Descubre millones de libros electrónicos, audiolibros y mucho más con una prueba gratuita

Solo $11.99/mes después de la prueba. Puedes cancelar en cualquier momento.

Historia de dos monjes peregrinos: De Oriente a Occidente: la travesía de Mar Yahballaha y Rabban Sauma a finales del siglo XIII
Historia de dos monjes peregrinos: De Oriente a Occidente: la travesía de Mar Yahballaha y Rabban Sauma a finales del siglo XIII
Historia de dos monjes peregrinos: De Oriente a Occidente: la travesía de Mar Yahballaha y Rabban Sauma a finales del siglo XIII
Libro electrónico178 páginas2 horas

Historia de dos monjes peregrinos: De Oriente a Occidente: la travesía de Mar Yahballaha y Rabban Sauma a finales del siglo XIII

Calificación: 0 de 5 estrellas

()

Leer la vista previa

Información de este libro electrónico

Traducción de una crónica persa del siglo XIII. Travesía de misión diplomática para recibir apoyos económicos de los monarcas cristianos (Europa Occidental) y obtener respaldo papal para enfrentar expansionismo islámico en Asia, África y Europa, y conquistar Jerusalén.
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento30 ago 2022
ISBN9786287519947
Historia de dos monjes peregrinos: De Oriente a Occidente: la travesía de Mar Yahballaha y Rabban Sauma a finales del siglo XIII

Relacionado con Historia de dos monjes peregrinos

Libros electrónicos relacionados

Historia asiática para usted

Ver más

Artículos relacionados

Categorías relacionadas

Comentarios para Historia de dos monjes peregrinos

Calificación: 0 de 5 estrellas
0 calificaciones

0 clasificaciones0 comentarios

¿Qué te pareció?

Toca para calificar

Los comentarios deben tener al menos 10 palabras

    Vista previa del libro

    Historia de dos monjes peregrinos - Sebastián Gómez González

    tapa.png

    © Sebastián Gómez González

    © Universidad de Antioquia, Fondo Editorial fcsh de la Facultad de Ciencias Sociales y Humanas

    ISBN: 978-628-7519-93-0

    ISBN E-book: 978-628-7519-94-7

    Primera edición: agosto de 2022

    Imagen de cubierta: Mongolia: Part of a letter from Kublai Khan to Philip IV of France, 1289, regarding a proposed military alliance against the Arab world. Pictures from History / Bridgeman Images

    Coordinación editorial: Diana Patricia Carmona Hernández

    Diseño de la colección: Neftalí Vanegas Menguán

    Corrección de texto e indización: Claudia Marcela Hernández Sanzón

    Diagramación: Luisa Fernanda Bernal Bernal, Imprenta Universidad de Antioquia

    Hecho en Colombia/Made in Colombia

    Fondo Editorial fcsh, Facultad de Ciencias Sociales y Humanas, Universidad de Antioquia

    Calle 67 N.° 53-108, Bloque 9-355

    Medellín, Colombia, Suramérica

    Correo electrónico: fondoeditorialfcsh@udea.edu.co

    El contenido de la obra corresponde al derecho de expresión del autor y no compromete el pensamiento institucional de la Universidad de Antioquia ni desata su responsabilidad frente a terceros. El autor asume la responsabilidad por los derechos de autor y conexos.

    La publicación de este libro fue posible gracias a la Estrategia para la sostenibilidad de los grupos de investigación (2016-2017) de la Vicerrectoría de Investigación, adjudicada al Grupo de Investigación en Historia Social de la Universidad de Antioquia.

    Nota del editor y traductor

    La historia

    Dos monjes nestorianos, naturales de China, conocidos como Rabban Sauma y Rabban Marcos, fueron los protagonistas de esta historia a finales del siglo xiii. Su largo viaje, iniciado desde el Extremo Oriente en la entonces conocida ciudad de Janbalic (Khanbaliq o Cambalik), la ciudad del Kan —posteriormente Pekín, hoy Beijing, capital de la actual República Popular China—, atravesando Asia Central, Asia Menor y culminado en Gascuña luego de navegar por parte del mar Mediterráneo, ha sido el único testimonio sobre los contactos entre Oriente y Occidente que, emprendido desde China, quedó registrado en un vestigio documental durante la Edad Media. Este viaje fue el resultado de una iniciativa diplomática orquestada en 1287 desde Tabriz (actual Irán) por Arghun Khan¹, soberano mongol de Persia, quien pretendió establecer una alianza con los cristianos para conquistar Jerusalén y derrocar al islam, por entonces la más contundente fuerza política y militar de todo Medio Oriente².

