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Los intentos del desmontaje del socialismo en Cuba. Un análisis crítico
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Libro electrónico174 páginas1 hora

Los intentos del desmontaje del socialismo en Cuba. Un análisis crítico

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La disyuntiva de los revolucionarios cubanos en 1959 era luchar por su soberanía o plegarse a los violentos intentos de Estados Unidos por restablecer su dominio en Cuba. Muchos cubanos instigados por los cantos de sirena y la Ley de ajuste cubano optaron por emigrar a tierras extrañas. El objetivo era perpetuar un progresivo desgaste económico y un proceso desestabilización política irrecuperable. Este relato no es una crónica, pero muchos de los sucesos aqui descritos han dejado su impronta en la historia revolucionaria. Es solo una mirada introspectiva al inframundo de la subversión enemiga y su impacto brutal en la sociedad a lo largo de estos cincuenta años.
IdiomaEspañol
EditorialRUTH
Fecha de lanzamiento20 ene 2023
ISBN9789592115743
Los intentos del desmontaje del socialismo en Cuba. Un análisis crítico

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    Los intentos del desmontaje del socialismo en Cuba. Un análisis crítico - Manuel Hevia Frasquieri

    Página Legal

    Edición: Vivian Lechuga

    Diseño de cubierta y pliego gráfico: Zoe Cesar

    Realización gráfica: Carla Otero Muñoz

    © Manuel Hevia Frasquieri, 2020

    Andrés Zaldívar Diéguez, 2020

    © Sobre la presente edición:

    Editorial Capitán San Luis, 2020

    ISBN: 9789592115743

    Editorial Capitán San Luis,calle 38 no. 4717 entre 40 y 47, Playa, La Habana, Cuba.

    Email: direccion@ecsanluis.rem.cu

    www.capitansanluis.cu

    facebook/capitansanluis

    Sin la autorización previa de esta editorial, queda terminantemente prohibida la reproducción total o parcial de esta obra, incluido el diseño de cubierta, o su transmisión de cualquier forma o por cualquier medio. Quedan rigurosamente prohibidas, sin la autorización escrita de los titulares del Copyright, bajo la sanción establecida en las leyes, la reproducción parcial o total de esta obra por cualquier medio o procedimiento, comprendidos la reprografía y el tratamiento informático, y la distribución de ejemplares de ella mediante alquiler o préstamo público. Si precisa obtener licencia de reproducción para algún fragmento en formato digital diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos, www.cedro.org) o entre la web www.conlicencia.com EDHASA C/ Diputació, 262, 2º 1ª, 08007 Barcelona. Tel. 93 494 97 20 España.

    El verdadero sentido de la resistencia en Cuba

    Salvar la esperanza, la idea y el nuevo desarrollo del pensamiento revolucionario.

    La disyuntiva de los revolucionarios cubanos en 1959 era luchar por su soberanía o plegarse a los violentos intentos de Estados Unidos por restablecer su dominio neocolonial. Era revolución o contrarrevolución.

    La decisión de llevar adelante una reforma agraria a menos de cinco meses del 1ro de enero definió nuestra posición. Algunos razonan con acierto que fue a partir de la reunión 400 del Consejo de Seguridad Nacional estadounidense, celebrada el 26 de marzo de 1959, que se elevó a nuevos niveles el derrotero de la hostilidad yanqui contra la Revolución cubana. El entonces jefe de la CIA, Allen Dulles, aseguró a su presidente sentirse perturbado por los acontecimientos recientes, agregando que el gobierno de Castro se movía a una dictadura total.

    El pueblo cubano enfrentó entonces una guerra sucia brutal impuesta por su vecino del norte, que no ha escatimado recursos para intentar doblegar su voluntad y heroica resistencia. Un prestigioso periodista cubano apuntaba: El verdadero sentido de la resistencia en Cuba en estos años no era solo salvar la independencia, la justicia social, el derecho a la autodeterminación del pueblo de la isla […] sino además salvar la esperanza, la idea, la perspectiva del socialismo y del nuevo desarrollo del pensamiento revolucionario.¹

    Este relato no es una crónica, pero muchos sucesos aquí descritos han dejado su impronta en la historia revolucionaria. Es solo una mirada introspectiva al inframundo de la subversión enemiga en estos cincuenta y cinco años. El sumario inconcluso de una guerra sucia sin precedentes en la historia reciente, no del todo conocida.² La síntesis inacabada de documentos programáticos del enemigo que se entrelazan con informes fragmentados, desclasificados por la CIA, y evaluaciones críticas de los órganos de seguridad cubanos. No hemos excluido de estas líneas valiosos testimonios de actores históricos.

    Esto permitió secuenciar el pulso de una guerra económica y su impacto brutal en la sociedad a lo largo de estos años.

