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La Dieta de Dios: El plan divino para tu salud y bienestar
La Dieta de Dios: El plan divino para tu salud y bienestar
La Dieta de Dios: El plan divino para tu salud y bienestar
Libro electrónico145 páginas3 horas

La Dieta de Dios: El plan divino para tu salud y bienestar

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Es hora de que rompamos la miserable barrera nutricional y empecemos a disfrutar de la buena salud y el bienestar que Dios quiere que tengamos.

Recuerda lo que dijo el rey Salomón: “El principio de la sabiduría es el temor de Jehová; Los insensatos desprecian la sabiduría y la enseñanza”. Proverbios 1:7

Todos los caminos de Dios son rutas pavimentadas que te llevarán a salvo a tu destino. Sal de tu camino de barro, donde estás atorado y súbete al camino pavimentado de Dios y Su Palabra.

Ignorar las leyes y mandamientos de Dios lo único que traen es miseria y enfermedad: “Mi pueblo fue destruido, porque le faltó conocimiento”. Oseas 4:6.

Al leer este libro lleno de principios bíblicos para una buena nutrición descubrirás:

* Los fundamentos para edificar un cuerpo fuerte y sano que dure mucho tiempo, para que disfrutes la vida y para que sirvas al Señor y a su pueblo por muchos años.
* El plan de Dios para tu salud física
* ¿Promete Dios largura de días y salud?
* Cómo desarrollar una actitud correcta para fortalecer tu espíritu
* Cómo obtener beneficios para nuestro cuerpo y alejar los resultados perjudiciales
* ¿Estás transgrediendo alguna de las tres leyes bíblicas?
* Las diferencias entre la carne pura e impura
* ¿Es perjudicial comer sangre de animales?
* Los peligros de comer animales no aptos para consumo humano
* La relación entre el cáncer y los alimentos que consumimos
* La visión de Pedro en cuanto a los alimentos, ¿realmente ha cambiado algo?
* ¿Qué pensaba Jesús de los animales inmundos?
* Verdades que te ahorrarán miles de dólares en medicinas, doctores, hospitales y operaciones.
* El agua que sana
* Secretos reveladores del ayuno
* La importancia del buen descanso
* y mucho más!

Dios está muy interesado en tu cuerpo. Si nuestro cuerpo es templo del Señor y es Su habitación, tendremos que darle cuentas del uso y abuso que le demos. Hemos sido hechos los custodios de la casa de Dios, donde mora su Presencia, y tendremos que dar cuentas en el Tribunal de Cristo.

Si no revisamos los materiales con los que estamos construyendo nuestra casa orgánica se nos va a derrumbar mucho más pronto de lo que nuestro Arquitecto lo planeó.
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento14 nov 2022
ISBN9781640811782
La Dieta de Dios: El plan divino para tu salud y bienestar
Autor

Jorge Lozano

Jorge Lozano nació en la ciudad de México en el año 1953. A los 20 años recibió a Jesucristo como su Señor y Salvador y desde entonces le ha dedicado su vida enteramente. Ingresó al Instituto Bíblico Cristo para las Naciones en la ciudad de Dallas, Texas y allí descubrió la importancia de la alabanza, la adoración, la grandeza de Dios y el valor de nuestras almas. Después de graduarse fue pastor en la Ciudad de México por 4 años y 7 años en Baja California. Junto a Marcos Witt y Chuy Olivares provocaron una reforma de la Alabanza y de la Adoración en toda Latinoamérica. Dirigió el Instituto Bíblico "Cristo para las Naciones" en la ciudad de Córdoba, Argentina, durante 15 años. Luego fue pastor asociado en la Iglesia "Centro Familiar de Adoración" en Paraguay y actualmente reside en México. Ha recorrido los 5 continentes predicando la Palabra de Dios y ministrando en la música.

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    La Dieta de Dios - Jorge Lozano

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    1

    Declaración de guerra

    Necesitamos declararle la guerra a las enfermedades, a la miseria y a los dolores. Necesitamos hacer guerra contra las fuerzas diabólicas que odian que conozcamos la verdad para que nos haga libres.

    Hace ya mucho tiempo que tenía ganas de poner este material al alcance del pueblo de Dios, ya que el mismo me ha bendecido y me ha dado muchísimas victorias, ha prolongado mi vida y ha agregado mucha felicidad a mi diario vivir.

