Tanya nos enseña que con fe, fuerza y fortaleza todo es posible. Es mamá de Jerónimo de 11 años quien tiene Síndrome de Down y es sobreviviente de leucemia, así como de Iñaki de 8 años. Sus mejores y más grandes retos, así como aprendizajes, los ha conocido a través de su maternidad. Ella ha comprobado, una y otra vez, que el amor todo lo transforma independientemente de las adversidades. Está convencida que venimos a este mundo a servir y a no ser indiferentes al dolor de los demás, razón por la cual co-funda Familias Extraordinarias: un grupo que da apoyo y contención a las familias que reciben un hijo con discapacidad, en su mayoría con Síndrome de Down. Tanya sabe que cualquier realidad es una oportunidad para trascender, aunque éstas sean: realidades inesperadas. Una historia de amor y resiliencia.

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