Descubre millones de libros electrónicos, audiolibros y mucho más con una prueba gratuita

Solo $11.99/mes después de la prueba. Puedes cancelar en cualquier momento.

Socialismo fiduciario: La consecución de los fines del socialismo mediante la teoría monetaria moderna
Socialismo fiduciario: La consecución de los fines del socialismo mediante la teoría monetaria moderna
Socialismo fiduciario: La consecución de los fines del socialismo mediante la teoría monetaria moderna
Libro electrónico486 páginas7 horas

Socialismo fiduciario: La consecución de los fines del socialismo mediante la teoría monetaria moderna

Calificación: 1 de 5 estrellas

1/5

()

Leer la vista previa

Información de este libro electrónico

El socialismo fiduciario también podría llamarse socialismo flexible, ya que libera al socialismo de las rigideces impuestas por la ley histórica. Este socialismo tomará diferentes formas en diferentes lugares, acepta que las organizaciones socialistas no están exentas de cometer errores, supondrá diferentes niveles de participación del sector privado, así como diferentes niveles en los excedentes brutos de explotación, y está abierto a procesos de perfeccionamiento para movilizar de la mejor manera posible los recursos reales con objeto de conseguir los fines del socialismo. Solo se establece una rigidez: la soberanía monetaria.
La teoría monetaria moderna solo tiene validez en sistemas monetarios en los que el Estado sea el emisor soberano de su moneda y en los que exista la pertinente coordinación entre el Banco Central y el Tesoro. Si el Arquímedes de la antigua Grecia dijo dadme un punto de apoyo y moveré el mundo, un Arquímedes socialista diría dadme la soberanía monetaria y os construiré el socialismo.
Euro delendus est
IdiomaEspañol
EditorialLola Books
Fecha de lanzamiento16 nov 2022
ISBN9783944203645
Socialismo fiduciario: La consecución de los fines del socialismo mediante la teoría monetaria moderna

Relacionado con Socialismo fiduciario

Libros electrónicos relacionados

Dinero y política monetaria para usted

Ver más

Artículos relacionados

Comentarios para Socialismo fiduciario

Calificación: 1 de 5 estrellas
1/5

1 clasificación1 comentario

¿Qué te pareció?

Toca para calificar

Los comentarios deben tener al menos 10 palabras

  • Calificación: 1 de 5 estrellas
    1/5
    Un libro vomitivo. Los fondos fiduciarios, son los que llevaron a la pobreza a la Argentina de Cristina Fernández y compañía y la de Alberto Fernández, hoy procesado por fraude en el caso SEGUROS.
    Los fondos fiduciarios funcionan SIN CONTROL NI AUDITORÍAS. JAVIER MILEI, Actual Presidente de Argentina, está eliminando dichos fondos, mientras destapa la vergonzosa actividad delictiva de los políticos, quienes llevaron a cabo un robo a espuertas del dinero de la nación. El Banco Central Argentino, su principal cómplice, no paraba de emitir dinero circular, aumentando con ello una inflación enorme en números.
    LOS FONDOS FIDUCIARIOS SON UNA AMENAZA PARA LAS ECONOMÍAS EN CUALQUIER PAÍS. Mas aún cuando son las izquierdas quienes las manejan.

Vista previa del libro

Socialismo fiduciario - Carlos García Hernández

Primera parte

LOS FILÓSOFOS NO HAN HECHO MÁS QUE INTERPRETAR DE DIVERSOS MODOS EL MUNDO…

1

INTRODUCCIÓN

1. EL NACIMIENTO DEL SOCIALISMO FIDUCIARIO

A continuación se reproduce el primer escrito en el que utilicé el término socialismo fiduciario. Se trata de un artículo publicado por el periódico Mundo Obrero el 25 de enero de 2017¹. Aunque de manera muy sucinta, quedan esbozados muchos de los conceptos que se utilizarán en el resto del libro. La idea fundamental del artículo es que a partir del 15 de agosto de 1971 las medidas de austeridad impuestas por el patrón oro y los tipos de cambio fijos dejaron de ser inevitables.

SOCIALISMO FIDUCIARIO

Un relato de ficción

El 16 de agosto de 1971, el camarada Secretario General había anulado todas sus citas. El día anterior, el responsable de políticas económicas le había mandado una nota urgente. Era imprescindible que se reunieran. Por fin, el economista entró en el despacho.

Espero que sea importante.

Lo es. El dinero del que hablaba Marx ya no existe.

El Secretario General pasó de la sorpresa a la impaciencia. Puedes explicarte, por favor.

