Relatos de un mundo fantastico

Por G. Alvaris

Hay mundos que no se descubren, sino que despiertan dentro de nosotros. Mundos donde el eco de una historia olvidada resuena en los rincones del viento, donde la magia no es un don, sino una cicatriz, y donde cada paso deja una marca más profunda que la anterior.

Relatos de un mundo fantástico es un viaje a través de esos paisajes invisibles. Cada historia aquí es una ventana distinta hacia un mismo universo compartido: fragmentado, hermoso y, a veces, trágico. No encontrarás héroes perfectos, ni finales claros. Pero sí encontrarás voces. Voces que arden, que susurran, que buscan sentido. Voces que, al igual que tú, siguen caminando.

Este libro no te pide respuestas. Solo que escuches.
Y quizás, al cerrar sus páginas, algo de su mundo permanezca en el tuyo.

• Idioma: Español
• Editorial: G. Alvaris
• Fecha de lanzamiento: 30 abr 2025
• ISBN: 9798231065219

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​Introducción

Hay mundos que no se descubren, sino que despiertan dentro de nosotros. Mundos donde el eco de una historia olvidada resuena en los rincones del viento, donde la magia no es un don, sino una cicatriz, y donde cada paso deja una marca más profunda que la anterior.

Relatos de un mundo fantástico es un viaje a través de esos paisajes invisibles. Cada historia aquí es una ventana distinta hacia un mismo universo compartido: fragmentado, hermoso y, a veces, trágico. No encontrarás héroes perfectos, ni finales claros. Pero sí encontrarás voces. Voces que arden, que susurran, que buscan sentido. Voces que, al igual que tú, siguen caminando.

Este libro no te pide respuestas. Solo que escuches.

Y quizás, al cerrar sus páginas, algo de su mundo permanezca en el tuyo.

​El Aprendiz y el Precio del Destino

El Aprendiz caminaba tembloroso por los pasillos del antiguo templo, sintiendo cómo una gélida sensación le recorría la planta de los pies descalzos. La luz del sol se colaba por las rendijas de las altas ventanas, iluminando los textos arcanos dispuestos en las estanterías, cubiertos por una capa de polvo que ya parecía haber olvidado el paso del tiempo. El sonido del viento, distante y suave, no se hacía esperar, y llegaba como un susurro desde el patio exterior. Casi como un llamado.

Mientras tanto, el joven repasaba una vez más los hechizos que su maestro había dejado como tarea.

—Puedo hacerlo -se repitió una y otra vez mientras juntaba las manos y exhalaba aire.

Aunque era un buen estudiante y seguía las reglas antiguas al pie de la letra, tendía —normalmente— a cometer errores que causaban estragos en su confianza. Primero fue en su habitación. Luego, en el pueblo... Incluso mientras dormía. Cada vez que había una oportunidad para practicar, fallaba. Un poder que no entendía. Algo latente dentro de él que jamás había sido capaz de controlar.

—Elian, ven aquí —la voz de su maestro, el Anciano, rompió el silencio que lo envolvía.

El Aprendiz levantó la mirada, encontrándose con los ojos sabios y agotados del hombre que lo había criado desde que su madre desapareció. La expresión del Anciano era severa. Antes de decir algo, tragó saliva, como si se preparara para comentar algo indebido.

—¿Qué ocurre, maestro? —preguntó Elian, sintiendo cómo su corazón comenzaba a latir con fuerza en su pecho.

El Anciano no respondió de inmediato. En su lugar, caminó hasta una mesa cubierta de viejos pergaminos y unos pocos artefactos extraños. Tomó uno de ellos, un pequeño amuleto plateado que brillaba débilmente, y lo extendió hacia su Aprendiz.

—Esto —dijo el maestro con una voz temblorosa— es un fragmento