    Cuando David confrontó a Goliat lo hizo porque había una causa tremenda por la cual enfrentar a este terrible enemigo de Israel. Si recuerdas la historia, el pueblo de Israel estaba a punto de caer bajo la bota opresora de los filisteos, los cuales eran enemigos crueles y sin misericordia.

    El corazón de David ardía con el fuego de Dios para liberar a su pueblo, porque él poseía la solución al problema. Hasta su familia se levantó en contra de él, pero David se aferró a Dios y el Señor le concedió una gran victoria.

    En este caso también hay una gran causa que está corriendo peligro. Hay muchos que están perdiendo la batalla de la salud y de la misma vida. ¿Por qué?

    Dejemos que Dios mismo nos conteste a través del profeta Oseas: Mi pueblo fue destruido, porque le faltó conocimiento. Oseas 4:6.

    Hay una historia muy interesante que ilustra lo que quiero decir:

    "En cuanto Joab (el capitán del rey) salió de hablar con David (que para este tiempo ya era rey de Israel), mandó a decirle a Abner que regresara, pero sin decírselo a David.

    Abner ya había llegado al pozo de Sirá, pero regresó a Hebrón. Tan pronto como llegó a la entrada de la ciudad, Joab lo llevó aparte, como si quisiera decirle algo a solas, y le clavó un cuchillo en el estómago. Así fue como Joab y su hermano Abisai se desquitaron de la muerte de su hermano Asael en la batalla de Gabaón.

    Cuando David supo lo que había pasado, dijo:

    «Juro por Dios que ni yo ni mi gente tenemos la culpa de la muerte de Abner. Que Dios castigue a Joab y a toda su familia. Que entre ellos siempre haya enfermos. Que la piel se les pudra y sus heridas no se cierren. Que haya entre ellos cojos, y que se mueran de hambre o que los maten en la guerra."

    Luego David les dijo a Joab y a todos los que estaban con él: «En señal de tristeza, rompan la ropa que llevan puesta y vístanse con ropas ásperas, y lloren por Abner».

    Abner fue enterrado en Hebrón. El día que lo enterraron, el rey David iba adelante del grupo. Toda la gente lloraba mucho, y también el rey lloraba sin consuelo ante la tumba de Abner. Y decía:

    «¡Abner no merecía morir así!

    ¡Bien pudo haber escapado!

    ¡También pudo haberse defendido!

    En cambio, ¡murió asesinado!»

    La gente no dejaba de llorar, y todo el día le insistieron a David que comiera algo. Pero David les respondía: «No comeré nada antes de que anochezca. Que Dios me castigue muy duramente si lo hago».

    Esto que dijo el rey le pareció bien a la gente, ya que todo lo que David hacía les agradaba. La gente se dio cuenta de que el rey no era culpable de la muerte de Abner.

    Luego el rey les dijo a sus oficiales: «¿Se dan cuenta de que hoy ha muerto en Israel un gran hombre? ¿De qué me sirve ser el rey, si no pude evitar que Joab y Abisai lo mataran? ¡Que Dios les dé su merecido por la maldad que cometieron!»" II Samuel 3:27-39 (TLA)

    David se lamentó mucho cuando Abner murió en las manos de Joab. Cuando Abner estaba dentro de las murallas de la ciudad de refugio su vida estaba a salvo. Si David hubiera sabido los planes de Joab, hubiera prevenido a Abner inmediatamente, pero Joab se escondió de David.

    Y lo mismo sucede el día de hoy, hay muchos que no se dan cuenta que el enemigo está escondido, y los está llevando fuera de la zona segura de la Palabra de Dios para llevarlos a la enfermedad y finalmente a la muerte.

    ¿Deseas morir como un necio, como Abner? Yo no quiero eso, quiero estar dentro de la zona segura de la Palabra de Dios, y espero que tú también lo desees así.

    En cierta manera estoy desesperado por que este mensaje llegue a mi generación y a la venidera. ¿A cuántos podremos prevenir de enfermedades y muertes prematuras?

    Todos los caminos de Dios son rutas pavimentadas que te llevarán a salvo a tu destino. Sal de tu camino de barro, donde estás atorado y súbete al camino pavimentado de Dios y Su Palabra. Mira lo que Él tiene para decir: Goteará como la lluvia mi enseñanza; Destilará como el rocío mi razonamiento; como la llovizna sobre la grama, y como las gotas sobre la hierba. Deuteronomio 32:2

    Cómo aplicarlo el día de hoy

    Dios nos ha dado direcciones de cómo cuidar nuestro cuerpo. ¿Sabías que Dios también está interesado en tu cuerpo?

