Descubre millones de libros electrónicos, audiolibros y mucho más con una prueba gratuita

Solo $11.99/mes después de la prueba. Puedes cancelar en cualquier momento.

Mi venganza será tu final
Mi venganza será tu final
Mi venganza será tu final
Libro electrónico292 páginas3 horas

Mi venganza será tu final

Calificación: 0 de 5 estrellas

()

Leer la vista previa

Información de este libro electrónico

En un mundo oscuro, donde las cicatrices emocionales y personales dictan el destino de las personas, se encuentra una mujer llamada Vergara. Ella ha enfrentado situaciones difíciles a lo largo de su vida, luchando sin descanso por salir adelante. Pero, como cualquier ser humano, guarda un oscuro secreto, uno que poco a poco la consume hasta llevarla al límite de la desesperación.

 

La señorita Vergara no es una mujer débil, todo lo contrario. Su inteligencia y sed de venganza la convierten en una persona sin esperanza, fuerte y sanguinaria. Su mente se ha vuelto un caldero de oscuridad y deseo de hacer pagar a aquellos que la han lastimado emocional y personalmente. No descansará hasta verlos postrados, implorando por misericordia.

 

En medio de toda la bajeza y el dolor surge una luz, una pequeña chispa de esperanza que la acompaña en su camino. Dos hermosas personas, Strella y Nathan, se convierten en sus aliados más cercanos. Strella, con su dulzura y comprensión, le ofrece un hombro en el que apoyarse, una amiga en quien confiar. Nathan, en cambio, es el detective Nathan Taylor, un hombre en busca de su propia venganza, con una sed de sangre que se equipara con la de Vergara. Juntos, forman un equipo imparable, determinados a llevar a cabo su cometido sin temor a las consecuencias.

 

Este libro es un estallido de emociones y pulsiones secretas. Contiene material explícito, lleno de violencia que no es apto para los corazones sensibles ni para los ojos inocentes. Aquellos lectores mayores de 21 años, con una sed de emociones fuertes y un amor por lo desconocido, podrán adentrarse en estas páginas llenas de amor incondicional y oscuros deseos.

 

La obra que tienes en tus manos ha sido creada en su totalidad por Itha León, una escritora cuya imaginación y talento han dado vida a un universo lleno de sombras y anhelos ocultos. Queda terminantemente prohibida la distribución de esta obra sin la debida autorización de la autora, pues cuenta con todos los derechos de autor.

 

Si deseas conocer y adentrarte aún más en las oscuras tramas tejidas por Itha León, te invitamos a seguir a la autora en su página de Facebook, donde podrás encontrar más información sobre sus obras y futuros proyectos. Embarcate en este viaje sin retorno, donde solo los valientes y los despiadados pueden sobrevivir.

IdiomaEspañol
EditorialItha León
Fecha de lanzamiento17 dic 2023
ISBN9798223214021
Mi venganza será tu final

Relacionado con Mi venganza será tu final

Libros electrónicos relacionados

Adultos jóvenes para usted

Ver más

Artículos relacionados

Comentarios para Mi venganza será tu final

Calificación: 0 de 5 estrellas
0 calificaciones

0 clasificaciones0 comentarios

¿Qué te pareció?

Toca para calificar

Los comentarios deben tener al menos 10 palabras

    Vista previa del libro

    Mi venganza será tu final - Itha León

    Descripción

    En un mundo oscuro, donde las cicatrices emocionales y personales dictan el destino de las personas, se encuentra una mujer llamada Vergara. Ella ha enfrentado situaciones difíciles a lo largo de su vida, luchando sin descanso por salir adelante. Pero, como cualquier ser humano, guarda un oscuro secreto, uno que poco a poco la consume hasta llevarla al límite de la desesperación.

    La señorita Vergara no es una mujer débil, todo lo contrario. Su inteligencia y sed de venganza la convierten en una persona sin esperanza, fuerte y sanguinaria. Su mente se ha vuelto un caldero de oscuridad y deseo de hacer pagar a aquellos que la han lastimado emocional y personalmente. No descansará hasta verlos postrados, implorando por misericordia.

