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La lucha por el orden mundial: El debate sobre las normas y las reglas del juego
La lucha por el orden mundial: El debate sobre las normas y las reglas del juego
La lucha por el orden mundial: El debate sobre las normas y las reglas del juego
Libro electrónico155 páginas3 horas

La lucha por el orden mundial: El debate sobre las normas y las reglas del juego

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¿Estamos asistiendo a una rebelión contra el “orden” mundial dominante? ¿Qué supuso el fin la URSS, el declive de la nueva Rusia en los años noventa, y el posterior surgimiento de una potencia como China? ¿Y las consecuencias de la guerra en Ucrania? ¿Hay un enfrentamiento entre el modelo de democracias liberales y las autocracias? ¿Cómo se está transformando la globalización? Estas son algunas de las cuestiones que nos presenta la época actual, claramente a las puertas de un cambio de paradigma en lo geopolítico, lo económico, lo social y lo ecológico, pero con grandes dudas en cuanto a su definición y diagnóstico, y, por supuesto, a la forma de abordar tales desafíos. Lo que es indudable es que existe un serio cuestionamiento sobre cómo se ha gestionado hasta ahora la gobernanza en el mundo, muy dominada por Estados Unidos.

Vicenç Fisas expone, a lo largo de este ensayo, que no existe propiamente un “orden”, aunque sí un sistema de dominación, y que el debate entre democracias y autocracias revisionistas es demasiado simple en la mayor parte de sus formulaciones.
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento30 may 2023
ISBN9788413527444
La lucha por el orden mundial: El debate sobre las normas y las reglas del juego
Autor

Vicenç Fisas

Es analista de conflictos, política internacional y procesos de paz. Doctor en Peace Studies por la Universidad de Bradford (Reino Unido), obtuvo el Premio Nacional de Derechos Humanos en 1988. Es autor de sesenta libros sobre paz, conflictos, política internacional, negociaciones y procesos de paz. Algunos de los más recientes son Una agenda de paz para tiempos turbulentos (2023), El engaño de la ayuda al desarrollo en el mundo (2022), Hegemonías, bloques y potencias en el siglo XXI (2022), Manual de negociación de conflictos políticos (2021), Migrantes, náufragos y caminantes (2021), Fabricando al enemigo (2021), Matar de hambre: el hambre como castigo o desidia política (2020), Geopolítica del Ártico: la amenaza del cambio climático (2019), La gestión de las crisis sociopolíticas: ¿prevención y/o cambio estructural? (2017) y Diplomacias de paz (2015).

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    La lucha por el orden mundial - Vicenç Fisas

    Introducción

    ¿Estamos asistiendo a una rebelión sobre el orden mundial dominante, si es que se puede llamar orden a un sistema de relaciones internacionales imperante hasta ahora, claramente discriminatorio, y que nunca ha sido suficientemente compartido ni ha sido universal? ¿Qué supuso el fin la URSS, el declive de la nueva Rusia en los años noventa y el posterior surgimiento de una potencia como China? ¿Y las consecuencias de la guerra en Ucrania? ¿Cómo se está transformando la globalización? ¿Hay realmente un enfrentamiento entre el modelo de democracias liberales y las autocracias? ¿Qué tan de fiar son la mayor parte de los países autodenominados democracias liberales, por el solo hecho de tener elecciones periódicas? ¿Podemos hablar de una reordenación entre las hegemonías de las grandes potencias? ¿Existe un hartazgo de la mayoría de los países del sur respecto al viejo orden y hay propuestas para crear una nuevo? ¿Qué tipo de lecciones nos ha dado un hecho tan inesperado como la COVID-19, con sus enormes repercusiones en todos los ámbitos? ¿Hemos aprendido algo de las visibles consecuencias del cambio climático y cómo afectará a la vida de nuestros descendientes? ¿Podemos cambiar algo sin antes haber arreglado este desafío? ¿Es posible lograr un cierto consenso en el tipo de gobernanza deseable a escala planetaria? ¿Qué papel podría jugar una ONU reformada? ¿Podemos compartir ciertos valores y fundamentos que nos ayuden a vivir juntos y mejor? ¿La globalización está agonizando en su versión clásica y está dando más peso a las soberanías nacionales?

