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Programación, ejecución y difusión de proyectos educativos en el tiempo libre. SSCB0211
Programación, ejecución y difusión de proyectos educativos en el tiempo libre. SSCB0211
Programación, ejecución y difusión de proyectos educativos en el tiempo libre. SSCB0211
Libro electrónico292 páginas2 horas

Programación, ejecución y difusión de proyectos educativos en el tiempo libre. SSCB0211

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Libro especializado que se ajusta al desarrollo de la cualificación profesional y adquisición del certificado de profesionalidad "SSCB0211 - DIRECCIÓN Y COORDINACIÓN DE ACTIVIDADES DE TIEMPO LIBRE EDUCATIVO INFANTIL Y JUVENIL". Manual imprescindible para la formación y la capacitación, que se basa en los principios de la cualificación y dinamización del conocimiento, como premisas para la mejora de la empleabilidad y eficacia para el desempeño del trabajo.
IdiomaEspañol
EditorialIC Editorial
Fecha de lanzamiento11 sept 2023
ISBN9788411038461
Programación, ejecución y difusión de proyectos educativos en el tiempo libre. SSCB0211

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    Programación, ejecución y difusión de proyectos educativos en el tiempo libre. SSCB0211 - Isabel María Márquez Pérez

    Capítulo 1

    Diseño de planes y programas en las intervenciones en el tiempo libre

    Contenido

    1. Introducción

    2. Fase de preparación

    3. Fase de ejecución

    4. Fase de evaluación

    5. Resumen

    1. Introducción

    A lo largo del siguiente capítulo y de todo este manual, se verán las diferentes técnicas o estrategias para la programación, ejecución y difusión de proyectos educativos en el tiempo libre.

    La educación para el ocio y tiempo libre o pedagogía del ocio son conceptos relativamente nuevos, que han surgido debido al papel predominante que el ocio ocupa en los nuevos modos de vida. La educación para el ocio y tiempo libre toma su importancia tras el desarrollo industrial y urbano, los cambios sociales, tecnológicos, económicos y culturales de las sociedades modernas, pero también debido a la necesidad del ser humano de adaptarse a dichos cambios y de colaborar de forma activa en la transformación de la sociedad.

    Por lo tanto, se puede discernir como objetivo fundamental de la pedagogía del ocio y tiempo libre la contribución al desarrollo, la mejora y la satisfacción de las personas y comunidades a través de conocimientos, actitudes, valores y habilidades relacionados con el ocio, existiendo la posibilidad de llevarlas a cabo en ámbitos educativos formales y no formales.

    2. Fase de preparación

    Antes de comenzar de lleno con los aspectos más técnicos sobre la fase de preparación en el diseño de planes y programas en las actividades de tiempo libre, será importante realizar un acercamiento sobre el porqué de la importancia de dicho diseño en relación a la programación de las actividades de ocio y tiempo libre, así como establecer la relevancia y la definición concreta de la educación para el ocio y tiempo libre.

    Como ya se ha mencionado en la introducción, los conceptos de pedagogía de ocio o educación para el tiempo libre son relativamente recientes en la historia. Así, uno de los primeros en realizar una aproximación a su concepto fue Erich Weber (1969), quien destacó que la educación para el ocio es imprescindible en nuestras sociedades por dos motivos:

    En primer lugar, porque toda persona necesita de formación para el uso y disfrute del tiempo libre de forma adecuada, y convertirlo en un espacio gratificante y con sentido para la persona.

    En segundo lugar, porque el uso adecuado del tiempo libre proporciona armonía en el ritmo de las personas y en la propia organización de los tiempos.

    Aunque Weber no diseñará un modelo pedagógico específico para la educación para el tiempo libre, sí que señalará las actividades relacionadas con el descanso, los juegos, la diversión, la cultura y el deporte como ejes del uso adecuado del tiempo libre, así como se muestra partidario de desarrollar la toma de decisiones para que las personas puedan elegir entre las diferentes actividades o posibilidades que su entorno les ofrece.

    En esta misma época, Joffre Dumazedier (1962) define el ocio como:

    Conjunto de ocupaciones en las que el individuo puede entregarse de manera completamente voluntaria tras haberse liberado de sus obligaciones profesionales, familiares y sociales, para descansar, para divertirse, para desarrollar su información o formación desinteresadamente, o para participar voluntariamente en la vida social de su comunidad.

    Dicha definición del ocio aúna sus tres dimensiones fundamentales:

    La existencia y disponibilidad de tiempo libre, ya que el ocio se realiza en un espacio temporal en el que el individuo se ha liberado de sus obligaciones, profesionales, familiares y sociales.

