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Tribus Urbanas: Una guía para entender las subculturas juveniles de la actualidad
Tribus Urbanas: Una guía para entender las subculturas juveniles de la actualidad
Tribus Urbanas: Una guía para entender las subculturas juveniles de la actualidad
Libro electrónico343 páginas6 horas

Tribus Urbanas: Una guía para entender las subculturas juveniles de la actualidad

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Un libro dirigido a líderes juveniles, educadores, consejeros espirituales, padres y jóvenes en general.EN ESTE LIBRO PODRÁS:• Conocer quiénes son, cómo piensan y cómo viven los integrantes de las tribus urbanas de la actualidad.• Saber por qué se establecen, cuáles son los agentes internos y externos que ayudan a su formación. • Desarrollar una teología urbana que los abarque y contenga. • Aprender de las experiencias de líderes y profesionales que ya están trabajando con ellos.• Elaborar estrategias para alcanzarlos con el amor de Jesús.
IdiomaEspañol
EditorialZondervan
Fecha de lanzamiento15 dic 2009
ISBN9780310868316
Tribus Urbanas: Una guía para entender las subculturas juveniles de la actualidad

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    es un excelente libro....
    Una gran manualidad para hablar de la palabra de DIOS con personas en Tribus Urbanas.

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Tribus Urbanas - María José Hooft


La misión de Editorial Vida es ser la compañía líder en comunicación cristiana que satisfaga las necesidades de las personas, con recursos cuyo contenido glorifique a Jesucristoy promueva principios bíblicos.


ZONDERVAN

TRIBUS URBANAS

Edición en español publicada por

Editorial Vida—2009

Miami, Florida


©2009 por María José Hooft


All rights reserved under International and Pan-American Copyright Conventions. By payment of the required fees, you have been granted the non-exclusive, non-transferable right to access and read the text of this e-book on-screen. No part of this text may be reproduced, transmitted, downloaded, decompiled, reverse engineered, or stored in or introduced into any information storage and retrieval system, in any form or by any means, whether electronic or mechanical, now known or hereinafter invented, without the express written permission of Zondervan.

ePub Edition September 2009 ISBN: 978-0-310-86831-6

Edición: Laura Bermúdez / Eliezer Ronda Pagán

Diseño de Cubierta e Interior: Emanuel Ivaldi • imanol@imanolstudio.com

Adaptación de interior: Josué Mercado • www.jmvdesigns.com

Cubierta adaptada por: Good Idea Productions Inc.

RESERVADOS TODOS LOS DERECHOS. A MENOS QUE SE INDIQUE LO CONTARIO, EL TEXTO BÍBLICO SE TOMÓ DE LA SANTA BIBLIA NUEVA VERSIÓN INTERNACIONAL. ©1999 POR LA SOCIEDAD BÍBLICA INTERNACIONAL.

ISBN: 978-0-8297-5735-4

CATEGORÍA: Vida cristiana / Temas sociales

Dedicatoria

Este libro está dedicado…

Primeramente, a los líderes juveniles y a los integrantes de la generación de Isaac, la mía. Porque en su rol de bisagra decodifican hacia arriba y explican hacia abajo los mensajes de ida y vuelta entre la generación de nuestros mayores y la de quienes nos suceden. Que este material nos ayude a ponernos en la brecha y darles todas las herramientas posibles a nuestros jóvenes para que alcancen y rediman las subculturas juveniles contemporáneas.

A la generación de Abraham, los padres de la promesa, que supieron conseguir con lágrimas lo que nosotros hoy disfrutamos con sonrisas. Nuestros padres, pastores y maestros que pagaron precios indecibles para darnos a luz y ver el Reino de Dios avanzar con poder en su tiempo. Bien hecho! Que este estudio sirva para apreciar el campo que se extiende por delante, el que sus hijos deberán conquistar haciendo uso de la herencia y los recursos que supieron transmitir.

A los Jacobs de las generaciones actuales y venideras. Porque serán quienes, con sus métodos innovadores y estrategias no convencionales, se levantarán para dar el golpe final y declarar la victoria definitiva del Señor. Que este libro encienda la chispa que provoque un fuego de pasión por extender y hacer visible la salvación de Dios en tiempos extremos.