Antes los depósitos bancarios estaban respaldados por oro. Una onza de oro equivalía a 33 dólares norteamericanos. A partir de esa equivalencia se establecía el sistema de cambio de las diferentes divisas del mundo. Y lo que es más importante, la capacidad de gasto de los gobiernos se veía limitada por la cantidad de oro disponible. Ahora ya no. Los gobiernos pueden crear y gastar su propia moneda de forma ilimitada. El dinero ha dejado de ser una mercancía para convertirse en un apunte contable intangible, lo cual recibe el nombre de dinero fiduciario. Esto lo cambia todo.

El rostro del Secretario General era pura perplejidad. Solo alcanzó a preguntar: ¿Desde cuándo?

Desde ayer.

Incomprensiblemente, esta conversación es un relato de ficción. ¿Cómo es posible que un evento histórico tan relevante, equiparable a la adopción del modelo copernicano en la física, no fuera analizado por ningún partido comunista del mundo? Para mí es todo un misterio; pero lo cierto es que el fundamento sobre el que se construye toda la obra de Marx, el dinero basado en el patrón oro, dejó de existir el 15 de agosto de 1971, día en el que se adoptó el dinero fiduciario.

CURAS MILAGROSAS

Para Marx, el dinero basado en el patrón oro es una premisa. Es el punto de partida que utiliza a la hora de analizar la economía capitalista en la que vivió: Para simplificar, en esta obra partimos siempre del supuesto de que la mercancía-dinero es el oro (Marx 1973, I, 56). Es decir, que por convención el oro es la mercancía que no solo posee valor de uso y de cambio, sino que además determina el valor de cambio del resto de mercancías, lo cual convierte al oro en dinero: La mercancía que funciona como medida de valor y por tanto […] como medio de circulación, es el dinero. El oro o, en su caso, la plata es, por consiguiente, dinero (Marx 1973, I, 88).

Esto significa que la acumulación de oro equivale al ahorro de dinero, y que el valor del dinero emitido por el estado varía dependiendo de la cantidad de oro que represente. Así es como, en último término, la capacidad de gasto, tanto de los Estados como del sector privado, viene determinada por el ahorro de dinero acumulado, bien en forma de papel moneda, bien en forma de oro. Si dentro de este sistema basado en el patrón oro se permite la propiedad privada de los medios de producción, la forma de producción capitalista se convierte en un método de acumulación de dinero en manos de una clase social, la propietaria de los medios de producción, frente al resto de la sociedad, que a cambio de un salario de subsistencia genera bienes y servicios que le permiten a la burguesía aumentar su nivel de ahorro de un dinero que por su propia naturaleza basa su valor en una mercancía escasa.

Esta realidad, en la que el dinero-oro es un bien escaso, lleva a Marx a la conclusión de que es la propiedad directa de los medios de producción lo único que determina el reparto de la riqueza de una economía. O bien se elimina la propiedad privada de los medios de producción, o bien la propiedad privada de los medios de producción tenderá siempre a la acumulación del dinero en manos de la burguesía y al aumento de la miseria entre la clase trabajadora.

Para Marx, cuyos referentes intelectuales eran sobre todo Ricardo y Adam Smith (el chartalismo de Georg Friedrich Knapp es posterior a la obra de Marx), no cabía otro punto de partida nada más que el patrón oro. A las teorías del dinero no basadas en él las tildo de curas milagrosas (Marx 1973, I, 62).

TEORÍA MONETARIA MODERNA

El análisis del paso del patrón oro al dinero fiduciario lo ha realizado recientemente la teoría monetaria moderna (TMM). Desde el 15 de agosto de 1971, los Estados crean dinero de la nada mediante tecleos informáticos en el Banco Central. Dichos tecleos hacen aumentar los saldos de cuentas en bancos privados cuando una persona o empresa recibe un pago, y hacen disminuir esos mismos saldos cuando una persona o empresa paga impuestos al Estado. Por tanto, el Estado no puede quedarse sin su propia moneda y el concepto de ahorro en su propia moneda se convierte en un sinsentido. Las empresas y las familias sí que necesitan ahorrar porque son usuarias, no emisoras de moneda. Sin embargo, el Estado no ahorra en su propia moneda, ya que puede emitir toda la que quiera y nunca se puede quedar sin ella. Así es como el dinero deja de ser una mercancía y pasa a ser un mero apunte contable (Wray 2015). Además, la capacidad de gasto del Estado deja de estar supeditada a la recaudación de impuestos o a la emisión de deuda (Mosler 2016). No obstante, los impuestos siguen siendo necesarios, pero no para financiar el gasto corriente del Estado, sino para cumplir una doble función: dar valor al dinero y controlar la demanda agregada (capacidad de consumo). Mediante la primera función se asegura que el dinero del Estado será aceptado como medio de pago (he aquí una cura milagrosa que a Marx se le pasó por alto) y mediante la segunda se controla la inflación.