    La actitud personal, es decir, el comportamiento que la persona adopta frente al tiempo libre, entregándose de forma voluntaria, desinteresada, etc.

    La práctica de actividades o conjunto de ocupaciones, que aparecen resumidas en las famosas tres d: descanso, diversión y desarrollo.

    Otra aportación importante al concepto de pedagogía del ocio es la realizada por Henz (1976), autor que dará vital importancia a establecer de forma adecuada y armónica los diferentes tiempos: tiempo de trabajo y tiempo para el ocio y para la fiesta. Además, una de las aportaciones más importantes de este autor se centra en diferenciar los tres grandes grupos de actividades que se pueden realizar en el tiempo libre:

    Las aficiones, que se enmarcan dentro de un ocio activo y consciente, y que se centran en desarrollar múltiples intereses.

    Las actividades que se centran en ver la tele, beber de forma exagerada y actividades similares, que el autor sitúa dentro de un ocio pasivo.

    Las actividades que no son pura diversión.

    Otra de las aportaciones importantes que Henz realizará a la pedagogía del ocio será la de destacar la figura del monitor de tiempo libre como sujeto activo, encargado de proponer alternativas de carácter cultural, artístico, deportivo, lúdico, creativo, etc., encaminadas a la reducción del ocio pasivo.

    Es destacable también la aportación realizada por Puig y Trilla (1996), en su libro La pedagogía del ocio, donde se enumeran una serie de principios generales para su desarrollo:

    Respetar la autonomía y la libre elección, la pedagogía del ocio debe estar encaminada a la creación de alternativas de ocio y a fomentar el disfrute y la variedad del mismo.

    La pedagogía del ocio debe armonizar la diversión, la creación y el aprendizaje en las actividades de ocio, tanto en aquellas actividades que se realicen de forma individual como en las realizadas de forma colectiva.

    Respetar la contemplación frente al activismo desenfrenado. En este sentido, cada persona tiene derecho a no hacer nada en su tiempo libre, la ociosidad conlleva a dicha contemplación, que puede servir como terapia y como fuente de aprendizaje.

    La evaluación de las actividades en pedagogía del ocio no debe estar supeditada a criterios utilitaristas, sino que debe realizarse atendiendo al grado de satisfacción que produce la realización de dicha actividad.

    Ayudar a poner en valor la realización de tareas cotidianas, descubriendo el placer que conllevan tareas como la compra, cuidar de la casa, relacionarse con los vecinos, etc.

    Poner en valor las actividades extraordinarias, ofreciendo la oportunidad de realizar actividades que salen de la rutina diaria.

    Liberar tiempo para el ocio gratificante y formativo, con la planificación adecuada que impida la pérdida de tiempo, como por ejemplo en desplazamientos.

    Proyectar las cualidades positivas del tiempo libre en el tiempo de trabajo.

    Participar en la formación de organizaciones e instituciones que se ocupan de organizar el tiempo libre.

    Desarrollar plenamente el objetivo del tiempo de ocio: proporcionar placer y disfrute mediante el desarrollo de determinadas actividades que favorecen el desarrollo personal de cada sujeto.

    Hacer compatible el ocio individual con el colectivo para lograr un encuentro satisfactorio con uno mismo y con los demás.

    Identificar los ocios nocivos y crear un sistema de valores que los rechace.

    Nota

    Desde la perspectiva de la educación social se puede realizar una doble lectura del ocio, como punto clave en el desarrollo humano, por un lado como elemento educador en la sociedad y decisivo para la calidad de vida y el bienestar de las personas; por otro, como reivindicación del ocio como experiencia cívica, que mediante el uso de diferentes recursos formen a la persona desde la infancia a la vejez.

    José Antonio Caride Gómez (2014)

    Profundizando sobre los aspectos más relevantes de la educación para el ocio y tiempo libre, se verán a continuación sus características y seguidamente sus principales objetivos.

    Las características generales de la educación para el ocio y el tiempo libre son:

    La educación para el ocio ha de ser flexible: debe adaptarse a las necesidades, situaciones y posibilidades de los diferentes destinatarios. La educación para el ocio tampoco deberá enmarcarse en ningún programa rígido o cerrado y no ha de estar sometida a una limitación temporal.

    La educación para el ocio ha de educar en valores: debe desarrollar valores como el respeto, la solidaridad, la justicia, la igualdad, el diálogo, la cooperación, etc. En toda programación de educación para el ocio y tiempo libre se deberán hacer explícitos aquellos valores que se pretenden desarrollar.

