Laberintos del Ser

Por Hector Raul Londono

Obra escrita en formato de poesia -prosa corta que indica la Reflexion interna del autor sobre el encuentro amoroso con mujeres en diferentes epocas de su vida, nombrandolas y asociandolas a su idilio frenetico y a veces dulce, de su sentimiento personal. Toca el tema de los emociones y cavilaciones acerca de la vida desde la locura, suenos, impotencia, dudas, la oracion, el pecado y Dios. De su expereincia real con la violencia escribe sobre la guerra y las bombas en Medellin Colombia  y, por ultimo - reflexiona sobre la muerte en su aspectos resurrecion, reencarnacion y la eutanasia - que es implacable y puntual aproximandose en sus cortas y precisas palabras el aspecto existencial de la vida y su significado.

• Idioma: Español
• Editorial: CARLOS A OROZCO
• Fecha de lanzamiento: 9 abr 2022
• ISBN: 9789583381799

Hector Raul Londono

Seudónimos: El loco, Casildo, Serpa, Malicia, David y Gafitas. Nacido en Medellín, estudio tres semestres de filosofía y ciencias religiosas en U.C.O Universidad Católica. Se retiró y Estudio 5 años del gnosticismo. Experiencia laboral: a los 6 años empezó a vender gelatinas; a los 8 las fabricaba y las vendía; a los 10 trabajaba los domingos en la plaza de mercados Guayaquil; a los 18, obrero de Tejicondor, fábrica de telas. Renuncia a los 20 y se va de indocumentado a Venezuela donde estuvo dos años cultivando pepino, pimentón, papaya, yuca, caña de azúcar, algodón y café. Deportado de Caracas después de estar detenido tres tortuosos meses en la cárcel de Maiquetía. Evoca agradecido al Centro de Deportados donde lo llevó el DAS, cuerpo de inteligencia policial, al comprobar que no tenía antecedentes judiciales. Las monjas de esa institución le dieron un tiquete para Pereira (Risaralda) e Inicio un recorrido de año y medio por algunos pueblos de su adorada Colombia. Regreso a Medellín. Estudio en el Paraninfo de la U de A; se enamoró y se casó.Trabajó como carpintero y taxista hasta los 30. En ese año se divorció. Luego condujo camiones por las carreteras de Colombia. A los 42 años en el 2005 estuvo taximetriando y tratando de recuperar el amor de su única hija, Catalina. Actualmente Reside en Medellín y en la Unión tiene pequeña parcela y Es dueño de un pequeño camión y presta servicios de transporte de carga. Ha escrito varios libros “Pesadillas en las torres Gemelas”, “El Embrujo” “Laberintos del Ser” coautor de “Corazón Valiente” y tiene en su haber relatos que pueden ser origen de dos volúmenes más de Historias de taxistas  Siempre mezclando sus anecdotas del Medellin violento de los anos 80 y 90 y principios del milenio, ciudad sumida y acosada por el narcotrafico, la politica corrupta de Colombia de esos anos, el movimiento guerrillero, los paramilitares junto con visiones astrales de mundos repletos de demonios, embrujos, seres malevolos y mantras gnosticos. Todos estos para ser revisados, editados y publicados próximamente.

Vista previa del libro

EMBRUJO

La primera vez que te vi me hipnotizaron tus ojos,

fuiste dominando mi cerebro

y te apoderaste de mis pensamientos;

Sentí alegría al verte,

estaba fascinado al saber que sin conocerte

ya había soñado contigo.

Sentí asombro al estar tocando las puertas a lo predestinado.

Ese primer día que te vi,

me reflejé en un insondable mar profundo,

incomprensi­ble y secreto,

yo era un naufrago

y tú un leño salvador flotando en el fascinante mar de la vida.

Repentino, tu cuerpo se volvió etéreo,

tus ojos como estrellas brillaron,

de tus pupilas salieron dos rayos que me traspasaron.

El desaliento me robó el cuerpo

y las pier­nas me pesaron toneladas;

creí que estaba loco o soñaba,

pero de inmediato deseché esos pensamientos.

Era más bien el fin del mundo

y tenía un encontronazo con la muerte.

Tú ardías como una braza,

eras un gran leño al rojo vivo,

hice un esfuerzo sobre humano

y como un autómata agoté los pasos

hacia ese fuego que me atraía.

Al llegar sentí un calor infernal

pero mi piel decía que pasaría esa prueba.

- Buen día amor -dije alelado.

- Si quieres que sea tu amor dime:

¿es de día o de noche?

Siendo la novena hora de ese radiante día,

el instante se volvió nocturnal;

tenía la mente nublada, quería pensar,

pero tu mirada reclamaba respuesta inme­diata.

-Quiero que me enseñes la magia de tu amor,

veo un amanecer negro, auguro mala tarde

y siento pavor para cuando llegue la noche.

Tú, posaste la mano en mi hombro

y opacan­do el brillo de tus ojos me