    En medio de toda la bajeza y el dolor surge una luz, una pequeña chispa de esperanza que la acompaña en su camino. Dos hermosas personas, Strella y Nathan, se convierten en sus aliados más cercanos. Strella, con su dulzura y comprensión, le ofrece un hombro en el que apoyarse, una amiga en quien confiar. Nathan, en cambio, es el detective Nathan Taylor, un hombre en busca de su propia venganza, con una sed de sangre que se equipara con la de Vergara. Juntos, forman un equipo imparable, determinados a llevar a cabo su cometido sin temor a las consecuencias.

    Este libro es un estallido de emociones y pulsiones secretas. Contiene material explícito, lleno de violencia que no es apto para los corazones sensibles ni para los ojos inocentes. Aquellos lectores mayores de 21 años, con una sed de emociones fuertes y un amor por lo desconocido, podrán adentrarse en estas páginas llenas de amor incondicional y oscuros deseos.

    La obra que tienes en tus manos ha sido creada en su totalidad por Itha León, una escritora cuya imaginación y talento han dado vida a un universo lleno de sombras y anhelos ocultos. Queda terminantemente prohibida la distribución de esta obra sin la debida autorización de la autora, pues cuenta con todos los derechos de autor.

    Si deseas conocer y adentrarte aún más en las oscuras tramas tejidas por Itha León, te invitamos a seguir a la autora en su página de Facebook, donde podrás encontrar más información sobre sus obras y futuros proyectos. Embarcate en este viaje sin retorno, donde solo los valientes y los despiadados pueden sobrevivir.

    Capítulo 1: La carta.

    Decidir si amar o no amar a alguien puede ser extremadamente difícil cuando te encuentras en situaciones nuevas donde no estás seguro de si debes tomar las cosas con calma o actuar rápidamente.

    En esta travesía que se ha vuelto cada vez más complicada, las dificultades surgen gradualmente y te lastiman mientras sigues adelante.

    Soy una de las personas más comprometidas en mi trabajo para no vivir bajo la influencia de mis padres, sin embargo, a veces parece que eso no es suficiente. Siempre he sentido que estoy atrapada en un entorno que no fue diseñado para mí.

    Desde siempre he anhelado encontrar a alguien a quien amar y que me ame tal y como soy.

    Sin embargo, a medida que intensificaba mi búsqueda, esa persona tan deseada no aparecía, convirtiéndose en algo que gradualmente me causaba daño emocional.

    Aquel día, al igual que cualquier otro, me encontraba en el patio de la escuela observando a mi primer amor, un chico que se movía incansablemente persiguiendo un balón.

    A mis ojos, él era la persona más atractiva que había conocido, o al menos eso creía en ese momento. Sin embargo, yo era simplemente una chica más, tratando de encontrar mi lugar en un mundo que no me pertenecía.

    Resulté siendo la chica con manor concentración, pero demostré ser una de las más habilidosas del salón.

    Mi inteligencia era admirada por todos, inclusos algunos pretendían ser mis amigos para que les diera las respuestas en los exámenes. Sin embargo, en el momento más crucial, cuando más necesitaba de esos amigos, me abandonaron, dejándome completamente sola.

    Ya no contaba con nadie, no sabía qué dirección tomar y me sentía perdida y desesperanzada.

    Solo deseaba desvanecerme. La sensación completa de estar en un abismo y no tener a nadie que pueda ayudarte a salir de esa situación.

    Tal vez no me expreso claramente, pero mi pesadilla comenzó en el momento en que decidí confesarle mis sentimientos a Gabriel Mayer. Sin lugar a dudas, el día más desastroso que he vivido.

    —Alondra, ¡anímate! Si no lo intentas, nunca sabrás, él es muy talentoso, siempre te sorprende con un chocolate.

