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Tus sentimientos no son hechos: ¿Prefieres sentirte bien o estar bien?
Tus sentimientos no son hechos: ¿Prefieres sentirte bien o estar bien?
Tus sentimientos no son hechos: ¿Prefieres sentirte bien o estar bien?
Libro electrónico181 páginas1 hora

Tus sentimientos no son hechos: ¿Prefieres sentirte bien o estar bien?

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En este libro vamos a hacer un viaje por nuestros comportamientos y descubrirás que existen valores desconocidos entre nosotros —aunque llevan ya tiempo en nuestra cultura—, como el de «compartir el gusto», que es el ingrediente secreto de nuestra sociabilidad.

También aparecen nuevas máximas para describir nuestro presente, como «España cuando va mal, va mal, y cuando va bien va peor», o la del español que no vive 100 años, sino 100 veces el mismo año, o la de la amistad femenina apasionada del saludo, que se entrega con un expresivo «¡Hoooola, hoooola!», y después del hola, nada. Esto es pasión que se interesa únicamente por sí misma.

Encontrarás nuevos sentidos a tu existencia con preguntas como: ¿crees que el mundo sentimental es el único mundo posible?, o ideas que cambiarán tu pensamiento, como la de que los sentimientos se aprenden.

Entenderás que los conflictos actuales entre hombres y mujeres se deben a nuestra tremenda falta de cultura —el no leer nos mata más que el tabaco—, y someteremos el sexo a examen junto con el «no es no» al sexo, da igual como vistas.

Conocerás cómo algunos de los sentimientos que nos han enseñado han servido para arruinar nuestro carácter, como el sentir puro, que nos moraliza en el deber puro, en la paz del alma y la conciencia tranquila, que son los pilares de nuestra psicología tranquilizadora.

A lo que ya sabes sobre el pensamiento positivo podrás añadir el conocimiento de lo positivo del pensamiento negativo, y de lo negativo del pensamiento positivo, y no es broma. Sabrás que tenemos costumbres envidiables, como la de decir frecuentemente «¡no pasa nada!». Una alemana decía: «me encanta España cuando oigo decir “¡no pasa nada!”, porque en mi país ¡siempre pasa algo!».

Descubrirás que mientras hemos apostado como gran objetivo de nuestra vida por un «sentirnos bien», lo necesario es el «estar bien».
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento24 ene 2022
ISBN9781005084189
Tus sentimientos no son hechos: ¿Prefieres sentirte bien o estar bien?

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    Tus sentimientos no son hechos - Luis Ángel Tudanca

    ¿PREFIERES SENTIRTE BIEN O ESTAR BIEN?

    ¿Qué no hay?

    En este libro, realizaremos un viaje a través de nuestros comportamientos y descubrirás que existen valores desconocidos entre nosotros, incluso si ya han estado en nuestra cultura, como compartir el gusto, que es el ingrediente secreto de nuestra sociabilidad. También anti-valores, como las conductas sin propósito, de a quienes les gusta llamar la atención de los demás sin otro propósito que hacerse notar, o la  confianza sentimental de quien confía  ciegamente en los demás, basándose únicamente en lo que siente, sin el conocimiento de los hechos.

    También  aparecen nuevas máximas para describir nuestro presente como, por ejemplo, España cuando va mal, va mal y cuando va bien va peor; o nuevas realidades como  el cambio del saludo por la crisis, antes nos saludábamos con un ¿qué hay? y ahora decimos ¿qué no hay?; o la del español que no vive cien años, sino cien veces el mismo año; o la de la amistad femenina apasionada del saludo, que se entrega con un expresivo ¡hoooola, hoooola!, y  después del hola, nada más. Esto es pasión que se interesa  únicamente por sí misma.

    Encontrarás nuevos sentidos a tu existencia con preguntas como: ¿crees que el mundo sentimental es el único mundo posible?, o ideas que cambiarán tu pensamiento como aquella de que los sentimientos se aprenden.

