Lutero: Huella Teológica De Un Precursor

Por Matías Cortez

¡Este libro te llevará de retorno a los principios originarios del cristianismo!

 

"Celebro este libro de Matías Cortez que nos recuerda los principios centrales de la Reforma, no solo desde la erudición académica, sino desde su compromiso con la misión transformadora".
Carlos Mraida. Coautor de La Biblia de la Nueva Reforma

 

"Investiga las raíces de la Reforma, ideas medulares que subyacen en la teología y las prácticas de las iglesias protestantes hasta hoy".
Lucas Magnin. Editor de Editorial Clie

 

Lutero, un hombre complejo. Sus obras y convicciones llevaron a un vuelco rotundo de los valores sociales, culturales y religiosos de Alemania y Europa. Él fue un humilde monje agustino que se atrevió a cuestionar a Roma, a desafiar al papado y a las tradiciones eclesiales que marcaban la espiritualidad de sus días.

 

El cristianismo revolucionó la vida del Imperio romano y llenó de esperanza el corazón de todas las personas que se atrevían a creer en Dios. Con base en esto, la Reforma protestante llevó adelante uno de los procesos más impactantes: el cierre a la Edad Media —una de las etapas más oscuras de la humanidad— y dio apertura a la Modernidad. Lutero, el padre de esta Reforma, es el hombre bisagra que dejó tras de sí una enorme herencia teológica y espiritual, que repercutió en las ciencias, el arte, la economía, la educación y la política. La huella teológica de este precursor se convierte en el punto esencial de todo este cambio que sigue incidiendo en la humanidad.

 

Comienza este recorrido.

 

• Idioma: Español
• Editorial: Matías Cortez
• Fecha de lanzamiento: 4 oct 2022
• ISBN: 9798215233016

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PRÓLOGO

Si Martín Lutero no hubiera existido, tendríamos que haberlo inventado. Gracias a Dios, no fue necesario desarrollar una ficcional tarea creativa por parte de nuestras generaciones, pues el célebre monje alemán evidentemente existió e irrumpió en la historia cinco siglos atrás para cambiar definitivamente el curso de la espiritualidad y la teología cristiana para siempre.

Bueno es reconocer que el monje agustino en cuestión, a mi modesto entender, murió sin ser absolutamente consciente de la verdadera revolución espiritual que provocó y que sigue afectando al planeta hasta nuestros días. Él solo quería plantear sus claras críticas a los abusos que la iglesia romana desarrollaba en aquellos años y que desafiaban abiertamente las enseñanzas de las Sagradas Escrituras a las que él aprendió a amar y descubrir con el evidente involucramiento del Espíritu Santo.

Su lectura de la Epístola a los Romanos fue un bálsamo espiritual que le hizo ver con claridad la doctrina de la justificación por la fe en Cristo. La libertad que experimentó con ese descubrimiento lo impulsó a plantear y plantar con coraje y valentía sus famosas 95 tesis en Wittenberg sin imaginar la repercusión global que provocarían, alejándose abismalmente del propósito inicial que era meramente un debate académico para entendidos.

Lutero desarrolló una teología muy sólida que de alguna manera fue transversal a lo que llamamos de manera generalizada las iglesias evangélicas o protestantes. Este último término fue acuñado por el emperador Carlos V, a la sazón quien proscribió a Lutero. De manera burlona e hiriente, al referirse al teólogo alemán y sus seguidores, el gobernante europeo mencionaba: "Ay, estos protestantes" —haciendo referencia a que protestaban—. Si Carlos V hubiera existido en estos días, especialmente en Argentina, hubiera dicho: Ay, estos piqueteros. Las iglesias evangélicas serían conocidas como iglesias piqueteras.

Más allá de las especulaciones semánticas y de las etiquetas religiosas, la teología luterana marcó un auténtico cisma doctrinal sin retorno para los que adherimos a una determinada postura que necesariamente se torna en irrenunciable.

La justificación por la fe —sola fide—, Jesucristo como único medio de salvación —solo Christo— , la salvación solo por la gracia de Dios —sola gratia— y la suficiencia de las Sagradas Escrituras como única regla de fe y práctica —sola Scriptura— constituyen el ADN evangélico por excelencia y son la columna vertebral de la enseñanza y doctrina cristiana aunque la historia reciente del cristianismo evangélico ha ofrecido diversos matices de interpretación de los postulados anteriores y que caracterizan a la fe contemporánea.