Después de esto miré, y apareció una multitud tomada de todas las naciones,

tribus, pueblos y lenguas; era tan grande que nadie podía contarla. Estaban de pie delante

del trono y del Cordero, vestidos de túnicas blancas y con ramas de palma en la

mano. Gritaban a gran voz: " La salvación viene de nuestro Dios, que está sentado

en el trono, y del Cordero!"

(Apocalipsis 7:9-10).

Agradecimientos

Ante todo, agradezco a Dios. Porque un día gentilmente me tomaste de la mano y me invitaste a dar un paseo por otros mundos, tan reales y tan válidos como el mío. Por el inmenso amor y compasión, y porque me han llegado apenas las gotas de él. Quiero más, Señor.

A mi esposo, Christian, porque modelaste en mí la pasión por la juventud. Por tu fe intrépida y osada para creer que no hay no cuando Dios dice . Gracias por acompañarme en todo el arduo proceso de escribir y publicar mi primera obra, con altos y bajos incluidos.

A mis hijos, Julieta e Ian, por las horas cedidas (sobre todo las horas de computadora, que no es poca cosa a su edad) mientras escribía este material que será de ayuda para muchos. Deseo con todo mi corazón que sean la llave de Dios para abrir puertas para muchos en su generación.

A Yngrid, porque sin saberlo, con tu pensamiento siempre controversial y escandaloso arrojaste la piedra que reverberó dentro de mí, de la cual una de las primeras ondas expansivas es este libro.

A Lizzie, mi amiga periodista, por ayudarme dar el primer paso, a ordenar los pensamientos. Me atiborraste de libros cuando te dije que quería escribir: hoy se verá si dieron sus frutos. Tu experiencia, conocimiento y los puentes que sin egoísmo tendiste son muy valiosos para mí.

A Laura, genia que compró la idea en el primer instante y se puso inmediatamente a trabajar, dejando todo de lado para corregir y editar el manuscrito. Tu inmensa sabiduría prendió lucecitas rojas a lo largo de la revisión (también hubo verdes, muchas). Maestra sabia y buena amiga, Dios te dé mil veces más.

A todos los que creyeron en mí desde siempre: mis padres, mis hermanas, mis amigos, mis pastores, mis maestros, mis alumnos…

Contenido

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Introducción

Parte 1: Generalidades

1. Definiendo los términos

2. Y ahora: Tribus urbanas

3. Breve reseña de algunas tribus

4. Las cinco ‘P’ del alma

5. La acción de la postmodernidad en la gestación de tribus urbanas

Parte 2: los cinco pilares

6. Pilar número 1: Estética

7. Pilar número 2: Música

8. Pilar número 3: Lenguaje

9. Pilar número 4: Lugares

10. Pilar número 5: Ideología

Parte 3: Reflexionemos juntos

11. Necesitamos una teología urbana

12. Necesitamos un cambio de paradigmas

13. Sugerencias para la evangelizacióny pastoreo de subculturas juveniles

14. Necesitamos una revolución de oración por nuestros hijos

Epílogo

Apéndice 1: la identidad del creyente

Apéndice 2: Guía para el estudio

Notas

Bibliografía

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Introducción

Acabábamos de salir de una conferencia cristiana—se había anunciado como una Conferencia con mayúsculas—, sin embargo, fue una de esas reuniones en las que ante un escaso grupo de jóvenes discutimos y enseñamos técnicas y estrategias para evangelizar a los perdidos; qué hacer, qué no hacer, qué nos dice La Palabra acerca de nuestra responsabilidad como creyentes, y mucho más. La verdad es que había sido un evento más, de esos que llenan la mochila del intelecto pero que no logran alcanzar el corazón.

Al terminar la Conferencia había decidido con mi familia quedarnos unos días más en el lugar para descansar. Antes de salir esa mañana, hablé con mi esposo respecto a la frustración que sentíamos y luego hicimos una fatal oración: Señor, realmente queremos cambiar las cosas, muéstranos cómo ves a la juventud.

