Por Una Noche De Pasión Con El Millonario

Por Eva leFay

En el apacible y remoto pueblo de Pinevale, Sarah Parker, una mujer fuerte e independiente, lucha por mantener su café a flote mientras se prepara para la llegada de su bebé. Pero su tranquila vida cambia drásticamente cuando el pasado que había intentado olvidar irrumpe nuevamente.

Alexander Grant, un exitoso multimillonario que nunca supo por qué Sarah desapareció de su vida tras una inolvidable noche de pasión, la encuentra por casualidad. Al descubrir que está embarazada, Alexander no puede evitar preguntarse si ese bebé es suyo. Decidido a averiguar la verdad, se infiltra en su vida sin revelar su verdadera identidad, ofreciendo una oportunidad que podría salvar su negocio... y su corazón.

Lo que comienza como una propuesta de negocios se convierte en una batalla de emociones, secretos y seducción. A medida que Sarah y Alexander trabajan juntos, reviven un amor que nunca desapareció por completo. Pero justo cuando parece que el destino les da una segunda oportunidad, la traición y los malentendidos amenazan con destruirlo todo.

Sarah, enfrentada a los celos, la inseguridad y una nueva amenaza, debe decidir si puede perdonar y confiar en Alexander nuevamente, mientras él está dispuesto a hacer lo que sea para demostrar su inocencia y recuperar el amor de su vida.

¿Qué harías si el hombre que es el padre de tu hijo y del cual huiste, regresa un dia a tu vida inesperadamente? ¿Y si ese mismo hombre al que decidiste darle una oportunidad te rompe el corazón?

Una historia de pasión, engaños y redención que te atrapará hasta la última página.

• Idioma: Español
• Editorial: Eva leFay
• Fecha de lanzamiento: 11 sept 2024
• ISBN: 9798227436160

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Sinopsis

En el apacible y remoto pueblo de Pinevale, Sarah Parker, una mujer fuerte e independiente, lucha por mantener su café a flote mientras se prepara para la llegada de su bebé. Pero su tranquila vida cambia drásticamente cuando el pasado que había intentado olvidar irrumpe nuevamente.

Alexander Grant, un exitoso multimillonario que nunca supo por qué Sarah desapareció de su vida tras una inolvidable noche de pasión, la encuentra por casualidad. Al descubrir que está embarazada, Alexander no puede evitar preguntarse si ese bebé es suyo. Decidido a averiguar la verdad, se infiltra en su vida sin revelar su verdadera identidad, ofreciendo una oportunidad que podría salvar su negocio... y su corazón.

Lo que comienza como una propuesta de negocios se convierte en una batalla de emociones, secretos y seducción. A medida que Sarah y Alexander trabajan juntos, reviven un amor que nunca desapareció por completo. Pero justo cuando parece que el destino les da una segunda oportunidad, la traición y los malentendidos amenazan con destruirlo todo.

Sarah, enfrentada a los celos, la inseguridad y una nueva amenaza, debe decidir si puede perdonar y confiar en Alexander nuevamente, mientras él está dispuesto a hacer lo que sea para demostrar su inocencia y recuperar el amor de su vida.

¿Qué harías si el hombre que una vez te rompió el corazón también fuera el padre de tu hijo? ¿Y si ese mismo hombre fuera la única persona que puede salvar tu futuro?

Una historia de pasión, engaños y redención que te atrapará hasta la última página.

Capítulo 1

Desde el primer vistazo , Alexander Grant era un hombre que imponía respeto y curiosidad a partes iguales. Con sus trajes a medida que exudaban elegancia y una postura que denotaba confianza en sí mismo, se movía entre el bullicio de la ciudad como un rey en su propio dominio. Su cabello oscuro peinado con precisión y su mirada intensa detrás de unos lentes elegantes le otorgaban un aire de misterio y poder que no pasaba desapercibido.