    Mi amiga Mónica, en quien confiaba plenamente, solía alegrarme diciendo que estaba ahí para mí cuando todos los demás me daban la espalda.

    Ella era la única que me hacía sentir valiosa y siempre nos apoyábamos mutuamente.

    Incluso le daba mis exámenes para que pudiera estudiar, ya que estábamos en salones diferentes. Esto nos permitía que ella tuviera más tiempo para repasar y no reprobar, ya que yo me sabía todas las respuestas y se las proporcionaba.

    —Está bien, pero si lo intento... ¿Y si él no tiene ningún tipo de sentimientos hacia mí? Sería arriesgado y no tendría resultados positivos.

    —No tienes que tener miedo, sabes que siempre contarás con mi apoyo, eso es precisamente para lo que existen las amigas. No tienes de qué preocuparte, escribe la carta y yo me encargaré de entregársela. Conozco a una persona muy cercana a él, así que puedes estar tranquila de que aceptará tus sentimientos.

    Empecé a moverme de un lugar a otro, sin tener una decisión clara. No estaba segura de qué hacer, no sabía si debía escribir esa carta o no. No tenía una idea clara de qué expresar en ella.

    Si escribía mis sentimientos más profundos hacia Gabriel y él no los apreciaba, eso me rompería el corazón.

    —Apresúrate, no podemos demorarnos, comprendo que estás temerosa, pero seguramente le gustas a Gabriel.

    Agarré el bolígrafo con firmeza, sin tener una decisión definitiva sobre si debía escribir o no, pero opté por plasmar mis pensamientos desde lo más profundo de mi ser.

    ¿Cuáles podrían ser las consecuencias?

    Mi declaración de amor inicial tuvo algunas correcciones y enmiendas, ya que buscaba las palabras adecuadas que expresaran con mayor precisión lo que sentía, pero solo se trataba de un primer borrador.

    Al final, redactaría la verdadera carta que le entregaría a mi querido Gabriel.

    «Estimado Gabriel», empecé a eliminar y corregir esas palabras que solía utilizar para referirme a ti como «querido Gabriel». Nunca he usado esa expresión, generalmente te llamo Gabi o Gabrich.

    Lo tengo, lo tengo decidido cómo lo voy a nombrar.

    «Hola, Gabriel». Sin lugar a dudas, eso suena mucho más adecuado.

    Empecé a escribir la auténtica carta mientras luchaba con los errores y las correcciones en el papel.

    Todavía puedo recordar la ansiedad y el extraño cosquilleo en mi estómago al finalizarla. Tenía una sensación negativa, sabía que tal vez había cometido un error, pero ya estaba hecho y no había vuelta atrás.

    Después de que Mónica se llevó la carta, estuve inquieta, paseando de un lugar a otro.

    Estaba bastante ansiosa. ¿Y si no le agrado? ¿Y si piensa que soy igual a las demás chicas que lo persiguen? No quería ni siquiera imaginarlo, no quería darle cabida a esas ideas.

    Solo deseaba que él sintiera lo mismo que yo siento por él... Qué ingenua solía ser en mis tiempos de juventud.

    Nunca fui consciente de ello, pero la situación hubiera sido ideal si él nunca hubiera tenido acceso a esa carta, si nunca hubiera descubierto mis emociones hacia él y si en ningún momento, me hubiera causado tanto dolor como lo hizo.

    Empecé a llorar, hace más de una década de aquel incidente, pero cada vez que lo recuerdo, experimento un dolor intenso, me duele saber que mi amor por él fue mi ruina.

    Cuando abrí los ojos, me encontré con el doctor Suárez, un psicólogo incompetente al que he estado consultando durante tres años. Aunque nunca antes le había revelado mi historia personal, ahora siento la necesidad de hacerlo, ya que es fundamental que él comprenda mis motivos para llevar a cabo lo que tengo planeado con él.