A este hecho hay que añadir que la no convertibilidad también conllevó la aparición de los tipos de cambio fluctuantes. Esto evitó que la especulación privada en los mercados divisas pudiera desestabilizar el tipo de cambio de las diferentes monedas. Por consiguiente, las medidas fiscales como la primera ley de Lerner que estudiaremos en el siguiente apartado ganaron una efectividad que anteriormente se veía contrarrestada por la especulación privada en los mercados de divisas.

Así fue como la única limitación en el gasto de los Estados pasó a ser la ejercida por los recursos reales existentes en una economía. Por su parte, los déficits públicos generados por dicho gasto, al generarse en la moneda del Estado, siempre son sostenibles, y al contrario de lo que ocurría bajo el patrón oro, no son necesariamente inflacionistas, no hacen aumentar los tipos de interés y no suponen un lastre de deuda para las generaciones futuras (Wray 2015).

Los déficits públicos son un mero apunte en el balance de la contabilidad nacional que lo único que nos indican es el ahorro en moneda nacional que el sector público le ha permitido acumular mediante el gasto público al sector no público (familias, empresas y sector exterior), ya que: balance del sector público + balance del sector privado + balance del sector exterior = 0.

EL PUNTO LERNER

La TMM defiende la existencia de un estado en la economía que viene definido por la primera ley de la finanza funcional de Abba Lerner, la cual dice lo siguiente:

La principal responsabilidad del Gobierno (que no puede ser asumida por nadie más) es la de mantener una proporción de gasto total en bienes y servicios que no sea ni mayor ni menor que la proporción que permitiría adquirir a precios actuales todos los bienes que es posible producir. Si se permite que el gasto total supere este umbral, se generará inflación, y si se permite que esté por debajo, se generará desempleo. El Gobierno puede aumentar el gasto total gastando más él mismo o reduciendo los impuestos de manera que los contribuyentes tengan más dinero que gastar. Asimismo, puede reducir el gasto total gastando él mismo menos o aumentando los impuestos de manera que los contribuyentes tengan menos dinero para gastar. De esta manera, el gasto total puede ser mantenido al nivel adecuado, esto es, será el suficiente como para comprar los bienes que puedan ser producidos por todos aquellos que deseen trabajar y al mismo tiempo no será lo suficientemente alto como para generar inflación […] (citado en Mitchell 2016, 61-62).

Es decir, que un país que emita su propia moneda de forma soberana y que recaude impuestos de forma eficiente puede llevar su economía a un determinado punto en el que los déficits (o superávits) públicos sean tales que la tasa de desempleo sea del 0% y el nivel de precios se mantenga estable. A este estado de la economía me gusta llamarlo el ‘punto Lerner’. La TMM propone alcanzar este punto mediante planes de trabajo garantizado o de transición. Estos planes se basan en el principio de que todo aquel que quiera y pueda trabajar, pero que no encuentre un trabajo en el sector privado, obtendrá un puesto de trabajo en el sector público a cambio de un salario mínimo que le permita llevar una vida digna hasta que encuentre un puesto de trabajo que ofrezca mejores condiciones en el sector privado.

SOCIALISMO FIDUCIARIO

Una sociedad abierta y próspera regida por los principios de la teoría monetaria moderna y de la finanza funcional, sin paro ni pobreza, en la que todo el mundo tenga un trabajo digno, bien en el sector privado, bien en el sector público, que le permita tener todas sus necesidades básicas cubiertas y compatibilizar vida laboral y personal mediante horarios razonables, en la que los servicios públicos, la educación y la sanidad fueran de primera calidad, y en la que además el nivel de precios fuera estable. A este tipo de sociedad es a lo que me he permitido llamar ‘socialismo fiduciario’.

El adjetivo fiduciario lo utilizo para hacer hincapié en las diferencias entre este tipo de socialismo y el socialismo tradicional.

Según la Real Academia Española de la Lengua, la primera acepción de la palabra socialismo es:

m. Sistema de organización social y económica basado en la propiedad y administración colectiva o estatal de los medios de producción y distribución de los bienes.

