Caminemos... Tal Vez Nos Veremos Después

Por Pablo Garrido

Es una obra poética, dividida en 4 capítulos.

Aunque el capítulo IV se refiere específicamente al amor, este sentimiento recorre toda la obra de una u otra manera. Cuando habla de la paz, cuando homenajea a una persona, cuando recuerda el nacimiento de un barrio, cuando despide a un amigo, cuando recuerda la muerte del perro del amigo, cuando habla de los poetas, cuando habla de los niños de la calle, cuando recuerda el nacimiento de un siglo y sus culturas, en todas estas cosas hay amor.

El capítulo I se refiere a la memoria para que hechos importantes no queden en el olvido, lo mismo personas que dejaron una huella ejemplar.

El capítulo II el poeta reflexiona sobre la vida, el pasado, sus injusticias y aciertos. La tristeza por el deterioro del riachuelo de La Boca en Buenos Aires y el nacimiento de ese famoso y combativo barrio; los primeros 10 años del siglo XX o siglo del cambalache, con sus genios y artistas; las tragedias en países como Chile a principios del siglo XX y una puntual en Perú donde agridulces guerrilleras fueron masacradas; el sueño del joven arrojado al mar en la dictadura argentina y el drama de los niños de la calle en Argentina y Chile recorren en prosa este capítulo.

El capítulo III jugando con una de cal y otra de arena, la reflexiones, los homenajes, las despedidas, todo siempre con fuerza y optimismo a pesar de los pesares, de las guerras , las muertes, el ánimo para seguir soñando por una vida feliz.

El capítulo IV, el amor, si ¡Ay el amor!, donde la belleza es más que una linda cara, es algo superior. El exilio que mata de amor. La historia de un gran amor compartido que se rompe en pedazos, la ternura, y el gran deseo “Como quisiera conversar con los pájaros, viajeros eternos....” y así es, se termina un libro más entre las nostalgias, las penas y los recuerdos...pero en donde el bello poniente y la bella noche son todo amor, sin disfraces.

• Idioma: Español
• Editorial: Emooby
• Fecha de lanzamiento: 12 jul 2011
• ISBN: 9789897140662

Pablo Garrido

Apellidos y Nombre : Garrido Bravo PabloAño, lugar y país de nacimiento :1944, Santiago de ChileLugar y país de residencia : Ámsterdam, HolandaProfesiónes: Docente informática, Técnico agrícola, Técnico en dirección y gestión de empresas agrarias, Máster en Nuevas tecnologías aplicadas a la educación.Actividades y Premios:•Gestor cultural, director revista de arte y cultura Arlequín, director del Centro de artes y letras “San Telmo” (Buenos Aires, Argentina).•Autor de prólogos y contratapas a varios libros de diferentes autores.•Coordinador en la creación de varios libros.•Medalla al mérito cultural de la embajada de Chile en Argentina 1999.Enlaces URL a publicaciones electrónicas:htpp://www.todosjuntos.comBibliografíaEditadas:•Curso de PC y administración empresas (Buenos Aires 1992);•Aprender computación y no perecer en el intento (Bs.As. 1995);•Usted puede, aprender computación (Bs. As. 1997);•Reflexiones de un Arlequín (Ensayo y poesía Bs. As. 1998);•El dolor de ya no ser (Novela, Bs. As. 1998);•Caminemos, tal vez nos veremos después (Poesía, Bs. As. 2001);•Aprender Haciendo (Bs. As. 2005);•Un remezón a la memoria (Ensayo, R.Agraria chilena, con otros, Chile 2008).Página/s web del autor: www.todosjuntos.comcorreos electrónicos:

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Primera parte

Para que la flor de la memoria

no se marchite

• El resplandor y la sombra

• El cantor siempre está ahí

• Por el deber cumplido

• Canto al Presidente Allende

Desde aquí y hasta siempre

El resplandor y la sombra

(metáfora de una cruel verdad de 30 años)

I

La luna cubría con su resplandor,

la mitad del árbol en el cual se refugiaban

los hombres de sombrero ancho.

Sombrero y mantas negras para cubrir cuerpos

de todos tamaños y rostros llenos de incertidumbre.

Cuerpos temblorosos, almas tristes,

pavor y disposición incluso a morir

si esto sirviera para volver atrás... el túnel del tiempo.

No lo pueden creer; es la más extraña noche

en donde los sueños dulces

se han cambiado por tristes pesadillas.

Allí donde brillaba un futuro

hoy se abre una sombría y siniestra caverna.

La mayoría se apretujaba

al lado oscuro del árbol.

No querían que vieran sus rostros,

tampoco ver el de sus compañeros.

No querían percibir el momento,

que la vida les estaba deparando.

El terror los avergonzaba

y necesitaban un consuelo tranquilizador;

una indicación de qué hacer...

lo que fuera, ellos lo harían... pero no llegaba.

Al desorden de las voces

que nerviosas se expresaban y preguntaban,

siguió un silencio

parecido sólo al que rodea

la pérdida fatal de un ser querido.

Todos esperaban el consuelo;

ese consuelo que ayuda a la resignación

y a tranquilizar el alma, aunque sea ilusorio;

pero algo auxilia cuando la tristeza es tan grande

que duele hasta el pensar.

No querían razonar, querían acción,

querían hacer,

¡luchar hasta la muerte!

Y devolver la esperanza cierta, hoy rota.

No tenían armas. Ellos trabajaban,

no eran hombres de armas.

Su vida era trabajo más trabajo,

pero hoy pedían armas.

Esas armas que decían que existían,

y que no estaban.

Sólo estaban

las que esos hombres de uniforme

apuntaban contra todos

los que no vistieran uniformes...

II

Eran esos hombres vestidos de guerreros,

con armas de guerreros,

con hambre de guerreros,

los que amedrentaban a otros hombres

vestidos de obreros, con hambre de obreros

y herramientas de obreros.

La lucha era desigual,

no era casi lucha.

Los heroicos soldados escribían

una de sus grandes gestas...,

contra un pueblo pobre y desarmado.

Contra un pueblo

con una terrible culpa...

estaban llenos de ilusión escribiendo

las páginas de su propia historia...

¡y eso, no podía ser!

III

¡Ahí están... todos juntos complotando!

Preparen ametralladoras.

¡Que no quede nadie en pié!

Y cayeron ilusiones,