Tormenta de escándalo

Por Kim Lawrence

Una violenta tormenta azotaba aquellos dos corazones

El corazón de Poppy se rompió siete años antes, cuando el aristocrático Luca Ranieri le dijo adiós, eligiendo el deber por encima del amor.
Ahora, Poppy se encuentra en el castillo de su abuela en Escocia, atrapada por una violenta tormenta de la que también se ha refugiado un deliciosamente desaliñado Luca.
Durante dos días, encerrados y solos en el castillo, Poppy vuelve a entregarle su corazón. Pero con el final de la tormenta llegará la realidad… y Luca deberá elegir de nuevo entre su deber y sus sentimientos por ella.

• Idioma: Español
• Editorial: HarperCollins Ibérica
• Fecha de lanzamiento: 1 mar 2012
• ISBN: 9788490105344

Kim Lawrence

Kim Lawrence was encouraged by her husband to write when the unsocial hours of nursing didn’t look attractive! He told her she could do anything she set her mind to, so Kim tried her hand at writing. Always a keen Mills & Boon reader, it seemed natural for her to write a romance novel – now she can’t imagine doing anything else. She is a keen gardener and cook and enjoys running on the beach with her Jack Russell. Kim lives in Wales.

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Capítulo 1

POPPY dejó su bolsa de viaje en el pasillo y entró en el salón del apartamento de sus padres. Los restos del desayuno seguían sobre la mesa, su padre estaba leyendo el periódico dominical y su madrastra bordando con la maestría que Poppy siempre había envidiado mientras sonreía escuchando un programa de radio.

La familiaridad de la escena hizo que se animase un poco. No siempre había sido así. Hasta la llegada de Millie, el ambiente en la casa Ramsay había sido bien diferente. A los diez años, Poppy no sabía que algunos padres no pasaban todo el fin de semana en la oficina. Millie había cambiado sus vidas por completo y para mejor. Era una pena que su abuela no quisiera reconocerlo.

Millie Ramsay levantó la mirada, pero la sonrisa de bienvenida en su cara pecosa desapareció al ver la expresión preocupada de su hijastra.

–¿Qué pasa? –le preguntó, dejando a un lado el bastidor.

–Es la abuela –Poppy suspiró mientras se dejaba caer en un sillón.

Robert Ramsay había bajado el periódico y Millie apagó la radio.

–¿Tu abuela no se encuentra bien?

Su marido se aclaró la garganta y Millie suspiró.

–Es una señora mayor y es tu madre, Rob.

Su padre lanzó un bufido antes de volver a esconderse tras el periódico.

–Está bien, no le pasa nada. Al menos no está enferma –dijo Poppy–. Pero el jueves, cuando hablamos por teléfono, me di cuenta de que le pasaba algo. Por lo visto había recibido una carta del Ayuntamiento que la había disgustado y no era la primera.

Cuando la presionó, su abuela se vio obligada a admitir que el problema con la autoridad local duraba ya nueve meses.

–A ver si lo adivino: mi madre no ha hecho caso de esas cartas –dijo su padre.

–Eso parece –Poppy suspiró–. Todo empezó cuando un excursionista pasaba por el camino que rodea el castillo. Por lo visto, se rompió el tobillo y presentó una