    Que el Dios de paz los mantenga completamente dedicados a su servicio. Que los conserve sin pecado hasta que vuelva nuestro Señor Jesucristo, para que ni el espíritu ni el alma, ni el cuerpo de ustedes sean hallados culpables delante de Dios. 1 Tesalonicenses 5:23

    Ya que nuestro cuerpo es Su templo y su habitación, también le vamos a dar cuentas a Dios del uso y abuso que le demos a nuestro cuerpo. Hemos sido hechos los custodios de la casa de Dios, donde mora su Presencia, y tendremos que dar cuentas en el Tribunal de Cristo.

    Cuando órganos vitales y miembros de nuestro cuerpo son destruidos, nuestro cuerpo muere. Corazón, pulmones, intestinos, hígado, páncreas, riñones, etc. Todos estos miembros son destruidos debido al maltrato que se les dio, por falta de conocimiento, o porque rechazaron el conocimiento.

    Algunas personas fallecen porque no tomaron las medidas preventivas y otros mueren a causa de diversas enfermedades. Sea como sea, Dios nos recuerda: Mi pueblo fue destruido, porque le faltó conocimiento. Oseas 4:6

    Lo malo de esto es que el mal que se hace al cuerpo ya no tiene solución y muchas enfermedades ganan tal terreno que ya no pueden ser detenidas. ¿Te imaginas cuánta gente habrá muerto antes de tiempo sufriendo muertes realmente horribles?

    Todo lo que estudiaremos en este libro estará completamente basado en la Palabra de Dios. Yo sé que tenemos convicciones fuertísimas en nuestro corazón, y está bien, sólo que te pido que examines todas tus convicciones a la luz de las Escrituras para que si descubres que tienes algo que cambiar lo hagas cuanto antes.

    Te aseguro que nuestras vidas secas se convertirán en fuentes de bendiciones y nuestros desiertos se volverán como los jardines del Edén.

    El Creador del Universo no necesita recomendaciones para que nosotros le creamos a lo que nos dice en Su Palabra, debemos creerle por el simple hecho que es Dios quien nos lo está diciendo.

    Dios, en el libro de Job, del capítulo 38 al 41, hace preguntas que ningún hombre puede contestar. Preguntas tales como ¿Alguna vez en tu vida le has dado órdenes al sol para que comience un nuevo día? ¿Alguna vez en tu vida le has dado órdenes a la tierra para que se quite de encima a los malvados? ¿Has bajado al fondo del mar para ver dónde nace el agua? ¿Has bajado al reino de la muerte y visitado a los muertos? ¿Sabes dónde viven la luz y la oscuridad? ¿Puedes llevarlas al trabajo, y regresarlas a su casa? (Job 38:12-13,16-17,19-20, TLA)

    Ante semejantes interrogaciones, Job llega a una conclusión:

    Yo conozco que todo lo puedes, y que no hay pensamiento que se esconda de ti. ¿Quién es el que oscurece el consejo sin entendimiento? Por tanto, yo hablaba lo que no entendía; Cosas demasiado maravillosas para mí, que yo no comprendía. Oye, te ruego, y hablaré; Te preguntaré, y tú me enseñarás. De oídas te había oído; Mas ahora mis ojos te ven. Job 42:1-5

    Mira lo que Dios le dijo a Isaías: Yo soy Jehová, y ninguno más hay; no hay Dios fuera de mí. Yo te ceñiré, aunque tú no me conociste, para que se sepa desde el nacimiento del sol, y hasta donde se pone, que no hay más que yo; yo Jehová, y ninguno más que yo, que formo la luz y creo las tinieblas, que hago la paz y creo la adversidad. Yo Jehová soy el que hago todo esto. Isaías 45:5-7

    Necesitamos entonces aplicar todos los principios que Dios nos enseña en Su palabra y cuánto más aquellos que nos dan la clave para la salud y la felicidad en nuestras vidas, ¿no crees? Con todo mi corazón le pido a Dios que nos abra los ojos y nos permita entender sus principios amorosos para nosotros.

    2

    Pongamos los fundamentos

    Comenzaremos esta

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