Hablar de la teología luterana en tiempos de pensamiento líquido —como bien lo definió el sociólogo y filósofo polaco Zigmund Bauman— es un ejercicio más que refrescante, pues vuelve el eje del debate sobre los fundamentos radicales de la fe cristiana que han sido, son y serán las claves estratégicas para desarrollar un aparato de fe que, como afirma Mackintosh pone a las Sagradas Escrituras en los niveles de suficiencia y autoridad que muchos han intentado despojar.

Definitivamente, la teología es mucho más que una aproximación a la que abordan eruditos y especialistas académicos. La teología es vida, ya que seamos conscientes o no, todos desarrollamos una teología aun los que se consideran ateos o agnósticos, ya que estos últimos están involucrados en una teología sin Dios.

Se hace imprescindible en tiempos como los actuales volver a recordar las partículas que caracterizaron la teología del líder alemán magistralmente condensadas en sus tres Escritos Programáticos fundamentales de la Reforma, en virtud de que gran parte de la iglesia cristiana es azotada por corrientes teológicas que aunque afirman dogmáticamente la suficiencia de la gracia, las escrituras, la fe y la centralidad de Cristo desarrollan una suerte de praxis ministerial y eclesial que distorsionan los principios mencionados.

Es en virtud de lo expresado anteriormente que le damos la bienvenida a Lutero: huellas teológicas de un precursor de Leandro Matías Cortez. El autor es un joven teólogo y pastor cuya identidad está forjada por ser descendiente de uno de los más recordados pastores pentecostales en la ciudad de Bahía Blanca, don Cándido José Cattaneo —ya en la presencia del Señor— y creció como líder cristiano en una iglesia bautista renovada o como la definiría el Dr. Peter Wagner una iglesia de la tercera ola.

En la presente obra, Cortez desarrolla con meridiana claridad conceptual y una sólida tarea de profundidad teológica, el análisis de las partículas reformistas que dieron lugar al más fenomenal cambio paradigmático en la historia del cristianismo.

El lector encontrará en este trabajo literario una verdadera huella para proseguir en la vida cristiana de manera sencilla y profunda, al mismo tiempo, totalmente despojada de vicios exógenos que perturban el diario caminar de los seguidores de Cristo. Haber leído Lutero: huellas teológicas de un precursor, me anima a seguir con la misión de extender el Reino de Dios en la presente generación, afirmándonos en los postulados que con tanta sabiduría nos legara el iluminado reformista del siglo XVI.

Néstor Golluscio.—

Septiembre de 2022

INTRODUCCIÓN

La Reforma Protestante fue un movimiento que tuvo una trascendencia inesperada y cuya repercusión llega hasta nuestros días. Su incidencia no quedó limitada al mundo religioso, sino que se extendió a muchos ámbitos de la vida humana. El comienzo del siglo XVI presentó un escenario a nivel político, social y religioso que fue muy favorable para que se produjera con el impacto que logró. Aun así, no hubiese sido posible sin una persona que poseyera las condiciones para llevarla adelante en sus primeros años. Lutero reunía los requisitos necesarios. Su lugar como precursor es indiscutible.

La tarea más sobresaliente que llevó adelante y que posicionó su liderazgo en la Alemania de sus días fue su prolífica obra literaria. Ella vehiculizó el mensaje reformador y lo expandió inclusive más allá de los límites buscados. Dentro de sus obras se destacan los Escritos Programáticos. En ellos plantea, desarrolla y fundamenta la necesidad de una reforma de la iglesia. La relación entre estas obras y la herencia teológica compilada en los cuatro postulados doctrinales más importantes que se desprenden del pensamiento de Lutero comprenderán el hilo conductor principal de este libro.

Utilizaré el término partícula exclusiva para designar a cada uno de los cuatro ejes principales sobre los cuales girará el legado teológico que recorreremos —Solo la Escritura, Solo la fe, Solo la gracia y Solo Cristo— y para señalar sus cualidades categóricas y excluyentes. Estos cuatro pilares doctrinales no fueron los únicos que surgieron de la Reforma, tampoco fueron los únicos que Lutero elaboró, pero son los que inicialmente se reconocen y se identifican plenamente con el padre de la Reforma en el desarrollo posterior de su pensamiento.

