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El arte de los ruidos
El arte de los ruidos
El arte de los ruidos
Libro electrónico114 páginas1 hora

El arte de los ruidos

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Luigi Russolo, tras los manifiestos futuristas sobre la música y haber escuchado el concierto de Balilla Pratella, desarrolló su manifiesto sobre el arte musical con la óptica futurista, donde hace la defensa del ruido y expone sus intonarrumores.
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento3 may 2024
ISBN9786078931507
El arte de los ruidos
Autor

Luigi Russolo

Luigi Russolo, Portogruaro, Italia, 1885. Los manifiestos futuristas sobre la música en 1910, 1911 y 1912, y el haber presenciado el concierto de Balilla Pratella en 1913 lo llevaron a desarrollar el propio sobre el arte musical con la óptica futurista. Desde 1921 profundiza sus bases musicales y se dedica al perfeccionamiento de sus instrumentos hasta 1931 con la patente del instrumento de cuerdas y en 1932 con un artículo (El enarmonismo). Rechazó unirse al fascismo. Retomó la pintura, se dedicó a la filosofía y en sus últimos años se decantó por la teosofía y las ciencias ocultas. Murió en 1947.

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    El arte de los ruidos - Luigi Russolo

    Portada

    El arte de los ruidos

    El arte de los ruidos

    Luigi Russolo

    Traducción de Sharbel Pimentel

    UNIVERSIDAD IBEROAMERICANA CIUDAD DE MÉXICO.

    BIBLIOTECA FRANCISCO XAVIER CLAVIGERO

    D.R. © 2023 Universidad Iberoamericana, A.C.

    Prol. Paseo de la Reforma Número 880

    Col. Lomas de Santa Fe

    Ciudad de México

    01219

    publica@ibero.mx

    Primera edición: septiembre de 2023.

    ISBN edición digital (ePub): 978-607-8931-50-7

    Prohibida la reproducción total o parcial por cualquier medio sin la autorización escrita del titular de los derechos patrimoniales.

    Hecho en México.

    Digitalización: Proyecto451

    Versión: 1.0

    Índice de contenidos

    Portadilla

    Legales

    Prólogo a la presente traducción

    El arte de los ruidos. Manifiesto futurista

    Polémicas, batallas y primeras ejecuciones de los intonarrumores

    Principios físicos y posibilidades prácticas

    Los ruidos de la naturaleza y de la vida (timbres y ritmos)

    Los ruidos de la guerra

    Los ruidos del lenguaje

    La conquista del enarmonismo

    Grafía enarmónica

    Los intonarrumores

    La orquesta de intonarrumores

    El arte de los ruidos. Nuevo deleite acústico

    Prólogo a la presente traducción

    En esta traducción al español de México, una de las propuestas de estilo se centra, sobre todo, en la grafía de los instrumentos que Russolo inventó. Se evitó dejar los nombres de los instrumentos en italiano y con la grafía italiana ahí donde su lectura y pronunciación habrían causado, a mi juicio, ambigüedades innecesarias. Como ejemplo, el instrumento stropicciatore comienza con 3 consonantes y después tiene una doble c y una i. La tendencia será pensar en una e antes del str para apoyarnos con la pronunciación (esto pasa mucho en palabras del inglés que, incluso incorporadas al uso común, se siguen valiendo de esa pequeña ayuda, como studio o stand), pero en italiano es común que las palabras comiencen así y no hay, ni se necesita, nunca una vocal de apoyo para decir strada o splendido; además, la c seguida de las vocales i o e tiene el sonido [chi] o [che] y cuando esa c está duplicada, hay una especie de tensión antes de llegar a la vocal, algo así como [cchhhi]. Por lo tanto, al leer stropicciatore nuestros referentes fonéticos del español no tienen por qué no usar una e para apoyar el inicio de la palabra ni por qué indicarnos que esa ccia suena a [cha] y no a [ssia]. Debido a esto, opté por usar una grafía que acercara los nombres de los instrumentos a su sonido en italiano, así, tenemos al estropichatore, al rontzatore y el mismo nombre de la familia de instrumentos nuevos, los intonarrumores, con doble rr y en plural del masculino, en lugar de una r y el plural en italiano del masculino.

