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El mapa de la extrema riqueza: 25 años después
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El mapa de la extrema riqueza: 25 años después

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Año 2022, actividad económica baja. 550 empresas incrementan utilidades 48,95% respecto año anterior. De ellas, las diez primeras obtuvieron más de la mitad del total de utilidades, demostrando la elevada concentración existente.
IdiomaEspañol
EditorialLOM Ediciones
Fecha de lanzamiento9 ago 2023
ISBN9789560017048
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    El mapa de la extrema riqueza - Hugo Fazio Rigazzi

    I Parte

    Antecedentes generales

    El descenso en 2022 de los mercados bursátiles

    Los mercados bursátiles a nivel global experimentaron en 2022 una violenta caída. Un descenso tan fuerte no se registraba desde 2008, cuando su contracción fue uno de los momentos destacados de la crisis, al producirse en EEUU el derrumbe del banco de inversiones Lehman Brothers. El índice MSCI World, que incorpora los títulos de 23 economías de países desarrollados y emergentes, se contrajo aproximadamente en un 20%. En Estados Unidos todos sus índices cerraron con signo negativo. El S&P 500 anotó -19,9%, luego de alcanzar su punto más alto en la primera sesión del año, nunca volvió a ese nivel. El Nasdaq, que se concentra en los títulos tecnológicos, se redujo en un elevadísimo 38,5%, que muestra la magnitud del deterioro de esas empresas. Y el principal indicador de China, el Hanseg, de la Bolsa de Shanghai, disminuyó en 15,4%. En la Eurozona, que se construye con los resultados de las cincuenta mayores empresas de la región, descendió un 11,74%. Fue un año, destaca el analista de mercados financieros Juan Enrique Crespo, en que «estallaron todas las burbujas. Los mercados bursátiles estaban subiendo desde que en marzo de 2009 llegaron a su punto más bajo con la crisis financiera. Desde entonces había sido un proceso con muy pocos sobresaltos, aparte de la crisis del coronavirus» (30/12/22).

    En Chile, el IPSA anotó, en cambio, un alza de 22,1% en el año, su mejor desempeño desde 2017, empujado por la empresa de mayor capitalización bursátil, SQM, controlada por el grupo Pampa, de Julio Ponce, y el consorcio chino Tianqi; los aumentos de Quiñenco, matriz no minera del grupo Luksic, y Oro Blanco, una de las cascadas del grupo Pampa. El IPSA ocupó en 2022 el octavo lugar en los indicadores por países de Bloomberg.

    A nivel mundial, en el curso de la segunda década del siglo XXI, tanto a nivel de empresas como de personas individuales, los rankings de mayor capitalización bursátil y de multimillonarios fueron encabezados hasta el año 2020 por empresas tecnológicas y quienes las controlan. «Que el debate mundial sobre las desigualdades se base, en parte –escribió Thomas Piketty– en esas clasificaciones, a las que se refieren incluso las administraciones políticas, es un síntoma de la dejación de funciones de los Estados frente al seguimiento y la medición de la desigualdad de la riqueza»¹.

    En el plano empresarial hasta fines del año 2014, cuando la cotización del petróleo se derrumbó, los rankings bursátiles eran liderados por compañías petroleras. En 2010, por ejemplo, ocupaban los primeros lugares Petrochina (US$353.139 millones) y la estadounidense Exxon Mobil (US$323.717).

    Al finalizar 2019 las empresas principales del sector, con la excepción de la petrolera Aramco Saudí que encabezó el listado a gran distancia, eran compañías tecnológicas. Entre los lugares segundo y sexto figuraban las estadounidenses Apple, Microsoft, Amazon y Facebook, junto con la china Alibaba, que era entonces el conglomerado principal de e-commerce y pagos electrónicos del país asiático Estas cinco empresas reunían una cotización de mercado de US$5,4 billones, suma superior a la que acumulaban las veinte mayores empresas el año 2009. Exxon aparecía recién en la ubicación 18, y entre las cincuenta primeras había dos empresas petroleras más, la angloholandesa Royal Dutch Shell y la estadounidense Chevron.