En esencia, este libro nace de una investigación que tiene la finalidad de constatar que la sustancia teológica que da origen a las cuatro partículas exclusivas ya se encontraba implícita en el contenido de los Escritos Programáticos de Martín Lutero. Esta hipótesis es el centro neurálgico de toda la indagación que toma como objetos de estudio principales los tres escritos de 1520 más reconocidos de Lutero: A la nobleza cristiana de la nación alemana, La cautividad babilónica de la iglesia y La libertad cristiana.

En este ensayo se reconoce, preliminarmente, que los Escritos Programáticos no fueron diseñados con el objetivo de sistematizar las cuatro partículas exclusivas. Sin embargo, el propósito de la incursión en ellos será la búsqueda del sustrato teológico que le dio lugar, con el tiempo, a la construcción de estas cuatro columnas teológicas referentes de la fe protestante heredada de la Reforma. Por otra parte, la investigación incluye a Los artículos de Esmalcalda y La confesión de Augsburgo como documentos confesionales claves desarrollados durante la vida de Lutero, los cuales respaldan una amplia exploración bibliográfica y ratifican lo observado en los tratados que mencionamos.

En el inicio del primer capítulo del libro, se busca un acercamiento a la persona de Lutero y a la mirada actual que se tiene sobre él. Luego, se describe la fuerte disputa que Lutero tuvo con el teólogo Johannes Eck en la ciudad de Leipzig como una aproximación histórica representativa que fue anterior y, de alguna manera, dio lugar a los tratados de 1520. En la última parte de esta sección, se presentará el contenido de cada Escrito Programático. El segundo capítulo se referirá a la partícula Sola Scriptura —versión latina del término— en lo concerniente a la autoridad que la Biblia tiene en sí misma, en lo que respecta a los poderes opositores que esta tuvo como tal y, por último, al lugar único que ella debía tener y que Lutero buscaba recuperar. La tercera sección de este libro considerará Sola fide, para tener una visión lograda de lo que Lutero expresó, comenzaremos por la condición humana y la concepción de Dios, seguiremos por el significado y la naturaleza de la justificación, y concluiremos con el lugar bíblico que Lutero les dio a las obras. En el cuarto capítulo, se abordará la partícula Sola gratia, entendiendo la trascendencia que esta idea tuvo frente a una cultura mercantilista acostumbrada a negociar la salvación sin una comprensión bíblica del amor y la misericordia de Dios. El último capítulo estará dedicado a Solo Christo como un aspecto central de la teología de Lutero. Allí se investigarán las instancias, las implicaciones y los resultados de la obra de Cristo en el plan redentor de Dios para la humanidad.

El libro tendrá fundamentalmente una perspectiva teológica, pero contemplará los aportes de otras disciplinas como la historia, la sociología, la antropología y la filosofía, entendiendo que la Reforma fue un fenómeno complejo cuyas conclusiones teológicas no se pueden dilucidar en la soledad del ámbito religioso, sino a la luz de la contribución ineludible de otros campos de estudio. A su vez, el enfoque teológico se concentrará en el aspecto salvífico. Las cuatro partículas exclusivas que constituyen la columna vertebral del pensamiento de Lutero tienen este matiz como punto de partida.

Acompáñame en la travesía teológica de este precursor, un hombre que trajo luz a una etapa muy oscura de la humanidad y que, sin dudas, abrió un camino que todavía seguimos recorriendo y necesitamos conocer y valorar.

I. LUTERO Y SUS ESCRITOS PROGRAMÁTICOS

A. PERSPECTIVAS DE LUTERO

La intención de las primeras páginas de este libro es responder a la siguiente pregunta: ¿quién fue Martín Lutero? Quizá la respuesta a esta interrogante nos ayude a resolver otras preguntas como: ¿por qué se recordó su nacimiento con tanto interés en 1983? ¿Por qué se sigue investigando, leyendo y escribiendo tanto de esta temática? ¿Por qué se conmemoró y se celebró el inicio de la Reforma Protestante en 2017 con múltiples actos y reconocimientos? O, sencillamente, ¿por qué un sencillo escritor, novato, al otro lado del mundo, a un océano de distancia y 500 años después, querría escribir sobre él?

Sin dudas, Lutero es una figura a considerar, conocer y comprender. Dedico el primer capítulo de este escrito a elaborar una aproximación breve y sencilla al padre de la Reforma, intentando que la admiración no me lleve a esconder la verdad ni que las discrepancias me hagan perder su riqueza. Lutero, como tantos otros hombres de la historia y como cualquier ser humano,