Tal y como hemos expuesto en el segundo apartado de este artículo, dicha propiedad directa de los medios de producción es condición sine qua non para poder controlar la economía de una forma colectiva dentro del patrón oro, ya que en ese escenario permitir la propiedad privada de los medios de producción equivale en definitiva a concentrar la capacidad de gasto en manos de la minoría que controla los medios de producción, mientras que la clase trabajadora no puede aspirar a una capacidad de gasto más allá del nivel de subsistencia.

¿Qué ocurrió a partir de la aparición del dinero fiduciario? Pues que, tal y como hemos visto, el Estado emisor de moneda dejó de estar sujeto a ningún tipo de restricción de gasto en su propia moneda. En este escenario, el sector privado solo puede ahorrar en moneda nacional si el Estado incurre en déficit público, es decir, si el Estado decide gastar más de lo que recauda por impuestos. En este esquema la […] administración colectiva o estatal de los medios de producción y distribución de los bienes no necesita de la propiedad directa de los medios de producción. Los medios de producción podrían permanecer en manos privadas, ya que el nivel de acumulación de moneda nacional en manos de los dueños de los medios de producción la determina el Estado mediante su política fiscal. Es decir, la administración de los medios de producción y la distribución de los bienes la realiza el Estado, pero de forma indirecta. Así, los propietarios de los medios de producción solo pueden apropiarse de la cantidad de dinero que el Estado les permita mediante la recaudación de impuestos y el Estado podrá gastar tanto como considere necesario independientemente del nivel de acumulación de dinero en manos de los propietarios de los medios de producción (el dinero ya no es un bien escaso).

Además, la TMM nos demuestra que para la implementación de políticas de pleno empleo por parte del Estado solo debemos preocuparnos de la inflación. Por tanto el nivel de gasto del gobierno debe llevar a la economía hasta su punto Lerner, pero no superarlo.

Si implantáramos el socialismo fiduciario según estas líneas, podríamos hacer el siguiente experimento: solo una persona podría saber cuál es el nivel de déficit público de la economía. El resto, incluidos los responsables gubernamentales, no sabríamos cuál es dicho nivel, solo nos ocuparíamos de llevar a cabo políticas de gasto destinadas al pleno empleo, al refuerzo de los servicios públicos y al control de la inflación. Después de unos años, la persona que ha llevado a cabo la contabilidad del déficit público nos revelaría los datos apuntados. Así veríamos que el sector público unas veces (prácticamente siempre) habría incurrido en déficit, sobre todo al principio cuando todavía hubiera paro en la sociedad, y otras en superávit, sobre todo al acercarnos al punto Lerner, pero veríamos que tales niveles no supusieron ningún problema para conseguir la implantación del socialismo fiduciario.

Por consiguiente, una premisa fundamental para la implantación del socialismo fiduciario sería la salida inmediata del euro y la recuperación de la soberanía monetaria (Medina Miltimore 2016) para poder implantar los planes de trabajo garantizado que propuso IU antes de su pacto con Podemos. El euro es una moneda que España utiliza, pero no emite de forma soberana, ya que España está sujeta al Pacto por la Estabilidad y el Crecimiento, y dicho pacto no permite que los déficits públicos superen el 3% del PIB en cada uno de los países de la UE, un nivel que en España es incompatible con el pleno empleo y con las políticas de bienestar.

Carlos García Hernández

Militante de IU-Berlín

Editor

Mårslet (Dinamarca), navidades de 2016

2. DEFINICIÓN DEL SOCIALISMO FIDUCIARIO

El socialismo fiduciario es la consecución de los fines del socialismo mediante la teoría monetaria moderna.

El orden y estructura de los capítulos de este libro parten de esta definición. Por consiguiente, el libro dedica un capítulo a los fines del socialismo (capítulo 2) y otro a la teoría monetaria moderna (capítulo 3). No obstante, los fines del socialismo y la teoría monetaria moderna no agotan el alcance del socialismo fiduciario. Como veremos, los fines del socialismo nos servirán de referencia y punto de partida. Por su parte, la teoría monetaria moderna nos servirá de principio general y método para conseguir el pleno empleo sin inflación. A estos dos elementos le añadiremos uno más que hará las funciones de regla, la ecuación de los beneficios de Kalecki (capítulo 4).

Después, el capítulo 5 está dedicado a España. Este capítulo nos ha de servir a modo de caso práctico del socialismo fiduciario. Posteriormente, el capítulo 6 estará dedicado a las conclusiones extraídas de la redacción de esta obra y por último en el capítulo 7 se anexarán la mayoría de artículos sobre el socialismo fiduciario que con el tiempo he venido publicando, sobre todo en el periódico online www.elcomun.es. Algunos de dichos artículos se encuentran integrados en el cuerpo principal del libro debido a su especial relevancia. Este séptimo y último capítulo lo he llamado euro delendus est porque acostumbro a terminar así mis artículos. Se trata de una paráfrasis de Catón el Viejo, quien terminaba todas sus alocuciones en el Senado Romano con la frase Carthago delenda est (Cartago deber ser destruida). En el caso del socialismo fiduciario, el enemigo que debe ser destruido es el euro, el principal impedimento para llevar a cabo cualquier transformación socialista en la eurozona.