    A poco más de cien años de su aparición por primera vez, El arte de los ruidos continúa suscitando una mezcla de veneración mística y divertida anécdota musicológica. Los postulados de Russolo encontraron eco o se vieron superados a lo largo del siglo XX. Futurista como sus compañeros, Russolo tenía ideas que ahora resultan cuestionables o se consideran obsoletas, tanto en el aspecto musical como en lo político o social. Adémas, como a muchos de sus compañeros, la falta aparente de conocimientos en las áreas que se deseaban derrocar se constituía en una fortaleza y esto es un rasgo futurista por excelencia. Lo que resulta innegable es que estamos ante un texto seminal en la historia del pensamiento musical occidental y como tal, cabe recordar que en la traducción se trabaja con textos y no con autores. Salvo unas cuantas precisiones, la presente traducción considera en todo momento las características de la vanguardia futuristas y no pretendió enmendarle la plana en cuanto a puntuación o presentación de ideas, esto impediría ver el texto como el documento histórico que es.

    Finalmente, no puedo dejar de agradecer la valiosa ayuda y lectura (e incontables conversaciones sobre el tema) del doctor Mario Ernesto García Hurtado, especialista en música microtonal y en la música del compositor potosino Julián Carrillo (otro nombre seminal para la composición en el siglo XX). También me acompañaron en mis revisiones, investigaciones y (re)lecturas finales bastantes textos, en especial el muy completo estudio y antología de los manifiestos futuristas El Futurismo italiano coordinado por la doctora Olga Sáenz, con traducciones de María Pía Lamberti, José Luis Bernal y Sara Bolaño, México, UNAM/Instituto de Investigaciones Estéticas, 2010, y Ruido y cultura: Negociaciones con el ruido en el siglo de la burguesía del doctor Juan Alcántara Pohls, México, Universidad Iberoamericana Ciudad de México, 2022.

    Sharbel Pimentel

    A los queridos y grandes hermanos futuristas Marinetti,

    Boccioni, Piatti, Sant’Elia, Sironi,

    que durante la toma de Dosso Casina, en los flancos del

    Altísimo, disfrutaban conmigo el

    exaltante enarmonismo ruidista de nuestros 149.

    LUIGI RUSSOLO

    1

    EL ARTE DE LOS RUIDOS

    MANIFIESTO FUTURISTA

    Querido Balilla Pratella, gran músico futurista,

    Roma. En el teatro Costanzi, con lleno total, mientras con mis amigos futuristas Marinetti, Boccioni, Balla, escuchaba la ejecución orquestal de tu aplastadora MÚSICA FUTURISTA, me vino a la mente un nuevo arte: el Arte de los Ruidos, consecuencia lógica de tus maravillosas innovaciones.

    La vida antigua fue toda silencio. En el siglo diecinueve, con la invención de las máquinas, nació el Ruido. Hoy, el Ruido triunfa y domina soberano sobre la sensibilidad de los hombres. Durante muchos siglos la vida se desenvolvió en silencio o, en su mayor parte, con sordina. Los ruidos más fuertes que interrumpían este silencio no eran ni intensos ni prolongados ni variados. Así, si pasamos por alto los excepcionales movimientos telúricos, los huracanes, las tormentas, los aludes y las cascadas, la naturaleza es silenciosa.

    Ante esta escasez de ruidos, los primeros sonidos que el hombre pudo extraer de un junco perforado o de una cuerda tensada, sorprendieron como cosas nuevas y admirables. Los pueblos primitivos les atribuyeron el sonido a los dioses, algo considerado sagrado y reservado a los sacerdotes, quienes lo aprovecharon para enriquecer el misterio de sus ritos. Así nació la concepción del sonido como cosa por sí misma, diversa e independiente de la vida y de ello resultó la música, mundo fantástico sobrepuesto al real, mundo inviolable y sagrado. Se comprende fácilmente cómo una concepción así de la música necesariamente tenía que alentar su progreso, en comparación con las otras artes. Los mismos griegos, con su teoría musical matemáticamente sistematizada por Pitágoras, con base en la cual se admitía sólo el uso de pocos intervalos consonantes, limitaron mucho el campo de la música y volvieron imposible la armonía, la cual ignoraban.

    El Medioevo, con los desarrollos y modificaciones del

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