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¿Tú, usted o sumercé?
¿Tú, usted o sumercé?
¿Tú, usted o sumercé?
Libro electrónico112 páginas46 minutos

¿Tú, usted o sumercé?

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Desde que los tempranos trabajos de Roger Brown y Albert Gilman aparecieran en la década de los 60, los estudios sobre poder y solidaridad, y fórmulas de tratamiento han estado a la orden del día.
El tema ha interesado a muchos estudiosos de distintas lenguas, y el español no ha sido la excepción. En cada país de habla hispana se han desarrollado investigaciones, con diversas metodologías, varios enfoques, y cada una de ellas ha arrojado distintos resultados que reflejan la estructura ideológica y social de cada pueblo.
El presente texto constituye una muestra de un trabajo realizado en Funza, Cundinamarca en la segunda mitad del año 2004. Sin embargo, antes de entrar en el caso concreto, se hará una revisión de las fórmulas de tratamiento “tú”, “usted” y “sumercé”, el asunto de poder y solidaridad y una revisión somera de algunos estudios realizados sobre fórmulas de tratamiento.

IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento12 jul 2012
ISBN9781476012230
¿Tú, usted o sumercé?
Autor

Marisol Rey Castillo

Licenciada en Español e Inglés de la Universidad Pedagógica Nacional (Bogotá, Colombia). Magister en Lingüística Española del Instituto Caro y Cuervo (Bogotá). Candidata a doctora en Educación, línea Lingüística Aplicada, Universidad Internacional Iberoamericana (México) Actividad Docente: Universidad Libre, Facultad de Ingeniería. Anterior a ello, en varias Universidades de Bogotá como la Universidad Manuela Beltrán, la Universidad EAN, la Fundación Dime Colombia y el Instituto Caro y Cuervo, entre otras, en las áreas de inglés, pedagogía, investigación y lingüística. Investigación: en las áreas de lingüística y educación en algunos de los mismos centros ya mencionados.

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    ¿Tú, usted o sumercé? - Marisol Rey Castillo

    ¿TÚ, USTED O SUMERCÉ?

    EL CASO DE FUNZA, CUNDINAMARCA

    MARISOL REY CASTILLO

    Smashwords Edition © 2012

    © por Marisol Rey Castillo.

    All rights reserved / Todos los derechos reservados.

    Registro de derecho de autor: 10-322-370 Bogotá, Colombia.

    Registro de Safe Creative: 1308205615722.

    ISBN: 9781476012230

    Queda rigurosamente prohibida la reproducción parcial o total de esta obra por cualquier medio o procedimiento, incluidos la reprografía y el tratamiento informático, así como la distribución de ejemplares mediante alquiler o préstamo públicos sin la autorización escrita y legal de los titulares del Copyright, bajo las sanciones establecidas en las leyes.

    Edición y corrección: MRC ©

    Fotografía de portada: http://www.photorack.net/ © su propietario.

    Montaje y diseño de portada: MRC ©.

    INTRODUCCIÓN

    Desde que los tempranos trabajos de Roger Brown y Albert Gilman aparecieran en la década de los 60, los estudios sobre poder y solidaridad, y fórmulas de tratamiento han estado a la orden del día.

    El tema ha interesado a muchos estudiosos de distintas lenguas, y el español no ha sido la excepción. En cada país de habla hispana se han desarrollado investigaciones, con diversas metodologías, varios enfoques, y cada una de ellas ha arrojado distintos resultados que reflejan la estructura ideológica y social de cada pueblo.

    El presente texto constituye una muestra de un trabajo realizado en Funza, Cundinamarca en la segunda mitad del año 2004. Sin embargo, antes de entrar en el caso concreto, se hará una revisión de las fórmulas de tratamiento ", usted y sumercé", el asunto de poder y solidaridad y una revisión somera de algunos estudios realizados sobre fórmulas de tratamiento.

    CAPÍTULO 1: EVOLUCIÓN HISTÓRICA DE LAS FORMAS DE TRATAMIENTO

    Todas las lenguas vivas cambian, y el español no es la excepción. Ninguno de los niveles de la lengua está inmune a las metamorfosis provocadas por los hablantes en el transcurso de los años, y las formas de tratamiento tampoco han podido evitar esta evolución.