El libro está dividido en tres partes. Las primeras dos partes citan la onceava tesis sobre Feuerbach de Marx. La primera está compuesta de los tres primeros capítulos y la he llamado "los filósofos no han hecho más que interpretar de diversos modos el mundo …" porque en ella se interpreta la realidad desde la perspectiva de la teoría monetaria moderna. Tal y como dice Bill Mitchell, el padre de la teoría monetaria moderna junto a Warren Mosler y Randall Wray, la teoría monetaria moderna no es un régimen político, sino una lente para observar la realidad económica de la manera correcta. Solo una vez que se ha hecho esa labor de interpretación es cuando se puede abordar la segunda parte, "pero de lo que se trata es de transformarlo". Esta segunda parte es de carácter político y tiene como objetivo plantear políticas concretas construidas sobre los cimientos dejados por la primera parte.

El socialismo fiduciario se ha ido gestando en gran medida en forma de artículos de prensa. Por eso he querido que la tercera parte (euro delendus est) recogiera ese trabajo. La función de esa tercera parte es aclarar los postulados del socialismo fiduciario a partir de artículos surgidos de la actualidad. Esta parte ayudará a comprender mejor las dos primeras partes, tanto a los lectores españoles como (espero) a los lectores de América Latina y del resto del mundo.

3. KANT NO ES LA SOLUCIÓN, PERO NO HAY SOLUCIÓN SIN KANT

„Kant ist nicht die Lösung, aber keine Lösung ohne Kant" (Dietzsch 1978, 26). Así es como el profesor Steffen Dietzsch caracterizaba la relación de Schelling con la obra de Kant en el contexto del análisis de la Revolución Francesa. El socialismo fiduciario toma la misma postura con respecto a Kant en lo que se refiere a la epistemología de la ciencia económica.

Para probar la realidad de los conceptos puros del entendimiento Kant plantea intuiciones expresadas en forma de esquemas (Kant 2013, 301 y ss). Lo que distingue a los conceptos puros del entendimiento del resto de conceptos es que los esquemas a los que responden se construyen mediante proposiciones a priori. Por consiguiente, "entenderemos […] por conocimientos a priori, no aquellos que de un modo u otro dependen de la experiencia, sino los que son absolutamente independientes de ella; a estos conocimientos son opuestos los llamados empíricos, o que solo son posibles a posteriori, es decir, por la experiencia" (Kant 2003, 172).

Esta distinción entre conocimientos teóricos (a priori) y empíricos (a posteriori) expresados mediante proposiciones es nuestro punto de partida. El socialismo fiduciario parte de la construcción de un esquema compuesto de proposiciones, tal y como dejó planteado Kant. No obstante, el socialismo fiduciario sostiene que solo la microeconomía constituye un conocimiento puro del entendimiento, es decir, que solo la microeconomía responde a esquemas a priori. Por el contrario, la macroeconomía constituye un conocimiento empírico, basado en la experiencia, y por tanto a posteriori.

Así es como el socialismo fiduciario recoge la idea de James K. Galbraith y de otros institucionalistas, que tanto influyeron en los autores de la teoría monetaria moderna, que sostiene que la microeconomía y la macroeconomía son ciencias que si bien están íntimamente relacionadas, como por ejemplo lo están la química y la biología, son ciencias diferentes (ver Galbraith 1996). Por tanto, los principios de la macroeconomía no se pueden deducir de los principios de la microeconomía, ni se puede considerar a la macroeconomía como un nivel superior basado en los principios agregados de la microeconomía. Comprender esta falacia de composición es fundamental, ya que está en la raíz de lo que se conoce como neoliberalismo.

En las conferencias de Bill Mitchell no es inhabitual escucharle decir que la definición de neoliberalismo es la creencia que sostiene que la recaudación de impuestos y la emisión de deuda son las que financian el gasto público. Ciertamente, se trata de una definición correcta. En realidad, esta definición de Bill Mitchell lo que viene a decir es que el neoliberalismo tiene como origen la confusión entre microeconomía y macroeconomía.

