El silencio de las bestias
Por Unai Velasco
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Una concepción totémica de la imagen, un verso que se alarga con el oído de la salmodia: la poesía de Unai Velasco es un rito. Resonancias bíblicas y míticas, si acaso los términos no equivalieran, para un poemario de indagación en nuestros orígenes: los de la experiencia vital, con el recuerdo de la infancia, y los de la experiencia cultural, con el recuento de lo que nos ha construido. Un poemario de iniciación, al fin y al cabo. Sobre En este lugar, su primer poemario, el jurado del Premio Nacional de Poesía Joven “Miguel Hernández” declaró que se trataba de «un libro innovador, que apuesta por una poesía crítica en la que la ironía no está reñida con apuntes vanguardistas y con sólidos referentes culturales y literarios».
Un seguro oído rítmico y sentido de lo compositivo. Una voz ya configurada. (Pere Gimferrer)
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El silencio de las bestias - Unai Velasco
Índice
Portada
I. Liturgia de la reunión
Introito
El entrenador Gordon Bombay nos habla del hielo y del metal
Signifique sauce
Fiesta en Andorra
II. Liturgia de la palabra
Que somos buenos
Lectura de la primera epístola a los fantasmas
Aleluya
Lectura del evangelio según Isma: compianto sul corpo
Daniel San recibe una paliza en la playa pero no es Daniel San
Monasterio
III. Liturgia de la eucaristía
Agustín de Tagaste...
Que mi cuerpo es el reino
IV. Ritos de despedida
De la extraña razón...
Son establo
Créditos
En sus honores el hombre no comprende
como las bestias reducidas al silencio.
Salmo 49
I. LITURGIA DE LA REUNIÓN
Y sujetarlas a ley de permanencia.
Luis Rosales
Come on, come together, come on, come together
Spiritualized
INTROITO
Para Gema, que giró conmigo
omnes in…
Lo que se lleva esa casa de ahí por delante es un viento muy fuerte.
Por eso queríamos crecer a salvo buscar
un lugar mejor nos llamaban los cazatornados
era la mayor serie de tormentas en doce años mejor
permanecer juntos vivíamos
para esto nos decíamos
que vivíamos para esto comiendo hamburguesas en casa
de la tía Meg y todo el rato pensando en el área de succión
cuál
pensábamos y no sabíamos hacia dónde crecer qué viento
volteaba los postes sin desperdigarlos no teníamos
ni idea teníamos a Dorothy I y a
Dorothy II y a cuatro Dorothys más y las hamburguesas sabían
tan bien y el