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La responsabilidad social empresaria en el capitalismo tardío: Historia, concepto y cambio de paradigma
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La responsabilidad social empresaria en el capitalismo tardío: Historia, concepto y cambio de paradigma
Libro electrónico277 páginas4 horas

La responsabilidad social empresaria en el capitalismo tardío: Historia, concepto y cambio de paradigma

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En un debate que ha ganado intensidad en el conjunto social, la responsabilidad de las empresas sobre sus acciones e impactos forma parte de las preocupaciones de los ciudadanos ante el papel rector que como actores sociales desempeñan las organizaciones lucrativas. En ese sentido, este libro parte de la pregunta sobre la posibilidad de la existencia de la responsabilidad de la empresa hacia la sociedad de la que forma parte. Además, realiza un recorrido que no solo permite ubicar en la historia de la humanidad la evolución de esta idea, sino también el giro que adquiere con el capitalismo. Así fue posible observar que los cambios en el concepto en el siglo XX y los inicios del XXI no han sido ajenos a las transformaciones en el contexto social, económico, cultural y tecnológico, que rompen con la idea de una responsabilidad y una empresa por fuera de la historia.
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento24 feb 2023
ISBN9789878141275
La responsabilidad social empresaria en el capitalismo tardío: Historia, concepto y cambio de paradigma

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    La responsabilidad social empresaria en el capitalismo tardío - Carlos A. J. Molinari

    Para mi familia,

    porque ella es mi fuente de vida.

    Prólogo

    Eugenia Néspolo

    Esta obra parte de una afirmación interesante, ordenadora y desafiante, y es que mientras los ciudadanos reclaman compromiso social a las empresas, estas les responden con programas de responsabilidad social empresaria, como una forma de pacto con la sociedad.

    Porque bien coloca al lector en las tensiones propias de sociedad capitalista y el Estado capitalista. Y en este sentido, enfoca como objeto de estudio la responsabilidad social empresaria, para establecer como objetivo la coherencia e incoherencia entre los discursos y las acciones y, consecuentemente, la validez de los marcos teóricos vigentes o, caso contrario, la necesidad de construir una nueva teoría, un modelo de trabajo que solo es posible encarar desde un análisis crítico de los marcos teóricos y de la práctica empresaria.

    Para ello, transita una perspectiva interdisciplinaria que le permite situarse desde la historia de los conceptos, desde sus significados y significantes, donde pensar en el concepto implica considerarlo en la formulación en cada momento histórico así como en su proceso evolutivo al compás de los cambios sociales.

    Desde esta óptica, el libro se plantea un recorrido por la historia de la humanidad en una perspectiva que articula poder estatal, moral, religión y tradición, para comprender la evolución del concepto en una larga duración histórica.

    En este sentido, el contrapunto central general estaría dado por la distinción entre las sociedades precapitalistas y la sociedad capitalista, y más puntualmente a partir de fines del siglo XX, la década de 1990, con la globalización o mundialización de las empresas a partir de una descripción de las características que las guían y las consecuentes actividades empresarias.

    Esta situación, se argumenta desde la perspectiva de análisis planteada, con la utilización del método dialéctico, el materialismo histórico en sus vertientes foucaultianas y por momentos, sin citar expresamente, los conceptos de hegemonía cultural, bloque hegemónico y dominación con relación a la sociedad de consumo, donde sobrevuelan las ideas de Antonio Gramsci.

    Esta perspectiva resulta interesante para poner en contrapunto la responsabilidad social empresarial, la sociedad capitalista y el Estado capitalista. Ello le permite al autor consideraciones relevantes sobre la relación de lucro y la responsabilidad social empresaria, que posibilitan analizar el alcance de esta para la sociedad en su conjunto y la propia administración empresaria.

    Con este marco, el autor demuestra cómo el concepto, en las actuales condiciones históricas, solo sigue a la lógica del capital, por lo que para la construcción de una auténtica responsabilidad social por parte de las empresas es necesario romper con esa lógica para regirse por la lógica de la comunidad; concepto este último que se transforma en esencial para situar un nuevo paradigma sobre el tema.

    Se trata, en definitiva, de un libro desafiante en su sentido argumentativo, porque invita a pensar su desarrollo conceptual en los términos de Guillermo O’Donnell, cuando indica que el Estado garantiza y organiza la reproducción de la sociedad capitalista pues se encuentra con ella en complicidad estructural.

