1992 EL AÑO QUE FUIMOS MODERNOS
Pocas fechas poseen una resonancia tan complaciente y simbólica, dentro de nuestra historia reciente, como 1992, el año que trastocó en muchos sentidos la visión atrasada y endeble que esa vieja dama llamada Europa tenía de nosotros. Durante 12 intensos y excitantes meses, España acaparó todo tipo de titulares y atenciones por parte de la prensa internacional, algo a lo que no estábamos acostumbrados.
Hubo primero halagos y alabanzas, cuando se logró proyectar una desconocida imagen positiva en los retos organizativos (hasta nos definieron como “los alemanes del sur”). Sin embargo, el año concluyó con sonoros escándalos de corrupción y el preludio de una profunda recesión (la cual acabaría por explotar unos meses más tarde, en el denominado jueves negro de la economía española).
Ahora que transitamos ya –en este 2022– por el 30 aniversario de aquella efeméride decisiva, podemos mirar por el retrovisor con cierta serenidad objetiva –a caballo entre la nostalgia y la melancolía– y recordar qué ocurrió realmente aquel 1992, el año en que fuimos peligrosamente modernos.
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