2065 EL FIN DEL CAPITALISMO
Es posible que usted se halle tentada, se halle tentado, a emitir un juicio de valor sobre el Sistema Capitalista, un juicio que puede ser tanto a favor, glorificándolo, como en contra, denigrándolo. No lo haga, porque no tendría sentido. El Capitalismo no fue inyectado en el planeta Tierra por una civilización extraterrestre; nació como consecuencia de la evolución de la dinámica histórica generada en los siglos anteriores. Se fue dibujando en el decurso de los años a medida que se iban superando etapas que en su momento se consideraron sólidas, incluso inmutables.
La Ruta de la Seda, la Hansa, las Cruzadas, el Renacimiento, el colonialismo, el despotismo ilustrado, las Guerras Napoleónicas, la abolición de la esclavitud, el perfeccionamiento de la tecnología orientada a la producción… A finales del siglo XVIII, un conjunto de factores diversos habían alcanzado tal grado de madurez que una clase social supo que tenía la posibilidad de hacer valer el único poder verdaderamente efectivo: el económico, porque en verdad ya lo tenía. Advirtió también que lo único que le impedía hacerlo era un régimen autoritario e inmovilista que, utilizando a Dios como argumento, conectaba con el pasado. Ese vínculo se rompió, y lo que salió de ese magma fue el Sistema Capitalista.
NO ES UNA CRISIS, ES UN FIN DE CICLO
Nunca jamás, en toda la Historia de la humanidad, se ha alcanzado un crecimiento económico como el que ha habido a partir de 1870. El Capitalismo ha traído mejoras incontables a una parte de la población del planeta, pero lo ha hecho a través de una serie de actos voluntarios tendentes a reducir la pobreza y la desigualdad, porque la única verdad es que el Sistema Capitalista
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