    Introducción

    Pero uno bien puede preguntarse:

    ¿No habremos sido capaces de sobrevivir, cuando sobrevivir era imposible, porque supimos defendernos juntos y compartir la comida?

    Esta humanidad de ahora, esta civilización del sálvese quien pueda, y cada cual a lo suyo, ¿habría durado algo más que un ratito en el mundo?

    Eduardo Galeano, Espejos: una historia casi universal

    La responsabilidad de las empresas sobre sus acciones e impactos en el conjunto de la sociedad y la naturaleza forma parte de las preocupaciones de los ciudadanos ante el papel rector que como actores sociales desempeñan las organizaciones lucrativas. Es un debate que ha ganado intensidad en el conjunto social, debido a las situaciones creadas por las propias empresas, quienes debido a su incidencia en las esferas económica, política, legal, cultural y tecnológica son visualizadas como parte responsable de los problemas generados en el mundo contemporáneo, un mundo dominado por la globalización, con eje en la dimensión económica, que ha posibilitado a las organizaciones empresarias transformarse por una parte en dinamizadoras de la economía mundial, pero también en generadoras, a partir de su papel determinante en la mundialización, de crisis financieras, corrupción, evasión fiscal, precarización laboral, contaminación ambiental, financiación de gobiernos dictatoriales y, como paradoja, generadoras de empleo y desempleo con sus estrategias globales de localización, basadas en los análisis de costos como eje articulador.

    Frente a la presión de la ciudadanía, no solo en los países más desarrollados, tomó fuerza un concepto que, si bien no es una novedad histórica, sí adquiere una nueva dimensión en el primer cuarto del siglo XXI. Mientras los ciudadanos reclaman cada vez más un compromiso social a las empresas, estas responden con programas que denominan de responsabilidad social y específicamente, responsabilidad social empresaria (RSE), a modo de pacto con la sociedad en la cual desarrollan sus actividades.

    Si bien la idea de la responsabilidad social de las organizaciones lucrativas ha ocupado y ocupa un lugar relevante y determinante en la literatura de negocios, tanto en investigaciones como en publicaciones de nivel académico y profesional, se ha establecido como dado un concepto básico que es repetido por la mayoría de los escritos, con pequeñas variaciones en cuanto a las funciones que debería tener asignadas en la empresa.

    Lo primero que se va a establecer es que, debido a que el conjunto de los distintos tipos de empresas constituyen una realidad no equiparable, compuesta por grandes empresas globales, medianas y pequeñas empresas, microemprendimientos, cooperativas, grandes empresas de propiedad estatal o mixta, etc., el análisis en esta obra se centrará esencialmente en las denominadas grandes empresas globales,¹ que por su poder financiero, de marketing y, en algunos casos, su poder monopólico u oligopólico, marcan la tendencia de lo que se va a denominar la configuración socioeconómica del mundo global.

    Dado lo expuesto y en función del recorte realizado, un primer objetivo en este trabajo, desarrollado en los capítulos 1 y 2, será establecer qué se entiende por RSE en el presente, ya que se trata de un concepto que ha cambiado de acuerdo con quien lo enuncia, en qué momento histórico se compone y desde qué ubicación en la estructura social se lo hace.

    Existe una confusión terminológica asociada a la RSE, pues se trata de un área de estudios en donde es posible observar diversidad de conceptos asociados y palabras utilizadas como sinónimos cuando no lo son, como responsabilidad extendida al productor, marketing social, marketing con causa, comercio justo, sustentabilidad o desarrollo sustentable o sostenible, filantropía, business ethics o ética empresaria, emprendedores sociales, marketing ecológico, ciudadanía empresarial, capital social, gerentes sociales; considerando también que cada palabra puede utilizarse con distintas acepciones. En definitiva, todos estos términos contribuyen al aumento de la confusión sobre qué debería entenderse por responsabilidad social desde la óptica de la organización empresa.

    Se buscará establecer entonces qué debe comprender la comunidad por responsabilidad social empresaria ya que, al ser parte de la estrategia de una empresa, se trata de un tema central tanto para quienes deben gestionar organizaciones lucrativas como para aquellos que deben legislar sobre el accionar de las empresas, y también para quienes deben pedir rendición de cuentas sobre los actos empresarios, o sea, para la sociedad en su conjunto. Esto también permitirá articular el accionar de las empresas y su control a nivel global, para no quedar atrapados en el estrecho marco nacional, lo que podría invalidar esas mismas formas de control.