SIEMPRE ESTABA RODEADO de un aura de éxito y determinación, sus conversaciones eran medidas y sus decisiones calculadas. Era el CEO de una empresa hotelera de renombre, un hombre cuyos logros resonaban en los titulares de negocios y revistas de estilo de vida. Pero detrás de la fachada de éxito y riqueza, había un capítulo en su vida que permanecía oculto, un recuerdo que seguía latiendo en su corazón a pesar del paso del tiempo.

—SEÑOR, AQUÍ TIENE PARTE de su correspondencia, el periódico, y su café—dijo su asistente Grace, que entraba en ese momento con los brazos llenos de papeles, y su cara de profesionalismo.

—GRACIAS, GRACE. POR favor llama a Daniel Stone, de la empresa de publicidad para que te dé una hora en la que podamos encontrarnos.

—ENSEGUIDA, SEÑOR GRANT. —su asistente salió de la oficina, y él se quedó mirando algunas cartas y luego tomó el periódico. Pero de repente, llegó a su teléfono un mensaje de su amigo Rick, que le decía, mira este link ¡AHORA! Fue tanta la urgencia, que él, enseguida lo miró. Cuando se topó con la fotografía del café en un remoto pueblo costero, algo dentro de él se agitó con fuerza. El rostro de la dueña del café, era uno que conocía hace mucho, era Sarah, la mujer que había amado con locura y de la cual todavía seguía enamorado. La publicación hablaba maravillas del lugar y su dueña, quien resultaba ser Sarah, ahora visiblemente embarazada.

ESO DESATÓ UNA TORMENTA de emociones que había mantenido bajo control durante años. La sorpresa inicial se mezcló con la preocupación y la curiosidad, formando un torbellino de sentimientos que lo llevó de regreso a aquellos días fugaces de pasión y romance. Todavía se preguntaba porque se alejó sin darle una explicación, pero en el momento en que vio esa foto su pregunta era otra ¿Podría ser que el bebé que esperaba Sarah fuera suyo?

ALEXANDER NECESITABA  respuestas, y las buscaría como fuera porque ahora la duda sobre si el niño que ella esperaba era suyo, estaba sembrada en su mente. Decidido a descubrir la verdad, y le pidió a uno de sus empleados más leales, que fuera a su oficina.

LA SALA DE REUNIONES estaba impregnada del ambiente empresarial característico de la empresa hotelera de Alexander Grant. Muebles elegantes de madera oscura, grandes ventanales que permitían la entrada de la luz del día y una vista panorámica de la ciudad que nunca dormía. En el centro de la habitación, una imponente mesa de conferencias de vidrio reflejaba la determinación en los ojos de Alexander mientras hablaba con Jason Mitchell, su hombre de confianza.

— JASON, NECESITO QUE hagas algo por mí. He encontrado algo que necesita nuestra atención inmediata.

JASON ASINTIÓ, LISTO para recibir instrucciones de su jefe.

— QUIERO QUE VIAJES a Pinevale, un pequeño pueblo costero que he estado investigando. Hay un café allí, propiedad de una mujer llamada Sarah Thompson. Según mis fuentes, el lugar es encantador y la comida es excepcional.

JASON LEVANTÓ UNA CEJA, intrigado por la solicitud de Alexander. — ¿Y cuál es el propósito del viaje, señor?

— QUIERO QUE EVALÚES la situación del café y de Sarah. Averigua cómo está su negocio, si tiene problemas financieros, cualquier información que pueda ser relevante. Pero sobre todo, quiero que pruebes la comida y me des tu opinión honesta al respecto.

Jason asintió, comprendiendo la importancia de la tarea encomendada— Entiendo, señor. ¿Y qué debo hacer después de evaluar la situación?