Recorrimos unos pocos kilómetros sin rumbo hasta encontrar un hermoso paisaje al que decidimos mirar más de cerca: era un camping. De pronto, comenzamos a ver cientos y cientos de chicos y chicas con la onda más loca: rastas, aritos por todas partes, tatuajes, etc.; también empezamos a oler algo raro…Era una Convención Internacional de Arte Callejero—esta también con mayúsculas—y había miles de ellos por todas partes. El paisaje se mezclaba con esos jóvenes manifiestamente rebeldes a los códigos de la sociedad, otro mundo desconocido para mí. Esta vez eran ellos los que nos miraban a nosotros, nos sentíamos como la familia Ingalls! Nos acercamos a hablar con el organizador, quien nos dio los detalles de la magnitud del evento y nos invitó muy amablemente a quedarnos; nos dijo que todos los malabares y acrobacias los hacían para hacer sentir bien a la gente. Allí nos dimos cuenta, entre otras cosas, que la mayoría de los malabaristas con los que uno se topa en un semáforo, no hacían sus gracias solo por las monedas, sino que había algo más, una filosofía de vida, tan fuerte como lo es el cristianismo, pero muchas veces vacíay con urgente necesidad de ser redimida.

No fue sino a través de esta experiencia impactante que caí en la cuenta de que además de mi mundo existían otros mundos, tan amplios, tan reales y tan válidos como el mío, pero lo único que necesitaban era ser permeados por el amor de Cristo.

Por supuesto, esto dio vueltas en mi cabeza por mucho tiempo y generó una reconceptualización de mi evangelio. Mientras hablaba con una amiga estudiante de Humanidades, yo insistía sobre la necesidad de que los cristianos dejemos de ser una subcultura (porque así me sentí aquel día) para pasar a ser una contracultura —esta era la palabra que yo había escuchado en el ámbito evangélico de labios de personas muy renombradas y asumí que era el término correcto. Yngrid dijo, casi sin darse cuenta:

—No, los cristianos no debemos ser una contracultura, porque una contracultura choca con la otra y la destruye. El cristianismo debe ser más bien una transcultura, que la atraviesa y modifica sin aniquilar su personalidad.

Wooow! Ésta es la mejor definición que oí en mi vida, y la que mejor representa lo que el Espíritu de Cristo quiere hacer hoy entre los jóvenes alrededor nuestro. Eso es redimir!

Seguí observando un poco másy noté que había muchas de estas subculturas o mundos entre la juventud—también las habrá entre los adultos—y que ellas se basaban en tres o cuatro ejes: la música, el deporte, el artey la educación. También pude ver que, como un hilo conductor que las abarca a todas, las drogas y el sexo ilícito están siempre presentes para destrucción; algunas clases de drogas se asocian más con ciertas actividades y el mal uso del sexo en diferentes formas se asocia con otras.

Esa experiencia impulsó este libro. En un período de dos años aproximadamente (de 2004 a 2006), leí todo lo que me vino a la mano, libros académicos, notas en diarios y revistas, y navegué cientos de horas por Internet en busca de información que me sirviera de referencia (en Internet solamente se calcula que hay no menos de cinco mil artículos sobre subculturas juveniles y tribus urbanas en castellano, lo que la vuelve verdaderamente un laberinto en donde no es difícil perderse).

Además empecé a estudiar, a frecuentar bibliotecas, a elaborar encuestas para líderes y jóvenes en mis talleres, a hacer entrevistas con preguntas atrevidas a chicos y chicas inmersos en las tribus urbanas, y hasta me contacté con autores reconocidos en la materia. Pero por sobre todo me dediqué a orar. Oré mucho para que Dios me diera su visión, porque comprendí que la mía era parcial y estaba afectada por prejuicios que me impedían ver con claridad. Le pedí al Señor que me diera un corazón como el suyo, para ver detrás de los pelos de colores, los tatuajes exuberantesy los aritos que perforan no solo el cuerpo sino también el alma.

El libro está dividido en una primera parte teórica, una segunda mucho más práctica, en donde veremos el corazón del asunto e ilustraremos las enseñanzas con ejemplos y testimonios de distintas subculturas urbanas* como los punks, rollingas, darks, murgueros, mareros, arte callejero y góticos, entre otros, y una tercera sección de reflexión, oración y acción de nuestra parte. Tal vez sientas la tentación de ir directamente a lo que más te interesa (o quizá ya lo hiciste) empezando por alguna subcultura que te despierta más curiosidad), pero no es aconsejable porque te perderías todo el marco conceptual que a veces es un poco tedioso, pero muy necesario.

