que me gustaba lanzar en el comedor con la cuchara. Conocía a los profesores, al director del centro y sabía el lugar que ocupaba en la escuela de primaria de Thornell Road y ganar puntos en aquel entorno era tan fácil que pensé que nada iba a cambiar cuando empezara el instituto. Qué poco imaginaba que todo aquello iba a cambiar mucho y en poco tiempo.

    El día que comencé el primer curso de la ESO me puse ropa de color claro, unos pantalones de pana de color crudo y una camisa de color crema con cuello, todo muy bien coordinado. Aún era muy inocente. No decía palabrotas. No contestaba a los adultos. Respetaba a la autoridad. Y aunque había oído hablar del libro ¿Estás ahí Dios? Soy yo, Margaret, no lo había leído y no tenía ni idea de qué iba. Nunca había visto la televisión por cable, ni había entrado en Internet, no me había roto ningún hueso ni había perdido a ningún ser querido. Mis padres eran muy cariñosos, vivía en un hogar feliz y no sabía nada sobre la violencia, la pobreza o los conflictos. Para mí todo era posible y cuando salí del coche de mi padre y puse el pie en la acera de la escuela de Barker Road esperaba que nada cambiara en aquella vida que giraba en torno a los apuntes que llevaba en mi bolsa con la comida y los deberes en los que dibujaba caras sonrientes.

    Era un espléndido y aún caluroso día de septiembre pero que ya nos anunciaba el otoño y el olor de unas deportivas nuevas. Al echar un vistazo a mi alrededor todo lo que vi fueron extraños alumnos de tercero de la ESO, alumnos de segundo más extraños aún y desconocidos alumnos de primero de la ESO que venían de otras escuelas de primaria. Todo el mundo parecía mucho más alto que yo, pero me negué a aceptar que su altura o mi incapacidad para reconocerlos pudiera conmigo. Ahora participaba en algo grande y debía actuar como parte integrante de todo aquello.

    En el interior del edificio, los pasillos del mismo solo ofrecían una visión borrosa de mochilas y siluetas. Mientras sujetaba con fuerza una copia de mi nuevo horario intenté encontrar mi aula, pero el ordenado y sencillo guardarropa de una escuela de primaria había sido sustituido por un caos de taquillas, campanas y un abarrotado laberinto con el que no estaba familiarizado. Barker Road estaba a poco más de un kilómetro y medio de mi antigua escuela pero parecía el planeta Neptuno. Llegué al Aula 224 esperando ver un rostro conocido de los años que pasé en Thornell Road y encontré una mesa al final de la clase. Lo novedoso de la situación era ilusionante, pero los únicos rostros que vi estaban llenos de una gran inseguridad, un tipo de enfermedad que llevaría a algunos a actuar de una forma que nunca habrían imaginado tan solo unos meses antes.

    Mi primera clase fue la de música y allí conocí al Sr. Whitney, un profesor que seguía aferrándose a los años 60 a pesar de que ya estábamos a comienzos de los 80. Tenía el característico pelo largo recogido en una coleta, pantalones de campana, una cazadora vaquera que llevaba sobre camisetas de varias bandas de música y una creencia ferviente de que la música desde los Beatles era un sub-producto con una única excepción: la banda de rock Gentle Giant. Yo nunca había oído hablar de Gentle Giant pero estaba preparado para creerle y aceptar sus peculiaridades sin juzgarle. Pero algunos de mis compañeros no estaban dispuestos a hacerlo y mientras oía sus intensos monólogos sobre la genialidad de John Lennon y su intento por hacernos escuchar Let It Be en una grabadora, oía cómo los chicos se burlaban de él. Se reían de su pelo, de su ropa, de su aliento (que aparentemente era malo) y de su nombre, y le pusieron el mote de Twitney el capullo, el tonto capullo y un montón de otros horribles motes. Yo estaba acostumbrado a respetar a mis profesores asique me encontraba confuso y no estaba de acuerdo con su comportamiento lo que hacía que me sintiera cada vez más incómodo. Todo aquello representaba un nivel de cinismo y sarcasmo que yo nunca antes había visto.

    En Barker Road sucedían otras cosas extrañas que convertían los pasillos de los edificios de hormigón en una casa de la risa aterradora. Uno de mis mejores amigos con quien había compartido innumerables horas en 5º y 6º de primaria, de repente, de la noche a la mañana, empezó a no sentirse satisfecho con su prestigio social y decidió que debía subir en la escalera social, lo cual significaba deshacerse de mí. De forma obsesiva, trató de conseguir la amistad de los nuevos alumnos de primero de la ESO que veía que empezaban a ser muy populares. Dejó de incluirme en las salidas al centro comercial, dejó de invitarme a pasar la noche en su casa y dejó de contar conmigo para ir a Sharky’s, una pista de patinaje que nos encantaba. De repente, siempre estaba ocupado y cuando oí rumores sobre una reunión que se estaba organizando y le pregunté si podía ir, puso unas excusas ridículas como que no iba a haber sitio en el coche o que sus padres no querían que asistieran demasiado niños, mintiendo cruelmente y provocando en mí un nuevo tipo de dolor. Esto hizo que conociera la sensación de exclusión y, tristemente, debido a mi candidez, necesité un mes o más para recuperarme. Yo era Navin Johnson de The Jerk, un completo idiota que ve que se va a producir un tiroteo y que al ver las latas destrozadas por las balas a su alrededor piensa que el atacante está disparando a las latas. Sufrí debido a muchas conversaciones humillantes antes de renunciar a nuestra amistad y olvidarme del asunto tranquilamente.

    Este mismo supuesto amigo

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