ALEXANDER SONRIÓ, REVELANDO un destello de emoción contenida en sus ojos— Si todo es como dicen, y la comida es realmente excepcional, quiero que le propongas a Sarah que se convierta en la proveedora de bollería para nuestro próximo proyecto hotelero en Pinevale. Será una oportunidad para ella de aumentar sus ingresos y para nosotros de asegurarnos un suministro de calidad para nuestros huéspedes.

—HAS DECIDIDO HACER un proyecto en Pinevale? Creí que era en...

—YA NO. AHORA HE DECIDIDO que nuestro próximo proyecto será en ese lugar—dijo tajantemente.

JASON ASINTIÓ NUEVAMENTE, asumiendo la responsabilidad de la misión— Entendido, señor. Haré los arreglos necesarios de inmediato.

— EXCELENTE. MANTENME informado de cualquier desarrollo importante. Esto podría ser el comienzo de algo muy interesante para todos nosotros.

CON ESA ÚLTIMA AFIRMACIÓN, Jason se retiró de la oficina de Alexander, preparado para embarcarse en un viaje que no solo sería un análisis de negocios, sino también el primer paso hacia la resolución de un enigma que había mantenido a Alexander inquieto durante demasiado tiempo.

PINEVALE, ERA UN PEQUEÑO pueblo costero, una joya escondida rodeada de montañas y bosques. Sus calles empedradas y las fachadas pintorescas de las casas se alineaban con tiendas de antigüedades, panaderías artesanales, y cafés acogedores. A pesar de su tamaño, el lugar tenía un encanto irresistible que atraía a turistas en busca de tranquilidad y belleza natural. El Café Brisa Marina, propiedad de Sarah, estaba situado en la esquina de la plaza principal, con vistas al mar y una pequeña terraza adornada con flores de temporada.

Dentro del café, el aroma del café recién hecho se mezclaba con el dulce perfume de bollería recién horneada. El ambiente era cálido, con mesas de madera desgastada, luces suaves colgando del techo y estanterías repletas de libros de cocina y plantas en macetas. Cada rincón del café estaba diseñado para invitar a los clientes a quedarse, a disfrutar de una taza de café mientras leían un libro o conversaban con amigos. A pesar de la atmósfera acogedora, Sarah no podía evitar sentir una sombra de preocupación. Las dificultades financieras se habían acumulado en los últimos meses, y el negocio, su sueño, estaba en peligro.

Sarah estaba en la cocina del café, amasando los ingredientes para los croissants de la mañana. El trabajo manual le daba una sensación de paz, una forma de concentrarse y dejar atrás, aunque fuera momentáneamente, las preocupaciones que la acosaban. Los rayos de sol se colaban por las ventanas, iluminando su cabello castaño, que llevaba recogido en un moño desordenado. El pequeño timbre de la puerta sonó, anunciando la llegada de uno de sus clientes habituales. Le sonrió mientras servía el café, ocultando la tensión que sentía por dentro.

Al terminar de atender a los clientes, Sarah limpió sus manos y tomó su teléfono, como hacía cada vez que tenía un momento libre. Al abrir su cuenta en las redes sociales, un mensaje capturó su atención. Era de un usuario desconocido, alguien que había visto fotos del café y estaba interesado en saber más sobre el negocio. El mensaje estaba redactado de manera formal, pero algo en el tono le resultó diferente. Era una oferta para una posible inversión. Sarah sintió una mezcla de emoción y escepticismo. ¿Podría ser esta la oportunidad que tanto necesitaba?

Sarah se quedó sentada en una de las mesas, con la mirada perdida en el mar que se veía desde la ventana. El viento agitaba suavemente las cortinas, y las olas rompían contra las rocas en un ritmo constante, como un recordatorio de la persistencia de la naturaleza. Pensó en los últimos 5 meses, en cómo había trabajado incansablemente para mantener el café a flote, sacrificando su tiempo, su energía, y a veces, su propia felicidad. La oferta era tentadora, pero también la llenaba de dudas. ¿Sería prudente confiar en un desconocido? Sin embargo, la idea de perder el café le resultaba aún más aterradora. Necesitaba respuestas, y sabía que debía arriesgarse.