El campo de la investigación es principalmente las tribus urbanas de la Argentina, país en donde vivo, y lo que más veo en las calles, pero también contiene referencias sobre lo que sucede en otros países de Latinoamérica, salvando las diferencias en cuanto a nominación, ubicación geográfica y otros datos. Por ejemplo, lo que en la Argentina se conoce como pandilleros o pibes chorros, en El Salvador y Guatemala se los llama mareros (integrantes de las maras), en Brasil favelados (de las favelas), en México cholos y en Colombia sicarios o perches, pero en la mayoría de los casos las generalidades se mantienen, y mucho más con la globalización que vino de la mano de la tecnología.

Donde surgen algunas diferencias conceptuales es en las subculturas de Europa y Estados Unidos, ya que debido a su trasfondo socioeconómico y a otros factores, asumen características particulares. Paradójicamente es de allí de donde obtenemos más información sobre estos temas, ya que hay mayor producción literaria, conocimiento y estudio debido a la antigüedad e historicidad de algunos de estos movimientos.

Por otra parte, es necesario dejar en claro que debido al constante cambio, fusión y subdivisiones de las subculturas juveniles, el material aquí presentado puede quedar obsoleto en pocos años, por lo que, quienes trabajamos con jóvenes, debemos estar actualizándonos casi a diario.

Quiero aclarar que yo no soy profesional en ninguna de estas ramas de la ciencia: psicología, sociología o antropología, sino simplemente alguien que ha leído y busca interpretar y aplicar los conocimientos de quienes son expertos en la materia. Por eso me valgo mucho de sus conclusiones e informaciones y cito constantemente a otros autores. Mis cartas de presentación son las antedichas: un profundo amor por nuestra juventud cristiana y una ardiente pasión por alcanzar a quienes todavía no conocen al Señor. Además, cuento con una considerable experiencia en lo referente a juventud y junto a mi marido hemos dedicado nuestras vidas a este respetable ministerio de liderar, aconsejar, guiar y motivar a los jóvenes a vivir una vida radical en Cristo.

Otro de los motivos por los que decidí escribir este material es porque en una encuesta que realicé entre aproximadamente trescientos jóvenes y líderes juveniles cristianos, el 48% de ellos manifestó que no se animaba a acercarse a los integrantes de tribus urbanas por desconocimiento, un 21% manifestó sentir temor y un 18% no lo intentaba porque los consideraba diabólicos. Solo un 13% admitió que se sentía libre de acercarse a ellos. Interesante, ¿no?

La propuesta, entonces, a través de este material dirigido a pastores, líderes, padres y jóvenes en general, es conocer juntos esas subculturas, pero con una mirada diferente. No una mirada condenatoria sino una mirada amplia y compasiva, no como alguien que busca cambiar al otro a la fuerza, sino de aquel que pretende entresacar lo precioso de lo vil. Por supuesto, no vamos a hacer apología de lo malo, sino simplemente nos vamos a informar para conocer a fondo las subculturas, con el objetivo de poder alcanzarlas mejor. Después de todo, esto fue lo que hizo Cristo al dejar su mundo glorioso, el Reino de los cielos, y venir a encarnarse en un cuerpo humano para identificarse con los hombres, con el único fin de llevarles redención a través del mensaje del Evangelio.

Es una propuesta audaz, lo sé, pero vamos a pedirle a Dios que nos dé sus ojos para mirar. El mundo ha cambiado mucho, los jóvenes han cambiado mucho, y si nosotros no evolucionamos también, lamentablemente, no vamos a poder alcanzarlos, y en definitiva eso es lo que queremos. Vas a ver que luego de conocer qué sienten, cómo piensany por qué hacen lo que hacen, tu corazón va a moverse a misericordia en vez de a juicio y tus pies a la acción en vez de al temor.

María José A. de Hooft

marzo de 2009

* En el presente libro se usarán indistintamente las denominaciones subculturas juveniles o tribus urbanas como sinónimos, aunque en realidad, y por razones que explicaremos detalladamente más adelante, algunos estudiosos hacen una distinción (si no formalmente, al menos en la práctica), atribuyéndole a la última expresión una connotación más de pandilla o grupo violento.