Nosotros desde el socialismo fiduciario planteamos lo siguiente: el neoliberalismo es el intento de aplicar el esquema a priori de la crítica de la razón pura y de la crítica de la razón práctica de Kant a la economía, entendida esta como la ciencia que engloba a la microeconomía y a la macroeconomía. El socialismo fiduciario rechaza el proyecto neoliberal y limita la aplicación de los esquemas a priori a la microeconomía. Por el contrario, el socialismo fiduciario aplica esquemas a posteriori en el campo de la macroeconomía.

Para reproducir el esquema kantiano recurriré al análisis del mismo que solía hacer el Dr. Arthur F. Holmes en sus clases en la Universidad de Wheaton en Illinois². El Dr. Holmes explicaba el esquema kantiano de esta manera:

Referencia ➔ Principio general ➔ Regla ➔ Caso

El socialismo fiduciario sigue este esquema a modo de orientación. Por eso en este libro encontramos una referencia en el capítulo 2 con los fines del socialismo, un principio general en el capítulo 3 con la teoría monetaria moderna, una regla en el capítulo 4 con la ecuación de los beneficios de Kalecki y un caso concreto en el capítulo 5 con el análisis de la situación en España.

Ahora bien, esta división no responde al esquema de los conceptos puros del entendimiento hecho por Kant. El socialismo fiduciario es una reflexión de carácter político sobre las políticas macroeconómicas, que como hemos dicho son de carácter empírico y que por tanto no se corresponden con el esquema a priori de Kant.

En lo que respecta a la microeconomía, el socialismo fiduciario sí que acepta el esquema kantiano en su totalidad, no solo como orientación. Por tanto, el socialismo fiduciario acepta que los principios de la microeconomía son conceptos puros del entendimiento, pero niega esta afirmación en el caso de la macroeconomía.

4. DEDUCCIÓN E INDUCCIÓN

Siguiendo el camino marcado por Kant, Karl Popper, el único pensador neoliberal de buena voluntad, diferenciaba los conocimientos a priori de los empíricos recurriendo a la deducción y a la inducción.

El Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua nos proporciona estos significados:

Deducción: método por el cual se procede lógicamente de lo universal a lo particular.

Deducir: extraer una verdad particular a partir de un principio general.

Inducir

Mover a alguien a algo o darle motivo para ello.

Provocar o causar algo.

Extraer, a partir de determinadas observaciones o experiencias particulares, el principio general implícito en ellas.

Popper colocaba a la economía entre las ciencias empíricas, es decir, entre las ciencias cuyas teorías son refutables por la experiencia, y rechaza por completo la inducción diciendo:

"En mi opinión, no existe nada que pueda llamarse inducción. Por tanto, será lógicamente inadmisible la inferencia de teorías a partir de enunciados singulares que estén ‘verificados por la experiencia’ (cualquiera que sea lo que esto quiere decir). Así pues, las teorías no son nunca verificables empíricamente. […] Debemos elegir un criterio que nos permita admitir en el dominio de la ciencia empírica incluso enunciados que no puedan verificarse.

[…] Solo admitiré un sistema entre los científicos o empíricos si es susceptible de ser contrastado por la experiencia. Estas consideraciones nos sugieren que el criterio de demarcación que hemos de adoptar no es el de la verificabilidad, sino el de la falsabilidad de los sistemas" (Popper 2008, 49-50).

Con este párrafo introduce los que a su juicio son los dos problemas fundamentales de la epistemología, la inducción (al que Kant llama el problema de Hume) y la demarcación (al que Popper llama el problema de Kant) (Popper 2008, 42). No obstante, el autor que de inmediato se hace presente en las palabras de Popper es John Maynard Keynes.

La influencia política de Karl Popper es enorme. El único académico con una influencia política comparable a la suya durante el siglo XX fue Keynes. A mi entender, Popper es la némesis de Keynes. Popper es el pensador al que recurrió el neoliberalismo para contrarrestar la revolución epistemológica que en la economía supuso la irrupción de la obra de Keynes.

En diferentes partes de este libro se analizará con más profundidad la obra de Keynes. No obstante, en esta introducción podemos decir que la principal aportación de Keynes a la ciencia económica fue la de, junto a Michal Kalecki, introducir el concepto de demanda agregada. En el sistema keynesiano el Estado aparece como el agente económico capaz de generar la suficiente demanda agregada como para conseguir el pleno empleo gracias a la soberanía monetaria que le concede la capacidad de emisión de dinero fiduciario. Esto significa que el sistema keynesiano es un sistema inductivo en el que el Estado gasta mediante apuntes contables en el Banco Central toda la moneda nacional necesaria hasta conseguir una situación de pleno empleo. Es decir, el Estado induce la aparición de una situación macroeconómica de pleno empleo independientemente de las decisiones de inversión del sector privado a nivel microeconómico.

