SAN ISIDORO DE SEVILLA EL ORIGEN DE LA TRADICIÓN DEL LAUS HISPANIAE
EN EL SIGLO VI, EL REY VISIGODO LEOVIGILDO (572- 586) LOGRABA LA TAN ANSIADA UNIFICACIÓN POLÍTICA DE LA ANTIGUA HISPANIA ROMANA. Desde los inicios de su reinado, el soberano impulsó una serie de reformas con la intención de conseguir la equiparación de derechos entre los godos y la mayoría hisponarromana (Codex Revisus o Código de Leovigildo), pero sus esfuerzos no resultaron suficientes para asegurar la unificación en el plano religioso. Por este motivo, el rey tuvo que hacer frente a la rebelión de su hijo Hermenegildo, llamado a sucederle en el trono, quien, tras abrazar el credo católico (animado por su esposa Ingunda y el arzobispo Leandro), decidió alzarse en armas contra su padre, férreo defensor de la herejía arriana.
NACIMIENTO DE LA NACIÓN ESPAÑOLA
Durante el reinado de su sucesor, el rey (586-601), se celebró el Tercer Concilio de Toledo a partir del 7 de abril del 589, en el que quedó sellada la unidad espiritual del y condenó sus doctrinas, al mismo tiempo que se obligó a varios obispos a abjurar de su herejía. Fue tan grande la influencia de este episodio que, en tiempos muy posteriores, se llegó a considerar como uno de los hechos históricos que favorecieron el nacimiento de la nación española (lógicamente desde el punto de vista de la fe) al permitir la consolidación de una religión, la católica, que tuvo una importancia capital para comprender nuestra historia. En este contexto encuadramos a , una figura universal en el que se combinan dos trayectorias vitales, la del teólogo fundador de escuela y la del gran intelectual, erudito y recopilador de conocimientos de la antigüedad clásica.
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