El gato que olfateaba el asesinato #1

Por William Jarvis

Emmy no es nueva en el rol de detective. Descubrió quién estaba detrás de los asesinatos que arruinaron a su familia y fue capaz de ayudar al fantasma de una niña que necesitaba averiguar quién la había asesinado. Después de esto, pensó que los días oscuros habían terminado... sin embargo, todo indica que éstos están regresando.

Después de haber sido invitada a una cena en la casa de Byrne, debido a un nuevo acuerdo comercial en el que el papá de Emmy se aventuró, Emmy y Daniel, junto al resto de los invitados se sorprenden al ver  que Wendy, la gata de Emmy y Dan, salta sobre uno de los invitados : Un hombre llamado Caleb Roberts - nuevo socio comercial de Troy Byrne.

¿Será que Wendy está siendo traviesa?
¿O hay algo más?  Algo más grave, algo más loco que Emmy debe saber. Sobre todo porque esa misma noche, la esposa de Caleb, Rose, es encontrada muerta.

Parece que hay un asesino suelto  y le toca a  Emmy y a Wendy averiguar la verdad.

Averigua cómo continúa esta historia leyendo la serie de libros de misterio del gato de Sky Valley:  El gato que olfateaba el asesinato. 

• Idioma: Español
• Editorial: BadPress
• Fecha de lanzamiento: 10 nov 2015
• ISBN: 9781507122907

Vista previa del libro

Capítulo 1

Ella no quiere estar sola

Emmy se miró en el espejo y acomodó uno de sus aretes de perla en su lugar. En realidad, a ella jamás le había gustado vestir como si fuera a algún tipo de convención, pero esa noche era una noche especial. Tan especial, de hecho, que su padre, Troy Byrne, decidió celebrar una fiesta— en contraste con su faceta de pasar tiempo a solas con Audrina— ahora que aún se les consideraba recién casados.

Incluso había cerrado un nuevo trato, algo sobre vender materiales y plumas de caligrafía, pasatiempo que a Emmy siempre le había interesado y por lo cual estaba muy feliz de que su padre estuviera de vuelta en el negocio. De todas formas, ha pasado ya un tiempo desde todo aquel fiasco de Lena McMahon.

Verán, sus vidas cambiaron de forma dramática alrededor de hace un año, cuando Emmy regresó de París. Aparentemente, Lena McMahon, ex oficial y jefe de policía de la prisión de Sky Valley, y Tryke Mille, ex rival de negocios de Troy, le guardaban rencor. Lena había estado enamorada de él desde que estaban en el bachillerato, y no era capaz de enfrentar el hecho de que Troy se había casado con la madre de Emmy. Desde entonces, ella tramó una venganza contra él, y cuando se enteró de que Tryke estaba también enamorado de la mamá de Emmy y odiaba a Troy por lograr todo lo que él quería, ambos decidieron arruinarle la vida, y también la de Emmy.

Debido a que la hija de Tryke, Annabeth, murió a causa de sus malvados planes, él se sintió más determinado en arruinar la vida de Troy. De hecho, unas cuantas personas más murieron en el proceso, incluyendo a la ex novia de Daniel, Ruby; el esposo de Annabeth, Matt; e incluso el esposo de Ruby, Edward.  Todo fue muy descabellado hasta que Emmy descubrió la verdad y envió a Lena lejos de Sky Valley. Desde entonces, su padre ya no se había aventurado en los negocios; sin embargo, el día de hoy era diferente.

Emmy siente que es un buen momento para comenzar de nuevo, especialmente porque la vida ha tenido demasiados giros en el último par de meses. Algunas veces, seguía sin creer que había sido capaz de ayudar a un fantasma llamado Lucy, una chica de quince años cuya vida entera se había frustrado. Ahora ella siente que está finalmente lista para vivir una vida más normal, sin pensar mucho en las cosas. Lo necesita, demasiado, en especial porque ella y Dan ahora son padres de una bebé llamada Charlize.

Justo entonces, Daniel entró en la habitación y abrazó a Emmy por detrás.

— ¿Mi adorable esposa está lista?

Emmy sonrió y miró a Daniel antes de besarlo en los labios.

­—Mírate, luces radiante— dijo, y sabía que Daniel de verdad lo hacía. Lucía espectacular en su traje negro con su corbata a juego plateada.

—No quiero avergonzar a Troy ¿Sabes?— bromeó —Este es su regreso al mundo de los negocios.

—Lo sé— Emmy sonrió  — Aunque estoy muy nerviosa... Digo, espero que todo salga bien. Quiero que todo salga bien.

—Y ahí vas de nuevo, preocupándote—dijo Daniel y apretó la mano de Emmy—. Todo va a estar bien— dijo.

Ambos compartieron una sonrisa y caminaron tomados de la mano a la otra habitación donde su hija, Charlize, y su niñera, Bella, se encontraban. Dan y Emmy pensaban que Bella era realmente agradable, una joven responsable de diecisiete años. Ella siempre estaba tranquila y podía sonreírles amablemente. Nunca hacía a Charlize llorar, y obviamente Charlize la adoraba también.

Emmy conoció a Bella un día en el que se encontraba en su estudio de moda. En aquel entonces, llevaba a Charlize al trabajo muy seguido, y cuando Bella ofreció ser su niñera, ella aceptó. Por supuesto que miró las credenciales de Bella, pero la chica realmente la tenía. Además, Emmy observó cuan cuidadosa era ella con Charlize, por lo que ahora, ella y Dan sienten la confianza de dejarla cuidar a la bebé cuando ellos tienen que trabajar o ir a algún lugar, justo como esta noche.

— ¿Todo bien, Bella? —preguntó Emmy.

—Sí, todo bien—bella sonrió y Emmy pensó que si ella tuviera una hermana, le gustaría que esa chica fuera Bella. Era simplemente encantadora, pero a Wendy, su Maine Coon de un año, no le gustaba tanto. Esto era inusual, pensaba Emmy, ya que a Wendy le gustaban casi todos; sin embargo, puede que haya personas a quienes los gatos jamás serán aficionados.

—No olvides llamarnos si algo sucede ¿Entendido? —Le dijo Emmy —Y no olvides darle su leche antes de las nueve, por lo regular siente hambre... o necesidad— a esa hora.

—Estaremos bien, no se preocupen— Bella sonrió—Disfruten su noche.

—Estaremos de vuelta antes de que lo sepas­— Emmy le sonrió a Bella y justo cuando estaban a punto de dejar la casa, su gata, Wendy, comenzó a maullar tan fuerte que Emmy y Dan se sintieron confundidos.

— ¿La alimentaste, verdad?­—preguntó Emmy a Daniel.

—Sí, comió hace tan sólo unos minutos. Aún hay algo de comida en su plato.

­— ¿Cuál es el problema, Wendy? — preguntó Emmy mientras la levantaba del piso. Wendy aún maullaba. Mehwww-mehwwwww-mehwwwww. — ¿Qué sucede, nena?

—Creo que no quiere estar sola— dijo Daniel y sostuvo a Wendy. Ésta ronroneó enseguida— ¿Ves? Las vibraciones de quiero ser tu chica son fuertes.

­Emmy rio mientras