    Por otra parte, se torna necesario establecer si las empresas lucrativas, en razón de lo que se podría denominar metafóricamente su código genético –léase: la formación de la mentalidad empresarial en la historia–, pueden efectivamente ser socialmente responsables, o si con la implementación de los programas relacionados con esta temática solo intentan maquillar los posibles efectos nocivos de sus acciones en la sociedad.

    A partir de contrastar los marcos teóricos sobre la RSE desarrollados por las empresas y en los ámbitos académicos con las acciones concretas que estas llevan a cabo, se plantea establecer la coherencia o incoherencia entre discurso y acción y, por lo tanto, la validez de los marcos teóricos o la necesidad de construir una nueva teoría comprensiva del fenómeno.

    Cuando se utiliza el término discurso, no se piensa solo en palabras, sino que como sostiene Michel Foucault (2005: 14):

    En toda sociedad la producción de discurso está a la vez controlada, silenciada y redistribuida por cierto número de procedimientos que tienen por función conjurar sus poderes y peligros, dominar el acontecimiento aleatorio y esquivar su pesada y terrible materialidad.

    Es en este marco que se utiliza el concepto de discurso de la empresa cuando se piensa la RSE.

    Se trata, en definitiva, de efectuar un análisis interdisciplinar y transdisciplinar del fenómeno de la RSE dilucidando las contradicciones que genera su aplicación en el ámbito empresario en el marco del capitalismo, un sistema atravesado por la ideología neoliberal, que piensa en un individuo caracterizado como homo oeconomicus, que privilegia por sobre todo la maximización de los beneficios en sus acciones en el marco de una sociedad regida por el capital, el cual –como sostiene István Mészáros (2004: 99)– no es solo un conjunto de mecanismos económicos, sino un modo multifacético de reproducción metabólica social que todo lo abarca y afecta profundamente cada aspecto de la vida, desde lo material hasta las relaciones culturales. En este ámbito hay que situar el accionar de la empresa y su relación con la sociedad de la que forma parte y a la cual condiciona.

    En función de lo expuesto, nuestra hipótesis de trabajo parte de considerar que las empresas enfrentan contradicciones respecto del ejercicio y el cumplimiento de su responsabilidad social pues, en el capitalismo, la propia formación de la mentalidad del empresario se basa en los intereses personales por sobre los sociales, y ello impide la responsabilidad hacia la sociedad, cuando esta última entra en conflicto con los intereses particulares. Los objetivos de competencia y de generación de rentabilidad como eje del accionar de la empresa imposibilitan, por lo tanto, una auténtica acción de priorizar lo social sobre lo individual.

    Desde este planteo, se analizará cómo la construcción de un concepto que pueda ser aceptado como válido por las empresas colisiona con la propia visión de los negocios, anulando la aplicación práctica de ese concepto –aun cuando la empresa pueda llevar adelante acciones que beneficien limitadamente a la sociedad–, pues siempre su última frontera será la rentabilidad del capital.

    Será necesario contrastar este límite con lo expuesto por Eduardo Galeano en el epígrafe de esta introducción, donde los conceptos de solidaridad y comunidad aparecen como constitutivos de la propia evolución del ser humano. Podemos inferir, entonces, cómo las ideas de la solidaridad y de la pertenencia a la comunidad son las que permiten al ser humano transitar por el tiempo de la vida, lo que entra en contradicción con la idea de egoísmo desarrollada a partir del capitalismo en la historia. Esta contradicción será explorada en este trabajo para tratar de comprender si es posible tener responsabilidad social cuando se privilegia el interés individual.

    Se trata, en definitiva, de analizar la RSE como un concepto en evolución al ritmo de los cambios históricos y, por lo tanto, sujeto a modificaciones de acuerdo con las necesidades sociales, evitando así su cristalización sin posibilidad de rebasar los límites en los cuales muchas veces se lo pretende encerrar. Para alcanzar este objetivo se estudiará el desarrollo de la relación entre la sociedad, las formas de gobierno y la realización de actividades lucrativas por parte de las empresas, para comprender esa forma tan particular de sistema productivo que es el capitalismo en un momento determinado de la historia, y cómo sus formas de regular, o no, la responsabilidad de las empresas hacia la sociedad corresponden a un determinado tiempo histórico, que no es inmutable y está sujeto, por lo tanto, a cambios y a nuevas propuestas sobre su concepción.