    La historiografía que se ocupa de Asia Central suele caracterizar este periplo como una suerte de viaje inverso al emprendido por el célebre veneciano Marco Polo pocos años antes, en 1271. No obstante, el afamado viaje poliano, conocido generalmente en el ámbito libresco como El Millón [Il Milione], o en sus versiones más pedestres como Libro de las Maravillas —traducido a decenas de lenguas en una verdadera pléyade de ediciones—, alcanzó a posesionarse como el más socorrido y pintoresco de los testimonios sobre el arribo de cristianos europeos a China, sin demeritar, claro está, lo genuinas que resultaron otras experiencias viajeras entre Occidente y Oriente durante los siglos ix y xv

    ³

    . Como los pocos cristianos europeos que tuvieron la oportunidad de recalar en el Extremo Oriente, y por tratarse, además, de una estancia que duró alrededor de dos décadas, entre las exóticas descripciones de rigor, en el libro poliano se encuentran algunas alusiones a los cristianos nestorianos que por entonces coexistían en distintas localidades dispersas a lo largo de las enormidades de Asia Central.

    El notable fortalecimiento de los reinos islámicos en Medio Oriente y cercanías mediterráneas, al igual que el vertiginoso expansionismo del imperio mongol desde Corea hasta el occidente de Rusia y desde Birmania hasta Irak, alcanzado desde los albores del siglo xiii por Temujin —quien luego sería conocido como Genghis Khan (El Mandatario Universal)— y sus descendientes⁴, constituyeron el abigarrado escenario político sobre el cual se desarrolló este sufrido viaje a pie emprendido por los dos monjes uigures y su comitiva compuesta por sacerdotes, diáconos y tres laicos: Sabadino, el genovés Tomás de Anfoss y un traductor llamado Ugueto⁵, cuyos nombres no se mencionan explícitamente en la crónica. Como en toda literatura denominada de época, lo narrado en esta crónica es un material privilegiado para comprender de primera mano lo que significó la irrupción del poderío mongol en una parte sustancial de la geografía del Viejo Mundo⁶.

    El establecimiento y la consolidación de los ilkanatos en Persia y la sujeción, por ejemplo, de otros enclaves comprendidos por la península de Anatolia, la Gran Armenia, el norte de China y parte del Indostán, región que también sería dominada por ellos alcanzando a establecer una dinastía: los mogoles o Mughals (turco-mongoles), cuya hegemonía perduraría hasta bien entrado el siglo xviii, estimularon la emergencia de una singular condición geopolítica prácticamente inusitada desde el ocaso del Imperio Romano de Oriente. La información que se halla en el texto es también suficientemente valiosa para acercarse, a partir de una narración y experiencia de observación muy auténticas, aunque cronológicamente ya tardías, a las colisiones que el Occidente cristiano y los Estados musulmanes del Cercano Oriente engendraron a raíz de las pugnas por la ocupación y el dominio de Jerusalén y toda la pretendida jurisdicción de la Tierra Santa, asunto conocido en la historiografía occidental mediante la categoría genérica de Las Cruzadas.

    Esta narración contiene detalles particularmente destacables. Cada experiencia viajera que haya implicado contactos entre Oriente y Occidente, sea un peregrinaje, exploración, misión apostólica, diplomática o aventura mercantil, consumada en períodos antecedentes a la modernidad temprana (ca. 1450-1800) y llevadas a cabo por cristianos, judíos o musulmanes comporta detalles excepcionales. Las apreciaciones atribuidas en el texto a Rabban Sauma y Rabban Marcos resultan en buena medida extraordinarias, sobre todo por las referencias y descripciones acerca de urbes europeas como Nápoles, Roma o París, lugares de los que se conoce demasiado poco de acuerdo con los registros de las percepciones no europeas durante el medioevo. Para la sensibilidad de viajeros europeos o naturales de las cercanías mediterráneas como el Magreb, Levante o Medio Oriente estos destinos fueron un tanto más familiares, dada sus preeminencias sobre el Mare Nostrum, sin embargo, resultaban ajenos para dos viejos peregrinos cultores del credo nestoriano y procedentes de parajes remotos.