    Creo que a pesar de haber presenciado repetidamente los sueños y las pesadillas, todavía no puedo borrar de mi mente todo lo que ese despreciable Gabriel y sus compinches me hicieron. Incluso al intentarlo, siento un dolor inmenso en mi corazón.

    Las deslealtades dejaron una huella indeleble en mi vida y ahora, mientras intento sobrevivir diariamente, cargo con el peso de todo el sufrimiento que experimenté durante mi adolescencia, incluyendo las acciones imprudentes que cometí en nombre del amor.

    —Al parecer, todavía sientes mucho rencor hacia ese hombre según mi percepción —Me dice el psicólogo al guardar su pluma.

    —Considero que venir a verlo no está siendo beneficioso para mí, aún no puedo borrar ningún recuerdo.

    —Tal vez sería conveniente no dejar atrás, sino más bien aprender a superar y llevar una vida con lo que te sucedió.

    —Doctor Suárez, ¿Cómo se puede aprender a continuar con la vida después de que te hayan destrozado el alma?

    Capítulo 2: ¿Te parece bien que continuemos con mi relato?

    —¿Por qué no lo intentas? Puede que te lleves una agradable sorpresa.

    —Estimado Doctor Suárez, parece evidente que ha tenido admiradoras a lo largo de su vida debido a la belleza de sus ojos. Sin duda, sus encantos físicos eran notables en su juventud. ¿Has tenido muchas parejas sentimentales?

    —Señorita, no sería apropiado que me tratara de esa manera, ya que soy su médico—El doctor simplemente se avergonzó, de manera irónica, porque nunca reconocerá mi rostro en el futuro.

    Cerré los ojos y tomé una gran bocanada de aire. —¿Podemos continuar con la historia?

    —Tenemos tiempo de sobra, señorita Vergara.

    Miré nuevamente mi reloj y confirmé que todavía tenemos tiempo, ya que faltan unos minutos para que termine nuestra cita. Por lo tanto, me esforzaré en explicar rápidamente el motivo de mi presencia aquí.

    —Mi amiga se apresuró con gran entusiasmo hasta llegar a su compañero más cercano, al confidente más íntimo de mi querido Gabriel.

    —¿Por qué, a pesar de afirmar que te ha causado dolor, sigues llamándolo amado? —preguntó el doctor Suárez.

    —Doctor, no estoy segura, tal vez me acostumbré a llamarlo así.

    —Adelante, por favor continúa. —El doctor empezó a tomar apuntes, pude ver cómo su lápiz se desplazaba de un lado a otro.

    Es curioso, en la actualidad la mayoría de los psicólogos utilizan tabletas para hacer anotaciones de sus pacientes, pero me pregunto qué estará registrando sobre mí. ¿Será que piensa que estoy realmente perturbada? Solo espero no defraudarlo.

    —Desde la distancia, observaba cómo mi carta de amor llegaba a las manos de él, quien resultaba ser el íntimo amigo de Gabriel, mi amado.

    Todo el mundo lo admiraba y deseaba, al igual que a Gabriel, quien se destacaba por ser uno de los chicos más atractivos de la escuela. Sus amigos, por supuesto, también eran igual de guapos, generando una gran atracción en todas las mujeres, incluyéndome. Aunque mi corazón solo le pertenecía a uno de ellos, suspiré.

    —¿Sigue en curso la situación con la carta? —Mónica mostró una sonrisa junto a él.

    —A ella le agradaba él, en el fondo yo percibía que eran una pareja encantadora, siempre pensé que mi amiga merecía lo mejor, al igual que yo, pero cuando ella le entregó la carta, los dos sonrieron.

    Debí haberlo notado en ese momento, pero no sospechaba nada en absoluto. Estaba muy nerviosas o emocionada, tal vez por lo que era esperar una respuesta.

    Después de que Mónica terminó de hablar con él, se volteó hacia mí y, con un gesto de aprobación con el pulgar hacia arriba, me hizo entender que una parte de la misión ya estaba cumplida.