Los jóvenes ponen de manifiesto con más intensidad y variedad que otras generaciones los cambios culturales, y es el plano de la cultura, antes que el de la política o el de la economía, el que evidencia las nuevas modalidades que asume la juventud actual. Sensibles a las nuevas tecnologíasy al predominio de la imagen, los jóvenes encuentran en esta un ámbito propicio para capturar y expresar la variedad cultural de nuestro tiempo y orientar, más en el nivel de los signos que en el del accionar sobre el mundo, su apetito de

identidad.

—Mario Margulis

Sociólogo argentino

1

Definiendo los términos

A fin de acordar criterios a la hora de hablar de subculturas juveniles y tribus urbanas, es necesario hacer una presentación más formal de las dos expresiones para referirnos a estos grupos homogéneos. Como mencioné en la introducción, a raíz del episodio en la Convención Internacional de Arte Callejero, en donde desperté a la existencia de las distintas tribus urbanas, comencé a interiorizarme sobre las subculturas y toda su terminología, a fin de encontrar lo que pensaba que era la manera de Dios para relacionarnos con esos jóvenes.

De allí me surgieron interrogantes como: ¿las tribus urbanas son lo mismo que las subculturas juveniles?, ¿estamos hablando de un fenómeno nuevo propio de las grandes ciudades?, ¿a qué responde la formación de estos grupos?, ¿qué dicen los expertos en el tema?

En las páginas que siguen trataré de responder a todas esas preguntas de la forma más comprensible y sencilla posible. El tema que estamos explorando es bastante complejo, y los expertos—como ser sociólogos, antropólogos y psicólogos—lo estudian desde hace muchos años y han producido excelente material al respecto; no es mi intención trivializarlo simplificándolo excesivamente, pero tampoco dificultarlo todavía más.

La cultura y toda su familia

Si hemos de hablar de subculturas, se hace necesario desglosar el término cultura para obtener una mejor comprensión de su significado. Por lo tanto, comenzaremos viendo lo que significa la madre de todas estas palabras con las que vamos a familiarizarnosy que encontraremos a lo largo de todo el libro. Se necesita una dosis de conocimiento para no morir en el intento de descifrar el trabalenguas de la familia de palabras que surge del término cultura ( uf!).

Bromas aparte, no podemos menos que empezar haciendo una breve referencia sobre el significado de la palabra cultura. Una definición sencilla dice: Cultura es todo lo que el hombre hace. En un sentido más amplio, hace alusión tanto a las creencias, valores, costumbres e instituciones que caracterizan a un grupo en particular. Analicemos una más compleja:

Sistema de significados, actitudes y valores compartidos, así como de formas simbólicas a través de las cuales se expresa o se encarna.¹

—Burke, Cultura popular en la Europa moderna.

Ahora bien, las culturas no son intrínsecamente malas ni buenas: son necesarias, ya que imponen leyes y valores que hacen posible la supervivencia del grupo. El Dr. Ed Murphy, en su Manual de Guerra Espiritual, afirma que enco las naciones existen componentes culturales que desde el punto de vista bíblico pueden clasificarse como compatibles con la fe cristiana, incompatibles con ella o simplemente neutrales.

Por ejemplo: la forma de vestirse, siempre que no sea ofensiva, es un componente neutral, como así también la comida típicay el lenguaje. Y otros aspectos son perfectamente compatibles, como los valores morales, el amor a la familia, la protección de los hijos, etc. Pero en el caso de inmoralidad sexual, odio y rivalidades hacia otros grupos sociales y algunas prácticas Definiendo los términos espirituales nocivas, son claramente incompatibles u opuestas al mensaje del evangelio. Es allí donde debemos saber cómo tratar eficazmente con esa cultura para llevarla a los pies del Señor. Debemos descubrir el mejor enfoque para alcanzarla con el evangelio.²

Al respecto, el Dr. Peter Wagner comenta:

Las diferencias culturales, en su forma más pura, no son ni buenas ni malas. Desafortunadamente, todas las culturas han sido corrompidas en un grado u otro por el pecado de la raza humana y por fuerzas diabólicas que han entrado. Sin embargo, los patrones de comportamiento en sí mismos son simplemente reglas neutrales que sirven para traer orden a la sociedad. Los japoneses, por ejemplo, comen con palillos, se quitan los zapatos antes de entrar a la casa, compran y venden con yens, y manejan sus autos por la derecha del camino. ¿Cuál es la correcta? La cultura japonesa es correcta para los japoneses, la cultura americana es correcta para los americanos.³

Podemos afirmar, entonces, que la cultura que nos atañe en el presente material es sin dudas la cultura juvenil. A continuación analizaremos qué abarca el término juventud.