    En 2022, las ganancias de las grandes petroleras occidentales –en un año de crisis energética y conflicto bélico– se dispararon. Las cinco mayores empresas del sector de EEUU y Europa, las estadounidenses ExxonMobil y Chevron, la británica BP, la angloholandesa Shell y la francesa Total Energies, obtuvieron ganancias netas conjuntas superiores a los US$196.000 millones, el doble que en 2021 y más de la mitad del nivel alcanzado en el boom de las materias primas, donde lograron su récord anterior. Ello fue consecuencia de meses con alto precio del crudo, que en un momento se acercó a los US$130 el barril, lo cual no se producía desde hacía desde más de una década, donde lograron ganancias superiores al 50% de las obtenidas en la fase final del superciclo de las materias primas. Y el mayor rendimiento del refino en un momento que se requería acrecentar la oferta, en el contexto de la guerra económica contra Rusia.

    Tres empresas en ese momento figuraban en el listado de las denominadas Big Tech, al ser su capitalización bursátil superior a US$1 billón: Aramco, Apple y Microsoft. Al comenzar 2020, Alphabeth se convirtió en el cuarto integrante. Se trata de la matriz de Google creada el 11 de agosto de 2015. Poco después, al conocerse su resultado del cuarto trimestre, las acciones de Amazon se dispararon, superando también la barrera de US$1 billón. Sin embargo, la matriz de Google experimentó un descenso, cayendo su capitalización bursátil por debajo de ese monto.

    Forbes, utilizando las cifras de ventas, ganancias, activos y patrimonios bursátiles, conformó el listado de las diez empresas más grandes del mundo de 2022. Lo encabezó Berkshire Hathaway, del inversionista norteamericano Warren Buffett, seguida por el Banco Comercial e Industrial de China; la petrolera Saudi Aramco de Arabia Saudí; el banco de inversiones de Estados Unidos J P Morgan; China Construction Bank; la tecnológica estadounidense Amazon de Jeff Bezos; la también tecnológica estadounidense Apple; Agricultural Bank of China; el estadounidense Bank of America; y por último la nipona Toyota.

    Expansión y derrumbes de multimillonarios

    Los controladores de las empresas tecnológicas en 2019 acumularon gigantescas utilidades, encabezando el listado de multimillonarios. Las quinientas personas más ricas del planeta ese año incrementaron su fortuna en US$1,2 billones, llevándolas, de acuerdo al índice de multimillonarios de Bloomberg, que se ajusta diariamente, hasta los US$5,9 billones.

    Se extendía así el fenómeno descrito por Thomas Piketty en su libro Capital e Ideología «(…) desde la década de 1980 –constató– las mayores fortunas del mundo han crecido todavía más de lo que lo han hecho las rentas situadas en el extremo superior de la distribución. En todas partes –agregó– se ha producido un aumento extraordinario de los grandes patrimonios (…). Se observan aumentos a ritmos mucho más elevados que el crecimiento de la economía mundial, alrededor de 3-4 veces más rápido que el crecimiento registrado durante el período 1980-2018. Por definición –concluyó– un fenómeno como este no puede prolongarse de forma indefinida (…). La divergencia entre el aumento de las fortunas y el crecimiento mundial se prolongó durante la década que siguió a la crisis financiera de 2008, casi con la misma tendencia que durante el período 1990-2008, lo cual sugiere que nos encontramos frente a un cambio estructural de gran magnitud (…)».

    Cuadro n°3

    Ranking mundial de multimillonarios 2019. (Fuente: Bloomberg. En millones de dólares)

    Al finalizar 2019, señalamos en el Mapa de 2020, no publicado por efectos de la pandemia, que en el primer lugar se ubicó Jeff Bezos de Amazon, empresa que era la mayor empresa global del comercio online. En segundo lugar figuró Bill Gates, cofundador de Microsoft, quien la mayor parte de su fortuna la maneja a través de Cascada Investment con participación accionaria en numerosas empresas. Luego, en el tercer lugar, se encontraba el francés Bernard Arnault, que poseía el 50% de las acciones del conglomerado de artículos de lujo Louis Vuitton Moët Hennessy (LVMH), el cual en un momento habló de solicitar la ciudadanía belga para «proteger las participaciones de la familia» (31/12/19).

