Descubre millones de libros electrónicos, audiolibros y mucho más con una prueba gratuita

Solo $11.99/mes después de la prueba. Puedes cancelar en cualquier momento.

Cuba. Caida y recuperacion (1991-2007)
Cuba. Caida y recuperacion (1991-2007)
Cuba. Caida y recuperacion (1991-2007)
Libro electrónico419 páginas5 horas

Cuba. Caida y recuperacion (1991-2007)

Calificación: 0 de 5 estrellas

()

Leer la vista previa

Información de este libro electrónico

Recuento económico y político de la situación cubana a partir de la desintegración de la Unión Soviética y otros cambios geopolíticos, especialmente en el entorno socialista.
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento30 nov 2023
Cuba. Caida y recuperacion (1991-2007)

Relacionado con Cuba. Caida y recuperacion (1991-2007)

Libros electrónicos relacionados

Historia para usted

Ver más

Artículos relacionados

Comentarios para Cuba. Caida y recuperacion (1991-2007)

Calificación: 0 de 5 estrellas
0 calificaciones

0 clasificaciones0 comentarios

¿Qué te pareció?

Toca para calificar

Los comentarios deben tener al menos 10 palabras

    Vista previa del libro

    Cuba. Caida y recuperacion (1991-2007) - Miguel Garcia Reyes

    CUBA

    Caída y recuperación (1991-2007).

    El Nuevo Potencial Tecnológico y Económico de la Nación Socialista en el Siglo xxi

    Miguel García Reyes

    Yasmín Denisse Suárez Badillo

    Instituto Politécnico Nacional

    — México —

    Cuba, caída y recuperación (1991-2007)

    Miguel García Reyes

    Yasmín Denisse Suárez Badillo

    Primera edición: 2010

    D.R. © 2009

    Instituto Politécnico Nacional

    Luis Enrique Erro s/n

    Unidad Profesional Adolfo López Mateos

    Zacatenco, Deleg. Gustavo A. Madero

    CP 07738, México, DF

    Dirección de Publicaciones

    Tresguerras 27, Centro Histórico

    Deleg. Cuauhtémoc

    CP 06040, México, DF

    ISBN: 978-970

    Impreso en México/Printed in Mexico

    http://www.publicaciones.ipn.mx

    Agradecemos a las siguientes instituciones el apoyo que nos brindaron para la elaboración de este libro: al Instituto Politécnico Nacional nuestra alma máter y de manera particular a las escuelas: ESIA Ticomán, Ciencias de la Tierra y Escuela Superior de Economía y especialmente a la Universidad Estatal de Moscú, Mijail V. Lomonosov, y al Instituto de América Latina de la Academia de Ciencias de la Federación de Rusia

    ÍNDICE

    PRESENTACIÓN

    Dr. Yuri Konstantinovich Burlín

    Resumen

    POST SCRIPTUM

    Dr. Miguel García Reyes

    INTRODUCCIÓN

    CAPÍTULO I

    Las estrategias de desarrollo económico. Periodo previo a la crisis económica de 1991 (1959-1990)

    I. 1 La industrialización intensiva y la sustitución de importaciones (1959-1962)

    I.2 La zafra de los 10 millones de toneladas (1963-1970)

    I.3 La industrialización con base en el modelo soviético de planificación centralizada (1971-1985)

    I.4 Rectificación de los errores y la profundización del socialismo (1986-1990)

    CAPÍTULO II

    El derrumbe de la Unión Soviética y la caída de la economía cubana (1985-1994)

    II.1 La perestroika llega a la URSS

    II.2 Se inicia el derrumbe del imperio soviético

    II.3 El fin del autarquismo económico en la Unión Soviética y Europa central y el principio del desarrollo económico dirigido por las cartas de intención del FMI y el Banco Mundial

    II.4 El fin del CAME y la crisis cubana

    CAPÍTULO III

    La crisis económico-comercial en la Cuba postsoviética

    III.1 Los factores que originaron la crisis (1990-1991)

    III.1.1 Dependencia económica de los subsidios soviéticos

    III.1.2 Dependencia del petróleo soviético

    III.1.3 Deuda externa

    III.1.4 Embargo estadounidense

    III.2 La agudización de la crisis económica (octubre de 1990-diciembre de 1994)

