La migración de mexicanos y mexicanas hacia Estados Unidos, como es conocido, tiene una larguísima historia y ha transcurrido con diferentes etapas y entre todas las dificultades posibles. También, es verdad, con numerosas historias de éxito de quienes se asentaron en el país vecino, haciendo su vida en otros espacios e incluso teniendo descendencia.
No obstante, hasta recientemente nuestra enorme población radicada en Estados Unidos y en otros lugares del mundo carecía de un reconocimiento de nacionalidad como el que hoy posibilita el artículo 30 constitucional.
La reforma a este artículo, vigente desde el 18 de mayo, el resultado es que la nación mexicana está hoy integrada por más de 166 millones de personas; reitero, con plenos derechos, como cualquier persona nacida en el territorio (salvo algunas restricciones derivadas de la doble nacionalidad). En números amplios, somos 128 millones en el territorio y aproximadamente 38 millones en el extranjero.