Esto contradice el esquema deductivo planteado por Kant y Popper, ya que convierte al gasto público en una variable ex – post. Es decir, el Estado interviene en el ciclo económico para a posteriori cerrar la brecha dejada por el sector privado en el mercado de trabajo y llevar a la economía hasta un nivel de pleno empleo. Para Popper esto es inaceptable desde el punto de vista científico. El neoliberalismo lo que hace es extrapolar el rechazo a este argumento científico a un rechazo en términos ideológicos.

Para explicar esta extrapolación podemos recurrir a un ejemplo histórico. La física copernicana sustituyó a la física ptolemaica y dio lugar a la invención del astrolabio. Sin embargo, el astrolabio no fue el primer instrumento de orientación. Los sistemas geocéntricos de la física ptolemaica también dieron lugar a instrumentos de orientación bastante precisos, pero extraordinariamente complejos. El astrolabio revolucionó la navegación porque al colocar al sol en el centro del sistema su uso era mucho más fácil y preciso.

Para Popper el keynesianismo es a la economía lo que la física ptolemaica es a la física. En el sistema ptolemaico, la colocación de La Tierra en el centro de la galaxia no era un hecho susceptible de ser contrastado por la experiencia, sino que era un dogma de fe sustentado en la religión. Los instrumentos de orientación se construían a partir de este dogma de fe que no podía ser puesto en duda y que por tanto tenía que ser confirmado por instrumentos de orientación construidos ad hoc. Por consiguiente, a partir de las experiencias particulares de la orientación se extraía el principio general implícito del que se partía, es decir, que el sol estaba en el centro de la galaxia. He aquí un ejemplo de inducción en el campo de la física en el que los resultados obtenidos debían confirmar el método y no al revés.

En el caso del sistema copernicano, las verdades particulares no pretenden confirmar ningún dogma de fe, sino que, de forma desinteresada, se extraen de un principio general que coloca a La Tierra en el centro de la galaxia. Por tanto, en el sistema copernicano es el método seguido el que confirma los resultados obtenidos y no al revés, lo cual se ajusta a la definición de método deductivo.

Por supuesto, la trampa en el razonamiento de Popper es que la física y la macroeconomía son ciencias de carácter diferente. La física es una ciencia natural y la macroeconomía no. La macroeconomía nace a raíz de la creación de los Estados, que a su vez dio lugar a la creación del dinero en forma de moneda nacional. Este nacimiento de los Estados y por ende de la macroeconomía refleja una decisión humana, la decisión de abandonar la vida tribal propia del paleolítico y adoptar una forma de vida en sociedad propia del neolítico que se extiende hasta nuestros días. Con ello la humanidad decidió que las ventajas de vivir en Estados eran mayores que las ventajas de vivir en tribus. La renuncia a la vida tribal, que con toda seguridad conllevaba sus ventajas y placeres, fue lo que dio lugar a los Estados neolíticos en los que se desarrolló la escritura, la ganadería, la agricultura, la medicina, las ciencias, la división del trabajo y, efectivamente, el mercado. Solo podemos imaginar cómo debió ser la vida tribal de los cazadores-recolectores, el placer de cazar en grupo, la emoción y las descargas de adrenalina de convivir con la naturaleza diariamente, la vida comunitaria en estado puro. En la tribu la vida era corta y llena de emociones. La vida en los Estados se alargó y tomó un carácter más intelectual. La macroeconomía nace con el paso del paleolítico al neolítico, la física no nació, sino que responde a leyes naturales ajenas a las decisiones humanas. La razón de ser de la macroeconomía, la razón por la que nació, fue mejorar las condiciones de vida de las personas. Ese fue y sigue siendo su objetivo. Por tanto, en el caso de la macroeconomía (a diferencia de la física) sí que son los resultados los que confirman la validez del método.

5. LA ACEPTACIÓN DE ENUNCIADOS NO VERIFICABLES EN LA MACROECONOMÍA

El papel epistemológico jugado por Kant es mucho más importante para la economía de lo que pudiera parecer. Kant nunca aplicó sus esquemas a priori a la economía, ni consideró a esta como una ciencia teórica. Esas consideraciones son cosecha propia del neoliberalismo y de ellas procede su originalidad. Kant aplicó sus esquemas apriorísticos a las ciencias naturales y a la moral, en ellas se encuentran los conceptos puros del entendimiento, [estos conceptos] son, a saber: los conceptos de la naturaleza y el concepto de la libertad (Kant 2013, 93).

