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Bendito origen de la matemática
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Libro electrónico105 páginas1 hora

Bendito origen de la matemática

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Esta excelente obra es un valioso estudio histórico sobre el origen y desarrollo de las matemáticas desde los tiempos más remotos, cuando las antiguas civilizaciones comenzaron a desarrollar los números y sus propiedades, hasta el vertiginoso dominio de la informática y el ciberespacio de nuestros días. No es un tratado exclusivo para matemáticos y científicos, sino una amena y cautivadora narración de los hechos más importantes en la historia de esta disciplina, que el autor define de forma precisa como el lenguaje universal de todas las ciencias.



Bendito origen de la matemática es el relato conciso y didáctico sobre cómo las matemáticas han deslumbrado a la humanidad y contribuido, a través de los siglos, al progreso del conocimiento. Un libro sin pretensiones academicistas, cuyo propósito es mostrar que detrás de los descubrimientos están los hombres y mujeres de cada época, personajes que encarnan la belleza, el sacrificio y la voluntad para aportar su intelecto al desarrollo de nuestra sociedad.
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento5 sept 2023
ISBN9788468577814
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    Bendito origen de la matemática - Carlos Vásquez

    PRESENTACIÓN

    El libro Bendito origen de la matemática es una narrativa que evoca el valor de la matemática en nuestra sociedad, que se basa en los hechos reales por sus propios autores, dado que se busca reflexionar sobre el significado y trascendencia del inicio de esta disciplina y su importancia en nuestras vidas, y cómo ha contribuido al desarrollo de la humanidad. La matemática es considerada como el lenguaje universal de la ciencia y, en muchos sentidos, es el conocimiento sobre el cual se construyen otras disciplinas. La matemática ha sido venerada a lo largo de la historia por su capacidad de revelar patrones y establecer fundamentos sólidos asociados con la búsqueda de la verdad y el conocimiento puro que han permitido el desarrollo de la ciencia y la tecnología. La historia nos ha permitido describir el desarrollo de las diferentes civilizaciones más antiguas, como la egipcia, babilónica, griega, china, india, musulmana, europea y norteamericana. El origen de la matemática empieza de manera muy natural «de la necesidad», y la hace bendita porque resuelve la necesidad de saber contar, la necesidad de saber el peso de los objetos, la necesidad de medir el espacio en un momento dado y actualmente de la necesidad de medir el cambio continuo de los objetos, permitiendo que pensadores (matemáticos) exploren estos hechos, logrando el ordenamiento y desarrollo de la civilización humana que ahora han transformado al mundo que nos rodea en un mundo moderno, construyendo un edificio (la matemática) que no parece tener límites, permitiendo incluso la evolución de otras ciencias.

    Por ello, este libro recoge los aportes encontrados en documentos como papiros, tablillas, libros, y de los matemáticos como Pitágoras, Platón, Sócrates, Euclides, Arquímedes, Qin Siushao, Brahamagupta, Al-Jurismi, Fibonacci, Cardano, Descartes, Fermat, Newton, Leibniz, Euler, Gauss, Riemann, Hilbert, Cantor, Poincare, Godel, Bourbaki, entre otros que hicieron sus descubrimientos civilización tras civilización, que fueron fundamentales para el desarrollo de la agricultura, la astronomía, la construcción de ciudades, la organización social, económica y tecnológica, y así seguir con una línea del tiempo a la fecha.

    Los matemáticos más relevantes fueron los constructores que formalizaron los hechos reales, generando la importancia en la solución de los problemas de la vida real a través de la utilidad, la magia y la belleza de la matemática.

    Los descubrimientos que realizaban los matemáticos determinaron diversas áreas de estudio de exploración, década tras década, sobre hechos nuevos y aplicaciones simples y prácticas que hoy en día se estudian en las escuelas y universidades.

    Es importante tener en cuenta que el intercambio de conocimientos y la influencia mutua entre diferentes culturas y civilizaciones son procesos complejos y a menudo no se pueden atribuir a un desarrollo matemático específico, a una única fuente o influencia. La historia de la matemática es un campo amplio y fascinante que involucra a múltiples civilizaciones y contribuciones a lo largo del tiempo. Debo reconocer que siempre me intrigó saber cómo se originó la matemática, y ahora digo que es bendito ese origen; solo recuerdo que en la universidad se dieron unas pinceladas de esta historia, pero considero que es necesario conocer a los principales prodigiosos autores que nos han dejado grandes aportes de esta ciencia, teniendo un impacto significativo en la forma en que las sociedades se organizan, interactúan y progresan a lo largo de la historia.