    III.2.1 Alimentación

    III.2.2 Salud

    III.2.3 Educación

    III.2.4 Empleo

    CAPÍTULO IV

    Cambiar para sobrevivir. Nueva estrategia económica en el marco de los valores de la Revolución cubana

    IV.1 Las diferentes versiones de una nueva estrategia de desarrollo económico

    IV.2 La apertura económica (1991-abril de 1994)

    IV.2.1 La reorganización del sistema empresarial cubano

    IV.2.2 La nueva diplomacia empresarial

    IV.2.3 Las inversiones extranjeras

    CAPÍTULO V

    Nuevas medidas para consolidar el cambio económico (mayo de 1994-julio de 1997)

    V.1 La estabilización financiera

    V.2 El ajuste estructural

    V.2.1 La nueva ley de inversiones extranjeras

    V.2.2 Áreas estratégicas abiertas a la inversión extranjera

    V.2.3 La reestructuración del gabinete económico para consolidar el cambio económico

    Capítulo VI

    La recuperación económico comercial de cuba y las áreas potenciales para la inversión

    VI.1 Recuperación de la economía

    VI.2 Crecimiento de la inversión extranjera

    VI.2.1 Marco legal

    VI.3 Áreas de la economía cubana con un gran potencial de inversión

    VI.3.1 Biotecnología

    VI.3.2 Industria básica

    VI.3.3 Agricultura

    VI.3.4 Alimentación

    VI.3.5 Azúcar

    VI.3.6 Ciencia, tecnología y medio ambiente

    VI.3.7 Industria ligera

    CAPÍTULO VII

    Claroscuros de la política exterior de México en su relación con Cuba.

    VII.1 El gobierno de Carlos Salinas de Gortari (1988-1994)

    VII.2 El gobierno de Ernesto Zedillo Ponce de León (1994-2000)

    VII.3 El gobierno de Vicente Fox Quezada (2000-2006)

    PRESENTACIÓN

    Dr. Yuri Konstantinovich Burlín

    Ese mismo año, precisamente a petición del gobierno cubano, las autoridades soviéticas decidieron ampliar por un año más la existencia del CAME. Esto, para evitarle problemas al grupo de naciones socialistas que dependían en gran medida de los recursos naturales y económicos que les enviaban sus aliadas más desarrolladas, y que de pronto iban a dejar de recibir.

    En julio de 1991, a menos de seis meses de que concluyera el experimento socialista soviético en la URSS y otras naciones aliadas, el Consejo de Ayuda Mutua Económica cerró sus puertas para siempre. Con el CAME, brazo económico del campo socialista, desapareció también el Pacto de Varsovia, que fue el instrumento militar de las naciones socialistas desde los años cincuenta. Con estas acciones concluyó el experimento socialista que duró más de siete décadas y en las que hubo triunfos y fracasos.

    El cierre del CAME y la desaparición de la URSS significaron también el éxito de la política desintegradora que aplicó Boris Yeltsin, una vez que llegó a la presidencia de Rusia. En este sentido, se puede señalar que en los años ochenta comenzó a surgir la literatura que, en el área económica, se publicaba en Rusia y otras naciones, como Estados Unidos, Alemania y Francia, incluso en México; en ésta se trataba de convencer al ruso común, así como también a los ciudadanos de otros países que simpatizaban con el socialismo, que la época del Internacionalismo proletario había llegado a su fin. Estas lecturas concluían que, en el contexto de la globalización, cada país debía optar por el modelo que más le conviniera, con el objetivo de impulsar su desarrollo económico-social.

    Como se sabe, Rusia escogió el camino del libre mercado y la democracia participativa para lograr dicho desarrollo. En este camino, mi país ha tenido avances y retrocesos, pero finalmente ha mantenido su integridad territorial e impulsado su desarrollo económico. De igual manera, puedo asegurar que hoy en día el desarrollo del capitalismo y la democracia en mi país son procesos que se siguen desarrollando con bastante éxito.

    Cabe destacar que algunas naciones ex socialistas, al derrumbarse la URSS, optaron por usar un modelo de desarrollo que se denomina socialismo de mercado o comunismo comercial. Este modelo tiene dos vertientes: una, que es la economía de libre mercado, aunque todavía con una fuerte presencia del Estado; y la otra, un sistema político unipartidista, en el cual por lo general predomina el Partido Comunista. Entre las naciones que optaron por este modelo destacan China, Cuba, Vietnam y Corea del Sur, entre otras.