    Descubrirás el peligro resultante de huir del mundo exterior para  refugiarte en tu mundo interior, pensando así en encontrar  la paz interior, cuando en realidad podrías estar creando a un idiota interior que huye de sí mismo.

    Entenderás que los conflictos actuales entre hombres y mujeres  se deben a nuestra tremenda falta de cultura, el no leer nos mata más que el tabaco. Y someteremos  al sexo  a examen, junto con el no es no..., al sexo, porque lo vistas como lo vistas, es el no de los colectivos feministas es hacia el sexo.

    Conocerás como algunos de los sentimientos que nos han inculcado solo han servido para arruinar nuestro  carácter, como  el sentir puro que nos moraliza en el deber puro, en la paz del alma y la conciencia tranquila, que son los pilares de nuestra psicología tranquilizadora. Aprenderás también a valerte del poder de la vulnerabilidad,  término este que es sinónimo de debilidad, pero si te reconcilias con tu vulnerabilidad  la convertirás en una fuerza.

    A  lo que ya sabes sobre el pensamiento positivo podrás añadirle el conocimiento de lo positivo  sobre el pensamiento negativo o  de lo negativo del pensamiento positivo y no es broma...

    Aprenderás que hacer un uso generalizado de la expresión me gusta (como: me gusta un caramelo, me gusta un libro, me gustan las bodas, me gusta todo), nos hace parecer conformistas, complacientes o  ignorantes sin fronteras (escójase a su gusto).  También tenemos otras costumbres envidiables, como la  de  decir frecuentemente ¡no pasa nada!. Al respecto una  alemana  decía:

    —Me encanta cuando oigo decir ¡no pasa nada!,  porque en mi país siempre pasa algo.

    Descubrirás que mientras hemos apostado, como gran objetivo de nuestra vida, por un sentirnos bien, lo necesario es el estar bien.

    Todos estos conocimientos te servirán para ser capaz de vivir una vida con coraje  y poder ser feliz con lo que eres,  sin necesidad de entrenarte. Tú eres el coraje con el que vives.

    Lo real

    Para ti, ¿qué son más reales, los sentimientos o los hechos?

    Es muy fácil confundir nuestros sentimientos con realidades, lo normal es pensar si lo siento, es así, lo cual supone  sustentar una creencia que se confunde con la realidad.

    El dotar a los sentimientos de realidad es lo mismo que dotarnos a nosotros mismos de realidad. El sentimiento está hecho de la misma naturaleza de la que estamos hechos nosotros, así que nada más fácil que pretender que la realidad de lo que somos está en lo que sentimos. Todo muy lógico, ¿sí?

    Decir que los sentimientos no son hechos, tal y como se recoge en el título de este libro, es el reflejo del duro enfrentamiento que obliga a diferenciar entre lo que somos (sentimientos) y lo que no somos (realidades-hechos).

    En ese duro enfrentamiento vivimos, entre lo que por una parte decimos que está dentro de nosotros (el mundo interior) y por otra,  lo que está fuera (el mundo exterior). Vivimos con  todo aquello que acoge nuestra naturaleza: los pensamientos, los sentimientos y lo que es ajeno a nuestra naturaleza: los hechos y las cosas.

    Es difícil vivir alejándonos de nuestra naturaleza como nos lo exige  el vivir con la realidad. ¡Cuanto nos gusta poder decir, soy lo que siento!  Pero lo cierto es que también soy, en gran medida, LO QUE HAGO.

    Pues bien, este libro te ayudará a distinguir el valor de ambas  cosas y a superar los enfrentamientos.

    Todavía queda una pregunta más a la que tendrás que responder: ¿Cómo quieres que sea tu realidad?, ¿una realidad de sentimientos o de hechos?

    También podemos extraer una reflexión importante sobre la afirmación de que los sentimientos  no son hechos y es que no debemos confundir los sentimientos con realidades.