    Como fuente primaria, aunque se trata de un recorrido a la inversa en términos geográficos, el viaje descrito podría considerarse como un correlato de aquellos periplos con finalidades misioneras hacia territorios ya ocupados por mandato de los ilkanes en la Europa del Este y Asia Central; o directamente hacia Mongolia, como el efectuado por el franciscano Willem van Rubroeck (Guillermo de Rubruck), quien siguiendo órdenes del rey Luis IX de Francia —canonizado posteriormente como San Luis— tuvo la oportunidad de recalar en Karakorum, la capital del imperio mongol, alrededor de treinta años atrás (1253-1255)⁷. Además, viajes célebres como el del ya mencionado Marco Polo o el del magrebí Ibn Battuta, ambos relativamente contemporáneos, también pueden fungir como fuentes contextuales o complementarias para entender las dimensiones históricas de esta narración cronística que, de manera poco usual, ofrece una visión, alternativa si se quiere, sobre un momento particular en que las secuelas engendradas por las pugnas entre cristianos, musulmanes y mongoles influyeron en el desarrollo de la Ruta de la Seda⁸, recorrido que a día de hoy ha cobrado una descomunal vigencia como una razón económica y política de los vínculos globales entre aquellas abstracciones que seguimos denominando como Oriente y Occidente.

    El texto

    Es indudable que la literatura de viajes sigue causando una fuerte curiosidad entre aquellos interesados por conocer el pasado y el presente de otras sociedades. Los relatos sobre viajeros consignados en la gestas de la antigüedad clásica, los arduos periplos encabezados por peregrinos cristianos y musulmanes de la alta Edad Media, los viajes mundiales de descubrimiento y conquista que tuvieron lugar allende los océanos durante la temprana modernidad, los viajeros científicos y militares del iluminismo o las ulteriores trashumancias empíricas y filosóficas por las geografías y parajes más variopintos del mundo actual constituyen una suerte de estímulo para la comprensión del pasado y el presente y, además, son fuentes de divertimento e información que demuestran su calidad como refinadísima literatura más allá de la lógica ficcional.

    A diferencia de lenguas como el inglés, francés, portugués o árabe la literatura de viajes escrita o traducida al español no es tan amplia ni tan difundida como se piensa. Basta observar que obras clásicas como The Periplus Maris Erythraei (Periplo del Mar Eritreo), los viajes del monje Bernardo hacia El Cairo y Jerusalén, los peregrinajes del tudesco Arnold von Harff y del galo Arculfo o el Diario de un viaje entre Siria y Palestina del poeta afgano Nâsir-i-Khusrau no existen, ni por atisbo, en español. Y aunque las comparaciones resultan odiosas, de igual manera cabe recordar que una institución como la Hakluyt Society de Londres, esmerada en la traducción de una vastedad de obras asociadas a viajes, descubrimientos y exploraciones en diferentes épocas a partir del siglo i d. C., no tiene homóloga en ningún contexto académico o intelectual donde se hable y escriba en nuestra lengua. Por ello, resulta satisfactorio presentar por primera vez al público hispanohablante la traducción de una obra que se hallaba inédita en este idioma.

    Esta Historia de dos monjes peregrinos es el resultado de la traducción al español de una crónica del siglo xiii escrita originalmente en persa. En ella se describen los periplos de la travesía iniciada en Janbalic y culminada en Gascuña (Reino de Francia) como parte de una misión diplomática orquestada por Aghun Khan, mandatario mongol de Irán, que tuvo por destino entrar en contacto y recibir apoyos económicos de los monarcas cristianos de la Europa Occidental, así como obtener el respaldo papal a fin pactar una alianza, no solo para enfrentar el bien afianzado y amenazante expansionismo islámico que se cernía sobre Asia, África y Europa, sino también para un propósito de amplia envergadura: conquistar Jerusalén⁹. Es posible, sin embargo, que el manuscrito de la crónica se haya extraviado para siempre. No obstante, la crónica fue traducida posteriormente al siríaco¹⁰ —lengua casi extinta del Medio Oriente— por un contemporáneo de todos los hechos que en ella se registraron y quien probablemente haya conocido y tratado con Rabban Sauma¹¹. Su autor, un clérigo copista y cronista anónimo, le añadió elementos narrativos de su propio criterio, reescribiéndola de forma abreviada a principios del siglo xiv y titulándola Historia de Mar Yabhallaha, católico del Oriente y de Rabban Sauma, visitador general. Como muchos manuscritos que circularon a lo largo de la baja Edad Media, esta obra se mantuvo desconocida hasta finales del siglo xix

    ¹²

    .