    En lo que respecta al pronombre es tal vez el que menos ha cambiado. Ya desde El Poema del Cid se tenía registro de él, que era usado para dirigirse a las personas de categoría inferior, como lo muestra Kany: "el Cid a Muño Gutioz, su servidor y vasallo; los paladines del Cid a los Infantes de Carrión; el Cid al rey moro Búcar (callas, dizes, eres, veerte, as, dirás, fizist, etc)" (Kany, 1969, p.81). En dicha época el vos se usaba como forma para la segunda persona del plural y de respeto para la segunda persona del singular (que iba acompañado siempre con el verbo en segunda persona del plural), y que alternaba con para dirigirse a la misma persona, aunque no en la misma oración.

    En el siglo XV el uso indistinto entre tú–vos era mucho más frecuente y las formas del verbo que los acompañaba también se unificó en segunda persona del singular, el cual se acercaba al original . Además se añadió otros a nos y a vos, y las formas amalgamadas pasaron a convertirse definitivamente en plural fácilmente distinguible del singular vos. El intercambio vos-se mantuvo en boga, pero vos perdió gradualmente su valor de respeto. Para la primera mitad del siglo XVI el uso de vos implicaba insulto, familiaridad o rango social superior por parte del hablante, de manera que se convirtió en la forma más promulgada y popular. Dichos usos se reflejan en las obras de Lope, y aunque Kany afirma que no se pueden tomar los usos literarios como fiel reflejo del uso cotidiano, parece que muestra un poco la confusión y la manera incierta en que se usaba uno u otro, hasta que el vos fue perdiendo fuerza gradualmente para dar paso a .

    En el transcurso del siglo XVII ya se usaba como reemplazo total de vos. era usado entre iguales por la gente común, así como confidencialmente entre criados y amos. Hacia el siglo XVIII algunos sectores de España adoptaban definitivamente , mientras que otras tendían a mantener el vos.

    En América el uso de es análogo al del vos. Aquí ya no importa el grado de formalidad para elegir una u otra forma, sino el lugar, ya que como bien es sabido, hay zonas donde el voseo es de uso general, mientras que en otros sectores hay preferencia por el tuteo.

    Los estudios actuales del español americano han dejado ver que cada día que expresa familiaridad gana terreno frente a otras formas como usted y vos, ya sea al tomar la forma verbal del pronombre usado con anterioridad o al adoptar la forma correcta del verbo en segunda persona de singular cuando acompaña a .

    El caso del pronombre de segunda persona usted no es tan sencillo como el caso de . Existen varias versiones que dan cuenta de la evolución de esta fórmula de tratamiento, de las cuales sólo hablaremos de dos, que nos parecen las más difundidas y aceptadas. La primera y más divulgada es la propuesta por Pla Cárceles en su artículo de 1923. En este artículo, Pla afirma que la forma usted proviene de la fórmula vuestra merced, que en el siglo XV era una forma de tratamiento culta, y estaba acompañada por el verbo en tercera persona del singular y paulatinamente se transformó hasta llegar a ser usted en el siglo XVII. Pla Cárceles hace un recorrido de la evolución que sufrió la forma vuestra merced hasta su conversión definitiva en usted, siempre usado como forma de respeto o a personas que se consideran superiores. El autor afirma que "Resultando demasiado embarazosa la forma vuestra merced para el frecuente uso que de ella era necesaria en la conversación diaria, pronto comenzaría a operar las simplificaciones que andando el tiempo había de producir el actual pronombre usted" (Pla, 1923, p.152). El primer paso fue la síncopa del grupo /tr/ que sufrió la palabra vuestra y que dio vuesa. Posteriormente, la forma vuesa merçed se lexicalizó y llegó a ser vuesamerçed. La siguiente transición fue un poco más complicada, puesto que los escritos de la época muestran dos formas de evolución.

    Por un lado, tendríamos la pérdida de /er/ (por estar entre dos acentos y más próxima al acento principal que la sílaba sa también átona) que dio la forma vuesamçed, de allí se pasó a una alveolarización de /m/ en /n/, ya que para aquella época la grafía ç sonaba /ts/, lo que provocaría dicho cambio, de manera que vuesamçed pasó a vuesançed. Esta forma cambió a vosasted y a vuesasted, en la primera habría una monoptongación de /ue/ en /o/ y una reducción de /ns/ a /s/; en la segunda, sólo la última reducción.

    Estos cambios ya se notaban en los escritos de César Oudin de 1597. La forma vuesasted se convirtió en vueted, y en vuasted por síncopa de /as/ en el primer caso y /es/ en el segundo. Nuevamente otra síncopa operaba de manera que vuested se

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