    —Supongo que experimentaste mucha alegría en ese instante.

    —En resumen, fue el día de mayor felicidad que he experimentado en mi vida. No podía contener mi emoción, mi corazón latía tan rápido que era imposible detenerlo. Observé cómo él se acercaba a mi amado Gabriel, le entregó la carta y me indicó con un gesto que era para mí. Me puse colorada, pero cuando él tomó la carta entre sus manos, levantó una de ellas para saludarme. Correspondí alzando mi mano y sonriendo con una enorme sonrisa que tenía el poder de derretir cualquier corazón. Estaba entregando todo a ese chico que siempre me gustó. —Suspire con resignación.

    —Entonces, ¿cuál fue el problema?

    —¿Hubo algún problema, Doctor Suárez? No, no hubo ningún contratiempo en ese instante. Él entregó la carta y dirigió su mirada hacia mí. Luego, salí apresurada como un rayo hacia el patio trasero, esperando su llegada. Pasaron algunos minutos y, cuando estaba a punto de perder la paciencia y marcharme, él finalmente llegó.

    Mientras Gabriel, el amor de mi vida, se encontraba frente a mí, no pude evitar sonreír, estaba muy feliz.

    —¿Respondió él a tus sentimientos?

    —Parece ser que sí lo hizo. Él expresó: Tu carta ha tocado mi alma. Gabriel mencionó que compartía los mismos sentimientos que yo, lo cual me llenó de alegría y excitación, por lo que me lancé a sus brazos. Intentó darme un beso, sin embargo, me sentía muy nerviosa debido a que era mi primer contacto de ese tipo.

    Luego de reflexionar por un instante, él me confesó: Pensé que eras receptiva a mis sentimientos. ¿Hay algo de malo en que comparta un beso contigo si también eres de mi agrado?

    —Wow, supongo que eso fue muy agradable para ti.

    —No, luego permití que me besara en los labios, tenían un sabor peculiar, desconocido para mí, no sé por qué motivo, no sabían como me imaginaba, tal vez no supe cómo hacerlo, mis ojos estaban cerrados, inundados de innumerables pensamientos.

    —¿Tal vez te percataste de que no experimentabas ninguna emoción hacia él?

    —Doctor, creo que eso fue lo que pasó. Sin embargo, me aferraba a sus labios intentando experimentar algo. Después de unos segundos de besarnos, escuché la voz de una mujer detrás de nosotros. Estaba furiosa y gritando sobre por qué demonios estaba besando a su novio.

    Decía que yo era la ingenua y tonta niña nerd de la que todos se aprovechaban. Miré a Gabriel, esperando que dijera que ella no era su novia, pero en cambio me soltó y caminó hasta quedarse al lado de esa mujer.

    —Fue engañoso contigo, seguramente te causó un gran dolor.

    —No creo que estuviera completamente acostumbrada a que todos me utilizaran o se burlaran de mí. Por lo tanto, decidí distanciarme y dejar las cosas tal como estaban. Si el beso que compartimos no me había agradado, tal vez eso significaba que él no era la persona adecuada para mí. Así que no me importó, me di la vuelta y empecé a alejarme de ellos.

    —Tu elección ha sido excelente, señorita Vergara.

    —Sí, aunque a ellos no les pareció igual, lo interpretaron como una broma.

    La novia de Gabriel se enojó y empezó a decirme: '¿Te crees tan valiente como para besar a mi novio y escapar así?' Me agarró del pelo y me lanzó al suelo, luego llamó a sus amigos y todos comenzaron a golpearme.

    Sentía mucho dolor y no entendía por qué me estaban haciendo eso, solo lloraba en el suelo en posición fetal, suplicando que el tiempo se detuviera, que se  detuvieran, que dejaran de hacerlo.

    El mejor amigo de Gabriel estaba grabando todo en su teléfono mientras se reía y gritaba: 'Pégale más, dale más duro'.