Ahora bien, Kant sí que estudió el dinero, sobre todo en su obra La Filosofía del Derecho. Un excelente análisis de las reflexiones de Kant sobre el dinero lo encontramos en el artículo de investigación Kant acerca del concepto intelectual del dinero y la tarea de la filosofía de la economía, (Thomas Sören Hoffmann 2014). Allí Hoffmann acertadamente dice: "Kant parte de la base de que en términos generales en la institución del dinero no se expresa en modo alguno solo una historia empírica – la que, por lo demás, no debe en absoluto ser negada –, sino una constante a priori que de cierta manera pertenece a una socialidad configurada en general en forma jurídica".

Es decir, para Kant la utilización del dinero por parte del ser humano no solo refleja un intercambio de mercancías, la existencia de una entidad emisora o un medio para llevar a cabo relaciones contractuales, sino un comportamiento racional anterior que conlleva la aparición natural del dinero como medio de pago. Por consiguiente, el concepto intelectual del dinero es para Kant anterior a la aparición de los Estados. Esta concepción del dinero es lo que, tal y como señala Hoffmann, dio lugar posteriormente a la idea del homo oeconomicus³.

Además, Hoffmann cita estas palabras de Kant: "la cosa que ha de llamarse ‘dinero’ […] [tiene que] haber costado ella misma tanta labor para ser producida […] que esta labor ha de igualar a aquella por la que la mercancía […] ha debido ser adquirida" (en Thomas Sören Hoffmann 2014). Por consiguiente, la idea del dinero de Kant se corresponde con el dinero-mercancía.

Así es como encontramos en la obra de Kant dos de los pilares fundamentales del neoliberalismo: el homo oeconomicus y el dinero-mercancía.

Por tanto, el neoliberalismo recoge el guante dejado por Kant para construir su proyecto. El socialismo fiduciario niega estos dos pilares. En el capítulo 6 dedicado a las conclusiones de esta obra se recoge el artículo Comunismo de base. En él se analizan las aportaciones de David Graeber a la historia económica. Dichas aportaciones desmienten tanto la preminencia del dinero-mercancía como la existencia del dinero antes de la aparición de los Estados. Tal y como señala Graeber, los registros históricos muestran que el dinero surgió a raíz de la creación de los Estados, no antes, y que las formas tribales de organización anteriores a los Estados no se cimentaban sobre ningún tipo de dinero-mercancía. Por consiguiente, la existencia del homo oeconomicus tal y como es aceptada por el neoliberalismo queda descartada desde el campo de la antropología y de la historia.

Este error del neoliberalismo imposibilita la aplicación del esquema a priori kantiano en la macroeconomía, así como cualquier conocimiento transcendental en el campo de la macroeconomía, ya que no existe un sujeto que se eleve por encima de una naturaleza dada, ajena a él, que no puede ser conocida en sí misma, pero que sí puede ser reducida a esquemas a priori que la conviertan en predecible.

Según el socialismo fiduciario, en economía todo conocimiento transcendental se reduce al campo de la microeconomía. El proceso es el siguiente. Primero el ser humano crea un sucedáneo de domicilium (Kant 2013, 97), una naturaleza artificial, una suerte de proxy de la naturaleza (un juego, si se quiere llamar así), que se recibe el nombre de macroeconomía. Dicha naturaleza artificial da lugar a un ditio (Kant 2013, 97) que contiene sus propias reglas y leyes, igual que en las ciencias naturales, pero son reglas y leyes dictadas por el ser humano, quien a su vez tiene la potestad de cambiarlas en cualquier momento. Solo cuando ese proxy de la naturaleza llamado macroeconomía ha sido creado por parte de los Estados (emisores soberanos de dinero) es cuando se crea el territorium (Kant 2013, 97) de los mercados y de la microeconomía. En este esquema, la microeconomía utiliza a la macroeconomía de manera similar a como las ciencias naturales utilizan a la naturaleza, y esto es lo que le permite a la microeconomía aplicar esquemas deductivos a priori en forma de teorías.

Ahora bien, según lo dicho anteriormente, hay una crítica hecha desde las filas del neoliberalismo que sí hay que dar por buena. Esa crítica, expresada tanto por Karl Popper como por Hayek, sostiene que el sistema keynesiano no puede ser considerado como una teoría, y que por tanto no se puede hablar de una Teoría general de la ocupación, el interés y el dinero (Keynes 2003) tal y como la describió Keynes en su obra, ya que responde a un esquema inductivo y a posteriori de

¿Disfrutas la vista previa?
Página 1 de 1