    Hoy en día, como resultado de la adopción de este modelo, las naciones que lo utilizan han logrado salir adelante en su proceso de desarrollo económico; sin embargo, la nación que más éxitos presenta en la práctica del socialismo de mercado es China, país que en los últimos diez años ha tenido tasas de crecimiento anual de más de 10%. Es precisamente esta pujanza económica la que proyecta a China como la locomotora del mundo en los próximos años; pudiendo incluso llegar superar a algunas naciones de Europa y de la región de América del Norte.

    No obstante que algunas naciones que utilizan este modelo, que resulta ser un híbrido entre el capitalismo y el socialismo soviético, han tenido éxito, otras no han corrido con la misma suerte. Es el caso precisamente de Cuba, que es el objeto de análisis en esta investigación que han desarrollado y concluido felizmente mis queridos amigos y colegas, Miguel García y Yasmín Denisse Suárez.

    Como se podrá recordar, la nación del Caribe, una vez que dejó de recibir la ayuda de Rusia en 1992, y al mismo tiempo debió seguir confrontando a Estados Unidos, que le continuaba aplicando un bloqueo económico, se desplomó en el área económica, llegando a tener tasas de crecimiento negativo de hasta 40% anual. Esto se debió en gran medida a que dejó de recibir el petróleo y otras materias primas que de manera puntual y religiosa le mandaban sus aliados del bloque socialista; asimismo, también porque de repente perdió sus mercados cautivos en los que colocaba sus productos como el níquel, los cítricos, y sobre todo el azúcar.

    De esta manera, en su transición económica, Cuba comenzó a experimentar tiempos difíciles, a diferencia de otras naciones ex socialistas que no pasaron por ese calvario. En opinión de algunos especialistas, entre los que destaca mi colega el Dr. Miguel García Reyes, el descalabro cubano se debió al hecho de que las autoridades de la isla tardaron en aplicar una serie de reformas económicas que podrían haber ayudado en ese momento a su crecimiento económico, tal y como hizo China a partir de 1979, cuando reestructuró su sistema económico y abrió su mercado al capital extranjero.

    En cambio, en Cuba, ante la inseguridad y el temor que tenían las autoridades de la isla de abrir la economía local, ya que esto iba a significar la apertura de la economía a las inversiones extranjeras, se prefirió posponer la aplicación de dichas medidas para tiempos mejores.

    Sin embargo, como sabemos, esos tiempos mejores nunca llegaron; por, el contrario, llegaron los peores: los del aislamiento, los de la austeridad y posteriormente los de la aplicación de reformas económicas draconianas que, aunque dolorosas, finalmente ayudaron a las autoridades a reimpulsar la economía. De esta manera, el pueblo de Cuba, antes de llegar a la recuperación y la posterior expansión de su economía, debió transitar por etapas dolorosas como son el Periodo especial en tiempos de paz, la aplicación de reformas económicas, la creación de una base empresarial y la apertura política. Todas estas etapas, las experimentaron los cubanos con disciplina, pero principalmente con estoicismo, lo que ya no nos sorprende, por tratarse de los colegas cubanos.

    Así, tenemos que de la caída abrupta de la economía cubana en el primer lustro de la década anterior, se pasó a una fuerte recuperación, proceso que continúa hoy en día. Ahora, como resultado de la reestructuración de la economía, y sobre todo por el apoyo que brinda el capital extranjero en algunos sectores clave de la misma, como es el caso del turismo, elpetróleo y ahora también el níquel, Cuba sigue presentando tasas decrecimiento anualizado de 7 a 9%, lo cual refleja el buen estado en que se encuentra la economía de esta nación; esto sin dejar de considerar que en la actualidad existen todavía sectores de la economía que aún no repuntan y que algunos grupos sociales cubanos no reciben los suficientes beneficios de la reestructuración económica. Sin embargo, si comparamos la situación actual de la isla del Caribe con la que prevaleció a principios de los noventa, se puede afirmar que efectivamente hay una mejoría real en la economía local.

