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Piratas en las costas venezolanas (El Desafío de la Historia. Vol. 13)
Piratas en las costas venezolanas (El Desafío de la Historia. Vol. 13)
Piratas en las costas venezolanas (El Desafío de la Historia. Vol. 13)
Libro electrónico186 páginas1 hora

Piratas en las costas venezolanas (El Desafío de la Historia. Vol. 13)

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Muy pocas imágenes superan en la fantasía universal a la que se tiene del pirata: “corsario que roba por la mar”, como lo precisa el antiguo diccionario de don Sebastián de Covarrubias. Pirata y mar son entonces una sola expresión. Y aunque hoy se los tiene también en el aire y en la tierra, y desde luego en el ciberespacio, pues no importa demasiado para la imaginación. Una pata de palo, un parche sobre el ojo y un garfio por mano. Ello quizás es más que suficiente.
Pero la verdad sea dicha: la piratería fue cosa seria. O será mejor decir, es cosa muy seria. Porque con la expresión “pirata” se cubren hoy infinidad de cataduras. Este número El Desafío de la Historia contiene artículos fascinantes que abarcan temas de la piratería como El Matelotaje, que se refiere a parejas de hombres entre los bucaneros; las reglas de la vida corsaria; las mujeres piratas más famosas; banderas piratas; la penetración holandesa en el Caribe; las películas más reconocidas y mucho más.

IdiomaEspañol
EditorialAdoro Leer
Fecha de lanzamiento30 nov 2015
ISBN9781311532596
Piratas en las costas venezolanas (El Desafío de la Historia. Vol. 13)
Autor

Macpecri Media

Somos Macpecri Media, un medio de comunicación especializado en transmitir contenido de alta calidad cultural, que llega a los segmentos del mercado que le gusta que le hablen con cultura, el cual estimamos que equivale a un 20% de la población.Nuestra Visión es ser un rentable Medio de comunicación de referencia de habla hispana, por difundir y consolidar el conocimiento de la historia y la cultura, a través de medios especializados, innovadores, impactantes y entretenidos.Nuestra Misión es evolucionar, de manera rentable, hacia la conversión de un medio de comunicación multicanal, novedoso e innovador, especializado en la producción, impresión, difusión y distribución de productos comunicacionales con alta calidad y credibilidad, de contenidos y materiales impresos o digitales, orientados a segmentos específicos del mercado que represente, para el publico objetivo, un gran interés por su relevancia en su compresión del mundo que se desenvuelve y para los anunciantes la mejor vía para enviar un mensaje, a su público objetivo, de la manera directa, precisa y con gran interés e impacto; representando para nuestros clientes una vía segura y atractiva de incrementar su rentabilidad.

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    Piratas en las costas venezolanas (El Desafío de la Historia. Vol. 13) - Macpecri Media

    Muy pocas imágenes superan en la fantasía universal a la que se tiene del pirata: corsario que roba por la mar, como lo precisa el antiguo diccionario de don Sebastián de Covarrubias. Pirata y mar son entonces una sola expresión. Y aunque hoy se los tiene también en el aire y en la tierra, y desde luego en el ciberespacio, pues no importa demasiado para la imaginación. Una pata de palo, un parche sobre el ojo y un garfio por mano. Ello quizás es más que suficiente.

    Pero la verdad sea dicha: la piratería fue cosa seria. O será mejor decir, es cosa muy seria. Porque con la expresión pirata se cubren hoy infinidad de cataduras. Pero si sólo se limitara su uso a lo que en el pasado significó, se tendrían al presente terroríficos casos en muchas partes del globo que hacen genuina piratería de mar –y que nos excuse Covarrubias por la redundancia.

    El dossier que ofrece en este número El Desafío de la Historia tiene una especial significación. Bajo el recto profesionalismo de su coordinador, el estudio y trata- miento del tema seleccionado lo hace novedoso, informativo, riguroso y además ameno. Es de lamentar que los sesgos de nuestra historia académica en favor de los afanes de la política, causaran que otros muchos aconteceres de la vida de nuestras sociedades hayan quedado relegados en las tareas de investigación. En todo caso, la revista considera un privilegio suyo presentar el tema que llena el dossier.