    «El oráculo de Omaha», ciudad de Seattle, Warren Buffett, retrocedió al cuarto lugar. Constituye uno de los mayores inversores financieros a nivel mundial. Su fortuna cerró el 2019 en US$89.180 millones. Dirige el fondo de inversiones Berkshire Hathaway, teniendo elevados paquetes de acciones de grandes transnacionales como Coca-Cola y American Express. Buffett es un panegirista de las acciones de largo plazo. A los 89 años permanecía al frente de su empresa de inversiones. Le seguía Mark Zuckerberg, cofundador y presidente ejecutivo de Facebook, con US$79.400 millones. Y luego se ubicaba el español Amancio Ortega, quien poseía un 59% del capital social del imperio textil Inditex. La mayor parte de sus inversiones las realiza en el sector inmobiliario.

    «Estados Unidos –escribió entonces Joseph Stiglitz– cuenta con una élite muy reducida, que controla una fracción creciente de la economía, y una base amplia y en aumento, casi sin recursos (…). Los tres estadounidenses más acaudalados, Jeff Bezos (Amazon), Bill Gates (Microsoft) y Warren Buffett (Berkshire Hathaway) tenían a esa fecha una fortuna equivalente a la mitad del total que poseía la base de la población estadounidense, lo cual sirve de testimonio para apreciar cuánta riqueza hay en la cúpula y cuán poca es ese nivel base».

    Buffett, el legendario multimillonario inversionista –agregó el premio Nobel–, acertó cuando dijo que «existía una lucha de clases, de acuerdo, pero es mi clase, la clase de los ricos, la que está haciendo la guerra, y la vamos ganando». No lo dijo en una manera beligerante sino porque lo consideraba una descripción precisa de la situación en Estados Unidos².

    Desde luego, los avances empresariales no son solo consecuencia de la capacidad de inversión de quienes las realizan, sino son determinantes los procesos de avances generales y los aportes fiscales. «¿Estamos seguros –se preguntó Thomas Piketty– de que Bill Gates y los demás ‘tecnomultimillonarios’ habrían podido desarrollar sus negocios sin la ayuda de los cientos de miles de millones de dinero público invertidos en formación y en investigación básica desde hace décadas? ¿Realmente creemos que su poder de mercado casi monopolístico y la captación de conocimientos públicos a través de patentes privadas habría podido prosperar utilizando otros medios que no fueran el apoyo activo del sistema legal y fiscal en vigor?». En otro momento de su texto, el autor de El Capital en el siglo XXI se responde estas interrogantes. «En general, la capitalización bursátil de las empresas tecnológicas incluye patentes y saberes que no podrían haber visto la luz sus conocimientos e investigaciones fundamentales sin ser financiadas con fondos públicos, y acumulados por la humanidad desde hace décadas»³.

    Entre fines de 2019 y 2021, constató Oxfam Intermón, fue cuando durante la pandemia y el curso inflacionario global, se extendió el abismo entre la riqueza y la pobreza. En ese lapso, la fortuna de los multimillonarios avanzó en US$2.700 millones diarios a nivel global. El 1% de las personas más acaudaladas se apoderó del 63% de la riqueza creada en todo el mundo, unos US$43 billones, mientras las remuneraciones de al menos 1.700.000 trabajadores aumentaban nominalmente por debajo de la inflación, descendiendo en términos reales. «Por cada dólar de nueva riqueza global que recibe una persona del 90% más pobre de la humanidad –ejemplificó el director de Oxfam, Franc Cortada, en el informe publicado con ocasión del Foro Mundial de Davos 2023– un milmillonario se embolsa US$1,7 millones. Las élites se están reuniendo en un contexto en que la riqueza y la pobreza extremas se han incrementado simultáneamente por primera vez en 25 años» (16/01/23). La denuncia especificó que 95 grandes empresas de la energía y la alimentación duplicaron sus ganancias durante 2022, destinando un 85% de sus beneficios extraordinarios a repartirse entre sus accionistas.