    Es más, hoy, cuando Rusia se encuentra involucrada de nuevo en la política internacional y en la economía de América Latina, considero que uno de los países favorecidos de esta situación es Cuba; esto debido a que en el futuro cercano esta nación con toda seguridad podrá contar con la solidaridad y el apoyo económico que le brinden tanto mi país como otras naciones que se esfuerzan por crear un sistema internacional multipolar. Uno de los factores que facilitarán la nueva colaboración entre cubanos y rusos es que, a pesar del discurso político, nunca rompieron completamente sus lazos de amistad y colaboración, mismos que cultivaron durante los años del socialismo soviético. Por esta razón, en la actualidad, cuando se está gestando la nueva comunidad de naciones que, insisto, se esfuerza por crear un mundo multipolar, y que encabezan China, Rusia, Venezuela, una de las prioridades de las mismas es apoyar a los países que como Cuba han pugnado por lograr el desarrollo económico con el apoyo del exterior.

    Por esta razón creo también que resulta muy positivo que especialistas mexicanos como Miguel y Denisse, mis queridos colegas, hayan preparado este documento, donde se describen los éxitos y los fracasos de Cuba en su transición del socialismo soviético al socialismo de mercado.

    Hoy, para los rusos, como para otros habitantes del planeta, resulta necesario y a la vez benéfico conocer la perspectiva de los mexicanos acerca de una de las experiencias más dolorosas pero al mismo tiempo más exitosas del proceso de apertura a las inversiones extranjeras, en este caso la cubana. En el futuro, las siguientes generaciones de especialistas en economía, relaciones internacionales, ciencia política, comercio internacional, geociencias y otras materias más, podrán abrevar en la experiencia cubana para estudiar y descubrir cómo un pueblo, unido a sus gobernantes, fue capaz de mantener viva la esperanza de la vida, no obstante los golpes que recibía del exterior.

    En este sentido, con mucho orgullo, puedo comentar que, aunque guardando sus dimensiones, la experiencia de los cubanos es la misma que la de mis compatriotas rusos. Nosotros también jugamos al capitalismo y al Estado débil. Sin embargo, hoy, con el regreso del nacionalismo, aunque no el tradicional que se estableció en la era soviética, y con la voluntad de todos nosotros, Rusia, nuestro gran país, ha comenzado a recobrar su orgullo y su posición en el exterior.

    En este sentido, puedo asegurar que en los tiempos actuales, en donde a escala internacional predominan el caos financiero, la debilidad económica y el vacío político, debido en gran medida al colapso de la Pax América, en caso de que la Pax Rusa, o en su defecto la Pax Shangai, se establezca en el planeta, países como Cuba serán los principales beneficiarios de este nuevo orden internacional multipolar. Para ellos, indudablemente, habrá más justicia y un mayor apoyo económico.

    Resumen

    Asociación de Estudiantes Politécnicos de Ciencias de la Tierra Instituto Politécnico Nacional

    En agosto de 1988, durante la retención de Mijail Gorbachov, primero y único presidente de la hoy desaparecida Unión Soviética, en su casa de campo en Crimea, por parte del llamado Comité de Emergencia Nacional de la Unión Soviética, formado por los aparatchiks (burócratas) contrarios a la perestroika y la glasnost, sólo un hombre se mantuvo al margen de este acontecimiento. Se trató de Fidel Castro, en ese entonces jefe de las Fuerzas Armadas de Cuba y secretario general del Partido Comunista de ese país. En esa ocasión a todos sorprendió que el comandante Castro decidiera no participar en las manifestaciones que había en el exterior del país euroasiático socialista, a favor o en contra de la deposición de Gorbachov. Las primeras, exigían la caída de Gorbachov para que la URSS pudiera transitar de manera acelerada al capitalismo y la democracia liberal; las segundas, no se oponían al cambio, pero proponían que la transición fuera más lenta y gradual, y que sobre todo no se destruyera el poder político.

    En esos aciagos días para la hoy desaparecida Unión Soviética, Fidel Castro, quien es considerado como el decano de los líderes mundiales (con casi cincuenta años en el poder), justificó su posición neutral durante el secuestro de Gorbachov, señalando que en ese entonces las naciones europeas socialistas que habían transitado al capitalismo, como eran los casos de Polonia, Hungría y Bulgaria, habían experimentado situaciones traumáticas que incluso habían puesto en riesgo dicho proceso de transición. Por esa razón, en la URSS, en opinión del líder de la revolución cubana, el proceso de cambio debía ser lento y gradual y siempre dirigido por un líder político moderado, como podía ser el caso de Mijail Gorbachov. Finalmente, el tiempo le dio la razón al viejo revolucionario latinoamericano, ya que el sucesor de Gorbachov, Boris Yeltsin, no sólo acabó con el socialismo, sino también con la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas.