    Estas son algunas de las muchas cuestiones que nos presenta la época actual, claramente a las puertas de un cambio de paradigmas en lo político, económico, social, ecológico y geopolítico, pero con grandes dudas en cuanto a su definición y diagnóstico y, por supuesto, la forma de abordar los desafíos que suponen estos temas. Lo que es indudable es que existe un serio cuestionamiento sobre cómo se ha gestionado hasta ahora la gobernanza en el mundo, muy dominada por Estados Unidos, puesta en entredicho por los países emergentes con sus numerosos aliados, y que las demandas de cambio tendrán que encontrar un mínimo de legitimidad para que sea creíble y eficaz. Entre las manifestaciones de este cambio a la vista, está también el debate sobre lo que se ha venido a llamar el orden basado en reglas, y el cuestionamiento de las normas dominantes en el sistema global. Preocupa que, a la par de las críticas, también exista una extensión de las normas iliberales por parte de actores iliberales como China y Rusia¹. La confusión del debate es notable. Si bien es cierto que la Unión Europea podría ser un buen ejemplo del intento de crear un marco regional con normas, puesto que no existe un consenso en cuanto los enunciados y la terminología utilizada, como tampoco sobre su alcance, en primer lugar, tendremos que clarificar sus significados, para después analizar los contrastes, oposiciones, equilibrios y compatibilidades de un magma de cuestiones que, siendo diferentes, están también interrelacionadas en gran medida.

    En el mundo atlantista, la idea dominante es que

    durante más de setenta años, este orden liberal ha ayudado a garantizar una paz y estabilidad relativas en todo el mundo. Pero hoy, el surgimiento de autocracias revisionistas, desde la China de Xi Jinping hasta la Rusia de Vladímir Putin, amenaza con interrumpir y, potencialmente, desplazar este sistema².

    Lo que me propongo exponer es que no existe propiamente un orden, aunque sí un sistema de dominación, y que el debate entre democracias y autocracias revisionistas es demasiado simple en la mayor parte de sus formulaciones.

    No obstante los matices que habremos de incorporar al tratar el tema, en la reunión del Comité Jurídico del 76º período de sesiones de la Asamblea General de la ONU, celebrada en octubre y noviembre de 2021, se aprobó una resolución³ con un preámbulo que decía que

    reafirmando también la necesidad de la adhesión universal y la aplicación del Estado de derecho en los planos nacional e internacional y su solemne compromiso a un orden internacional basado en el imperio de la ley y el derecho internacional, que, junto con los principios de justicia, es esencial para la coexistencia pacífica y la cooperación entre los Estados.

    En el punto 13 se pidió que, en este contexto,

    se intensifique el diálogo entre todas las partes interesadas con vistas a situar las perspectivas nacionales en el centro de la asistencia al Estado de derecho, con el fin de reforzar la responsabilización nacional, reconociendo al mismo tiempo que las actividades en este ámbito deben estar ancladas en un contexto nacional y que los Estados tienen diferentes experiencias nacionales en el desarrollo de sus sistemas de Estado de derecho, teniendo en cuenta sus especificidades jurídicas, políticas, socioeconómicas, culturales, religiosas y otras especificidades locales, reconociendo, al mismo tiempo, que existen rasgos comunes basados en normas y estándares internacionales.

    En otras palabras, se asumía que la clave estaba en el cumplimiento del derecho internacional, pero que, al mismo tiempo, debían tenerse en cuenta los contextos y experiencias de cada país, y a pesar de que manifestaba la existencia de rasgos comunes basados en normas, pero sin entrar en definirlas.