    En lo transcurrido de la década de los veinte del siglo XXI el ranking de las empresas y los mayores multimillonarios se modificó significativamente. En 2021, por corto tiempo, se produjo el ascenso al primer lugar del sudafricano/estadounidense Elon Musk y su empresa Tesla Motors, que llegó a tener un valor bursátil de US$1,2 billones, más que todas las empresas del sector cotizadas en bolsa. Solo era comparable con las grandes tecnológicas.

    Pero desde que tomó el control de Twitter, en octubre de 2022, comenzó también la veloz desvalorización de las acciones de la empresa de vehículos eléctricos creada en 2003. En los últimos diez días de diciembre se redujo su valor bursátil a unos US$172.000 millones, siendo superada en ese momento por la cadena de supermercados Walmart y J P Morgan Chase. Y el día 28 descendió su capitalización bursátil en un 11,4%, enterando siete días seguidos de reducción al conocerse la disminución de la producción de sus vehículos en China. «El título ha estado bajo intensa presión –informaba ese día la agencia France Press– desde que los medios informaron que la producción podría tener un frenazo en China», concretamente en la planta de Shanghai.

    En 2022, la cotización de la acción de Tesla cayó en cerca de un 70%, perdiendo unos US$720.000 millones de su capitalización bursátil. En el año, según el índice Bloomberg, Musk perdió US$136.000 millones, disminuyendo su fortuna a unos US$130.000 millones El deterioro de la comercialización de sus vehículos eléctricos en el cuarto trimestre condujo a que se produjera mucho más que los colocados en el mercado.

    Por la caída bursátil de Tesla y las crecientes dificultades que tuvo desde que asumió el control de Twitter, Musk dejó de tener el primer lugar en el listado de multimillonarios, siendo ocupado ese puesto por el francés Bernard Arnault. Hacía mucho tiempo que un europeo no tenía el liderazgo, que se había convertido en una plaza ocupada por estadounidenses, o de quienes, como Musk, sudafricano de nacimiento, actuaban prioritariamente desde EEUU.

    El derrumbe de las empresas tecnológicas

    El derrumbe de las empresas tecnológicas condujo a un despido masivo de trabajadores. En 2022, su número fue de 170.000 personas, de acuerdo a cálculos de empresas que llevan estas estadísticas, publicadas por The Wall Street Journal. En enero de 2023, Amazon comunicó que los despidos de su plantilla anunciada en noviembre de 2022 llegarían a 18.000 empleos. Amazon es la empresa estadounidense que figura en el segundo lugar con más trabajadores en el mundo, solo superada por Walmart. En los primeros nueve meses de 2022, la empresa de Jeff Bezos perdió US$3.000 millones, mientras en igual lapso de 2021 había ganado más de US$19.000 millones.

    El 20 de enero, Alphabet, la matriz de Google, comunicó que despedirá a 12.000 trabajadores en todo el mundo, aproximadamente un 6% de su plantilla, para enfrentar las consecuencias del debilitamiento económico. Constituía la mayor cifra de reducciones de personal en toda su historia. En 2022, Alphabet había duplicado el número de su plantilla, hasta 186.779 personas. Los beneficios de Google cayeron en el tercer trimestre en 27%, pero continuaban siendo muy altos. De las cinco grandes empresas tecnológicas, únicamente Apple no había anunciado despidos, aunque sí frenó las contrataciones.

    El fundador de Facebook, Mark Zuckerberg, experimentó una caída de 60% en el mercado bursátil de su empresa matriz, Meta. Su fortuna se redujo de US$81.000 millones a US$44.000 millones, dejando de figurar entre los veinte primeros del listado de multimillonarios. Por su parte, Jeff Bezos, desde que dejó la gerencia general de Amazon en 2022, perdió más de US$86.000 millones, reduciéndose su fortuna a US$107.200 millones. De otra parte, en el año las acciones de Alphabet cayeron en un 36%. Sus fundadores, Larry Page y Sergey Brin, por lo tanto, retrocedieron en el listado de multimillonarios. El decimosegundo lugar lo ocupó el mexicano Carlos Slim, que en 2022 incrementó su fortuna en US$44.000

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