    En opinión de Fidel Castro, la destrucción acelerada de las estructuras del modelo socialista, es decir, la planificación centralizada, el método intensivo de trabajo y la democracia popular, y su reemplazo por otras nuevas –en las que debían predominar los intereses de la sociedad sobre las del Estado–, a la larga permitirían el surgimiento de lastres que es común encontrar en el capitalismo, como son la pobreza, la prostitución, las enfermedades (la mayoría de ellas erradicadas en los países socialistas), el narcotráfico y el terrorismo.

    En la perspectiva del líder cubano, el mejor camino para transitar del socialismo al capitalismo (un proceso inédito en la historia de la humanidad, y a través del cual se intenta integrar a las naciones ex socialistas a la división internacional capitalista del trabajo), era el de hacerlo por etapas y siguiendo, de ser posible, la estrategia china, es decir, aplicar primero una serie de reformas económicas que permitieran la apertura de la economía aunque bajo una fuerte regulación del Estado, y entonces, después, iniciar el cambio político. Como se sabe, China, desde 1979, abrió su economía de manera gradual y ordenada, y al mismo tiempo decidió mantener cerrado por un tiempo indefinido el sistema político doméstico. Esta situación se mantendría hasta que las fuerzas reformistas encontraran el modelo político más afín que facilitará la transición económica. Finalmente, este modelo fue el de socialismo de mercado.

    En la actualidad, ha quedado demostrado que la propuesta de Fidel Castro de abandonar el socialismo real de manera gradual, es la correcta, ya que los resultados obtenidos en el proceso de transición que han experimentado algunas naciones, del socialismo real al capitalismo y la democracia liberal, han sido negativos. Un ejemplo de ello es que en la actualidad en algunas naciones ex socialistas soviéticas, por culpa del neoliberalismo, campea la pobreza, el desempleo y la injusticia social. Además, lo único que han logrado algunas de estas naciones es abandonar su dependencia de Rusia y adoptar otra, ahora, de la Unión Europea y Estados Unidos. En este sentido, hay que reconocer que estas naciones ex socialistas, a pesar del apoyo que reciben principalmente de los miembros de la Unión Europea, presentan altos índices de pobreza, desempleo y deterioro social; incluso, en algunos de ellos han retornado los gobiernos de corte autoritario, como es el caso de algunas naciones de Asia central.

    Hay que destacar que la tesis de gradualidad que el líder cubano propuso en ese entonces para llevar a cabo la transición del socialismo real al capitalismo, es la misma que sostuvieron en la URSS, en los primeros años de la perestroika, algunos intelectuales reformistas rusos como Evgueni Primakov y Alexander Yakoblev. Ambos intelectuales rusos siempre defendieron la tesis de que para poder desmantelar el modelo socialista primero se debía descentralizar la economía y después impulsar la apertura comercial y la liberalización del mercado local, y, por último, llevar a cabo los cambios políticos que se requirieran para poder consolidar un sistema político más fuerte y más democrático.

    En más de una ocasión, ambos científicos sociales soviéticos, que formaban parte del grupo que conducía la perestroika en su país, advirtieron a la sociedad soviética que en caso de que se ignorara esta tesis, en la URSS se podría desencadenar el descontento de la gente, la corrupción y después la violencia, lo cual finalmente iba a obstaculizar, incluso, las reformas propuestas. En opinión de Yakoblev, ex director del Centro de Estudios de Relaciones Internacionales de la URSS, la aplicación apresurada y equivocada de la perestroika, la glasnost (transparencia informativa) y la democratizatsia (democratización), lejos de ayudar a la transición, la podría detener, ya que a la larga se generaría un gran desorden interno que, reiteraba, haría fracasar los planes reformistas.

    Y fue el tiempo el que les dio la razón a ambos intelectuales rusos, así como también al comandante Fidel Castro. En la actualidad, mientras que en Rusia a Mijail Gorbachov y a Boris Yeltsin, este último ya fallecido, la sociedad rusa los castiga con la indiferencia, en Cuba, al comandante Fidel, hoy en el retiro administrativo pero no en el intelectual, se le admira y se le agradece la labor transformadora que ha llevado a cabo en la isla del Caribe.