    La ociosidad conlleva a dicha contemplación, que puede servir como terapia y como fuente de aprendizaje.

    La educación para el tiempo libre ha de ser integral y desarrollar todos los aspectos de la vida de los participantes.

    La educación para el ocio es una educación voluntaria, donde los participantes hacen uso de una opción personal, las actividades a realizar son libres y voluntarias.

    La educación para el ocio ha de ser lúdica, atractiva y motivadora: las actividades para el desarrollo deberán tener un componente lúdico, deberán estar basadas en la diversión, la participación y la cooperación, por lo que deben estar centradas en una metodología de trabajo activa y participativa, enfocada en conseguir personas protagonistas de su propio ocio.

    La educación para el ocio debe trabajar tanto los componentes cognitivos como los actitudinales, es decir saber hacer y saber ser. La educación para el ocio deberá fomentar el espíritu crítico y el pensamiento autónomo y aprender a actuar sobre el entorno de forma responsable y justa.

    La educación para el tiempo libre supone un proceso de aprendizaje permanente, estructurado y planificado: todos los agentes que lleven a cabo las actividades deberán estar implicados en el proceso de aprendizaje y en la intencionalidad educativa de las actividades. Se trata de una educación permanente, ya que se lleva a cabo en todas las etapas de la vida, y, a pesar de no poseer un programa rígido o inamovible, se trata de una educación estructurada y que ha de ser planificada, mediante el diseño de unos objetivos y contenidos educativos.

    La educación para el ocio y tiempo libre ha de ser inclusiva, es decir, debe ofrecer alternativas y posibilidades a todo tipo de destinatarios.

    Nota

    La educación para el ocio se enmarca dentro del ámbito de la educación no formal, los ámbitos educativos se pueden estructurar tradicionalmente en tres: formales, no formales e informales; los primeros están referidos a la formación reglada impartida en escuelas e instituciones de formación, la no formal se encuentra asociada a grupos y organizaciones comunitarios y de la sociedad civil, mientras que la informal se asocia a todo lo demás, interacción con amigos, familiares, compañeros…

    Los objetivos en la educación para el ocio y el tiempo libre son:

    Desarrollar la socialización de las personas, favorecer la comunicación, la participación y el trabajo en grupo. Uno de los objetivos principales de la educación para el ocio y tiempo libre será conseguir la implicación de los participantes en la transformación de la sociedad.

    Favorecer la educación integral de las personas, tanto a nivel individual como a nivel social.

    La educación para el ocio debe trabajar tanto los componentes cognitivos como los actitudinales, es decir saber hacer y saber ser. La educación para el ocio deberá fomentar el espíritu crítico y el pensamiento autónomo y aprender a actuar sobre el entorno de forma responsable y justa.

    Educar a las personas en el uso racional del tiempo libre y en un disfrute óptimo de los tiempos de ocio.

    Teniendo en cuenta los aspectos fundamentales que se acaban de ver en relación con la pedagogía del ocio y la educación para el tiempo libre, se puede comprobar la importancia del concepto de grupo y cómo será fundamental el trabajo en grupo para el desarrollo individual y viceversa, para lograr los objetivos que pretende la educación para el ocio y tiempo libre. Tanto es así que algunos autores como López de Aguileta (1986) llegan a una definición de la pedagogía del ocio basada en esta relación: La base de la pedagogía del tiempo libre es la relación interpersonal en un grupo, estructurada de forma educativa.

    En esta definición se establecerá como eje central el desarrollo de la persona en función de su relación con los demás, con los monitores y con el grupo en su totalidad, de ahí la importancia de realizar una aproximación a la dinámica de grupos. Para ello, hay que centrarse en las aportaciones de Kurt Lewin, considerado el fundador de la expresión dinámica de grupos. Para Lewin, los grupos pequeños se basan en 4 hipótesis fundamentales:

    El grupo es el terreno sobre el cual las personas se sostienen. Este terreno, según los casos, podrá ser: firme, frágil o movedizo.

    El grupo es un instrumento que el individuo usa para la satisfacción de sus necesidades físicas y psicosociales.

    El grupo constituye la realidad de partida de cualquier persona, incluso para los ignorados, aislados o rechazados, nadie se libera totalmente del grupo, los reveses o aciertos del grupo siempre van a tener un impacto sobre cada uno de los individuos.

    Es dentro del propio grupo donde una persona lleva

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