La Cámara de Representantes de Estados Unidos aprobó ayer un proyecto de ley para prohibir el uso de la popular red social de videos cortos TikTok a menos que la empresa corte todas sus relaciones con su matriz, ByteDance, una compañía de capital chino que lazó el servicio hace ya casi ocho años. La ley pasó adelante con el apoyo de ambos partidos, 352 representantes tanto republicanos como demócratas votaron a favor y 32 lo hicieron en contra. Este proyecto de ley supone el primero de los clavos sobre TikTok, el segundo será el Senado, pero ahí no parece tan claro que vaya a ser aprobada, al menos según están las cosas ahora.

TikTok lleva años en el punto de mira del Gobierno estadounidense y de ambas cámaras. Ya durante el mandato de Trump el expresidente la señaló con el dedo y por su nombre creando infinidad de problemas a ByteDance, que tuvo que separar sus actividades estadounidenses de las del resto del mundo. Trump llegó a prohibir la aplicación mediante una orden ejecutiva, pero los tribunales la revirtieron. TikTok, que es muy exitosa, especialmente entre los jóvenes, no lo es tanto entre los legisladores. Acusan al servicio de provocar depresiones a los adolescentes, de tratar de influir en ciertos debates políticos y, sobre todo, de recopilar datos privados que luego se transfieren a China.

Los directivos de TikTok no terminan de entender la inquina ya que, a su juicio, esta red social no hace nada diferente a lo que hacen otros gigantes tecnológicos como Alphabet con YouTube o Meta con Instagram. Tanto el uno como el otro ofrecen la posibilidad de subir vídeos cortos que en ocasiones devienen virales. Respecto a la protección de datos, ByteDance asegura que los datos de los usuarios estadounidenses no se almacenan en China, sino en Estados Unidos, concretamente en los servidores en la nube de la empresa Oracle. Algunos representantes están de acuerdo con las razones esgrimidas con ByteDance y han mostrado su desacuerdo con la prohibición de TikTok en territorio estadounidense. Creen que impedir que ByteDance pueda prestar servicio es ir contra la libertad de empresa y también contra la de expresión.

Pero han sido más los diputados que han votado a favor de su ilegalización. Podría, eso sí, esquivarla, si ByteDance vende su filial en Estados Unidos. De lo contrario la aplicación quedaría eliminada de las tiendas de aplicaciones para smartphones y en los servicios de alojamiento dentro de EEUU. Si termina promulgándose tras su paso por el Senado, TikTok podría desaparecer antes de cinco o seis meses. A TikTok acceden de forma regular unos 150 millones de estadounidenses, es decir, aproximadamente la mitad de la población del país. Respecto a la prohibición en sí, los estadounidenses también están divididos. Según las encuestas de opinión en torno a un tercio está a favor de que se prohíba y otro tercio en contra.

La dirección de la empresa poco puede hacer salvo esperar y presionar a los senadores para que rechacen el proyecto de ley, algo que, naturalmente, ya están haciendo. Se estima que ByteDance ha gastado hasta la fecha 20 millones de dólares en tratar de influir en Washington mediante grupos de presión. Según están las cosas todo ese dinero podría no haberles servido de nada.

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