    La gran virtud y labor de Fidel Castro, y por lo cual hoy recibe el reconocimiento de propios y extraños, es la de haber puesto en práctica en primer lugar, en la economía de su país, y ante la salida de los rusos de la economía local, y el embargo que le aplican los estadounidenses a ese país, una serie de medidas de austeridad que permitieron a los cubanos de la isla superar la situación de gravedad económica por la que comenzaron a atravesar de 1991 a 1994; asimismo, se le reconoce por haber llevado a cabo, entre 1994 y 1997, una serie de reformas económicas, similares o parecidas a las que recomienda el FMI a las naciones que adoptan el Consenso de Washington, es decir, reducir subsidios estatales, ampliar la recaudación fiscal y disminuir el tamaño de la burocracia. En esta segunda etapa, los gobernantes cubanos decidieron también impulsar los sectores de la economía local que cuentan con bastantes ventajas comparativas, como es el caso del turismo y la biotecnología.

    Finalmente, el pueblo cubano le agradece también a Castro que a lo largo de la presente década haya construido las bases para la recuperación económica, y en la cual jugó un papel importante la inversión extranjera, aunque eso sí, bajo una fuerte supervisión por parte del Estado, como ocurre también ahora en Rusia, Venezuela, Bolivia, Ecuador y Argentina; es decir, donde se permite en la estructura de inversión la participación de capitales tanto público como privado. En el caso de Cuba, hoy, entre los sectores estratégicos de su economía, donde participa el capital extranjero, destacan el turismo, el petrolero y el del níquel.

    Como era de esperarse, la decisión de los cubanos de abrir su economía y asimilarse de manera parcial al proceso globalizador, de inmediato fue recibida con entusiasmo por parte de los empresarios europeos, los cuales siempre han reconocido la importancia estratégica de Cuba en el comercio internacional. Sin embargo, esto mismo no ocurrió con los estadounidenses, quienes aun tienen prohibido realizar inversiones en Cuba. Es precisamente por esta última restricción que el gobierno de Estados Unidos, ante la cada vez mayor presencia de europeos y asiáticos en la economía cubana, creó las leyes extraterritoriales Torriccelli y Helms-Burton; el propósito de ambas leyes era inhibir el crecimiento económico y al mismo tiempo retrasar la llegada a la isla de las inversiones extranjeras, en este caso europeas y latinoamericanas, principalmente.

    Hoy en día, el gobierno cubano, consciente de la necesidad que tiene la economía de este país de contar con capitales frescos para impulsar la economía local, da la bienvenida a las inversiones extranjeras, y al mismo tiempo lleva a cabo una ligera descentralización de la misma. En otras palabras, continúa construyendo un capitalismo de Estado, que a la larga le seguirá dando buenos resultados. En este sentido, podemos mencionar que esto último se refleja en el crecimiento económico que ha tenido Cuba en la presente década; el cual se coloca entre 7 y 9% anual; esto a pesar, reiteramos, de la existencia de leyes estadounidenses extraterritoriales que tratan de inhibir la llegada de capitales desde el exterior.

    Así las cosas, en la actualidad se puede asegurar que Cuba, a pesar del embargo estadounidense y las presiones europeas, es uno de los pocos países que, habiendo sido aliado de la URSS, mantiene las bases de una revolución socialista en perenne transformación; al mismo tiempo, se mantiene a favor del actual proceso de integración regional que se lleva a cabo en América Latina y que encabeza el gobierno de Venezuela. En el marco de este proceso, Cuba, y sus aliados de la Alternativa Bolivariana para América Latina y el Caribe (ALBA), por ejemplo, utiliza sus ventajas comparativas que van desde las geográficas y geopolíticas hasta las económicas y sociales.

    Por todo esto, hoy, Cuba, gracias precisamente a esas ventajas comparativas entre las que destacan su mano de obra calificada, sus abundantes y variados recursos naturales, pero sobre todo el entusiasmo de su pueblo para trabajar en las empresas mixtas, resulta atractiva para la inversión extranjera, la cual, como se sabe, siempre busca nuevos y mejores nichos para su reproducción. La prueba del éxito que ha tenido Cuba en su nueva estrategia económica son las más de cuatrocientas empresas mixtas que hoy en día funcionan o que están a punto de hacerlo en territorio cubano, lo que representa una inversión extranjera de más de 1 000 millones de dólares, cantidad que ya la quisieran muchas otras naciones de América Latina, Asia y África.