    En 1884 el manuscrito original fue hallado en la iglesia de Minyanish, pequeña aldea del Kurdistán turco, distrito de Tyari, cercano a la frontera con Irán. El artífice del hallazgo, quien además efectuó una copia del manuscrito, fue, al parecer, un monje nestoriano conocido como Rabban Yonan. En 1885 aquel texto sería transportado hasta Urmia, ciudad del Kurdistán iraní, por un religioso llamado Osha‘na, personaje conocido entre un grupo de misioneros norteamericanos que oficiaban en la región y traductor del texto al arameo. Tales misioneros se dieron a la tarea de publicarlo en la revista Zāhrīri d-Bāhrā (Rayos de Luz) a lo largo de ocho números entre 1885 y 1886. En el otoño de 1886 el orientalista estadounidense Isaac Hollister Hall anunció la existencia del manuscrito ante los miembros de la American Oriental Society, reunidos en New Haven, Connecticut¹³. Las noticias sobre este pertinente hallazgo solo se publicarían en 1889¹⁴. Dos años atrás, una copia del manuscrito había sido hallada en Urmia por el misionero lazarista francés Desirée Salomon, quien también realizó una copia más que luego remitió a su correligionario Paul Bedjan, reconocido orientalista iraní radicado en París. Bedjan recibió la ayuda de Rubens Duval, prestigioso académico y experto traductor de las lenguas siriaca y aramea, a fin de traducirla al francés y publicarla inicialmente en 1888¹⁵. Lustros después, hacia finales de la década de 1920, el prolífico orientalista, políglota y filólogo británico Sir Ernest Alfred Thompson Wallis Budge tradujo y publicó en inglés una copia del manuscrito siríaco gracias a su previa adquisición por parte del British Museum, institución donde laboró como guardián de antigüedades asirias y egipcias. The Monks of Kublai Khan, Emperor of China or the History of the Life and Travels of Rabban Sawma, Envoy and Plenipotentiary of the Mongol Khans to the Kings of Europe, and Markos who as Mar Yahballaha III Became Patriarch of the Nestorian Church in Asia fue el extenso título elegido por Budge para encabezar su traducción, a la que añadió una gran cantidad de notas críticas que, en suma, conforman buena parte del soporte erudito y documental de este trabajo¹⁶.

    Con todo, es preciso señalar que, además de contar con versiones traducidas a lenguas poco habladas como el neoarameo y el azerí, existen sendas traducciones publicadas en lenguas de mayor alcance mundial. Alexander Toepel, profesor en la Universidad de Tubinga realizó en 2008 una traducción al alemán¹⁷, lengua en la cual también existe una traducción de la primera parte del texto llevada a cabo por los filólogos Franz Altheim y Ruth Altheim Stiehl¹⁸. Además, la reconocida asirióloga y bizantinista Nina Viktorovna Pigulevskaja, antigua profesora universitaria en Leningrado, hizo lo propio con el ruso a mediados del siglo xx

    ¹⁹

    . También existe una traducción al neoarameo hecha por Mattay d-bet Patros publicada en Iraq en 1967²⁰. Y Louis Raphaël I Sako, actual archieparca metropolitano de Bagdad y patriarca de Babilonia, tradujo un fragmento del texto al árabe en 1974. A su vez, Pier Giorgio Borbone, catedrático de lengua y literatura siriaca en la Universidad de Pisa y profesor en la Universidad Nacional de Mongolia, la tradujo al italiano a principios de la década del 2000²¹. Asimismo, con la ayuda de la traductora Laura E. Parodi, el profesor Borbone concretó una excelente edición crítica, erudita

    ¿Disfrutas la vista previa?
    Página 1 de 1