ANÁLISIS
Lo acontecido en un albergue para migrantes en Ciudad Juárez, donde 40 personas murieron, encerradas bajo una llave que nadie quiso abrir, no es un caso aislado. Es un ejemplo de la situación existente en diversos albergues en las fronteras sur y norte de México. Lo ocurrido obliga a repensar las políticas hacia el fenómeno migratorio de parte de los gobiernos de México y Estados Unidos. Hacerlo obliga a detectar las circunstancias que han contribuido a situaciones tan dramáticas, atribuir responsabilidades y señalar los cambios que deben llevarse a cabo para evitar la repetición de hechos tan condenables.