    De esta manera, podemos pensar que al final de cuentas la propuesta de Fidel Castro tuvo más éxito que la de sus oponentes. En la actualidad, Cuba, a pesar del bloqueo por parte del gobierno de Washington, se prepara para la lucha final que, en caso de ganar, le permitirá enfrentar los riesgos de la globalización en el siglo XXI con un fuerte potencial científico-tecnológico.

    Marco Antonio Macías Moreno

    Antonio Lozada García

    Alberto Galaviz Alonso

    Abdiel Hernández Mendoza

    POST SCRIPTUM

    Dr. Miguel García Reyes

    La presente investigación se concluyó en julio de 2007, esto es casi doce meses después de que el comandante Fidel Castro hubiera delegado el poder a su hermano Raúl; esto último debido a una enfermedad que aqueja al líder revolucionario. Uno de los primeros temores que surgieron en la sociedad internacional, a raíz de la desaparición política del sempiterno líder cubano, fue que la economía cubana se colapsara y que el sistema político de la isla se fracturara. En este sentido, se puede asegurar que, entre los más convencidos de que esto iba a ocurrir, estaban los cubanos que viven en el exilio; es decir, en Estados Unidos, Venezuela y España. Para confirmar esto, sólo hay que recordar las muestras de júbilo que estos cubanos hicieron, cuando se enteraron del relevo político que se producía en la isla.

    De igual manera, otros que también sintieron temor por la salida del escenario político de Fidel Castro fueron los inversionistas extranjeros, sobre todo aquellos que participan con dinero y con tecnologías en algunas áreas estratégicas de la economía cubana, como es el caso de la del petróleo, el níquel y el azúcar. Este temor prevaleció principalmente entre empresarios canadienses, hindúes, rusos, venezolanos y chinos, entre otros. Sin embargo, como ya se comprobó, el relevo político en Cuba no causó ningún trastorno, ya que la dirección política de esa nación es homogénea y disciplinada.

    En lo que se refiere al gobierno de Estados Unidos y también a los de algunas naciones que son miembros de la Unión Europea, éstos, de manera no muy discreta, se pronunciaron por la ejecución de cambios profundos, sobre todo políticos, en la Cuba postfidelista. Para ellos, el retiro de Fidel Castro, en caso de que se presentara un resquebrajamiento del sistema político, iba a significar la oportunidad de atraer a Cuba hacia el capitalismo y la globalización. Pensaron también que sería la oportunidad para alejar a Cuba de Venezuela, país que ya había dispuesto para Cuba un lugar privilegiado en el proceso actual de integración latinoamericana que se lleva a cabo en el contexto del ALBA. De igual manera, la salida de Fidel Castro le iba a servir a Washington para que se fueran los inversionistas rusos y chinos, entre otros, y que se han establecido en la economía cubana para obtener beneficios y al mismo tiempo apoyar a esta nación en su desarrollo económico; y esto es algo que la Casa Blanca no soporta, sobre todo en el marco de su centenaria Doctrina Monroe.

    Finalmente, el retiro voluntario de Fidel Castro del poder iba a permitir a varios think tanks del mundo industrializado, preparar, si es que no los tenían, o a desempolvar si ya los tenían, los estudios que presentan uno o más escenarios de la era postfidelista y en general postcastrista. Entre estos últimos destacan los de la Rand Corporation, el Instituto Carnegie y el Instituto de Investigaciones Estratégicas de Washington.

    En todas estas instituciones, como se sabe, por encargo o simplemente por ser parte de ejercicios académicos, se han preparado diversos estudios, sobre todo políticos y económicos, aunque también en las áreas de la energía, la geopolítica y hasta en la militar, en los cuales se ofrecen los probables escenarios que podrían presentarse una vez que desapareciera la revolución socialista.

    De esta manera, tenemos que así como lo fue en plena actividad política, ahora en el retiro, el comandante Castro sigue siendo el centro de grandes polémicas sobre su persona y obra. Con esto se confirma la personalidad controvertida del líder de la Revolución cubana, que en 1959 liberó a los habitantes de la isla del Caribe del yugo estadounidense.

    Finalmente, en febrero de 2008, y con la intención de permitir que su hermano Raúl Castro pudiera consolidarse en el poder, y también para ofrecer mayor certidumbre a

    ¿Disfrutas la vista previa?
    Página 1 de 1