San Pablo. Heraldo de Cristo. Parte II. La Enfermedad de la Carne. Nuestro Cuerpo Celestial.

Por Fernando Davalos

En esta Segunda Parte de sus escritos sobre el apóstol san Pablo, el autor aborda la posición de Pablo sobre la enfermedad de la carne y de nuestro cuerpo celeste, en la que el apóstol ahonda en los desafíos que para nuestra vida constituye la carne y las distorsiones de nuestros cinco sentidos en un mundo caído y contaminado por las mentiras e ilusiones de Satanás
Pablo sabía esto y escribió extensamente sobre las limitaciones de nuestra carne y sangre que constituyen nuestros cuerpos y nuestras mentes limitados, y las posibilidades liberadoras de una vida de obediencia a Cristo que puede llevarnos a través de una relación vital con el espíritu santo al renacimiento espiritual y a un cuerpo celestial.
 

• Idioma: Español
• Editorial: Fernando Davalos
• Fecha de lanzamiento: 22 oct 2022
• ISBN: 9798215399217

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Tabla de Contenido

San Pablo. Heraldo de Cristo. Parte II. | La Enfermedad de la Carne. Nuestro Cuerpo Celestial

Preámbulo

El Cuerpo Infectado -nuestro manto de piel de animal- y el Manto de Luz -nuestro cuerpo celestial- en la teología de San Pablo | Índice

La Carne, los cinco Sentidos

La Tentación

Satanás

Fornicación

¡No Duerman!

La Carne y el Espíritu

El Cuerpo de Carne y el Cuerpo Espiritual

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La Enfermedad de la Carne. Nuestro Cuerpo Celestial

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Fernando Davalos

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Preámbulo

Pero esto digo, hermanos: que la carne y la sangre no pueden heredar el reino de Dios, ni la corrupción hereda la incorrupción".

1 Corintios, 15:50, RVR, 1960

Todo se reduce al hecho de que nuestro cuerpo es el templo del espíritu santo (1 Corintios 6: 15-20, RVR, 1960). Desafortunadamente, nuestro cuerpo fue infectado por el pecado y contaminado en el momento en que Adán y Eva desobedecieron a nuestro Padre celestial, y en ese mismo momento su espíritu celestial los dejó. Perdieron sus cuerpos espirituales, y sus atributos - su conciencia espiritual - que sus voluntades desecharon, y en consecuencia fueron expulsados del paraíso, recibiendo de Dios una prenda de piel de animal para afrontar su nueva vida, que sustituyó a las vestiduras blancas que usaban en el Paraíso.

Esta prenda de piel de origen animal está sucia y funciona a través de cinco sentidos y una mente egóica que solo proporcionan una descripción borrosa