Delirios en el Renacimiento
Los XVI Modi componen la más antigua, y quizá más famosa colección renacentista, de estampas consideradas pornográficas de las que se tenga noticia. Dicho esto, tal vez esté de más explicar que modi podría traducirse al español como “maneras” o “posiciones”, y se entiende que para tener sexo. Pues bien, si por algo se caracterizan esas “maneras” o “posiciones” es por no ser cuantiosas pero sí muy complicadas, y otras son directamente peligrosas para la integridad física de uno, de dos o de varios individuos, como advierten las recopilaciones de esas estampas eróticas japonesas que se llaman shunga y que no casualmente avisan de las lesiones que podría acarrear la imitación, en la vida real, de las posturas representadas en ellas.
Esa serie de 16 grabados a la que nos referimos fue autoría de Giulio Romano (1499-1546) y Marcantonio Raimondi (1480-c. 1534), dos de los más aventajados discípulos del gran pintor Rafael (1483-1520), quien por cierto se cuenta que murió por excesos amorosos que lo llevaron a contraer lo que los franceses llaman “mal español” y los españoles denominan “mal francés”. En términos simples, Rafael murió por causa de una sífilis que le habría contagiado alguna de sus numerosísimas amantes, a la relativamente joven edad de 37 años.
La serie circuló por Roma en torno al año 1520, al mismo tiempo que lo hacían los muy procaces que el escritor y polemista Pietro Aretino (1492-1556) compuso, al parecer, inspirándose en los grabados, que sólo se conocen por copias posteriores puesto que, al poco tiempo de publicarse, fueron retirados de la circulación por razones evidentes. Las planchas que habían sido utilizadas para grabarlos también fueron destruidas por esbirros del papa Clemente VII, aunque la censura no evitó que los diseños fueran copiados y que otras series fueran producidas en Roma y más (1527) de Gian Giacomo Caraglio, inspirada a su vez en dibujos de Rosso Fiorentino (1494-1540) y Perino del Vaga (1501-1547).
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