Cultura juvenil: ¿Qué es la juventud?

El concepto de subculturas juveniles se compone de dos partes centrales: cultura y juventud. Ambos son conceptos muy abarcativos, con una infinidad de acepciones dependiendo del punto de vista desde el cual se analicen. La definición más clásica de juventud es la siguiente:

Etapa juvenil se considera, habitualmente, al período que va desde la adolescencia (cambios corporales, relativa madurez sexual, etc.), hasta la independencia de la familia, formación de un nuevo hogar, autonomía económica (…). Un período que combina una considerable madurez biológica con una relativa inmadurez social. (…) Desde luego que la diferenciación social, las distintas clases y segmentos sociales configuran diferentes juventudes.

Es por la existencia de esas diferentes juventudes que se configuran en la combinación de distintos factores, que los estudiosos actuales rechazan el concepto tradicional y proponen uno más flexible. El sociólogo Mario Margulis, en la introducción del libro La juventud es más que una palabra, explica:

Juventud es un concepto esquivo, construcción histórica y social y no mera condición de edad. Cada época y cada sector social postula formas de ser joven. Hay muchos modos de experimentar la juventud, y variadas oportunidades de presentar y representar la persona en las múltiples tribus que emergen en la estallante socialidad urbana.

Es decir, no debemos categorizar dentro de esta franja solamente a la edad, intervienen otros factores como las distintas situaciones sociales, culturales, generacionales, de género, que influyen en el acortamiento o la prolongación de la etapa juvenil.

Diferencias de percepción

¿Y de qué manera influyen estos factores? Por ejemplo, a una chica proveniente de un sector marginal que queda embarazada, la juventud, como tiempo de gozar de cierta libertad y de la falta de responsabilidades para con la vida, se le acorta antes que a otra proveniente de otra clase social que puede seguir con su vida normal. Es decir, la percepción está asociada a la realidad social.

En una encuesta realizada por el sociólogo Norberto Elbaum, ante la pregunta: ¿Hasta qué edad crees que puedes ser considerado joven?, los habitués de las bailantas respondieron que más o menos hasta los 15 y los 18 años (debido a la necesidad de trabajar o de formar una familia), mientras que sus pares concurrentes a las discotecas afirmaron que se es joven hasta los 27 o 30 años, dependiendo de la onda de cada uno.

En otra encuesta, esta vez formulada por la Fundación Odisea, en la que hicieron la misma pregunta, es notable ver que los jóvenes que pertenecen al segmento ABC1 [los de clase socioeconómica alta o mediaalta] son los más propensos a extender los límites etarios, probablemente porque son también los que perciben que tienen mejor acceso al bienestar que brinda contar con una buena cobertura médica o mantenerse jóvenes pagando una cirugía estética.

En cuanto al género, la maternidad también es un factor que produce una diferenciación para con los varones de la misma edad. No es igual tener 20 años que 35, siendo hombre o siendo mujer. Además, las mujeres, al madurar un poco antes que los hombres, en general no se permiten ciertas licencias en cuanto a vivir sin responsabilidades por demasiado tiempo, por lo que la juventud como tiempo de disfrute sin compromiso se les acorta antes que a los hombres.

Las diferencias generacionales en la percepción de la duración de la juventud también son distintas; preguntémosle a nuestros abuelos a qué edad comenzaban a trabajar y a asumir responsabilidades en el hogar. Lo mismo si tomamos en cuenta a los jóvenes de diferentes edades, como ser los de treinta, los de veinte y los teenagers [adolescentes]; tenemos tres decenios reunidos en un mismo momento.

En conclusión: el sector abarcado por las subculturas juveniles no es una franja delimitada estrictamente por la edad.

Adolescencia extendida

Más allá de la autopercepción de los límites y fronteras de la juventud, lo cierto es que los estudiosos coinciden en que hay una suerte de

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