Lágrimas de oro

Por Gayle Ramage

El collar Brisingamen fue forjado en la antigüedad por cuatro enanos. Se dice que si te lo pones, tus lágrimas se convertirán en oro.  Actualmente, una vitrina de cristal alberga el collar Brisingamen, en una estantería, en el cuarto de baño de la casa de una mujer llamada Hattie.  

Pero el collar Brisingamen está a punto de ser robado por un ladrón incauto.

• Idioma: Español
• Editorial: BadPress
• Fecha de lanzamiento: 25 nov 2017
• ISBN: 9781633392816

Vista previa del libro

LÁGRIMAS DE ORO

(Colección Edinburgh Elementals)

Gayle Ramage

Copyright 2013, Gayle Ramage

Smashwords Edition

Traducción de Lourdes Osorio González

––––––––

Este libro es una obra de ficción. Los nombres, personajes, lugares y sucesos o son producto de la imaginación de la autora o son usados de manera ficticia y cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia.

––––––––

Cuando las agujas del reloj de la oficina marcaban el final de otro día de trabajo, los empleados del departamento de contabilidad de Halpin, Green & Buckley, uno de los bufetes de abogados más importantes de la capital escocesa, comenzaron a salir de la oficina poco a poco.  Al ser el último viernes del mes y además día en que se recibe la nómina, los pensamientos de la mayoría estaban en la noche que se les presentaba por delante en los pubs y discotecas de Grassmarket. Cheryl Millican fue una de las últimas en salir, pues tuvo que esperar a que el ordenador se apagara tras cerrar sesión. Se puso el abrigo que colgaba de su silla y recogió el bolso de debajo del escritorio. Alguien le adelantó al salir y le preguntó si había cambiado de idea con respecto ir a tomar algo. Cheryl sonrió excusándose y sacudió la cabeza. Tenía otros planes esa noche de otoño, planes que necesitaban que estuviera descansada y sobria.

Su apartamento del barrio Dalry estaba tan sólo a quince minutos a paso rápido, por lo que disponía de tiempo suficiente como para tardar en la ducha y cenar algo antes de prepararse para la noche que tenía por delante.

Escogió la casa a través del método habitual: extendiendo un mapa de Edimburgo en la mesa de la cocina, cerrando los ojos y dejando caer en el mapa el dedo índice al azar. Fue a visitar la calle en la que se encontraba al día siguiente e inspeccionó el área hasta