    Y como ya es la práctica, el lector habrá de encontrar razones de mucho deleite en los textos de las secciones usuales. ¿No es acaso el artículo de Mariantonia Palacios indicativo de todo lo bueno que deben mostrar nuestras tareas históricas?

    Este año 2009 se cumplen cien años del nacimiento de Pedro Grases. La fecha no podía pasar inadvertida. Su nombre, debemos decirlo con fuerza, pertenece a nuestros mayores logros. ¡Honra grande a lo que fue su prolífica existencia!

    Breves Nacionales

    El primer presidente viajero

    El primer mandatario venezolano que viaja al exterior es el general Isaías Medina Angarita. Guzmán Blanco había salido en misiones formales de gobierno en 1887, pero con el carácter de Enviado Extraordinario y Ministro Plenipotenciario. Medina Angarita, en calidad de Jefe de Estado parte de Caracas el 17 de julio de 1943, en visitas oficiales a Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia y Panamá. Correspondía así a anteriores visitas de Manuel Prado Ugarteche, presidente de Perú; de Alfonso López, presidente de Colombia; de Enrique Peñaranda, presidente de Bolivia, y de Carlos Alberto Arroyo del Río, presidente del Ecuador. En enero de 1944 realiza una visita oficial a los Estados Unidos de América.

    Gómez primero que Bolívar

    El 24 de julio de 1916, cuando se celebran las fechas natales de Simón Bolívar y Juan Vicente Gómez, los redactores de El Universal colocan en segundo plano la conmemoración bolivariana para adular al Benemérito. Destacan la efigie del dictador en primer plano y le dedican el siguiente soneto:

    Vivo ejemplar de procera energía

    orgullo y prez de vigorosa raza

    lleva en su pecho la marcial coraza

    de un corazón abierto a la hidalguía.

    Para el Libertador no circula en el periódico ni una breve copla.

    Los mantuanos opinan de los esclavos

    En 1789 se llenan de alarma los aristócratas de Caracas debido a la llegada de una Real Cédula fechada en 31 de mayo, en la cual se ordena que los propietarios moderen el trato de las esclavitudes. Los rumores sobre el contenido de la disposición provocan la aparición de pasquines escritos por los negros, quienes piden el inmediato cumplimiento de la regia disposición y dibujan la figura de un esclavo en el trance de decapitar a uno de sus amos. Los mantuanos se reúnen con urgencia ante la situación y después manifiestan su alarma en oficio para el monarca. En dicho oficio llegan a incluir las siguientes opiniones: Primera. Siendo los esclavos y las castas gente infiel, inverídica, irreligiosa y amante de los vicios, no quedará amo que no sea denunciado falsamente, figurando que no cumple con los preceptos de la Real Cédula, convirtiéndose el vasallo honrado en víctima y perdiendo su honor, su persona, su familia y sus intereses [...] Tercera. Los esclavos conducidos de su natural perversa inclinación, se tomarán la licencia y la libertad de insultar a los amos, a los mayordomos, o a quienes los gobiernen, y faltarán a la obediencia y a la subordinación, auxiliados tanto de la distancia en que se hallan las haciendas de donde reside la Justicia, y de la certeza que tienen de que se admitirán sus quejas y serán defendidos por el síndico procurador protector.

    Relaciones con la Unión Soviética

    En medio de una campaña contra los peligros del comunismo, el gobierno venezolano recibe la opinión de Diógenes Escalante, Embajador en los Estados Unidos, sobre las necesidades de la nación cuando apenas se inicia la Guerra Fría. Pese a la abundancia de comentarios desfavorables, aconseja el establecimiento de relaciones diplomáticas con la Unión Soviética. El presidente Medina Angarita acepta la asesoría y concreta los vínculos formales en abril de 1945. Entonces el canciller de Venezuela, Caracciolo Parra Pérez (en la imagen), anuncia que el gobierno de Moscú ha concedido placet a nuestro primer embajador, José Rafael Pocaterra.