Finalmente, decidió responder al mensaje, mostrando interés en la propuesta. La idea de un posible inversor le dio una nueva chispa de esperanza. Se dijo a sí misma que, después de todo, no tenía nada que perder. Aun así, no pudo evitar sentir una pequeña punzada de incertidumbre mientras redactaba su respuesta. Quizás era el destino, o simplemente un golpe de suerte, pero una parte de ella quería creer que, finalmente, las cosas podrían mejorar.

EL SOL DE LA TARDE bañaba Pinevale con una luz dorada, reflejándose en las olas que lamían suavemente la costa. El Café Brisa Marina, con sus paredes de ladrillo visto y decoración ecléctica, era un refugio acogedor en el corazón del pequeño pueblo. Las mesas de madera maciza estaban adornadas con flores frescas, y el aroma del café recién hecho y la repostería casera llenaba el aire, creando una atmósfera cálida y tentadora.

Jason Mitchell, un hombre de cuarenta años con una presencia imponente y sofisticada, entró al café con una sonrisa amigable. Su traje oscuro, perfectamente entallado, resaltaba su figura atlética, fruto de su afición por el golf, deporte que practicaba regularmente en exclusivos clubes de la ciudad. Sus ojos, de un azul penetrante, escudriñaban cada detalle del lugar: las lámparas de cristal colgantes, las estanterías repletas de libros de cocina y las plantas en macetas que daban vida al espacio.

—Buenas tardes —saludó Jason, acercándose al mostrador con paso seguro.

Sarah Parker Thompson, ocupada en preparar uno de sus famosos croissants, levantó la vista y le devolvió una sonrisa cálida pero cautelosa.

—Buenas tardes. ¿En qué puedo ayudarte?

Jason tomó asiento en una mesa cerca de la ventana, permitiéndose un momento para observar el bullicio tranquilo del café.

—Buenas tardes, Mi nombre es Jason Mitchell —comenzó—. Soy representante de un inversionista interesado en apoyar negocios locales con potencial de crecimiento. He visto algunas fotos de tu café en redes sociales y me han impresionado tanto la calidad que se ve de tus productos, como el ambiente que has creado aquí.

Sarah sintió una mezcla de sorpresa y curiosidad. No estaba acostumbrada a recibir propuestas de inversión, especialmente de personas tan influyentes.

—Gracias, eso significa mucho para mí. Siempre estoy buscando maneras de mejorar y expandir el café, pero últimamente ha sido un desafío mantener todo a flote —respondió ella, dejando de lado momentáneamente sus preocupaciones para escuchar a Jason.

—Bueno...entonces creo que podemos ayudarnos mutuamente. Nuestro inversor, el señor Giovanni Grecco, está interesado en colaborar con negocios que no solo sean exitosos, sino que también aporten valor a la comunidad. Él es un filántropo conocido por sus contribuciones a causas benéficas y su pasión por el desarrollo sostenible. Además, está construyendo un nuevo hotel de lujo en Pinevale y busca proveedores locales de alta calidad para sus establecimientos. Giovanni Grecco no era el verdadero nombre del dueño de la empresa, pero fue lo primero que le advirtieron a Jason, no decir nada de Alexander. Sin embargo Giovanni si era uno de los socios en la empresa, así que no era del todo una mentira.

Sarah abrió la carpeta, revisando los documentos con detenimiento. La propuesta era tentadora, pero también implicaba una gran responsabilidad.

—Esto suena increíble, pero... ¿qué significaría exactamente para mí y para el café?

Jason le dio una mirada comprensiva.

—Estamos buscando socios que puedan proporcionar productos de panadería y repostería de alta calidad para su hotel. Él valora la autenticidad y la excelencia, y cree que tu café podría ser una pieza clave en su visión. Además, esto no solo aumentaría