    La vida sentimental

    Vida sentimental

    El problema de la vida sentimental es el de las muchas cosas que se confunden con ella, al confundir lo que es energía con el sentir, convirtiendo la energía en pasión de vivir.

    Desde que nacemos, impregnamos de sentimientos todo en nuestra vida y esa vida la vamos convirtiendo en vida sentimental hasta llegar a hacer, del sentir, el sentido único de la vida.

    A la vida sentimental le corresponde la tarea de llenar nuestra vida de ilusiones, proyectos y esperanzas.

    En nuestra vida sentimental descansa la moral. Actuamos bien cuando nos acompañan los buenos sentimientos  y tenemos malos sentimientos si actuamos mal.

    En nuestra vida sentimental encuentra refugio, a lo largo de la vida, lo mejor de nosotros mismos. Cuando pensamos que en el sentir  se pueden encontrar los sentimientos más honestos, puros y verdaderos que hay en nosotros.

    A la vida sentimental le ha correspondido asentar nuestras raíces, que son raíces sentimentales, como  los  gustos y costumbres  de nuestra infancia, sobre los que empezamos a construir nuestra identidad.

    A la vida sentimental también le debemos la base de nuestra educación en valores; lo bueno es lo que sientes como bueno, lo malo es lo que sientes como malo.

    Con todo esto es difícil pensar que pueda existir un mundo distinto al mundo sentimental, que podamos vivir una vida más allá del mundo sentimental. La pregunta ahora es: ¿Es el mundo sentimental el único mundo posible?

    Sentirse bien

    Una feliz vida sentimental tiene como objetivo el sentirse bien. Sentirse bien parece evidente que como objetivo es una elección acertada, ¿pero lo importante es sentirse bien o estar bien?

    Vamos a una situación de la vida real. Una Sra. española  que emigra a Alemania y está trabajando de costurera como autónoma, le va bien y disfruta de una buena situación económica gracias a su trabajo. Pero se queja de la vida en Alemania, dice que los alemanes no disfrutan  de la vida, que los españoles a pesar del paro si saben disfrutar de la vida, salen y se divierten. Este es el caso donde debemos distinguir entre lo que es sentirse bien y lo que es estar bien.

    Sentirse bien es salir y pasear, estar bien es tener las necesidades bien cubiertas y que la situación general de la vida esté a cubierto  de la seguridad.

    Es muy importante no equivocarse en nuestros objetivos vitales, buscando  el sentirse bien y olvidar el estar bien. Hoy día tenemos  una gran cantidad de propuestas para sentirnos  bien en el mundo del consumo y del ocio, pero se olvida la necesidad de estar bien.

    También se dispone, hoy en día, de muchas ayudas de técnicas psicológicas para resolver el malestar que causan los problemas y poder sentirse bien,  pero que no resuelven el problema,  como las que calman el dolor (el sentirse bien), pero no curan la infección (el estar bien).

    Esto no es algo totalmente nuevo en nuestra cultura. Antiguamente se usaba el consuelo como forma de ayuda frente a ciertos problemas, sin hacer nada para resolver el problema, entonces esta fórmula era una forma moral de ayuda. Pero no todo son malas noticias, pues calmar el dolor tiene su valor,  especialmente en los casos tan frecuentes actualmente del estrés prolongado, a  consecuencia de un grave problema y que puede convertirse por sí solo en un segundo problema. La técnica de mindfulness ayuda a enfrentar el estrés para evitar sus consecuencias  negativas.

    El temor a las propias emociones

    Con frecuencia nos sucede que, a la hora de actuar, nuestras acciones van acompañadas de fuertes emociones y si pensamos que no vamos a ser capaces  de mantener bajo control esas emociones, entonces no actuamos.

    Esto es lo que le sucede a personas que son incapaces de enfadarse, de dar salida a sus  expresiones de malestar o de ira, porque tienen  miedo de no saber a dónde le pueden llevar sus emociones negativas. Estas personas, a lo que más temen es a sus propias emociones.

    Hay muchas personas que ven a sus emociones  como a un poder superior,

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