    Si es posible encontrar en la historia de las sociedades una constante respecto de la regulación de los impactos hacia terceros de las actividades lucrativas, entonces esta situación posibilitará comprender a la RSE no como una concesión de las empresas sino como una obligación. Solo de esta manera es factible encontrar una salida a las contradicciones, construyendo un nuevo marco para la RSE.

    Se trata, entonces, de un proceso que debe ser analizado a partir de las distintas vertientes teóricas e ideológicas que le dan origen para comprender los intereses en disputa y de esta forma garantizar en este enfoque que los beneficios del accionar empresario no perjudiquen a la sociedad sino que se reviertan en ella.

    Para alcanzar este objetivo habrá que contrastar también los discursos de las empresas con sus resultados para la vida social, permitiendo cambiar un enfoque basado en la pura lógica económica de la mercancía.

    Desde lo metodológico este trabajo, en lo que hace a las fuentes, ha sido encarado a partir de lo que Carlo Ginzburg (2013: 171-221) denomina el paradigma indicial, concepto que desarrolla a partir de pensar cómo determinadas ciencias son disciplinas eminentemente cualitativas, que tienen por objeto casos, situaciones y documentos individuales, en cuanto individuales; y precisamente por eso alcanzan resultados que tienen un margen insuprimible de aleatoriedad.

    Esto lo lleva a proponer que el conocimiento histórico, en cuanto hechos del pasado, aunque sea muy próximo, es indicial; propuesta que puede ser extendida a otras ciencias sociales. Pero debe considerarse que esta formulación metodológica no debe llevar al abandono de la idea de totalidad. En este proceso, como plantea Ginzburg, se hace necesaria la idea de totalidad pues, si bien la realidad es impenetrable, son las pruebas y los indicios las que permiten descifrarla.

    Pero el conocimiento científico se fundamenta en una combinación de componentes teóricos y empíricos. Y los últimos, en este trabajo, surgen de documentos producidos por las empresas y por la sociedad –programas de RSE, códigos de ética, artículos publicados en medios de comunicación, publicidades, declaraciones de organizaciones sociales, del Estado y de organismos internacionales, y también bibliografía y publicaciones académicas–, que posibiliten categorizar la población estudiada. Estas unidades de análisis deberán ser lo suficientemente numerosas, aunque pocas con relación a la población bajo estudio, ya que la de las empresas es una actividad que, si bien está centrada en el ámbito nacional, no es posible aislarla del espacio internacional, en razón de sus acciones globales y las repercusiones en la sociedad.

    Pero la RSE, en cada momento de su expresión histórica, se presenta como la idea resultante de la intersección de múltiples variables, pues la realidad es multicausal. Entonces, se hace necesario un marco epistemológico como el de la teoría de la complejidad, que según Edgar Morin (2005: 32) posibilita analizar constituyentes heterogéneos inseparablemente asociados: presenta la paradoja de lo uno y lo múltiple. Al mirar con más atención, la complejidad es, efectivamente, el tejido de eventos, acciones, interacciones, retroacciones, determinaciones, azares que constituyen nuestro mundo fenoménico. Un marco de estas características solo puede ser posible con la utilización del método dialéctico.

    Como plantea Karel Kosík (1967), comprender un fenómeno marca el acceso a su esencia, pues sin la manifestación del fenómeno la esencia seria inaccesible. En este sentido es el método dialéctico el que nos posibilita acceder a la esencia del fenómeno bajo estudio –la RSE– para comprenderlo. Este proceso viabilizará el análisis de la realidad social de los hombres como unidad dialéctica de sujeto y objeto, este último como parte de un todo. El movimiento de la parte al todo y del todo a la parte permite conocer la realidad como dialéctica de la totalidad concreta en la que se reproduce idealmente la realidad en todos sus planos y dimensiones. Una totalidad que no significa todos los hechos sino un conjunto estructurado y dialéctico, conjunto en el cual es posible comprender cualquier clase o conjunto de eventos.

    Dado que el ámbito de lo social, de la cultura, opera tanto en la dimensión empírica como en la de las ideas, el método propuesto permitirá estudiar las relaciones e interacciones entre las dos dimensiones en el mundo de las personas y las empresas, así como sus conflictos, inherentes al propio concepto de dialéctica.