    Otra curiosa expulsión de los jesuitas

    En 1848 el gobernador de la provincia de Caracas envió comunicación al presidente José Tadeo Monagas, en la cual llamaba la atención sobre la inminente llegada de un grupo de jesuitas y sobre el peligro que acarrearía su regreso a Venezuela. Convencido por las ligeras prevenciones de su colaborador, el presidente, en 31 de agosto, declaró que los discípulos de Loyola eran perjudiciales a los intereses de la patria. Por consiguiente, prohibió su admisión y dispuso la expulsión de los que hubieren llegado antes de la publicación de su orden. La comunicación del gobernador de la capital y el mandato presidencial carecieron de argumentos. Se limitaron a manifestar una alarma y a tomar una decisión, sin detenerse en explicaciones. El documento de Monagas hablaba de jesuitas de ambos sexos. Ignoraba el mandatario que, según las constituciones del fundador, San Ignacio de Loyola, su orden religiosa sólo puede estar formada por hombres. Únicamente hay jesuitas; no hay jesuitinas.

    Manumisiones en 1845

    Un censo de esclavos realizado en 1844 anota la cantidad de 21.618 piezas, a las cuales debía aplicarse progresivamente el procedimiento de manumisión. También refiere el censo que en 1834 se pudo verificar la existencia de 36.000 esclavos. Partiendo de tales datos, se afirma en la Memoria de gobierno correspondiente a 1845: De la comparación de una y otra suma resulta que la esclavitud de la República se ha disminuido en el espacio de diez años en más de 14.000 individuos, siendo de esperarse que al cabo de otro decenio esté casi extinguida la esclavitud en Venezuela. Después de estudiar las cifras, el historiador Francisco González Guinán estima que la manumisión no adelantaba entonces con la rapidez deseable.

    Tres mitras para la causa republicana

    Después de suscribir el armisticio con Morillo, en noviembre de 1820, Bolívar se ocupa de profundizar las relaciones con la Iglesia. El trabajo no se le convierte en desafío debido a que sólo tiene que hacer contactos con los prelados de la jurisdicción, que apenas son tres: Higinio Salvador Durán, en Panamá; Rafael Lasso de la Vega, en Mérida de Maracaibo; y Salvador Jiménez de Enciso, en Popayán. Logra con facilidad el apoyo de los dos primeros, e inicia laboriosas negociaciones con el prelado cuya sede se encontraba en Pasto, región de simpatías abrumadoras por la Corona. Don Salvador es realista contumaz, y únicamente después de arduos tratos que incluyen el halago, logra el Libertador la colaboración de su báculo.

    Estampa

    Retrato de una mujer coqueta vista por un poeta de mediados del siglo XIX.

    La coqueta pintada por sí misma.

    "Son los hombres

    [complacientes

    cuando se les trata recio,

    tórnase el audaz en necio,

    los tercos en obedientes.

    A mí me llaman coqueta,

    y yo me dejo llamar,

    es gusto oírles hablar

    cuando pierden la chaveta.

    Mi vista los electriza,

    mi gracia los desespera

    y los rindo al amor, fiera,

    con una dulce sonrisa...".

    Historiadores

    Con Pedro Grases, la compleja tarea de identificar y documentar la producción bibliográfica venezolana, o de compilarla en ediciones escolares para su uso generalizado, alcanza un nivel de gran rigor. En una gran medida, es a partir de su obra como resulta posible el desarrollo de la historia del pensamiento político y social venezolano. Por ello, y por otras tantas buenas razones, su nombre está escrito con sobrados méritos en la bibliografía de Venezuela.

    Nace Grases en 1909 en Vilafranca del Penedès, en la Provincia de Barcelona, España, y serán las vicisitudes de la Guerra Civil española las que lo traigan a Venezuela en 1937. Aquí morirá en 2004. Su prolongada existencia se dará entre libros, proyectos académicos de gran calibre, profesorados en distinguidas universidades nacionales y extranjeras, apoyo y estímulo a

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