LA MUJER QUE QUIERE MANDAR
«EL OPTIMISMO ES LA ENERGÍA QUE ME ANIMA»
«ME ENSEÑARON QUE AYUDAR A LOS DEMÁS ES CUMPLIR CON TU DEBER»
En color marengo o violeta, siempre elegantes y sobrios, sus trajes de chaqueta de estilo masculino se diferencian poco de los de otras mujeres que la han precedido en los primeros escalafones del poder, como Hillary Clinton o Angela Merkel –o, la pionera, Margaret Thatcher. Y, como ellas, lleva exquisitas perlas, blancas y negras, y blusas de seda con chalina (o pussy-bow), convertidas, en los últimos años en un símbolo feminista.
Pero Kamala Harris (con el acento en la primera sílaba) ha marcado la diferencia desde el primer día en que subió a un escenario para pelear como candidata demócrata y, más tarde, como aspirante a la vicepresidencia de Estados Unidos junto a Joe Biden. Sus trajes y sus perlas ya no encierran un mensaje conservador. Su presencia poderosa está cargada de energía. La noche de la victoria electoral con un deslumbrante traje sastre blanco de Carolina Herrera y una blusa
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