    Fue el ser humano el que unió esos conceptos básicos y empezó a construir algo nuevo con tales fundamentos. Empezó a identificar esas pautas, hacer conexiones, empezó a contar y a ordenar el mundo que los rodeaba y con ello un universo matemático comenzó a emerger en nuestra civilización humana.

    CIVILIZACIÓN EGIPCIA

    En los años 12 000 a 7000 a. C., el ser humano abandonó la vida nómada (errante) y empezó el periodo Neolítico, dándose las condiciones perfectas para el nacimiento de cultivar las tierras fértiles de las riberas del río Nilo, que cruza el desierto del Sahara de sur a norte y ha sido una fuente de vida e inspiración por miles de años para los seres humanos de esos tiempos. Es aquí donde se inició el nacimiento de los primeros signos de la matemática.

    Dado que el desbordamiento anual del río Nilo fue el acontecimiento más adecuado para la agricultura, se utilizaba como indicador para comenzar el año nuevo. Ellos registraron que eso sucedía cada cierto tiempo, así que para establecer un calendario había la necesidad de contar cuántos días pasaban entre las fases lunares o cuántos días pasaban entre los desbordamientos del río Nilo. Fue esencial para registrar los patrones de la estación; y no solo para el manejo de la tierra, sino también para su religión. A medida que iban creciendo los asentamientos había necesidad de encontrar una forma de administrarlos para medir las áreas de terreno, había necesidad de predecir las cosechas, cargar los impuestos, recopilarlos y rendir las cuentas al faraón, por lo que había la necesidad de tener una medida y saber contar.

    Los egipcios, para medir su mundo, usaban su cuerpo como primer sistema de medida y es así como evolucionaron. Un palmo era el ancho de la mano abierta y un cúbito era el largo de un brazo desde el codo a la punta de los dedos. Era vital conocer el área de la que disponía cada agricultor para poder cobrar los impuestos acordes, y si el Nilo inundaba parte de sus tierras poder solicitar un descuento. Los aparejadores del faraón utilizaban el cúbito de terreno multiplicado por 100 para medir las áreas de las parcelas y las irregularidades de la tierra, dado que existía un vínculo muy fuerte entre la burocracia y el desarrollo de la matemática en el antiguo Egipto. Esto se aprecia desde el principio de la invención del sistema numérico.

    Los egipcios necesitaban registrar de alguna manera el resultado de esos problemas prácticos, surgiendo así las primeras fórmulas matemáticas. Los egipcios utilizaron un sistema decimal, los 10 dedos de la mano. El símbolo para el UNO era un trazo(I); el DIEZ, una herradura (∩); el CIEN, una cuerda enrollada; MIL, una planta de loto, etc. Pero el sistema numérico egipcio era fundamentalmente defectuoso; para escribirlo no tenían ningún sistema de numeración posicional completo (valor de lugar). En el sistema egipcio cada símbolo tenía un valor fijo y no se basaba en su posesión. Por ejemplo, el número 9999 se representaría utilizando nueve símbolos del 1000, nueve símbolos del 100, nueve símbolos del 10 y nueve símbolos del 1. Por lo que hacía que los cálculos y la manipulación de números grandes fueran más complejos y menos eficientes en comparación con los sistemas de numeración posicional.

    El documento más importante que se tiene hoy en día es el texto matemático fundamental, el papiro de Rhind, a veces denominado papiro de Ahmes, en honor a este mismo. Es la primera fuente de información que desvela la matemática egipcia. Contiene 87 problemas planteados y resueltos, evidenciando cómo manejaban las cuatro operaciones: suma, resta y las operaciones de la multiplicación y división, para lo cual solo utilizaron la noción de duplicidad (doble). Además, se muestran fracciones unitarias, áreas de rectángulos, triángulos y círculos, resolución de ecuaciones con una incógnita, cálculo de volúmenes y cálculos sobre pirámides, ofreciendo una visión sobre el tipo de problemas matemáticos a los que se enfrentaban, todos vinculados con encontrar soluciones a situaciones de la vida cotidiana. Varios de estos problemas reales mencionaban el pan y la cerveza, dado que a los trabajadores egipcios se les pagaba con comida y bebida. Se especula que llegaron a dividir 9 hogazas (pan grande de forma circular) entre 10 personas sin que se provocara una

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