    Esbozados ya nuestros propósitos y métodos, a continuación reseñaremos brevemente el contenido de este libro.

    En el capítulo 1 se analizarán, en un proceso de una larga duración histórica, las relaciones entre las actividades lucrativas y la sociedad, situando cada una de esas relaciones en un contexto que posibilita comprenderlas, así como su deriva posterior en el tiempo.

    El capítulo 2 ha sido destinado a exponer cómo, a partir de los inicios del siglo XX, se van generando distintas ideas explicativas acerca de lo que debe ser la responsabilidad de la empresa por sus acciones y cómo ese debate se produce tanto en los ámbitos empresariales como en los académicos, a nivel político de las naciones y en los organismos y asociaciones internacionales. En esta línea de trabajo, el capítulo se plantea, igual que el anterior, su comprensión en el contexto en que es enunciado cada concepto, así como un diálogo entre las distintas posiciones y, a su vez, un análisis crítico de las distintas ideas puestas en debate.

    El capítulo 3 se propone mostrar –a partir de casos representativos seleccionados, que marcan una tendencia– cómo el accionar de las empresas entra en permanente colisión con los principios que se enuncian sobre su responsabilidad hacia la sociedad.

    Finalmente, el cuarto y último capítulo desarrolla la necesidad de un nuevo paradigma para pensar cómo deberían las empresas desarrollar acciones socialmente responsables, ya que el actual contexto torna imposibles las viejas ideas en circulación.

    Por último, hay que señalar que un problema como el de la RSE, sobre todo considerando los cambios producidos fundamentalmente en el transcurso del siglo XX, no puede estudiarse solamente desde la disciplina de la gestión, como ha sido y es generalmente enfocado. Es indudable que el marco disciplinar posibilita ajustar el problema, pero simultáneamente reduce la comprensión del fenómeno en su totalidad; de ahí la importancia de la interdisciplina y la transdisciplina para su abordaje.

    Se entiende que es necesario ir más allá de la teoría de la administración, incorporando los aportes de la economía, el derecho, la historia social, la sociología y la filosofía, si se trata de analizar, comprender y reelaborar críticamente el concepto de RSE, atravesado por intereses de clase y su correlato en las estructuras de poder económico y social.

    También hay que señalar que, en cuanto a las distintas construcciones del concepto, el desarrollo del trabajo se ha realizado a partir de considerar lo expuesto por Georges Canguilhem (2009: 210) respecto de evitar el virus del precursor, un pensador, un investigador que habría recorrido previamente un camino que posteriormente es concluido por otro.

    En este libro se parte del principio de que cada estudio de un tema debe ser considerado en un determinado contexto histórico, con preguntas y problemas específicos, en función de los cuales es posible analizar y pensar un determinado concepto. Esto permitirá comprender a los propios conceptos inscriptos en una dinámica, modificándose con el transcurso del tiempo, donde lo por venir no es un pensable todavía y donde las nuevas ideas surgirán desde los nuevos contextos. Así, la RSE podrá ser ubicada en un proceso de cambio nunca cerrado, sino abierto a nuevas interpretaciones.

    1. Si bien se utilizarán casos y/o análisis teóricos que comprendan a las pymes, empresas estatales u otro tipo de organizaciones.

    CAPÍTULO 1

    Raíces del concepto

    En una primera instancia, es necesario establecer un concepto básico como es el propio de concepto; en qué sentido se utiliza este término dado que la construcción del de responsabilidad social empresaria es el eje sobre el cual se articula este trabajo. En ese sentido, se lo va a analizar desde la perspectiva de Reinhart Koselleck (2004), quien lo piensa en el marco de la denominada historia de los conceptos.¹

    Este autor plantea que la vida humana se constituye a partir de experiencias particulares y que son los conceptos los que posibilitan guardar y retener las experiencias. Citando a Kant, Koselleck sostiene que no hay experiencias sin conceptos ni conceptos sin experiencias.

    Asimismo, vincula el concepto con el lenguaje, donde aparece la ciencia de la semántica, pues una palabra puede tener multiplicidad de significados que se adecuan a una realidad mutable. Pero, considerando que la propia realidad no se deja reducir a su significado y forma lingüística, aunque

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