    Este libro se ha escrito en un momento de transición del fenómeno de la globalización iniciada en los años ochenta y noventa, debido a las políticas proteccionistas, de subvenciones a las industrias nacionales, la reindustrialización y las trabas para exportar alta tecnología hacia determinados países, en lo que la revista The Economist ha calificado como el inicio del pensamiento de suma cero⁴, donde unos ganan y otros pierden, todo lo contrario de lo que predica China con su mensaje de ganar-ganar⁵, y de los criterios hasta ahora dominantes de integración global. Es la tercera etapa de un orden surgido después de la Segunda Guerra Mundial, que terminó al desaparecer la URSS, iniciando una segunda etapa en 1989, y que volvió a transformarse en la primera década de este siglo⁶. Se está cumpliendo lo que algunos analistas y centros ya habían pronosticado hace una década. El Instituto Internacional de Estocolmo para la Investigación de la Paz (SIPRI), al presentar su anuario de 2012, ya predijo algunas tendencias que sustentaban el orden de seguridad global, que veía más dinámico y complejo, y en el que las potencias establecidas seguirían enfrentando limitaciones, surgirían nuevos centros de poder y las normas e instituciones tradicionales tendrían que hacer frente a desafíos de seguridad. Para el SIPRI, las organizaciones multilaterales encargadas de promover y hacer cumplir las normas de estabilidad y seguridad seguían tropezando con dificultades para generar la voluntad política y los recursos financieros para cumplir sus mandatos. Procede, por tanto, plantearse el rol de estas instituciones, empezando por Naciones Unidas, que tiene pendiente una reforma desde hace décadas.

    Coincido con Lehne⁷ en que

    a medida que la era posterior a la Guerra Fría llega a su fin, lograr un orden mundial liberal y basado en reglas parece más un sueño que una aspiración realista. Sin embargo, existe una gran incertidumbre en cuanto a qué lo reemplazará. China y Rusia, los más poderosos rivales del statu quo, no proponen un modelo alternativo, sino que pretenden ampliar su influencia en el sistema existente.

    Las tendencias actuales apuntan hacia un mayor aumento de la competencia geopolítica, un aumento del proteccionismo económico y la fragmentación, y un aflojamiento de las estructuras del orden internacional, pero, al mismo tiempo, la necesidad de cooperación es todavía intensa, por lo que no es previsible una revolución en el orden mundial existente. Lo que sí puede afectar negativamente es en la conducción de problemas globales, como el cambio climático, que se ha visto perturbada por la guerra de Ucrania, poniendo de manifiesto las debilidades del sistema de go­­­­bernanza global.

    El propósito de este ensayo en intentar clarificar lo que ocurre en este debate sobre la gobernanza a escala global y ver lo que se propone desde las sociedades afectadas, los países más influyentes y los organismos internacionales, sin descuidar en ningún momento las voces apenas escuchadas, pero mayoritarias en el planeta, que ya no consienten la marginación histórica a que han sido sometidas, y quieren que sean atendidas. Desde lo que ahora se denomina el sur global, un término pasajero procedente de los estudios poscoloniales para señalar a los países más pobres o menos ricos, están surgiendo experiencias e iniciativas de enorme valor, y que pueden ayudarnos a encontrar mejores respuestas a las primeras preguntas. Es muy visible en África, cuyos países están reaccionando contra el sistema imperante, que permitió el colonialismo, la depredación de sus recursos y su marginación en el orden mundial. En cualquier caso, son varios los vectores que están convergiendo para pasar página a un orden mundial inservible, aunque también es cierto que no se vislumbra una alternativa clara que pueda ser consensuada por la mayor parte del planeta, por lo que lo más probable es que vivimos en largo período de reacomodos bajo esta competencia protagoniza por Estados Unidos y China, que, siendo un aspecto dominante, en absoluto es el único factor que determinará el

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