    Cuando abrí mis ojos, me sorprendí al ver al médico. Estaba tan ansioso que solo pudo decir unas pocas palabras.

    —Disculpe, señorita Vergara, lamento mucho, pero se me olvidó que tenía una cita programada para esta hora. Creo que tendremos que cancelar.

    —¿Usted cree eso, doctor? —No puedo irme de aquí hasta que haya completado mi propósito.

    Me acomodé en el sofá mientras estaba recostada, el hombre se levantó e intentó acercarse a la puerta, pero descubrió que ya estaba cerrada desde afuera.

    —¿Qué estás haciendo? Maldito animal, déjame salir de aquí —exclamó el doctor molesto.

    —¿Maldito animal? ¿Es así como se comporta con sus pacientes? No me sorprende que su consultorio esté tan vacío.

    Mantuve una sonrisa en mi rostro mientras me acomodaba en el sofá y lo observaba detenidamente de arriba abajo.

    —Voy a pedir que llamen a seguridad para que te saquen y vengan a abrir esta puerta

    No hice nada en absoluto, simplemente lo miré detenidamente mientras él agarraba su teléfono y trataba de comunicarse con su secretaria, pero ella no respondía a sus llamadas.

    —¡¿Qué demonios?! —exclamó él al marcar repetidamente con desesperación, pero a pesar de que el teléfono sonaba sin parar, no había respuesta al otro lado.

    —Parece que su secretaria no está disponible o puede que esté descansando. —mencioné levantándome. —Si no quieres perder el equilibrio y caer, es mejor que te sientes —pronuncié señalando hacia la silla, ya que su rostro se ponía ligeramente pálido y mostraba inestabilidad.

    —¿Qué me has hecho...? —preguntó él mientras luchaba por mantenerse estable agarrándose de algunos objetos.

    —Solo te administré una sustancia estupefaciente... ¿Recuerdas? —Miré hacia mi reloj —Durante aproximadamente una hora o dos, mientras disfrutabas de tu café con leche y menta.

    Tu secretaria está en otro lugar y hay un letrero en la entrada principal que indica que está cerrado, por lo tanto, no seremos interrumpidos por ningún paciente. Me pregunto si ¿Te parece bien que continuemos con mi relato?

    Capítulo 3: ¿Conoces al amigo más cercano de Gabriel?

    Después de que finalmente los golpes que me lanzaron cesaron, me levanté del suelo con dificultad y me dirigí hacia mi hogar, donde mis padres solían ser muy exigentes. ¿Te imaginas lo que sucedió cuando llegué a casa ensuciada y maltratada?

    Él no dijo una palabra, simplemente movía sus ojos de un lado a otro, visiblemente agitado mientras buscaba desesperadamente una salida.

    —Fui golpeada severamente y estuve ausente en la escuela durante toda una semana, pero nadie mostró preocupación por mí. Ni siquiera mi mejor amiga, Mónica, nadie se tomó la molestia de visitarme.

    Me sentí muy sola mientras lloraba en mi habitación. Siempre deseé tener amigos y por ello fui amable con todos, intentando encajar y mostrándoles lo mejor de mí, pero sin importar lo mucho que lo intentara, nunca lo lograba.

    Y así, los días pasaron hasta que finalmente llegó el momento tan esperado por todos: «la grandiosa ceremonia de graduación de todos los estudiantes de tercer año».

    Finalmente podríamos disfrutar de la libertad, de tener autonomía para elegir nuestro propio camino, la libertad de acceder a la universidad que deseáramos, de iniciar nuestros propios sueños y construir nuestro propio futuro.

    Pero resulta que mi futuro ya estaba predeterminado y llegaría a su fin precisamente en ese día, un día lleno de alegría y felicidad que se convertiría en el peor día de mi vida.

    Gabriel se acercó a mí y se disculpó, explicando que la chica en cuestión no era su pareja, sino simplemente una conocida. Dijo

    ¿Disfrutas la vista previa?
    Página 1 de 1