    Debe utilizarse prontamente cualquier medio concebible para debilitar la vida económica de Cuba […]. Así rezaba el discurso de un funcionario yanqui en fecha tan temprana como 1960.El único medio previsible para enajenar el apoyo interno es a través del desencanto y el desaliento basados en la insatisfacción y las dificultades económicas [...] causar hambre, desesperación [...].³

    Muchos cubanos optaron por emigrar a tierras extrañas, instigados también por los cantos de sirena y la Ley de ajuste cubano. Algunos lo hicieron por miedo provocado por una burda mentira que aseguraba que la Revolución los privaría de la patria potestad sobre sus hijos. La gran mayoría partió después por causas económicas. Sin embargo, el fenómeno de la emigración cubana es manipulado aún políticamente por Estados Unidos como un arma contra la Revolución.

    Una guerra económica que durante los años más difíciles del Período Especial, trastornó de forma abrupta los niveles de vida de la población. Aquello acrecentó la inseguridad y la falta de expectativas. Marcó también a las generaciones más jóvenes, abriendo paso a la indisciplina social, la marginalidad y el deterioro de valores éticos y morales. Esta tesis enemiga ha sobrevivido al tiempo. Confiamos que debe cesar.

    El objetivo era perpetuar un progresivo desgaste económico y un proceso de desestabilización política irrecuperable, que abriera las puertas a una agresión militar o la caída del poder, aprovechando los errores de los revolucionarios.

    Esto podría explicar el surgimiento del llamado desafío político a mediados de los años 90. Aquella doctrina contrarrevolucionaria, fabricada contra Europa del Este en 1983, es utilizada por mercenarios internos para promover el desorden público y la desobediencia civil, instigados por la sede diplomática norteamericana en La Habana.

    Aquellas provocaciones, han perseguido estimular una respuesta desproporcionada de la autoridad y el consiguiente impacto en algunos medios de propaganda occidentales, siempre dispuestos al escarnio público contra la Revolución.

    El propósito del enemigo es intentar ganar espacios de influencia, captar el apoyo de grupos informales o de jóvenes profesionales, trabajadores, cuentapropistas, intelectuales, deportistas o artistas, alejados de cualquier compromiso con la Revolución, formar líderes de opinión o identificar a aquellos que por su capacidad pudieran influir en un eventual escenario de cambios políticos. A los jóvenes revolucionarios y sus organizaciones políticas, les corresponde defender sin temor estos espacios con su inteligencia, razón y la verdad.

    En las condiciones de un país asediado como Cuba, la estrategia enemiga no es diferente a los primeros decenios de la Revolución. La agresión transita en el tiempo con un sentido eminentemente pragmático de sus ejecutores, atemperado a nuevas formas de pensamiento y al desarrollo tecnológico en el mundo, pero centrada en su objetivo cardinal que es eliminar la Revolución. Se trata de una nueva recomposición de la estrategia norteamericana para lograr el cambio en Cuba. En esto radica la esencia del trabajo subversivo de estos tiempos.

    Aunque Estados Unidos reconozca en la actualidad que su política contra Cuba ha sido un fracaso después de cincuenta años transcurridos, y que su presidente Barack Obama exprese: No pienso que podamos seguir haciendo lo mismo que durante más de cinco décadas… El nuevo escenario no debe implicar cambios trascendentales en la política estratégica gubernamental, de la CIA y su comunidad de inteligencia contra Cuba, como no sea fortalecer aún más lo que vienen haciendo, apelando a nuevas metodologías de trabajo subversivo y disímiles argucias para tratar de engañar a algunos jóvenes.

    ¿Los que esgrimen con fuerza en Estados Unidos la política de Carril II contra Cuba esperan otro resultado distinto? ¿Alguien cree que la Revolución podría ser engañada?

    Los cubanos conocen que los llamados programas pueblo a pueblo son aprobados mediante licencias por el Departamento del Tesoro, para impulsar su actual política de influencia hacia Cuba. En marzo de 2016 salieron a la luz nuevos mecanismos para fortalecer esta política y permitir los viajes individuales de pueblo a puebo. Insisten en la creencia de convertir a los viajeros estadounidenses como los nuevos agentes de cambio en Cuba:

    [...] permitirles a los participantes sostener diálogos pueblo a publo directos e individuales con el pueblo cubano y el modo en que el viaje permitirá dichos diálogos [...] incrementar los contactos con el pueblo cubano, a apoyar la sociedad civil en Cuba o a promover la independencia del pueblo cubano respecto a las autoridades cubanas, y que tendrán por resultado una interacción significativa entre el viajero y los individuos en Cuba".

    Pero el imperio se equivoca. No tenemos la menor duda de que esta interacción, alejada de la propaganda contra Cuba a la que están acostumbrados a recibir en su país, influirá en no pocos visitantes en una apreciación más profunda de lo que significa ser cubano de estos tiempos, de su honestidad y esperanzas futuras, de su inclaudicable resistencia, de sus deseos por corregir errores y avanzar en la construcción de una sociedad revolucionaria más perfecta.

    Sin embargo, Estados Unidos intentará avanzar paulatinamente en sus propósitos mediante una política más inteligente y solapada, pero atractiva en

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